CAPÍTULO I


LAS SECTAS Y EL OPUS DEI


6. La ambición de riqueza y poder o la avaricia sin límite


Los miembros del Opus Dei son una síntesis de Mercaderes de Dios y Vendedores del Templo. Pere Pique decía que un clan capaz de ganar tantos millones al año y copar empresas punta desde la sombrea, cuando Jesucristo lució y predicó la pobreza a pleno sol, da qué pensar y de qué hablar. Encima, fundado por quien sería Marqués e izado a prelatura por el polémico Papa polaco. (72) Urge ya dar luz a la sombra.

Como indica el Instituto de Sociología Aplicada, a través de su publicación especializada, las sectas no suelen dedicar demasiado tiempo a obras de caridad fuera del propio círculo, ya que todos los recursos materiales los destinan a sus propios fines. Lo que buscan principalmente estos grupos sectarios es "mano de obra barata al servicio de sus propios negocios".

Las instrucciones que recibe el socio del Opus Dei afectan a cómo utilizar su tiempo y su dinero en beneficio de la asociación. (73) En el Opus Dei, si un hombre entregó a la organización el total de sus ingresos durante su vida y puede probarse que gastó menos que ingresó ¿tiene derecho a alguna restitución o incluso a una indemnización? Los dirigentes de la Obra sostienen que NO. (74)

El régimen económico al que están sometidos los miembros y socios del Opus Dei, especialmente los numerarios, que suelen vivir en común en pisos o utilizando la terminología de la Obra, en "familias" compuestas por lo general de ocho a diez miembros, estriba en entregar a fin de mes sus sueldos y ganancias al secretario y cuando alguno de ellos necesita hacerse un traje o comprarse unos zapatos, consultan con el director para que les autorice a realizar ese gasto extraordinario. (75) Aunque el director no tiene atribuciones para decidir cómo tiene que ser ese traje, no cabe duda que su consejo pesa decisivamente en este aspecto. Según antiguos miembros hubo una época en que en cada ciudad había una persona que se ocupaba de "orientar" a los socios cuando necesitaban renovar el vestuario y les dirigían a determinados establecimientos más o menos ligados a la Obra.

La versión, con pequeñas matizaciones, también es asumida por Alberto Moncada que confirma la entrega en la caja de la casa de la totalidad de sus ingresos y que después tenían que solicitar y pedir lo necesario, de acuerdo con los superiores y siempre dentro de un esquema de escasez que se les impone No pueden tener cuentas bancarias individuales, ni bienes privativos. Al final de mes, deben entregar al director, como parte de la confidencia, una relación de los gastos que habían efectuado.

Desde que entras en la Obra -nos informa una numeraria A. L. M. N. -llevan una cuenta general de ingresos y gastos. Normalmente los ingresos son superiores a los gastos, por lo que existe un superávit. Pero si te vas no intentes nunca que te devuelvan tu dinero. Podría empezar a creerse que la Obra es espiritual. Todas las cosas que tienes a tu nombre hay que ponerlas a nombre de la Obra, porque hay que vivir la "pobreza" y Dios nos ha pedido todo, - son los argumentos empleados-. Tus propiedades y pertenencias se ponen a nombre de numerarios fieles. También cuando se hace la fidelidad hay que redactar testamento en favor de la obra (76) Cuando te vas olvídate del testamento y de todo lo que entregaste.

Tal abuso de confianza lo justifican en el sentido de que al entrar en la Obra es de buen espíritu -te insinúan- firmar lo que te ponen delante sin echar una ojeada antes, porque la Obra, que es de Dios, que tiene a un fundador santo -te dicen- y que es una madre para sus hijos ¿cómo va a tratar de darte gato por liebre? Firmas lo que te echen. (77)

Si en realidad, como engañan, tu eres miembro de una asociación neta y exclusivamente seglar ¿por qué son ellos los que administran tus ingresos? Si se gozara de esa tan "cacareada" libertad, el dinero que ganas lo tendrías en tu libreta de ahorros, a tu libre disposición. Pero no es así: no sabrás nunca el dinero que tienes, ni podrás disponer de él. Jamás te extenderán un recibo por el dinero que has entregado. (78)

La revista Interviú publicaba, por primera vez en abril de 1988, un documento excepcional probatorio, una prueba de evicción fulminante, la fotocopia del testamento de una agregada al Opus, María del Carmen Rodríguez Pinto, a favor del Opus. El testamento está otorgado ante el notario de Oviedo José Antonio Caicoya, y en él designa, en su segunda cláusula, como heredero universal de todos sus bienes, derechos y acciones, al Colegio Mayor "Los Arces", de Valladolid, con la condición de que, cuando se produzca la dejación sucesoria, la atención espiritual de este colegio esté confiada y la lleve de hecho el Opus Dei. Los testamentos, así como los vendís de las propiedades en blanco en poder siempre de los directivos de la Obra, eran secretos celosamente guardados.

