OPUS JUDEI

por Alfonso Carlos de Borbón








OPUS JUDEI

ÍNDICE

Una Aclaración y Descargo de Responsabilidades


Prólogo

CAPÍTULO I

LAS SECTAS Y EL OPUS DEI



1.   La sospecha se confirma
2.   ¿Qué es una secta?
3.   El secreto oculto y el misterio revelado
4.   El líder carismático
5.   Comunidad de elegidos: adeptos e iniciados
6.   La ambición de riqueza y poder o la avaricia sin límite
7.   La captación y el proselitismo de los miembros
8.   Malos tratos y coacciones
9.   Los despojos humanos o la destrucción psicológica
10. Secta y religión: los defraudadores de Dios
11. Una usurpación escandalosa
12. Totalitarismo y fanatismo
13. Sexo y contingencia
14. Judas en acción
15. Abandonar la Obra de Dios: el acoso y derribo de los fugitivos o la muerte civil



CAPÍTULO II


LA VIDA OCULTA DE ESCRIVÁ DE BALAGUER


1.   La mentira sin piedad
2.   El entorno familiar
3.   Seminario y adolescencia
4.   Un vidente con mucha vista. La revelación divina
5.   Tendencias nefandas
6.   Escrivá y las mujeres
7.   Escrivá y los siete pecados capitales
8.   Hombre sin nombre. Delirios de grandeza
9.   Masonería
10. Muerte y resurrección
11. Santo y seña
12. El escándalo de una beatificación



CAPÍTULO III


CRIPTOJUDAÍSMO Y EL OPUS DEI


1.   El problema del criptojudaísmo en España
2.   Infiltración secular del criptojudaísmo en el clero
3.   Las raíces judaicas de Escrivá de Balaguer
4.   La simbología kabalística del Opus Dei
5.   Los ghettos judíos como modelo para el Opus
6.   El Opus Dei y la cuestión judía
7.   Las finanzas del Opus Dei y el judaismo internacional
8.   Identidad ente el "espíritu de la obra" y el "alma judía"
9.   Influencias jesuíticas en el Opus Dei
10. El gobierno mundial, el nuevo orden y el Opus Dei



Bibliografía








OPUS JUDEI

por Alfonso Carlos de Borbón


Una Aclaración y Descargo de Responsabilidades


Un importante aspecto de esta obra, con el cual no podemos estar de acuerdo, es que el Sr. de Borbón parece referirse a los judíos como si fueran un monolito homogéneo, es decir, que todos son iguales y tienen la misma agenda.

Esto sería lo mismo y tan erróneo como considerar a todos los católicos como si constituyeran un monolito homogéneo con el Opus Dei y compartieran la agenda de Escrivá - cosa que no puede estar más lejos de la verdad.

No hay duda alguna que hay una facción judía que coopera con el Opus Dei, y eso es lo que el Sr. de Borbón acertadamente quiere exponer.  Dicha facción judía obviamente desconoce la verdadera disposición que el Opus Dei tiene hacia todo lo que esté relacionado con los judíos - practicantes o no.

Los Editores en Formato .html

Acceder al Índice Pricipal

Prólogo


Libro Original

Impreso en Orion Editores
Santafé de Bogotá, D.C. Colombia
Se termino de imprimir en el mes de Octubre de 1994
Talleres de ORION EDITORES quién sólo sirvió com impresor.

Publicación original libre de derechos de autor y/o copyright.








OPUS JUDEI

por Alfonso Carlos de Borbón


PRÓLOGO



Para descifrar el enigma de la simulación mejor caracterizada de los tiempos actuales y resolver el laberinto de forma sorprendente, ha hecho falta desenredar una madeja enmarañada en una confusa urdimbre. Las apariencias pueden engañar. Las cosas no son lo que parecen. La ambigüedad y la confusión son el síntoma de la actualidad.

Decía León XIII, refiriéndose a la Masonería, en la Encíclica "Humanum Genus" que desenmascararla era vencerla. Esa búsqueda de la luz en el significado real del Opus Dei, buceando en sus raíces, interrelacionando sus más caracterizados pensamientos y penetrando en las aguas freáticas y subterráneas que son las que irrigan la estructura de ese organismo enquistado en la médula de la Iglesia Católica, es el quicio que vertebra un libro apasionante por descubrirnos el trasfondo, las entretelas, la rebotica de la organización que hoy goza de una Prelatura en la Santa Sede y que está en las jambas de elevar a la santidad a su polémico y caricato fundador.

La Historia generalmente se narra unas veces por su aspecto superficial y otras por el anecdótico de cualquier acontecimiento. Se describen los hechos como si se produjeran de manera espontánea, sin causa ni origen, lo que conlleva a tener una visión meramente epidérmica de la pura realidad. Para conocer a fondo los fenómenos y darles un sentido y una explicación hay que separar la hojarasca, cuyo mantillo puede tapar la luz, para hacer visible la otra cara del espejo, la parte opaca, invisible que es sin duda la que mueve los hilos del guiñol.

Cuando uno inicia el descenso a las simas más recónditas e inexploradas, donde las tinieblas ciegan la percepción, puede hallar la sorpresa de lo que se podría tildar de inverosímil. El Opus desenmascarado es la historia de una trama donde realidad y ficción parecen fundirse y conjugarse como si fueran una aleación perfecta. Ante tales circunstancias caben dos caminos. Silenciar y esconder en las entrañas más profundas y telúricas las conclusiones o evidenciarlas, revelarlas y divulgarlas para general conocimiento. Ante esta dicotomía, el autor ha optado por la segunda para despejar la gran incógnita de la ecuación alambicada que el Opus Dei plantea.

No es un libro escandaloso, ni provocador. Polémico sí. Se podrá estar de acuerdo o en contra de su contenido. La indiferencia, la neutralidad y la equidistancia no es posible.

El libro no agota ni llega a la meta última aunque si a la instancia superior. Inicia el derrotero, abre un nuevo campo de investigación hasta ahora inédito. El hombre ha venido durante toda su historia sobre la faz de la tierra uniendo y segregando, fusionando o disolviendo elementos, ideas, pensamiento. El autor ha engarzado a una columna - que podría ser la quinta- el Opus, con otro pilar, el judaísmo, de fundamento y de colofón.

La lectura del presente libro es obligada si no se quiere pecar de incauto, pues la ignorancia no nos eximirá jamás de las nefastas e irreparables consecuencias. No es un grito de alarma, sino una consciente voz de alerta para los hombres que busquen la verdad para ser plenamente libres.


Próxima Sección

Índice Completo









OPUS JUDEI

ÍNDICE - CAPÍTULO I


CAPÍTULO I

LAS SECTAS Y EL OPUS DEI


1.   La sospecha se confirma
2.   ¿Qué es una secta?
3.   El secreto oculto y el misterio revelado
4.   El líder carismático
5.   Comunidad de elegidos: adeptos e iniciados
6.   La ambición de riqueza y poder o la avaricia sin límite
7.   La captación y el proselitismo de los miembros
8.   Malos tratos y coacciones
9.   Los despojos humanos o la destrucción psicológica
10. Secta y religión: los defraudadores de Dios
11. Una usurpación escandalosa
12. Totalitarismo y fanatismo
13. Sexo y contingencia
14. Judas en acción
15. Abandonar la Obra de Dios: el acoso y derribo de los fugitivos o la muerte civil


Índice Completo









CAPÍTULO I


LAS SECTAS Y EL OPUS DEI


1. La sospecha se confirma



Ninguna se considera a sí misma como tal (1). No obstante, estamos en disposición de hacer una afirmación tajante y categórica en relación con el Opus Dei. Es una de las sectas más poderosas y misteriosas de la Historia del siglo XX. (2) El propio Raimundo Panikkar, uno de los pioneros en la andadura del núcleo inicial, miembro integrante de los fundadores, que asistió a los prolegómenos del Opus dice que "lo que empezó por ser un pequeño grupo más o menos carismático que, lentamente, a raíz de las circunstancias por una parte y de lo que estaba latente en el espíritu del fundador, se fue convirtiendo en lo que sociológicamente se llama una secta." (3)

Vivimos inmersos en un proceso de crisis social que ha creado un mercado de credulidades. Las sectas proliferan, se expanden, penetran, se instalan, afectan y culminan sus propósitos inconfesables infiltrándose como el humo en los tejidos sociales, destruyendo y aniquilando a muchos para el beneficio lucrativo de unos cuantos.

La noticia era de primera página. Los titulares de cabecera no ofrecían espacio para titubeos. El órgano que difundía la información era un medio de comunicación de ámbito nacional. Los epígrafes del periódico rezaban: "Miembros del Opus Dei son tratados con técnicas de desprogramación en una clínica de Barcelona" (4). El contenido de esa sorprendente noticia venía a confirmar que un número no determinado de jóvenes aspirantes y miembros activos del Opus Dei habían sido tratados en Barcelona, en los últimos meses, con técnicas de desprogramación mental. Los tratamientos clínicos fueron aplicados a petición de sus familiares que intentaban corregir, de esta manera, desarreglos emotivos.

Añadía la noticia que las técnicas asistenciales que ofrece la Asociación Pro Juventud y el equipo técnico del Centro de Recuperación, Orientación y Asistencia al Sectario (CROAS) se conocen, genéricamente, con el nombre de desprogramación y consisten, básicamente, en un proceso de información y crítica sobre las creencias y comportamientos de la organización a la que pertenece el afectado.

Los primeros tratamientos clínicos con técnicas de desprogramación a miembros y seguidores del Opus Dei se efectuaron en noviembre de 1987.

Alrededor de 20 familias de miembros seguidores del Opus Dei, de diversas partes de España, se habían dirigido a la Asociación Pro Juventud reclamando información y colaboración para "recuperar a sus hijos" o para tratarlos clínicamente.

Los responsables de Pro Juventud -concluía la noticia- opinan que las actitudes dogmáticas de algunos de los miembros y seguidores del Opus Dei son similares a las que mantienen miembros de sectas nocivas. El secretismo y el proselitismo o apostolado del Opus Dei son, en opinión de los miembros de Pro Juventud, algunas de las características más negativas y criticadas de la Prelatura.

Terminaba la nota indicando que "en el primer congreso internacional sobre los efectos nocivos de las sectas, celebrado el pasado mes de noviembre en Sant Cugat del Vallés (Barcelona) se trataron y debatieron algunos aspectos presuntamente perjudiciales y negativos del Opus Dei". (5)

La sensación de hallarnos ante una secta perniciosa está calando en la opinión pública española que, en una encuesta realizada entre un elevado universo de jóvenes y cuyos resultados estadísticos fueron dados a conocer por el primer canal de la Televisión Española el 23 de julio de 1990, durante la emisión de la segunda edición del Telediario, la mayoría de los entrevistados citó como conocidas tres sectas en España, siendo mayoritarios los que se pronunciaron por el Opus Dei como "secta destructiva". (6) Dos años antes de haberse producido este hecho, el escritor Vázquez Montalbán en un artículo que titulaba El Opus que no cesa decía también "que ha bastado un programa televisivo informativo en el que se plasmaban algunas de las contradicciones internas del Opus Dei, por ejemplo la necesidad de que algunos de sus miembros se "desprogramen" como si fueran miembros de sectas no homologables por la cristiandad establecida, para que de nuevo se haya alborotado el corral de la jerarquía católica". (7)

Ahora podemos explicarnos mejor esa recomendación que ya en 1983 y con el enunciado "Cuidado con el Opus" se refería a la iniciativa y precaución tomada por algunos "high schools" norteamericanos que organizaban viajes de sus alumnos a universidades españolas y que, antes de salir hacia España, les entregaban unas normas e instrucciones sobre lo que debían comer o los productos de que debían abstenerse, los lugares de interés turístico o cultural que debían visitar, los ambientes que debían evitar bajo riesgo de ser robados o agredidos... y entre esas recomendaciones que impartían a los jóvenes que venían a España a seguir los cursos para extranjeros, se les prevenía igualmente que tuvieran cuidado con una organización llamada Opus Dei (8). La noticia mereció un hueco en un órgano de prensa y no dejaba de ser todo un síntoma profiláctico ante una posible intoxicación de la secta que intenta captar sus adeptos principalmente entre el estamento universitario.

Yvon le Vaillant, en su documento libro titulado La Santa Mafia, publicado en Méjico en 1985, nos cuenta que en Italia una célebre doctora, conocida en los medios internacionales del psicoanálisis, cuando supo que el hijo de una de sus pacientes había ingresado en el Opus Dei le reveló que ella entre las personas que acudían a su consulta tenía varios pacientes que habían conseguido salir del Opus Dei y que estos estaban neuróticos, añadiendo que "esto es un crimen. Los tienen hechizados". (9)

El cuadro que nos describe el libro acerca de estas personas es que "cuando les mira de frente, a los ojos se queda uno sorprendido al percatarse de que no son verdaderamente ellos, que no son ellos mismos, que parecen vivir al lado de ellos, como desposeídos de su propia personalidad. Es que están vacíos de cuerpo y alma, atados de pies y manos a una organización absorbente: "La Obra". (10) Es el cuadro arquetípico que presentan las personas que se ven atrapadas en las redes de una tal tela de araña sectaria. La revista Spielgel habla de "ratonera".

En un amplio informe que se publicó con la rúbrica El Opus Dei, el verdadero poder en España, en la revista Tiempo, quizá la de mayor tirada que se edita hoy, nada sensacionalista y que cubre un dilatado espacio de información general, se decía que "son cada vez más los padres que no se resignan ante la impotencia legal para sacar a sus hijos de lo que consideran un lavado de cerebro. En Valencia -proseguía el reportaje -existe un psiquiatra que se ha especializado en desprogramar a jóvenes captados por el Opus Dei", (11) donde precisamente el proselitismo, la actividad cotidiana para la mayoría de los socios numerarios del Opus, su primer mandamiento, según John Roche, profesor de Historia de la Ciencia en la Universidad de Oxford y miembro de la Obra durante 14 años, "Hoy empiezan a captar a los niños de 8 a 9 años...se prepara una ficha en la que poco a poco se van recogiendo datos: edad, estudios, aficiones, ambiente social, familia, actitud hacia la religión y el Opus, contactos con gente de la Obra..." (12)

Entre las conclusiones del informe se establecía que tan oculto es el poder del Opus Dei en España que el 38% de los españoles están convencidos de que el Instituto, fundado por monseñor Escrivá de Balaguer, es "una secta, un grupo de presión, una mafia económica o un grupo político. (13) El propio director del semanario, José Oneto, apostillaba en un editorial en relación con el informe que se publicaba, que "El Opus, hoy día, continúa sumido en nuestro país en el misterio y deseábamos aclarar parte de ese misterio, parte de ese poder oculto. La encuesta, elaborada por OTR y Emopublica con 1200 entrevistas de todo el territorio nacional es de por sí significativa: son bastantes los españoles que piensan que el Opus Dei es una "mafia económica" o un "grupo de presión". Es más, son muchos los españoles (el 35%) que están convencidos de que los fines fundamentales de la Obra son influir en política como grupo de presión o conseguir determinados fines económicos".  (14) Con dificultades, con mucho esfuerzo y trabajo, con arduas investigaciones, se iba viendo la luz al final del túnel tenebroso y oscuro.

Este libro, elaborado tras varios años de exhaustiva dedicación a la recogida y contrastación de datos irrefutables y fuentes contrastadas, puede ser el detonante para la puesta en acción de la "muerte providencial" para quien lo escribe, por eso, vaya la advertencia por delante con un dardo sacado desde las mismísimas entrañas de Camino, la máxima 340 que reza: "No tengas miedo a la verdad, aunque la verdad te acarree la muerte".


REFERENCIAS

1.   García, Hernando, Julián "El fenómeno de las sectas,"en Cuadernos de realidades sociales, Nos. 35/36, p 27 (Madrid: Instituto de Sociología Aplicada, Enero 1990).
2.  "El Opus por dentro," p 33,en Area crítica, No. 2 (Julio 1983).
3.   Moncada, Alberto, "Historia oral del Opus Dei", p 131 (Barcelona: Plaza & Janés, 1987).
4.   Diario "El País", p 4 (11 Julio 1988).
5.   Ibid
6.   Diario "El País", p 50 (25 Julio 1990).
7.   Vázquez, Montalbán, Manuel "El Opus que no cesa," Interviu (14 Enero1988).
8.   Diario 16 (03 Octubre1983).
9.   Le Vaillant, Yvon "La Santa Mafia: El expediente secreto del Opus Dei", pp 69-70 (Méjico: Edimex, 1985).
10. Ibid, p 213.
11. Artículo "El Opus Dei, El verdadero poder en España," Revista Tiempo (11 Abril 1988).
12. Ibid, p 15.
13. Ibid, p 10.
14. Oneto, José, "Tiempo" (11 Abril 1988).


Índice del Capítulo I

Prólogo

Próxima Sección

Índice Completo







CAPÍTULO I


LAS SECTAS Y EL OPUS DEI


2. ¿Qué es una secta?



Julián García Hernando, en un artículo publicado en la revista del Instituto de Sociología Aplicada, apunta hacia dos vertientes a la hora de buscar la raíz etimológica de la palabra secta que puede derivarse del latín "sequi" -seguir-. En este sentido secta sería el movimiento de aquellos que siguen a un líder religioso y que aceptan su mensaje. O bien que pudiera tener su entroncamiento radical en el término "secare" o "secedere" -cortar, separar-. En este caso significaría un grupo que se ha separado de una iglesia o de otra secta, con una manifiesta tendencia a cerrarse sobre sí mismo. (15)

Desde un punto de vista sociológico y en un concepto amplio secta podría llamarse a un grupo convencional de gente que participa de las mismas experiencias religiosas. (16) Una secta, en un sentido global, no es más que un grupo de personas aglutinadas por el hecho de seguir una determinada doctrina y/o líder. (17) En cualquier contexto una secta es un grupo de personas unidas por una doctrina particular, siendo la palabra secta incompleta, por eso se las denomina como "cultos o sectas destructivas", "sectas jóvenes" o bien "movimientos pseudo-religiosos totalitarios" (18).

Secta sería el "agrupamiento voluntario de convertidos, limitado solamente a adultos, con exclusión de pecadores, es decir, reservado solamente a los que se comprometen con la ley de Dios después de haber tenido una experiencia de conversión si nos atenemos a la definición dada por Benoit- Lavaud. En ella, por tanto, los fieles se adhieren a las revelaciones hechas a un fundador. La secta se distingue de la Iglesia (en sentido no teológico) en que reconoce otra revelación nueva, distinta a la testimoniada en la Sagrada Escritura y que afirma ser necesaria para comprender ésta. Por lo demás la secta limita la salvación a los propios miembros.

Según el P. Caballero los elementos que caracterizan a las sectas modernas son los siguientes:

Factor de seguridad y de certeza. Los miembros de la secta tienen conciencia de pertenecer a un grupo que acapara la verdad y la salvación.

Factor afectivo: El grupo se considera autosuficiente. No tiene contactos con otros grupos si no es para convertirlos e integrarlos en el propio grupo. No hay lugar para el diálogo ecuménico, sólo para el proselitismo. No se puede ejercer la caridad nada más que en el interior del grupo, el cual es muy movido y fuertemente caliente, llegando a convertirse en un auténtico "ghetto".

Factor de rigorismo doctrinal, disciplinar y moral. Se concede una primacía total a los principios, a la doctrina y a la interpretación de la misma por encima de los derechos de las personas. Lo que prima es la "secta" que se identifica con la voluntad de Dios. (19)

El pleno del Congreso de los Diputados en el que se decidió investigar a los grupos considerados sectas en España, registró una aproximación a las características que permitían definir el carácter negativo o "antisocial" de estos grupos. Según el diputado socialista Carlos Navarrete, podrían considerarse las siguientes características: (20)

- La cohesión doctrinal, religiosa o socio-religiosa, demagógica, como armazón de esas organizaciones.
- La presencia de un líder carismático que se considera encarnación de la divinidad o nuncio de ella.
- La existencia de una estructura teocrática, vertical y totalitaria.
- Establecer un límite a la razón en virtud del apriorismo de determinadas creencias.
- Constituirse en comunidades cerradas o con una gran dependencia del grupo.
- La supresión de las libertades individuales, íntimas, de las comunicaciones, etc.
- El recurso a determinadas manifestaciones neurofisiológicas de meditación, renacimiento espiritual, "accesit", etc.
- El rechazo total de las sociedades y de las instituciones seculares.
- El proselitismo y la colecta de dinero y el despojo económico de sus miembros.

A las anteriores características el periodista especializado en el tema de las sectas, Pepe Rodríguez, en su libro últimamente publicado sobre la cuestión con el título El poder de las sectas, corrige y aumenta las que ya había señalado en sus anteriores obras Las sectas hoy aquí y Esclavos de un Mesías. Añade entre otras:

- Exigir una adhesión total al grupo y obligar (bajo presión psicológica) a romper con todos los lazos sociales anteriores a la entrada al culto: padres, pareja, amigos, trabajo, estudios, etc.

- Controlar la información que llega hasta sus adeptos, manipulándola a su conveniencia.

- Utilizar sofisticadas técnicas psicológicas o neurofisiológicas (enmascaradas bajo la "meditación") que sirven para anular la voluntad y el razonamiento de los adeptos causándoles en muchos casos, alteraciones psíquicas graves.

- Propugnar un rechazo total de la sociedad y de sus instituciones. Fuera del grupo todos son enemigos (polarización entre el bien/secta y el mal/sociedad). La sociedad es basura y las personas que viven en ella sólo interesan en la medida en que pueden servir al grupo.

- Tener como actividades primordiales el proselitismo -conseguir nuevos adeptos -realizándolo de forma encubierta e ilegítima y la recaudación de dinero -cuestaciones por las calles, cursos, actividades claramente delictivas -. En el caso de las sectas multinacionales el dinero recaudado es enviado, en buena parte, a las centrales de cada grupo.

- Obtener, bajo coacción psicológica, la entrega del patrimonio personal de los nuevos adeptos a la secta o de grandes sumas de dinero en concepto de cursillos o auditorías. Los miembros que trabajan en el exterior del grupo tienen que entregar todo o gran parte de su salario a la secta. Y los que trabajan en empresas pertenecientes al grupo, no cobran salarios (las nóminas de esas empresas de la secta sólo son una cobertura legal ya que nunca se llegan a hacer efectivas -o devuelven luego el dinero para sus miembros/mano de obra). (21)

Hay dos aspectos en los que Pepe Rodríguez insiste y pone especial énfasis al referirse a las características de las sectas. Por una parte el aislamiento del mundo exterior, para poder despersonalizar mejor al neófito, manipulando el ambiente, cortándole los lazos afectivos, controlándole de una forma minuciosa sus actividades sociales y relaciones, anulando y suprimiendo la información ajena a la que le suministra la propia secta mediante orientaciones, consejos y censuras estrictas en cuanto a información y comunicación se refiere, creando un lenguaje estereotipado y convencional propio de la secta, dando a las palabras un significado diferente del uso vulgar o "profano", creando unas peculiares señas de identidad, imbuyendo en el adepto un sentimiento de hostilidad y rechazo hacia lo foráneo y suprimiendo las propiedades y medios de supervivencia de los iniciados, bajo el pretexto de su propia "evolución espiritual", que le hace tener una dependencia sumisa y vejatoria de la secta.

El segundo aspecto que remarca y subraya Pepe Rodríguez es el que se refiere a la supresión y anulación de la personalidad, la destrucción de la individualidad mediante estudiados métodos y técnicas que perfectamente experimentadas con el adepto llegan a crearle la paradoja de que "el hombre -tomado como individuo aislado -cree ser un ente frágil y débil. Por ello, busca amparo en el seno del grupo y de una masa. Allí se siente fuerte y poderoso cuando, en realidad -y esa es la cruel paradoja -ha pasado a un estadio en el que es totalmente vulnerable y manipulable. Mientras que el individuo aislado actúa bajo pautas racionales, la masa lo hace bajo imperativos emocionales e irracionales". (22) Es un camino sin retorno pues "cuando se ingresa en la comunidad sectaria ya jamás se vuelve a tener intimidad". (23)

Cuando se le formuló la pregunta de "¿Por qué no es Ud. del Opus Dei?" al político y abogado madrileño Manuel Cantanero del Castillo su respuesta fue breve y concisa, pero esclarecedora "Porque no estoy dispuesto a sectarizarme" (24), en otras palabras, a no venderse.