Covadonga Carcedo, ex-agregada, miembro activo durante varios años del Opus Dei , que, como se ha referido ya anteriormente ha decidido apostatar a la Iglesia Católica tras largos años de duda y desengañada por el proceder de la secta, ha declarado ante la opinión pública: "Una vez superadas presiones, dificultades y hasta amenazas de muerte, me voy. Quiero dejar de pertenecer a una secta económico-financiera, a una mafia compuesta por ricos demagogos que explotan a unos pobres ingenuos y, a partir de ahora, pretendo vivir bajo unos principios de honestidad y olvidarme para siempre de ese mundo de hipocresía.

Las sectas se mueven por criterios de pura rentabilidad económica. (79) Cuando un adepto -por estar enfermo- sólo supone un gasto de mantenimiento y no aporta ningún beneficio, se le da una palmadita en la espalda y se le manda con su familia, a la beneficencia o a la calle. Y esto es válido para todas las sectas destructivas. Nadie como ellos para convencer de la necesidad de amasar fortunas para "su" dios o ideas.

Las corruptelas legales de las que se sirven estas organizaciones son muy variadas. A la explotación de sus adeptos se les aplica la fórmula de "donación voluntaria". Por lo general el líder carismático o el padre vive en la opulencia, mansiones y palacios, rodeado de lujos y comodidades, pero, paradójicamente no poseen legalmente nada, pues los bienes y propiedades de los que disfrutan están simulados a nombre de personas jurídicas o bien a fiduciarios de su entera confianza, aunque se suelen reservar las claves cifradas de las cuentas corrientes. Los "padres" y líderes carismáticos eluden de esta forma cualquier tipo de responsabilidad civil o penal.

Entre los líderes y los adeptos se da la relación dios/esclavos. Y en esa circunstancia tan favorable no sólo se apoderan del control de la mente de sus incondicionales haciendo acopio de su alma, sino también, y eso es lo más importante, de su rendimiento y capacidad de trabajo -explotación-, de su cuenta corriente y bienes personales.

En las Constituciones del Opus Dei se encuentra camuflada aunque implícita su estrategia. Así en el artículo 9º. Se dispone que "los socios del Opus Dei actúan, ya individualmente, ya por medio de asociaciones que pueden ser bien culturales o bien artísticas, pecuniarias, etc. y que se llaman auxiliares. Estas sociedades están, igualmente, en su actividad, sujetas a la obediencia de la autoridad jerárquica del Instituto" o el descarado artículo 202 que reza como "medio de apostolado peculiar de la Institución son los cargos públicos, en especial de aquellos que implican el ejercicio de una dirección".

Armando Segura Naya, como licenciado en Filosofía y Letras, se hacía la siguiente reflexión lógica: (80) "el Opus en una asociación inconcebible. En primer lugar es inconcebible que fieles corrientes o simplemente personas de alta o baja categoría política u económica, no tengan la propiedad, administración y entera responsabilidad de sus bienes, ni puedan garantizar absolutamente el secreto profesional, ni siquiera la libre residencia. Claro que el nivel de incredibilidad aumenta con el nivel social del sujeto... ningún socio numerario y oblato administra sus bienes, ni tiene el título de propiedad sobre los mismos, que es atribuido al Padre. Es inconcebible que se intente cubrir con "visión sobrenatural" a lo inconcebible. Como es bien sabido, lo que no debe ser, lo que no está bien naturalmente, tampoco lo está sobrenaturalmente".

La justificación que da el Opus Dei a sus incautos es que la posesión privada es egoísta, es un obstáculo que impide llegar a la felicidad. Por ello es absolutamente imprescindible que sus adeptos donen todas sus propiedades a la secta que las tendrá a buen recaudo y, con ese gesto altruista, demuestra estar imbuidos en el espíritu de la Obra que, equívocamente y de forma ampulosa llaman de Dios -lo que no sabemos es a qué dios se refieren; si al Dios de los cristianos o al becerro de oro, dios Mamón.

Como es bien sabido buscan los mejores elementos, no para hacer de ellos predicadores, sacerdotes o misioneros de los infieles, sino directores de bancos, jefes de publicaciones o ministros, en la obsesión de manejar en exclusiva, si fuera menester, las palancas del poder.