Hace ya algunos años, en febrero de 1984, el periodista Luis Reyes ponía negro sobre blanco un dato en el semanario Tiempo que, a pesar de su gravedad, pasó inadvertido. Escribía: "El Opus en Alemania está incluido entre las sectas perniciosas, también conocido allí por la policía como "El Camino".

Como testimonio elocuente reproduciremos la carta abierta que un padre dirigía a su hijo miembro del Opus Dei, como grito que saliendo de sus entrañas más íntimas se agudiza como desgarrador: "Hijo Pedro: me gustaría que un día llegaras a la luz de la verdad, que descubrieras los bajos fondos de la "secta" en la que ahora estás atrapado, como una impotente mosca enredada en las finas mallas de una tela de araña. Esa gigantesca araña es el Marqués de Peralta, la malla su Obra, el agujero cavernícola donde lleva sus presas para devorarlas, es la Iglesia del Anticristo. Una inmensa alegría me darás el día que logres escapar de las tupidas redes en las que ahora estás atenazado poderosamente. Mientras seguiré rezando por ti. Un abrazo de tu padre que sufre y espera..." (25) Son las lágrimas de un progenitor que lucha contra una secta destructiva que, como tal, propicia la destrucción (desestructuración) de la personalidad previa del adepto y le daña severamente, destruyendo sus lazos afectivos.


REFERENCIAS

15. García Hernando, p 28.
16. Ibid, p 28.
17. Rodríguez, Pepe, "El poder de las sectas", p 31 (Barcelona: Editorial B Grupo 2, 1989).
18. Rodríguez, Pepe, "Sectas y lavado de cerebro," en Esclavos de un Mesías , p 25 (Barcelona: Elfos, 1984).
19. García Hernando, p 29
20. Diario "El Independiente", p 32 (03 Junio1988).
21. Rodríguez, Pepe, "El poder de las sectas", p 33; "Las sectas hoy y aquí", pp 59-60; "Esclavos de un Mesías", p 26.
22. Rodríguez, Pepe, "Esclavos de un Mesías", op. cit., p 76.
23. Ibid, p 78.
24. Jardiel Poncela, Eva  en "¿Por qué no es Ud. del (1) Opus Dei?", p 58.
25. Cobo Martínez, Nicolás, "Faro inconfundible", No. 31, p 6 (Febrero 1989).


Índice del Capítulo I

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO I


LAS SECTAS Y EL OPUS DEI


3. El secreto oculto y el misterio revelado



El premio nobel de literatura 1990, Camilo José Cela, declaraba que "Yo no soy del Opus Dei porque no me gustan las sociedades secretas". (26) El secretismo dentro del Opus es como una obsesión, como una pesadilla, como un síndrome. Sus adeptos practican el hermetismo. Como escribía Santiago Aroca: "Otro de los mitos de la Obra es el secreto. El Opus Dei oficialmente niega ser una organización oculta". Sin embargo, el artículo 193 sanciona: "Estas Cons-tituciones, las instrucciones publicadas y las que puedan publicarse en el futuro, así como los demás documentos, NO HAN DE DIVULGARSE"; más aún, sin licencia del "Padre", "aquellos dichos documentos que estuviesen escritos en lengua latina ni siquiera han de traducirse a las lenguas vulgares". Incidiendo en esta línea, el artículo 232 afirma: "el negocio y las razones de nuestra vocación no los comunicaremos con extraños, sino muy cautamente y muy rara vez". Para rematar, el artículo 191 proclama el valor de la discreción e indica que los socios de la Obra "deben guardar prudente silencio respecto a los nombres de otros miembros y que a nadie van a revelar que pertenecen al Opus Dei" (27).

Una de las personas que mejor conocen las interioridades del Opus Dei es Alberto Moncada por haber pertenecido al grupo durante muchos años, donde ejerció funciones y labores de relevancia. Ha escrito varios libros en los cuales recoge que una "manía es el secreto y el susurro, simplemente inaceptable en una sociedad moderna", (28) definiendo al Opus de "intrincada madeja" y haciendo suyas las palabras de R. S. cuando afirmaba que "para que se entienda la Obra hay que acabar con el Opus". (29) En el Opus, según condiciones que los dirigentes suelen poner a los que se van, es que no comuniquen a nadie sus experiencias en la Obra", (30) pero "todo poder oculto, toda simulación repugna con las exigencias profundas de la sinceridad cristiana". (31)

Para Yvon le Vaillant el aspecto más sorprendente - y más frecuentemente señalado por los observadores - es el carácter "secreto" del Opus Dei, su naturaleza y su comportamiento de "sociedad secreta". Para ello existen consignas precisas. El sacerdote jesuita Jean Beyer matiza que "el secreto concierne, pues, a los miembros, las casas y los votos del instituto". (32)

Son muchas las máximas del libro de cabecera de los miembros del Opus -Camino - que insisten y reiteran esta necesidad asfixiante en la Obra. Hay capítulos enteros destinados a temas tales como "discreción" o "táctica" donde las consignas de secreto se suceden de forma más o menos explícita. Así podemos leer:

"970: Es verdad que he llamado a tu apostolado discreto 'silenciosa y operativa misión' y no tengo nada que rectificar."

"639: De callar no te arrepentirás nunca; de hablar muchas veces".

"654: Ha afilado tu lengua el despecho. ¡Calla!

"835: ¿Brillar como una estrella..., ansia de altura y de lumbre encendida en el cielo? Mejor: quemar, como una antorcha, escondido, pegando tu fuego a todo lo que tocas. Este es tu apostolado; para eso estás en la tierra".

"840: Que pase inadvertida vuestra condición como pasó la de Jesús durante treinta años".

Las Constituciones del Opus Dei, redactadas en 1947, también insisten, machaconamente, en el aspecto del sigilo. De entre sus artículos destacamos:

Artículo 6.- "El opus Dei... no puede editar revistas u otras publicaciones a nombre de la Obra, a no ser para uso interno de sus miembros, sus miembros no llevan ninguna señal distintiva; hablarán con precaución del Opus Dei con los que no son miembros..."

Artículo 189.- "Con el objeto de alcanzar su fin con eficacia, el Instituto como tal quiere vivir oculto".

Artículo 190.- "... El pertenecer a la Obra no implica ninguna manifestación externa, y se ocultará a los extraños el número de socios, más todavía, los nuestros no hablarán jamás de este asunto con los extraños".

Artículo 191.- "...La falta de discreción podría constituir un grave obstáculo para el trabajo apostólico, y aún provocar algunas dificultades en el ambiente de la propia familia o en el ejercicio de la profesión. Los miembros numerarios y supernumerarios deben estar convencidos de la necesidad de guardar un prudente silencio acerca del nombre de otros miembros y no revelar a nadie su propia afiliación a la Obra, ni siquiera con la intención de hacer conocer al Instituto, sin un permiso especial del director local. Esta discreción obliga sobre todo a los miembros del Instituto y a los socios que lo han abandonado por cualquier razón".

Artículo 193.- "Estas Constituciones, las instrucciones publicadas y las que puedan en el futuro publicarse, así como los demás documentos, no han de divulgarse, ni siquiera han de traducirse a las lenguas vulgares".

Artículo 232.- "El negocio y las razones de nuestra vocación no los comunicaremos con los extraños, sino muy cautamente y muy rara vez".

Sucede con frecuencia que dos miembros de una casa, de una misma residencia de la Obra, fingen no conocerse cuando se encuentran en público. Que miembros de una misma familia no saben que alguno de ellos pertenece al Opus. Que las personas descubren con sorpresa que un amigo, un compañero de trabajo a quien frecuentan durante años, les ha ocultado cuidadosamente esta pertenencia. No es raro que la aventura le suceda aun a los propios obispos que se han sorprendido al saber que tal o cual sacerdote pertenecía al Opus. (33)

A propósito de la proverbial discreción y el secreto que rodea al Opus, otro jesuita, el padre Heyen dice así: "que se nos permita señalar aquí la desviación apostólica que deben evitar los institutos seculares, sobre todo aquellos que deben observar cierto secreto. Se trata del peligro, con pretexto de apostolado, de imitar a los comunistas y de "infiltrarse" en el medio o de apoderarse de las palancas de mando y de los puestos importantes. Se verá, y con razón, en semejante proceder una flagrante deslealtad respecto a los otros cristianos. Se verá en ello sobre todo, una alteración grave por su naturaleza del apostolado específico de estos Institutos: semejante infiltración no significaría utilización a la luz y al amor de N. S. Jesucristo; los medios de sigilo, significarían corrupción". (34) Y los escándalos han sido una constante en la Obra. Eso sí, en secreto.

El Teniente General Fernando Rodrigo Cifuentes hacía las siguientes manifestaciones al referirse al Opus Dei: "Por mi condición de militar, considero totalmente en pugna los altos compromisos que el militar tiene contraídos con la Nación con cualquiera otros que, sin duda se contraen al aceptar la reglamentación de una asociación secreta, puesto que secreta es su labor de captación y actuación". (35) El Coronel Antonio Sánchez Camara matizaba ·"muchos, muchísimos miembros del Opus, si se les pregunta directamente, niegan su pertenencia al mismo ¿por qué?... El Opus Dei es una cosa cerrada y a mí me gustan los espacios abiertos". (36)

El escritor Evaristo Acevedo, en tono distendido, comentaba que el Opus rodea sus actividades de gran sigilo y cautela, casi con la calificación de secreto oficial, "hasta el punto de que ignoro - decía - si mi mujer, hermanos, tíos, primos y amigos estimados pertenecen a la Obra. El misterio y 'suspense' que circundan a los opusianos y las actividades que realizan me impiden juzgar con exactitud si sus propósitos, tareas realizadas y por realizar, son beneficiosos o no para la colectividad". (37) No hay que olvidar que con el espíritu sectario del Opus Dei, quienes son y quienes no son es algo que se silencia y que sólo en contadas ocasiones, y a su entera conveniencia, sus miembros pueden confesar pertenecer a la Obra.

Con la práctica del secretismo al Opus se le ha denominado de formas diferentes que refuerzan su condición: "Santa Mafia", "Franc-masonería católica", este último apelativo se le atribuye a Henri Fesquet, el más célebre cronista religioso del periódico Le Monde, que el siete de junio de 1956 escribía en su columna con el titular de Con el Opus el retorno al equívoco, una especie de Francmasonería católica, donde hablaba de una especie un poco particular de misioneros que ocultan cuidadosamente el nombre de su organización y los móviles verdaderos de su actividad.

Se podría contra argumentar que sus obras corporativas -es decir, las que reconocen como suyas -existen y en ocasiones se las conoce. Esta es la única publicidad que el Opus hace de sus actividades, pero es significativo que no aparecen jamás con su verdadero nombre. Ninguna de ellas pertenece al Opus Dei. En los correspondientes registros no aparece nunca el nombre de esta recatada asociación, sino: patronatos, inmobiliarias, personas particulares o cualesquiera forma de sociedades mercantiles o culturales, lo que dificulta la actuación de los poderes públicos sobre las obras corporativas de este instituto secular. Luego, eso sí, estos patronatos e inmobiliarias encomiendan al Opus Dei la dirección espiritual de dichos centros. (38)

El catedrático universitario de Historia de España Contemporánea, José Cepeda Adán, se hacía la siguiente y lógica reflexión: "no entiendo ni entenderé nunca, el misterio y el secreto que envuelve al Opus en sus actuaciones. ¿Por qué? Si el camino es recto y elevado, con la luz ganará nitidez y se desprenderá de los peligros de la egoísta y oscura tierra". (39)  En esta misma línea el escritor y periodista Antonio D`Olano opinaba que "a las gentes de nuestro tiempo, no pertenecientes a la llamada Obra de Dios les es más difícil comprenderla que la teoría de la relatividad..." Opuslencia... Me dan terror las tinieblas. Todo lo que nos deparan es viscoso, alarmante. En las tinieblas los hombres no establecen contacto, aunque sea a tientas, ni pueden mirarse cara a cara a los ojos. Si somos partidarios de algo confesable ¿Por qué ocultarlo?". (40)

Su inclinación por lo secreto y reservado en la secta les ha llevado a adoptar palabras de pase y toques de reconocimiento, a imagen y semejanza de la masonería. A algunos ha parecido significativo el hecho de que entre los miembros de esta Obra, que entre nosotros ha sido calificada de "masonería blanca" se usen numerosos símbolos, contraseñas y signos. Si, por poner un ejemplo, se encuentra uno en una reunión y una persona que acaba de llegar dice al ser presentada "Pax", no hay que interpretar que esa persona se haya vuelto loca. Significa que es del Opus Dei y que lanza su "santo y seña", para que, si hay en el grupo otra persona perteneciente a la Obra se identifique diciendo: "In aeternum". (41) Ritos secretos. Esotéricos.

Seguramente la adopción de tales actitudes les viene dada al comprobar los resultados tan considerables que tales prácticas le han producido a la masonería. El Opus copió la técnica del secreto, como medio y sistema de penetración y control, con la enorme ventaja de disponer de la asistencia oficial de sacerdotes.

El escritor mejicano Manuel Magaña en su libro Revelaciones sobre la Santa Mafia nos desvela la existencia de "reuniones secretas" de los miembros del Opus Dei con más frecuencia de lo que puede suponerse, con miras al control de la prensa, el cine, la radio, la TV, a fin de que sus planes de infiltración político-religiosa, de alcances internacionales, resulten favorecidos con una imagen pública que oculte los verdaderos propósitos. (42) Quizá, en tono de humor y con intuición de la existencia de tales reuniones secretas, el humorista Manuel Summer, al hablar sobre el Opus, relataba que "cuando era pequeñito le enseñaron en su casa que "secretitos en reunión son falta de educación" para añadir "amo la libertad y no me apetece formar parte de ningún rebaño". (43)

Un investigador y especialista en temas relacionados con el Opus Dei, el periodista Santiago Aroca, daba un paso más sobre la existencia de esas reuniones secretas apuntadas, al escribir que "el críptico lenguaje interno de los socios, en sus altos miembros y dirigentes se llaman por números y no por sus nombres en las reuniones de gobierno en la cumbre." (44) El mundo está necesitado de mayor número de luz y taquígrafos, cuando se enfrenta con sociedades secretas del tipo Opus, que son clanes o cárteles sometidos a la ley del silencio.

La consideración de sociedad secreta ha sido una constante. Daniel Artigues en su documento libro editado en Francia en 1971 con el título El Opus Dei en España, ya en la primera página escribía que se trataba de una sociedad casi secreta que aspiraba, en primer lugar, a captar a las élites, al mismo tiempo que perseguía fines, mal conocidos y más políticos que religiosos, apuntando la notoria reputación de que gozaba el Opus y su gusto por el secreto, concluyendo que "este afán de discreción, como dicen los miembros del Opus Dei, este culto del secreto, como pretenden sus adversarios, es uno de los caracteres esenciales de la Obra". (45)

De ahí que no dude en calificarle con el apelativo de "grupo de presión"

Nunca podremos saber exactamente cuáles ni cuántas son las realizaciones oficiales del Opus Dei, cuáles son los puntos oscuros o de penetración con pretextos virtuosos. Según Yvon Le Vaillant es imposible, por ejemplo, conocer el número exacto de residencias o de casas de estudiantes. Tampoco el nombre del Opus Dei figura en ninguna guía telefónica y Dios sabe que, aquí abajo, el teléfono es un instrumento usual, aunque natural. El Opus no aparece a pecho descubierto, ni hace ninguna publicidad a su nombre, pero conserva el control de la decisión, por lo que se llega a una doble conclusión:

1) El Opus se reserva, sin que lo parezca, la posibilidad de seleccionar a su clientela, sus adherentes, sus interlocutores.

2) Conserva la posibilidad de hacer funcionar estas casas y residencias como trampas. (46)

En cualquier caso es ilusorio pretender el esclarecimiento por parte de los responsables de la obra. Jesús Ynfante, autor del libro La prodigiosa aventura del Opus Dei encuentra en la Obra de Escrivá un "terrible alambique" (47) cuya pertenencia está concebida de una manera múltiple y complicada, desde unos amplios círculos exteriores hasta grupos íntimos, secretos... operando según métodos enigmáticos, de ahí que los menores de 18 años reciben instrucciones de no decir nada a sus padres, de mantener el secreto hasta que los progenitores no tengan capacidad legal para apartarlos del Opus. (48)

Tal es el secreto que impera, que una autoridad dentro de la Obra podía escribir: "dudo mucho que el uno por mil de los miembros conozca las Constituciones del Opus" (49) por lo que razonaba: "la pregunta ¿qué es el Opus Dei? no tiene contestación clara y no puede válidamente sustituirse por la otra ¿qué pretende el Opus Dei? porque entonces pasamos al plano de las 'intenciones' y ese es el terreno movedizo". (50)

Cuenta Antonio Pérez (51) -una de las personas más próximas a Escrivá y durante algún tiempo su secretario particular-: "El Padre tenía siempre una gran preocupación por el secreto. Ello le llevaba a aplicar a estos temas la misma estrategia que a los asuntos internos, es decir, que sólo unos pocos en la cúpula, los conocían y los negociaban con los directamente responsables, manteniendo al resto de los socios fuera de esa información. Esto se producía sobre todo mediante el control de la documentación y la mayor o menor accesibilidad a las notas y avisos de Roma. Había incluso un código secreto para la correspondencia, en el que cada numeral o combinación de numeral con vocales tenía una significación. "El libro se guardaba en un libro llamado San Girolano" recuerda María del Carmen Tapia.

El diario El Mundo el 4 de diciembre de 1991 publicaba una entrevista con el teólogo Hans Küng que se encontraba en Madrid para presentar su obra Proyecto para una ética mundial, y a la pregunta de si ¿tenía la Obra tanto poder en la Iglesia como se decía? respondía sin ambages: "Mucho y, aunque pasado, ahora el Papa apoya a la sociedad secreta del Opus Dei a fondo perdido... El Opus es peor que una secta: es una compañía secreta y clandestina".


REFERENCIAS

26. Jardiel Poncela, op cit, p 64.
27. Aroca, Santiago, "Tiempo" (11 Agosto1986).
28. Moncada, Alberto, "El Opus Dei: Una interpretación", p 21 (Madrid: 1974).
29. Ibid, p 38.
30. Ibid, p 143.
31. Le Vaillant, p 242.
32. Ibid, p 242.
33. Ibid, p 248.
34. Wast, Oscar H., "Jesuítas, Opus Dei y Cursillos de Cristiandad", pp 62-63 (Méjico: 1971).
35. Jardiel Poncela, p 173.
36. Ibid., pp 188-189.
37. Ibid., p 38.
38. García Romanillos, Fernando , "La cara oculta del Opus," Historía, No. 6 (Septiembre, 1975), p 57.
39. Jardiel Poncela, p 67.
40. Ibid, pp 74-75.
41. Carandell, Luís, "Vida y milagros de monseñor Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei", (Barcelona: Editorial Laia, 1975), p 160.
42. Magaña, Manuel C., "Revelaciones sobre la Santa Mafia" (Méjico: Self-published, 1974), p 228.
43. Jardiel Poncela, p 200.
44. Aroca, Santiago, "Tiempo" (07 Julio 1986).
45. Artigues, Daniel, "El Opus Dei en España" (Paris: Ruedo Ibérico, 1971), p 74.
46. Le Vaillant, op cit, pp 94-95.
47. Ynfante, Jesús, "La prodigiosa aventura del Opus Dei" (Génesis y desarrollo de la Santa Mafia) (Ruedo Ibérico, 1970), p 114.
48. "El Opus Dei, El verdadero poder en España," Revista Tiempo (11 Abril 1988), p 16.
49. Moncada, "El Opus Dei: Una interpretación", p 95.
50. Ibid, p 28.
51. Moncada, "Historia oral del Opus Dei", pp 12-13.


Índice del Capítulo I

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO I


LAS SECTAS Y EL OPUS DEI


4. El líder carismático



Los sectarios suelen ser esclavos de un mesías, siguiendo la terminología de Pepe Rodríguez que, incluso, llega a dar tal título a uno de sus libros sobre las sectas. Según este autor en las sectas hay dos cuerpos doctrinales íntimamente ligados, pero perfectamente diferenciables. Uno es el de la doctrina del mito personal y el otro es el de la doctrina revelada. La doctrina del mito personal consiste en una sobrevaloración de todas las cualidades humanas del dirigente, hasta adorarlo con valores y habilidades propias de la divinidad.

En las sectas -siguen ilustrándonos -se equipara rango jerárquico con madurez espiritual, cosa lógica si vemos que la base de la pirámide la ocupan los neófitos y la cúspide es monopolizada por el dirigente. Por tanto, una confidencia sobre el Maestro tendrá tanto más valor y fuerza cuanto más elevado jerárquicamente esté el emisor de la misma. Este mecanismo origina otro hecho fundamental: sólo el dirigente (vértice de la pirámide) tiene derecho a la "doctrina del mito personal escrita y a ser adorado a través de ella".

En la doctrina del mito personal no sólo se diviniza la biografía del dirigente, sino que también se le inventa un pasado y formación intelectual acorde. El objetivo es el situar al dirigente en una posición tan elevada (en cualidades físicas, morales y espirituales) que jamás ningún adepto podrá ni tan siquiera soñar con llegar a ella. La consecuencia de ello, una vez aceptada la posición del dirigente como la "perfecta", es el cese de toda crítica y el sometimiento total del discípulo a la voluntad del "maestro perfecto". (52) En este resumen sinóptico de la teoría del líder carismático expuesta por el escritor Pepe Rodríguez se condesa la tipología estereotipada que se repite en todas las sectas con pequeñas variantes.

Otro detalle apunta que matiza aún más esa teoría y es que "los dirigentes de las sectas salen de la nada social y pasan a crear y moldear una masa que no tendrá otro objeto que el de seguirles u obedecerles ciegamente. Todos pretenden haber sido 'iluminados' por la divinidad". (53)

En todos los supuestos se aprecia una ostensible megalomanía del líder carismático, siendo su autoridad sobre la grey omnímoda y absoluta.

Es curioso constatar cómo "a nivel simbólico está demostrado que los componentes de un grupo ven en éste a la madre y en el líder al PADRE" (54) y éste es justamente el apelativo y la nomenclatura que los adeptos reservan para Escrivá de Balaguer.

El culto al Fundador ha alcanzado extremo inaudito dentro de la Obra de Dios. Como nos narra Alberto Moncada en su Historia oral del Opus Dei los opusdeístas se reconocen a sí mismos como miembros de una familia en la que el Padre es el personaje principal. La historia de estos primeros cincuenta años del Opus Dei no es sino una biografía ampliada de Monseñor Escrivá, de su evolución psicológica, de sus relaciones con propios y extraños y de la obediencia incondicionada de sus gentes.