Especialistas en el fenómeno de las sectas han acuñado el término "Multinacionales del espíritu, S. A." a los grupos del tipo del Opus Dei, porque, sobre los pilares espirituales, montan negocios financieros multimillonarios, (81) resaltando que "El Opus Dei apenas tiene nada a su nombre. No les es preciso ya que el control de los bienes, productivos o de cualquier otro tipo, se efectúa  a través de lazos devocionales antes que contractuales. Si uno posee la voluntad de una persona controlará también todos sus actos y posesiones, pero evitando, con tal argucia, posibles responsabilidades fiscales en particular y jurídicas en general".

En el reciente libro aparecido en España con el título El poder de las sectas (82) donde se hace un recorrido por todas estas organizaciones que están afincadas y actúan impunemente en la Península Ibérica, cuando trata del Opus Dei, dice: "El Opus Dei, no es ningún secreto para nadie, siempre ha ejercido su poder e influencia desde detrás de sus discretos fieles, sobre los que tienen gran ascendiente tanto en sus vidas privadas como profesionales. Aunque la época de los tecnócratas en la que los hombres de la Obra detentaron directamente parte del poder franquista ya pasó a la historia, hoy la actividad política encubierta del Opus Dei sigue siendo tanto o más poderosa que antaño.

"Sus fieles controlan buena parte de la estructura financiera española; están asentados por cientos en los resortes claves de la Administración; tienen políticos afines -que debe leerse como serviles a la Obra de Dios., en muchos partidos, especialmente en formaciones como el Partido Popular y la Unió Democrática de Catalunya; controla, en gran medida, el aparato del Vaticano y la Conferencia Episcopal Española, que es otra forma no menos importante de intervenir en los procesos políticos, etc. En otros países, notablemente en Latinoamérica, su influencia es un poco más modesta que en España.

"Si los fieles de la Obra fueran simples 'buenos cristianos', tal como gustan definirse, su mención en un libro sobre sectas no tendría objeto. Pero la influencia que practica la cúpula del Opus sobre su grey va mucho más allá del enmarcado ideológico, lícito, que le es común a todo ideario religioso o político. Lo corriente dentro de la Obra, que no tienen por qué impedir posibles excepciones, es el control de la psique de sus adeptos, bajo la excusa de administrarles el alma. Eso es, obviando los ribetes poéticos, pasar a controlar sus actuaciones mundanas de hoy en función de un hipotético más allá en la mañana.

"El Opus Dei, con su innegable sentido de lo práctico e inteligencia, se dedica a acumular poder temporal, a través de sus creyentes, aquí y ahora, quizá porque, con su intuición para lo ultraterreno, presiente que, en el paraíso celestial, de existir, no habrá lugar para las ambiciones de dominio, ya sean éstas materiales o espirituales. El reino de la Obra de Dios, ciertamente, sí es de este mundo". (83)

Desde las páginas de un semanario de índole nacional (84) Fernando Jiménez Loitegui, de Almería, no "podía entender cómo las autoridades españolas no hacían una investigación sobre el comportamiento de estos banqueros del Opus Dei que controlan bancos y cajas de ahorros y tienen una influencia en la sociedad que escapa a los controles".

La respuesta, pueril y cínica de una voz autorizada del Opus, Salvador Bernal, autor de un libro encomiástico y panegírico sobre la vida del Fundador del Opus titulado Monseñor Escrivá de Balaguer publicado por la editorial oficial de la secta,  Rialp, en 1976, justificaba de esta forma el control de los bienes de los adeptos: "Los niños no tienen nada suyo, todo es de sus padres... y tu Padre sabe siempre muy bien cómo gobierna el patrimonio" (85)


REFERENCIAS

72. Pique, R. P., "Tiempo" (28 Julio 1986).
73. Moncada, "El Opus Dei: Una interpretación", p 94.
74. Ibid, p 119.
75. Carandell, p 59.
76. "Marie Claire" (Diciembre 1987).
77. Ibid
78. Ibid
79. Rodríguez, "Esclavos de un Mesías", p 92.
80. Jardiel Poncela, p 191.
81. Rodríguez, "El poder de las sectas", op cit, p 137.
82. Ibid, p 225.
83. Moncada, "Historia oral del Opus Dei", op cit.
84. "Tiempo" (11 agosto 1986).
85. Bernal, Salvador, "Monseñor Escrivá de Balaguer" (Barcelona: Rialp, 1976), p 208.


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