Esta obediencia, esta devoción al Padre, se convierte en razón de vivir para sus hijos, en clave para sus vivencias religiosas y termina oscureciendo cualquier otro modo de entender la vocación del Opus Dei. El culto a la personalidad del Padre, en el que los analistas ven la mayor dificultad para una modificación de la trayectoria opusdeísta, se engendró en el espíritu de ese hombre cuya fe en su destino le hacía decir: "He conocido a siete papas, cientos de cardenales, miles de obispos. Pero fundadores del Opus Dei sólo hay uno". (55)

El "Padre" Escrivá se rodeaba siempre de sus más íntimos leales y sus apariciones al grueso de los socios se producían en un ambiente colectivo y, a ser posible, con chicos jóvenes y gente adicta. (56)

El paroxismo de lo reverencial, en relación al Fundador de la secta, nos lo narra Luis Carandell (57) cuando escribe que los miembros del Opus Dei se arrodillan ante el Fundador (los cristianos se arrodillan generalmente sólo ante el Santísimo). Todas las mañanas, en la residencia romana, una doncella con cofia entra en la cámara presidencial mientras monseñor desayuna y arrodillándose, deposita sobre la mesa una bandeja de plata con la correspondencia. Todos sus hijos se hincan de hinojos para besarle la mano. Y aquí hay otro dato que confirma una vez más el profundo rasgo de su carácter. Monseñor "tolera" estas manifestaciones de la veneración que le profesan sus hijos, pero desea institucionalizar la costumbre que tienen de arrodillarse ante él para que no pueda pensarse que hay en su aceptación la menor sombra de vanidad, soberbia o engreimiento. Un antiguo miembro que desempeñó en su tiempo cargos de gran responsabilidad en la Obra me contaba - prosigue Carandell - que, en un congreso General del Opus Dei, al que asistió poco antes de abandonar el Instituto, el único punto que se discutió con verdadera amplitud, y sobre el cual se llegó a un acuerdo, fue el de la obligatoriedad de que los miembros se arrodillaran ante el Presidente General, quienquiera que fuese. Esto se hizo "para que el sucesor del Padre Escrivá no se sintiera humillado" recordando que los miembros se arrodillaban ante el Fundador.

El "Padre" Escrivá, líder carismático, está dentro del grupo situado en un pedestal inaccesible, habiéndose mitificado en vida.

Para descubrir a los sectarios, el propio Carandell nos da una clave al indicarnos que (58) la prueba decisiva para saber si una persona es del Opus es hablarle despectivamente del "Padre". Saltan enseguida. Ellos alegan que es su "padre" y que cualquier persona saltaría si le hablaran mal de su padre.

Pilar Salarrullana, ex-senadora y ex-diputada, ha escrito un interesante libro sobre Las sectas como testimonio vivo sobre los mesías del terror en España, donde señala que el líder es una característica esencial de las sectas, pues es "un personaje mesiánico, carismático, con un gran encanto personal y un gran poder de atracción y sugestión, lo que los psicólogos llaman un "paranoico expansivo", que se hace dueño de cuerpos y mentes y, por supuesto, de la cartera de sus adeptos. Se autodenomina sigue diciendo Pilar Salarrullana -"gurú", "maestro", "profeta", "reverendo", "Swami", "pastor", "presidente", "comandante" o "PADRE". En el Opus han adoptado esta última denominación.

Para Salarrullana, el "Padre" es el que lo sabe todo, lo controla todo y lo preveé todo. No se puede dudar de su palabra, ni de sus escritos, ni de sus mandatos; no se le puede desobedecer jamás.

El Propio "padre" Escrivá se refería a los miembros del Opus Dei diciendo que son sus "hijos" y sus "hijas", por eso tenían que arrodillarse ante él cuando estaban en su presencia.

Hasta tales extremos del paroxismo mitificador de la figura del líder se llega a que, con tal de dejar al "Padre" en buen lugar, no importaba mentir, ni trastocar los hechos, nos aclara en un amplio reportaje publicado en la revista femenina Marie Claire una numeraria que denomina su artículo La historia amarga de una numeraria del Opus. (59)

Otra de las características que se dan en ese tipo de personajes es que suelen poner al mismo nivel de importancia que la Escritura los escritos del Fundador de la secta -el ejemplo lo tenemos en el librito Camino, escrito por el "Padre" -teniendo que ser interpretada la Palabra de Dios conforme a los caprichos exegéticos y a las enseñanzas del líder de la secta.

Por consiguiente, la afiliación en la Obra es sumisión absoluta, y el derecho del Padre lo abarca todo. Los hijos de Escrivá son como borricos de noria: una vuelta, otra vuelta, más vueltas, amarrados al palo que hace moverse la noria. Están atados al Padre; ni pueden ni saben hacer ni pensar nada fuera de la fuerza magnética del Padre. Podemos decir que viven drogados. (60) Escrivá de Balaguer es una poderosa droga para los que se dejen atrapar en sus potentes mallas de tela de araña. Tan alto es el grado de intoxicación que padecen y al que están sometidos, que en el pensamiento, en la palabra, en los hechos, no es Cristo el que está, es el "Padre".

Nada más gráfico y representativo que la imagen del burro de noria, siempre andando, dando vueltas, para no ir a ninguna parte. El padre Escrivá insta a sus "hijos" a ser, en lo espiritual, como los borricos de noria. Y entre los socios de la Obra se puso de moda tener en sus casas una figurilla de cerámica, de paja o de madera, que representara un burrito con albardas. (61) La presencia del burrillo en el recibimiento de una casa, en la antesala de un despacho, podía ser un indicio que el experto opusdeiólogo debía tener en cuenta para determinar si el inquilino pertenecía a la Obra.

Covadonga Carcedo, una ex-agregada de Asturias, denunciaba públicamente al Opus Dei diciendo: "El Opus es una mafia que lo controla todo. Yo que me he hecho apóstata gracias al Opus Dei, quiero descubrir a mis conciudadanos la hipocresía de esas personas, todas ellas hijas espirituales de José María Escrivá de Balaguer, un marqués al que aspiran llevar a los altares". (62)

Al hablar de las sectas, hoy y aquí, el periodista Pepe Rodríguez se cuestiona también si sería interesante estudiar por qué hay tantos líderes españoles en determinadas sectas con una homosexualidad manifiesta o latente.


REFERENCIAS

52. Rodríguez, "Esclavos de un Mesías", pp 44-46.
53. Idid, p 28.
54. Ibid, p 78.
55. Moncada, "Historia oral del Opus Dei", pp 12-13.
56. Moncada, "El Opus Dei: Una interpretación", p 125.
57. Carandell, p 98.
58. Ibid, p 23.
59. Revista "Marie Claire" (December 1987).
60. Cobo Martínez, Nicolás Cobo, "Faro inconfundible", No. 23 (Junio 1988).
61. Carandell, p 125.
62. Carcedo, Covadonga. "Interviú" (04 Junio 1988).


Índice del Capítulo I

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO I


LAS SECTAS Y EL OPUS DEI


5. Comunidad de elegidos: adeptos e iniciados



Uno de los mejores estudios aparecidos en España sobre el tema de las sectas es el de Steven Hassan, que bajo el título Las técnicas de control mental de las sectas y cómo combatirlas, nos habla del "engaño celestial" en el que "Dios perdona el engaño de los "elegidos" si con ello se consiguen nuevos 'hijos espirituales'", y donde se reitera que deben considerar al Padre como el representante de Dios en la Tierra.

A los sectarios se les inocula la idea que por el mero hecho de formar, de ser parte del grupo o del clan, pertenecen a una casta diferente de elegidos, una comunidad de privilegiados, un núcleo de llamados, un círculo de predestinados.

Las sectas, con un componente religioso motivador, llevan al adicto a la necesidad de una experiencia personal de Dios y que, por consiguiente, se autodenominan elegidos, e incluso se les inculca que son "santos" respecto a los demás, (63) creando una superioridad artificial y vacua.

Otra idea que se les transmite a los miembros de las sectas es el carácter exclusivo y excluyente de su propio comportamiento. Esta condición exclusivista se traduce en la falsa idea de formar parte de la secta conlleva, automáticamente, al rechazo de cuantos no pertenecen a ella; en adelante, sólo interesa la secta y lo "demás" no cuenta.

El espejismo más evidente se manifiesta en que las sectas suelen presentarse como "camino de salvación", aparentando los más diversos itinerarios pero siendo todas coincidentes en un denominador común en relación con el mundo exterior a la propia secta, al que generalmente se le hace coincidir con el mal.

Este sentimiento de superioridad se consigue haciendo creer que todos los miembros de la secta van a sobrevivir gracias a una protección divina particular (64) generando ese sentimiento de superioridad la sensación de ser un "elegido", factor que no sólo cohesiona al grupo, sino que cambia su moralidad: los "pecadores" no han sido "elegidos", por lo tanto es justo que sean eliminados. No hay lástima ni perdón para el "pecador".

Otro fenómeno que se produce al hacer aparecer a toda la sociedad como hostil es que no sólo se aísla al adepto, sino que le plantea el germen del miedo que, convenientemente manipulado, se transformará en agresión cuando el líder lo ordene. (65)

En el Opus Dei, más fuerza tiene aún la sensación de que Dios, lo Absoluto, viene a ti a través de la Organización. Esta idea de que tu camino hacia la felicidad plena pasa por la Obra justifica todas las sumisiones que te impones o te imponen. (66) Las ansias de ser feliz y de no terminarse, de durar siempre, aquellas que hacían estremecer a Miguel de Unamuno cuando sintió la agonía de su cristianismo, son capaces de lograr todas las renuncias, si estás convencido de que son el precio de su realización.

En Opinión del escritor Evaristo Acevedo "El Opus parece dar a entender que sólo aquellos hispanos pertenecientes a su organización "están con Dios". Lo cual tiene un carácter de monopolio y exclusivismo que no encaja con mis criterios religiosos" (67).

María Angustias Moreno, durante  muchos años miembro del Opus Dei, nos aporta a este respecto un testimonio esclarecedor e ilustrativo, "¿Que dice la Obra de sí misma? Que es sencilla, que es auténtica; que sus socios son iguales a los demás hombres, son gente corriente en medio del mundo. Sin embargo, nada más llegar, inculcan exhaustivamente que ser de la Obra es algo maravilloso, lo mejor del mundo, lo más grande. Algo que, como lógica consecuencia hace mirar a los demás como desde un pedestal: se entra en la iluminación de los grandes misterios, se es elegido entre miles para formar parte de un cuerpo perfecto; los demás ¡qué pena! siguen allá abajo envueltos en las tinieblas del error, expuestos a todos los peligros. Por el hecho de ser de la Obra, siempre estará uno en lo cierto, se dará la doctrina segura a esos pobres equivocados, deformados, ignorantes e ingenuos; porque nada más llegar, uno ya está avalado, apoyado y garantizado por los directores, personas especialmente selectas (así deben concebirse) que poseen, por estar unidas al Padre, el don de lo inenarrable. Porque el Padre no se equivoca nunca, y en la Obra todo pasa por el Padre: "habéis de pasarlo todo por mi cabeza y por mi corazón", dijo repetidas veces Escrivá a los directores". (68)

Incluso no se puede ser un buen cristiano, para el Opus Dei, si se tiene alguna tara, dolencia o enfermedad física. No se admite a personas que no hayan superado el minucioso reconocimiento médico al que son sometidos. El club de Dios está restringido a los sanos, como nos lo cuenta en su historia amarga una numeraria del Opus a la que le chocó un poco que un par de días antes de "pitar" -ingresar en la Obra - la dijeran que tenía que hacerse un reconocimiento médico. "¿Qué tenía que ver mi estado de salud para ser de la Obra? ¿lo importante no es tener vocación? ¿o es que si me descubrían piedras en el riñón, la vocación pasaba a ser una decisión en manos del médico? Esta joven tiene arritmias, olvidaros de todo lo que les habéis contado, no puede ser de la Obra... ¿Gracioso, no? La razón de este trámite es no cargar con una persona, aparentemente joven y sana, que al poco tiempo de hacerse de la Obra se la descubra algún tipo de enfermedad más o menos grave, porque tendrían que cuidar de ella y la Obra no quiere enfermos prematuros, aunque dos días antes del reconocimiento tuvieran 'claro' que tenía una vocación como un castillo. A mí no me encontraron nada. Eso sí, aconsejaron que no dijera nada en mi casa de lo del médico. Había que ser discreta."  (69)

En el librito Camino, escrito por el "líder carismático", aparecen también imágenes opuestas, evidentes entre contrarios: (70) dos tipos de hombre. En primer lugar, la imagen resplandeciente del superhombre, fiero, arrogante, voluntarioso, inconmovible en la ideología de sus jefes y con un desprecio de hierro para el resto; pistolero de Dios, eficaz y despersonalizador, disciplinado hasta el absurdo, intolerante, inquisidor, en busca de su absoluto.

Por otra parte la tierna imagen del humilde servidor, un poco vulnerable, modesto, ínfimo entre los ínfimos, con la mirada baja, la vista huidiza, perseguido, vejado por la hostilidad general, masoquista en ocasiones, hipócrita en otras, un poco muelle, tibio en todo, un tanto audaz, pero, sobre todo, nunca temerario, va en busca de una buena cama para morir en mal de amor. Las dos imágenes se superponen y se mezclan para formar el prototipo del "Hombre del Opus Dei" tal como se le encuentra en la vida.

Los socios y miembros del Opus tienen anulada, en ciertos aspectos, su capacidad de discernimiento al presentárseles y hacerles creer ciegamente que cualquier ataque contra la Obra de Dios son "calumnias" (71) cuando proceden de otros miembros de la Iglesia Católica.


REFERENCIAS

63. "Cuadernos de realidades sociales", Nos. 35-36, p 39.
64. Rodríguez, op cit, p 110.
65. Ibid, p 113.
66. Moncada, "El Opus Dei: Una interpretación", p 116.
67. Jardiel Poncela, op cit, p 41.
68. Moreno, María Angustias, "El Opus Dei, anexo a una historia", 5ta edición (Madrid: Ediciones Libertarías Prodhufi, March 1992), p 61.
69. "La historia amarga de una numeraria del Opus," Revista Marie Claire (Diciembre 1987).
70. "Le Vaillant", p 28.
71. Ynfante, op cit, p 363.


Índice del Capítulo I

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO I


LAS SECTAS Y EL OPUS DEI


6. La ambición de riqueza y poder o la avaricia sin límite



Los miembros del Opus Dei son una síntesis de Mercaderes de Dios y Vendedores del Templo. Pere Pique decía que un clan capaz de ganar tantos millones al año y copar empresas punta desde la sombrea, cuando Jesucristo lució y predicó la pobreza a pleno sol, da qué pensar y de qué hablar. Encima, fundado por quien sería Marqués e izado a prelatura por el polémico Papa polaco. (72) Urge ya dar luz a la sombra.

Como indica el Instituto de Sociología Aplicada, a través de su publicación especializada, las sectas no suelen dedicar demasiado tiempo a obras de caridad fuera del propio círculo, ya que todos los recursos materiales los destinan a sus propios fines. Lo que buscan principalmente estos grupos sectarios es "mano de obra barata al servicio de sus propios negocios".

Las instrucciones que recibe el socio del Opus Dei afectan a cómo utilizar su tiempo y su dinero en beneficio de la asociación. (73) En el Opus Dei, si un hombre entregó a la organización el total de sus ingresos durante su vida y puede probarse que gastó menos que ingresó ¿tiene derecho a alguna restitución o incluso a una indemnización? Los dirigentes de la Obra sostienen que NO. (74)

El régimen económico al que están sometidos los miembros y socios del Opus Dei, especialmente los numerarios, que suelen vivir en común en pisos o utilizando la terminología de la Obra, en "familias" compuestas por lo general de ocho a diez miembros, estriba en entregar a fin de mes sus sueldos y ganancias al secretario y cuando alguno de ellos necesita hacerse un traje o comprarse unos zapatos, consultan con el director para que les autorice a realizar ese gasto extraordinario. (75) Aunque el director no tiene atribuciones para decidir cómo tiene que ser ese traje, no cabe duda que su consejo pesa decisivamente en este aspecto. Según antiguos miembros hubo una época en que en cada ciudad había una persona que se ocupaba de "orientar" a los socios cuando necesitaban renovar el vestuario y les dirigían a determinados establecimientos más o menos ligados a la Obra.

La versión, con pequeñas matizaciones, también es asumida por Alberto Moncada que confirma la entrega en la caja de la casa de la totalidad de sus ingresos y que después tenían que solicitar y pedir lo necesario, de acuerdo con los superiores y siempre dentro de un esquema de escasez que se les impone No pueden tener cuentas bancarias individuales, ni bienes privativos. Al final de mes, deben entregar al director, como parte de la confidencia, una relación de los gastos que habían efectuado.

Desde que entras en la Obra -nos informa una numeraria A. L. M. N. -llevan una cuenta general de ingresos y gastos. Normalmente los ingresos son superiores a los gastos, por lo que existe un superávit. Pero si te vas no intentes nunca que te devuelvan tu dinero. Podría empezar a creerse que la Obra es espiritual. Todas las cosas que tienes a tu nombre hay que ponerlas a nombre de la Obra, porque hay que vivir la "pobreza" y Dios nos ha pedido todo, - son los argumentos empleados-. Tus propiedades y pertenencias se ponen a nombre de numerarios fieles. También cuando se hace la fidelidad hay que redactar testamento en favor de la obra (76) Cuando te vas olvídate del testamento y de todo lo que entregaste.

Tal abuso de confianza lo justifican en el sentido de que al entrar en la Obra es de buen espíritu -te insinúan- firmar lo que te ponen delante sin echar una ojeada antes, porque la Obra, que es de Dios, que tiene a un fundador santo -te dicen- y que es una madre para sus hijos ¿cómo va a tratar de darte gato por liebre? Firmas lo que te echen. (77)

Si en realidad, como engañan, tu eres miembro de una asociación neta y exclusivamente seglar ¿por qué son ellos los que administran tus ingresos? Si se gozara de esa tan "cacareada" libertad, el dinero que ganas lo tendrías en tu libreta de ahorros, a tu libre disposición. Pero no es así: no sabrás nunca el dinero que tienes, ni podrás disponer de él. Jamás te extenderán un recibo por el dinero que has entregado. (78)

La revista Interviú publicaba, por primera vez en abril de 1988, un documento excepcional probatorio, una prueba de evicción fulminante, la fotocopia del testamento de una agregada al Opus, María del Carmen Rodríguez Pinto, a favor del Opus. El testamento está otorgado ante el notario de Oviedo José Antonio Caicoya, y en él designa, en su segunda cláusula, como heredero universal de todos sus bienes, derechos y acciones, al Colegio Mayor "Los Arces", de Valladolid, con la condición de que, cuando se produzca la dejación sucesoria, la atención espiritual de este colegio esté confiada y la lleve de hecho el Opus Dei. Los testamentos, así como los vendís de las propiedades en blanco en poder siempre de los directivos de la Obra, eran secretos celosamente guardados.

Covadonga Carcedo, ex-agregada, miembro activo durante varios años del Opus Dei , que, como se ha referido ya anteriormente ha decidido apostatar a la Iglesia Católica tras largos años de duda y desengañada por el proceder de la secta, ha declarado ante la opinión pública: "Una vez superadas presiones, dificultades y hasta amenazas de muerte, me voy. Quiero dejar de pertenecer a una secta económico-financiera, a una mafia compuesta por ricos demagogos que explotan a unos pobres ingenuos y, a partir de ahora, pretendo vivir bajo unos principios de honestidad y olvidarme para siempre de ese mundo de hipocresía.

Las sectas se mueven por criterios de pura rentabilidad económica. (79) Cuando un adepto -por estar enfermo- sólo supone un gasto de mantenimiento y no aporta ningún beneficio, se le da una palmadita en la espalda y se le manda con su familia, a la beneficencia o a la calle. Y esto es válido para todas las sectas destructivas. Nadie como ellos para convencer de la necesidad de amasar fortunas para "su" dios o ideas.

Las corruptelas legales de las que se sirven estas organizaciones son muy variadas. A la explotación de sus adeptos se les aplica la fórmula de "donación voluntaria". Por lo general el líder carismático o el padre vive en la opulencia, mansiones y palacios, rodeado de lujos y comodidades, pero, paradójicamente no poseen legalmente nada, pues los bienes y propiedades de los que disfrutan están simulados a nombre de personas jurídicas o bien a fiduciarios de su entera confianza, aunque se suelen reservar las claves cifradas de las cuentas corrientes. Los "padres" y líderes carismáticos eluden de esta forma cualquier tipo de responsabilidad civil o penal.

Entre los líderes y los adeptos se da la relación dios/esclavos. Y en esa circunstancia tan favorable no sólo se apoderan del control de la mente de sus incondicionales haciendo acopio de su alma, sino también, y eso es lo más importante, de su rendimiento y capacidad de trabajo -explotación-, de su cuenta corriente y bienes personales.

En las Constituciones del Opus Dei se encuentra camuflada aunque implícita su estrategia. Así en el artículo 9º. Se dispone que "los socios del Opus Dei actúan, ya individualmente, ya por medio de asociaciones que pueden ser bien culturales o bien artísticas, pecuniarias, etc. y que se llaman auxiliares. Estas sociedades están, igualmente, en su actividad, sujetas a la obediencia de la autoridad jerárquica del Instituto" o el descarado artículo 202 que reza como "medio de apostolado peculiar de la Institución son los cargos públicos, en especial de aquellos que implican el ejercicio de una dirección".

Armando Segura Naya, como licenciado en Filosofía y Letras, se hacía la siguiente reflexión lógica: (80) "el Opus en una asociación inconcebible. En primer lugar es inconcebible que fieles corrientes o simplemente personas de alta o baja categoría política u económica, no tengan la propiedad, administración y entera responsabilidad de sus bienes, ni puedan garantizar absolutamente el secreto profesional, ni siquiera la libre residencia. Claro que el nivel de incredibilidad aumenta con el nivel social del sujeto... ningún socio numerario y oblato administra sus bienes, ni tiene el título de propiedad sobre los mismos, que es atribuido al Padre. Es inconcebible que se intente cubrir con "visión sobrenatural" a lo inconcebible. Como es bien sabido, lo que no debe ser, lo que no está bien naturalmente, tampoco lo está sobrenaturalmente".

La justificación que da el Opus Dei a sus incautos es que la posesión privada es egoísta, es un obstáculo que impide llegar a la felicidad. Por ello es absolutamente imprescindible que sus adeptos donen todas sus propiedades a la secta que las tendrá a buen recaudo y, con ese gesto altruista, demuestra estar imbuidos en el espíritu de la Obra que, equívocamente y de forma ampulosa llaman de Dios -lo que no sabemos es a qué dios se refieren; si al Dios de los cristianos o al becerro de oro, dios Mamón.

Como es bien sabido buscan los mejores elementos, no para hacer de ellos predicadores, sacerdotes o misioneros de los infieles, sino directores de bancos, jefes de publicaciones o ministros, en la obsesión de manejar en exclusiva, si fuera menester, las palancas del poder.

Especialistas en el fenómeno de las sectas han acuñado el término "Multinacionales del espíritu, S. A." a los grupos del tipo del Opus Dei, porque, sobre los pilares espirituales, montan negocios financieros multimillonarios, (81) resaltando que "El Opus Dei apenas tiene nada a su nombre. No les es preciso ya que el control de los bienes, productivos o de cualquier otro tipo, se efectúa  a través de lazos devocionales antes que contractuales. Si uno posee la voluntad de una persona controlará también todos sus actos y posesiones, pero evitando, con tal argucia, posibles responsabilidades fiscales en particular y jurídicas en general".

En el reciente libro aparecido en España con el título El poder de las sectas (82) donde se hace un recorrido por todas estas organizaciones que están afincadas y actúan impunemente en la Península Ibérica, cuando trata del Opus Dei, dice: "El Opus Dei, no es ningún secreto para nadie, siempre ha ejercido su poder e influencia desde detrás de sus discretos fieles, sobre los que tienen gran ascendiente tanto en sus vidas privadas como profesionales. Aunque la época de los tecnócratas en la que los hombres de la Obra detentaron directamente parte del poder franquista ya pasó a la historia, hoy la actividad política encubierta del Opus Dei sigue siendo tanto o más poderosa que antaño.

"Sus fieles controlan buena parte de la estructura financiera española; están asentados por cientos en los resortes claves de la Administración; tienen políticos afines -que debe leerse como serviles a la Obra de Dios., en muchos partidos, especialmente en formaciones como el Partido Popular y la Unió Democrática de Catalunya; controla, en gran medida, el aparato del Vaticano y la Conferencia Episcopal Española, que es otra forma no menos importante de intervenir en los procesos políticos, etc. En otros países, notablemente en Latinoamérica, su influencia es un poco más modesta que en España.

"Si los fieles de la Obra fueran simples 'buenos cristianos', tal como gustan definirse, su mención en un libro sobre sectas no tendría objeto. Pero la influencia que practica la cúpula del Opus sobre su grey va mucho más allá del enmarcado ideológico, lícito, que le es común a todo ideario religioso o político. Lo corriente dentro de la Obra, que no tienen por qué impedir posibles excepciones, es el control de la psique de sus adeptos, bajo la excusa de administrarles el alma. Eso es, obviando los ribetes poéticos, pasar a controlar sus actuaciones mundanas de hoy en función de un hipotético más allá en la mañana.

"El Opus Dei, con su innegable sentido de lo práctico e inteligencia, se dedica a acumular poder temporal, a través de sus creyentes, aquí y ahora, quizá porque, con su intuición para lo ultraterreno, presiente que, en el paraíso celestial, de existir, no habrá lugar para las ambiciones de dominio, ya sean éstas materiales o espirituales. El reino de la Obra de Dios, ciertamente, sí es de este mundo". (83)

Desde las páginas de un semanario de índole nacional (84) Fernando Jiménez Loitegui, de Almería, no "podía entender cómo las autoridades españolas no hacían una investigación sobre el comportamiento de estos banqueros del Opus Dei que controlan bancos y cajas de ahorros y tienen una influencia en la sociedad que escapa a los controles".

La respuesta, pueril y cínica de una voz autorizada del Opus, Salvador Bernal, autor de un libro encomiástico y panegírico sobre la vida del Fundador del Opus titulado Monseñor Escrivá de Balaguer publicado por la editorial oficial de la secta,  Rialp, en 1976, justificaba de esta forma el control de los bienes de los adeptos: "Los niños no tienen nada suyo, todo es de sus padres... y tu Padre sabe siempre muy bien cómo gobierna el patrimonio" (85)


REFERENCIAS

72. Pique, R. P., "Tiempo" (28 Julio 1986).
73. Moncada, "El Opus Dei: Una interpretación", p 94.
74. Ibid, p 119.
75. Carandell, p 59.
76. "Marie Claire" (Diciembre 1987).
77. Ibid
78. Ibid
79. Rodríguez, "Esclavos de un Mesías", p 92.
80. Jardiel Poncela, p 191.
81. Rodríguez, "El poder de las sectas", op cit, p 137.
82. Ibid, p 225.
83. Moncada, "Historia oral del Opus Dei", op cit.
84. "Tiempo" (11 agosto 1986).
85. Bernal, Salvador, "Monseñor Escrivá de Balaguer" (Barcelona: Rialp, 1976), p 208.


Índice del Capítulo I

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO I


LAS SECTAS Y EL OPUS DEI


7. Captación y el proselitismo de los miembros



La captación es uno de los primeros deberes que se imponen en cualquier secta. Para lograr ese objetivo primordial que desde un punto de vista artístico y plástico podría representarse en el cuadro de Goya "Saturno devorando a sus hijos", estas organizaciones emplean cualquier medio para alcanzar su fin, siendo el engaño y la mentira las armas que utilizan para tratar de colocar su mercancía, existiendo siempre una disociación entre la propaganda que se exterioriza y la realidad que se vive en el interior.

Los expertos en la materia explican que la mentira aplicada a la captación adquiere todas las variantes posibles, desde la mentira verbalizada explícitamente, hasta la mentira por "omisión", pasando por la ocultación de identidad y finalidades de la secta. (86)

De la captación de una de estas sectas destructivas nadie puede sentirse inmune al peligro, nadie puede estar seguro de no caer en la tentación, nadie puede ufanarse de ser alérgico a las redes cautivas de estos grupos, dado que la necesidad de creer en algo trascendental es consustancial al ser humano, la sociabilidad del hombre tiene componentes psicólogos que, en un momento determinado y si es nuestra hora baja o crítica, podemos cualquiera ser presa fácil de este tipo de grupo.

Cualquier persona tiene momentos de crisis, de baja, de ruptura y son precisamente esos instantes, las situaciones de depresión por cualquier problema o circunstancia de relación, de afecto o coyuntura de cualquier índole o naturaleza, cuando es el instante más propicio e idóneo para ser abordados por los adeptos. Se busca y procura, en los jóvenes, las épocas de exámenes, cuando el stress es mayor, lo que puede provocar ciertos desequilibrios en la personalidad, o bien cuando se está retirado del ambiente familiar o afectivo y en cualquier circunstancia próxima a la soledad.

Casi siempre se repite el mismo cuadro, la idéntica escena puesta en acción por las sectas para favorecer el proselitismo, que empezará por una conversación trivial, motivadora, agradable, que concluirá con una invitación (87) para asistir a una conferencia gratuita sobre tal o cual tema, un convite a una reunión donde conoceremos a un grupo de amigos, para ir a comer o cenar donde se pueda hablar con mayor relajación, para pasar un espléndido fin de semana en una "preciosa casa de campo", para hacer un retiro espiritual o para realizar cualquier otra actividad siempre gratificante.

Si se accede a la generosa y solícita invitación se va a encontrar uno inmerso en un ambiente preparado, artificial, ilusorio y fantástico, donde se presentará un mundo de "maya" y de ilusión, donde se ve a gente sonriente y feliz, en un ambiente distendido y de gran camaradería, que se van a preocupar y a interesar por el nuevo "amigo" que accede, al que van a deparar una bienvenida de gran cordialidad.

Se interesarán por sus problemas, sus aficiones, sus angustias, sus temores, sus amenazas y sus resistencias, de forma amable. El incipiente se encontrará agasajado y comprendido. Se pondrán de manifiesto sus preocupaciones y sus esperanzas, que alguno de los presentes manifestará que le comprende perfectamente, porque así se encontraba él en el pasado hasta que encontró el camino de la superación. Todo lo que diga el incauto va a ser registrado y anotado, para ir abriendo la ficha del potencial miembro y le será puesta de manifiesto por algún dirigente en el futuro haciendo uso de esas incipientes inquietudes manifestadas, pudo evitar los temores y lograr sus expectativas merced al descubrimiento de una nueva dimensión espiritual.

Siempre la leva de nuevos adeptos es de forma personal, por contacto directo, por relación humana con algún miembro o adepto de la secta.

En un valioso informe acerca de psicología empleada en el proceso de conversión a determinadas sectas perniciosas, realizado por el Dr. John G. Clark en equipo con otros especialistas del Hospital General de Massachusetts, se describe ampliamente la metodología que emplean para la captación de la juventud.

- Jóvenes que, cualesquiera sean sus vínculos naturales, sufren las transformaciones psicológicas propias del paso a la madurez. Los miembros de las sectas encargados de ganar prosélitos frecuentan bibliotecas, lugares de reunión en las universidades, etc.

- Persuasión: se invita al futuro devoto a asistir a un curso de asesoramiento destinado a eliminar sus problemas. Durante estos contactos iniciales y en las primeras reuniones dentro del ámbito de la secta, los reclutadores hacen lo posible para que la comunidad religiosa le resulte sumamente atractiva al recién llegado. Le hacen conmover profundamente, expresándole el gran interés que tienen en su bienestar, tratándole incluso con cariño y prestando una calculadora atención a sus ideas, aficiones y esperanzas.

- Conversión: los miembros de confianza, entrenados previamente para este cometido, no dejan solo al aspirante ni un momento, acompañándolo incluso hasta la puerta del lavabo.

- Adoctrinamiento: una de las consecuencias de esta reeducación es la de polarizar la actividad mental del devoto, induciéndole a creer que la secta representa todo lo bueno y provechoso que necesita y que las demás asociaciones son perniciosas, incluso perversas, por lo que hay que evitarlas a cualquier precio o manipularlas para ponerlas al servicio del nuevo miembro.

- Mientras prosigue el adoctrinamiento, los líderes y directores espirituales no pierden ocasión de conjurar el espectro de castigos sobrenaturales que penan la desobediencia. La redención, la santidad y la salvación les está reservada a los creyentes y practicantes convencidos. (88) Así, poco a poco, se ha ido convirtiendo en otro hombre distinto de que anteriormente era.

En cuanto a las respuestas del por qué el hombre en la actualidad entra a formar parte de una secta, pueden ser varias según predomine la necesidad interrelacional del ser humano compartiendo una vida comunitaria, la necesidad de la trascendencia, el remedio a los males que nos aquejan, la afinidad compartida de una determinada creencia, la necesidad inherente de lo místico y lo religioso, la necesidad de encontrar remedio a nuestras frustraciones o ayudas y socorros mutuos a nuestras necesidades, la aspiración a un mejor posicionamiento social, etc.

En la obra El mundo secreto del Opus Dei de Michael Walsh se explica, de forma pormenorizada, el fenómeno del proselitismo en el seno de la Obra. (89) Cuando una persona no tiene celo para ganar a otros es porque su corazón no late. Está muerta. Y podemos aplicarle aquellas palabras de la Escritura "Iam foetet, quatriduanus est enim" (Juan, 11-39), "Ya se descompone -literalmente apesta -porque ya lleva muerto cuatro días". Esas alma, aunque estuvieran en la Obra estarían muertas, descompuestas, iam foetet. Y yo, dice el Padre (Escrivá de Balaguer) no voy a ninguna parte con cadáveres. Yo entierro a los cadáveres.

Buscar adeptos es una obligación primordial, es algo que debe exponerse cada semana en los círculos: hasta donde ha cumplido un individuo su tarea de "pesca" - la palabra del Opus - de nuevos miembros. "Es el momento de contar. ¿Cuántas vocaciones has traído?" "Nuestro apostolado personal se dirige en primer lugar, a preparar a nuestros amigos en el trabajo de San Rafael". El apostolado de San Rafael es el término que usa el Opus Dei para la búsqueda de miembros jóvenes ("Yo no digo -concluye el Padre - que no podamos encontrar vocaciones entre la gente mayor, pero eso... es algo difícil") que podrían después si son adecuados, ser reclutados para ser miembros plenos y célibes (el apostolado de San Miguel), o formados como padres de familia (el apostolado de San Gabriel). "Que de buena gana te reíste cuando te aconsejé poner tus años jóvenes bajo la protección de San Rafael para que él te guiara, como hizo con el joven Tobías, hasta un santo matrimonio con una chica que sea buena, bonita y rica" (Escrivá).

Los que tienen amigos entre los miembros del Opus pueden sentirse molestos de saber que su amistad se considera un medio para atraer a nuevos adeptos. Una vez ganados, los profesionales los reemplazan para seguir con los procedimientos de la organización.

El apartar a los hijos de sus familias va de la mano con la creación de una cada vez mayor relación de dependencia con el Opus. (90)

El siguiente testimonio de un sacerdote catalán nos relata su propia experiencia. (91) Nos decían "vengan con nosotros, vengan a nuestra casa, a nuestro local. Tenemos charlas y oraciones con otros muchachos que tienen los mismos problemas que Uds. Allí encontrarán un ambiente en el que se encontrarán bien. Uds. podrán progresar en el orden espiritual". Algunos amigos detrás de mí, me han perseguido, me han encerrado durante varios meses. Y yo no sabía que pertenecían al Opus Dei. De repente, me di cuenta de ello. Y era muy difícil escapar a su presión, a su constancia, Ud. comprende.

"Yo entré en el Opus Dei por todo esto, como otros. Y hasta después no me di cuenta que esto era una trampa, una asechanza. Es necesario estar dentro para darse cuenta. Yo hice el camino que es necesario hacer. Fui con ellos. Asistí a sus pláticas, etc. Inmediatamente se me designó un director espiritual, un laico, que hacía tu plan de vida, es decir, lo que se debía hacer desde levantarse hasta acostarse, lo que se debía hacer y lo que no se debía hacer. Se debía rendir cuentas de nuestros actos regularmente todas las semanas, a nuestros responsables. No había que ocuparse de nada. Cuando se tenía un problema interior, se debía exponerlo al director espiritual, quien daba la explicación, la solución. Se tenía la conciencia para él. Esto era cómodo. Esto ha contribuido grandemente al éxito del Opus Dei. Yo me fui cuando me di cuenta de que aquello era un encarcelamiento progresivo".

Por lo general la opinión pública desconoce los métodos con los que el Opus actúa sobre la juventud española. (92) Sus sistemas de proselitismo son similares a los empleados por las sectas orientalistas que proliferan en occidente y los conflictos cada vez son más numerosos con padres cuyos hijos menores han sido reclutados por la Obra.

Las sectas, como el Opus, se dedican al negocio de la enseñanza como actividad propicia para la captación de nuevos adeptos, utilizando la docencia y las aulas como laboratorios donde comienza el proceso de selección y recepción de futuros miembros. Sobre el Opus Dei pesan muchas y muy fundadas acusaciones sobre la manipulación sectaria que ejercen sobre el alumnado que acude a sus centros pedagógicos.

La infiltración del Opus Dei en los liceos ofrece innumerables ejemplos. Los mejores elementos son sin cesar objeto de invitaciones diversas. Esta manera expeditiva de actuar tiene cierto éxito entre las clases burguesas. Se buscan los elementos más valiosos para sostener al Opus y toda su parafernalia.

Escenas como la siguiente se suceden cada vez con más frecuencia. "El Opus ha secuestrado a nuestra Conchi". Los guardias civiles del pueblo de San Vicente (Alicante) no podían dar crédito a sus oídos cuando un matrimonio de conocidos comerciantes locales acudió a la comandancia del puesto de la benemérita, en enero de 1988, con tan insólita acusación.

Las acusaciones de estos padres, buenos católicos en su mayoría, contra el Opus Dei, son principalmente por haber secuestrado a sus hijos menores, haberles hecho un lavado de cerebro y anulado su voluntad, enfrentándolos con las propias familias, a las que se ha mantenido ignorantes, a la vez que las explotaban económicamente.

Es significativo lo que le sucedió al Sr. Mosquera, (93) un podólogo de Barcelona que acudió a la jefatura de la policía de Vía Layetana para denunciar el caso de su hija María Pilar. La joven se había ido a Viena a estudiar música mientras trabajaba como au pair en casa de una familia del Opus y había sido sometida a un verdadero acoso por parte de gente de la Obra que, según ella, la perseguían e incluso allanaron su domicilio y le boicotearon los exámenes como forma de presión. "Me atendió un sargento de la policía nacional muy amable -explica Mosquera -y cuál no sería mi sorpresa cuando, tras explicarle mi historia me dijo: ¡qué me va Ud. a contar! Yo tengo una hija de 19 años que por poco me la vuelven loca los del Opus".

En Oviedo, la Directora del Club Montealegre, uno de los más de 100 que el Opus mantiene en toda España, recibió un requerimiento notarial a través del cual los padres de una chica de 17 años que frecuentaba el club, le exigían que se abstuviera de mantener toda relación con su hija, al mismo tiempo que negaban la validez a cualquier voto que la menor hubiera podido hacer y advertían que no atenderían las necesidades de la joven en el caso de que se fuera del Opus. (94)

Todo este montaje al que de forma sinuosa se le denominaba acción apostólica, pero que con propiedad debería llamársele exclusivamente "proselitismo"(95) en el Opus recibe la denominación de "santa coacción".

"No nos importan las estadísticas" asegura Escrivá. Pero sí importa, y mucho, el número de los que piden la admisión en la Obra cada año. Incluso se llegan a fijar cupos por casa o ciudad, y se exhorta con vehemencia a los socios para que no dejen de lograr esas cifras.

Sobre el tema de la captación de jóvenes, Juan de Cozar Martin de la Línea de la Concepción, en la provincia de Cádiz, revela (96) como esta secta religiosa, mediante unas técnicas muy bien estudiadas (lavados de cerebro, confidencias periódicas, coacciones de conciencia) deforma a los jóvenes de tal manera que hacen que pierdan primordialmente el cariño a la familia, desconectándolos de sus padres y hermanos. Los despersonaliza y los convierte en máquinas programadas únicamente para su conveniencia, exprimiéndoles como a un limón.

Eva Jardiel Poncela, la hija del famoso novelista español, nos narra su experiencia personal, (97) "mi primera experiencia con el Opus, sinceramente, me dio asco. Esa es la verdad. No lo podía creer. Me pareció imposible, y pensé en cuanta gente que como yo atravesaría un mal momento en su vida se haría del Opus Dei sólo por cobardía y dí gracias a Dios por no haber nacido cobarde".

Los principales medios de formación en el Opus Dei son los cursos y retiros, que suelen tener lugar en casas especialmente preparadas, situadas lejos de los núcleos urbanos importantes. Hay casas para miembros numerarios, clero diocesano, chicas, en las que la categoría social y el status de los asistentes son discriminatorios. (98) Así, en un curso de chicas numerarias nunca aparecerán chicas de servicios -salvo para la limpieza de la casa-, de igual modo que al retiro de un hombre de negocios, no irá nunca un obrero. Según la duración y el momento psicológico hay cursos y convivencias, cursos de retiros, círculos breves, etc...

Tal es la manipulación a la que se somete a los alumnos, que a veces saltan a la prensa noticias en las que los organismos oficiales se ven obligados a investigar irregularidades en los centros de enseñanza del Opus, por denuncias de las familias de las alumnas. (99) El Departamento de Enseñanza de la Generalitat de Cataluña investiga supuestas irregularidades en el Instituto de formación profesional "Centro de Estudios El Vallés", internado femenino ubicado en la localidad vecina a Barcelona de San Cugat del Vallés y propiedad del Opus Dei, averiguaciones que se iniciaron a raíz de la denuncia presentada por la familia de la alumna Gema Saiz Broch.

Según la madre de la alumna María Broch, "El Opus utiliza sus escuelas para captar menores" (100) "El porvenir de mi hija es ser sirvienta de las casas del Opus Dei, que son preciosas y limpias como chorros del oro gracias a esta rama de auxiliares numerarias que trabajan gratis. ¿Si a mi hija no le hubieran comido el coco no hubiera hecho a los 16 años votos de sirvienta?"

El centro carecía de permiso para dar clases de hogar y la inspección ha propuesto expedientar al internado y entre las medidas que podrían adoptarse figuran la cancelación del concierto económico, un apercibimiento de cierre del centro o la retirada de la licencia de funcionamiento académico. El sacerdote Don Luis Hernández, que ocupa la alcaldía de la localidad de Santa Coloma de Gramenet, ha remitido una carta al Presidente de la Conferencia Episcopal, Angel Suquía, (101) en la que acusa al Opus de "cometer graves atropellos contra la libertad de las personas en su afán de captar adeptos" afirmando que "la formación que se imparte en los centros dependientes de la Prelatura -Opus Dei- no es profesional, sino orientada especialmente a convertirlos en ciegos seguidores del Opus".

La selección se hace entre los colegiales, los bachilleres, los estudiantes. Estos pueden haber sido "elegidos" desde la edad de trece años (102) y a partir de este momento, son objeto de estrecha solicitud por parte de los agentes de reclutamiento de la Obra, quienes tienden alrededor de ellos sus redes cada vez más apretadas. Se les invita a los círculos, a las reuniones, a las excursiones... En seguida se le asignará al candidato un director espiritual. Después, hacia los quince años, si está maduro, si entra bien en el molde, escribirá una carta al "Padre", "solicitando ser miembro del Opus Dei". Esta adhesión al Padre es un fenómeno central.

Susana Crespi Boixador, de dieciocho años, consiguió salir, como ella confiesa, "de aquel infierno". Su padre Jaime Crespi opina: "los hijos no nos pertenecen para siempre. Pero si mi hija se tira al río para ahogarse, yo me lanzo a salvarla. Y esto es lo que pasó en el Opus. Ella entró en una espiral de seguidismo que anuló su voluntad". Ahora, desde la verdadera libertad de Susana Crespi, que cuando piensa en las chicas que aún están atenazadas por el Opus se entristece, quiere enviar a sus amigas un mensaje lleno de amor y sinceridad, pues afirma categóricamente (103) que "el Opus es peor que una secta. Te reclutan cuando eres una niña sin que te des cuenta, y con el paso del tiempo te conviertes en un autómata sin capacidad para discernir entre lo bueno y lo malo. Lo único "bueno" es lo que ellos te inculcan".

A nivel universitario (104) la Universidad de Navarra, propiedad del Opus Dei, se ha convertido en un inmerso semillero de "apóstoles" del Opus, siendo la mayor base de reclutamiento que posee la Obra en el mundo.

Después del proselitismo y la captación vienen los VOTOS que al principio se hacen por un año y se renuevan durante cinco - la denominada oblación; el siguiente paso es la incorporación jurídica a la Obra, lo que se llama hacer la "Fidelidad" -que es la culminación del proceso de despersonalización.


REFERENCIAS

86. Rodríguez, "Esclavos de un Mesías", p 54.
87. Rodríguez, "Las sectas hoy y aquí", p 22.
88. "Cuadernos de realidades sociales", No. 35/36, pp 34-37.
89. Walsh, Michael, "The Secret World of Opus Dei" (Barcelona: Plaza & Janés, 1990), pp 172-173.
90. Ibid, p 175.
91. "Le Vaillant", pp 209-210.
92. "Tiempo" (11 Abril 1988), p 11.
93. Ibid, p 13.
94. Moreno, María Angustias, "El Opus Dei, anexo a una historía", op cit, p 218.
95. Ibid, p 69.
96. "Tiempo" (04 Agosto1986).
97. Jadiel Poncela, p 13.
98. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", p 120.
99. Diario "El País" (06 Diciembre 1989), p 28.
100. Ibid (08 Diciembre1989), p 28.
101. Ibid (06 Enero 1990), p 23.
102. Vaillant, pp 64-65.
103. Revista "Interviú".
104. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", p 80


Índice del Capítulo I

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO I


LAS SECTAS Y EL OPUS DEI


8. Malos tratos y coacciones



"Mi hija está trabajando de fregona gratis -asegura la madre (105) -. La hacen trabajar de diez de la mañana a once menos cuarto de la noche, sin parar, para que no piense. Yo les he dicho a las señoritas que la época de los esclavos negros ya había acabado, pero la respuesta de ellas es que lo que hace lo hace por Dios. Pero mi hija no está fregando suelos gratis para Dios, que no lo necesita, sino para la Obra".

Covadonga Carcedo relata también su experiencia sobre las vejaciones de las que era objeto cuando fue agregada del Opus Dei (106) "me levantaba a las seis de la mañana, besaba el suelo exclamando 'serviam', me duchaba con agua fría. Después del trabajo, me aplicaba dos horas diarias de cilicio y entregaba todo mi salario a la Obra. En el Opus, como en todas las sectas, tienen una gran capacidad para lavarte el cerebro pero lo cierto es que son una auténtica cohorte de escribas y fariseos. Predican que allí no hay lujos y, sin embargo, a los numerarios ricos tienen que asistirles las auxiliares ataviadas con cofia durante los retiros espirituales. Ahora se les está yendo mucha gente, sobre todo los jóvenes, que no sabían que una vez ingresados se convertían en auténticos esclavos".

Las normas diarias que el miembro que vive en una casa del Opus Dei debe observar son muy prolijas. (107) Una persona que fue durante más de diez años socio numerario del Opus Dei me ha asegurado que durante los siete primeros años de su militancia en el Opus, vivía en tensión constante y había sido incapaz de cumplir con todas las normas señaladas. Aún más, creía que ninguno de los que con él vivía o había conocido en las filas del Opus Dei lo había conseguido.

Otra observación importante es que todas esas series de normas son partes integrante del "espíritu de la Obra". Al levantarse besan el suelo y hacen el ofrecimiento de todas las cosas del día a Dios,  pero el fruto de ese ofrecimiento lo recogen los dirigentes sectarios. Se duchan con agua fría y les tienen todo el día ocupados para que caigan rendidos y no tengan tiempo de pensar en la miseria en la que han convertido su existencia.

La dinámica coercitiva es una característica esencial de toda estructura sectaria y no debería sorprender el encontrarla en grupos tan aparentemente honorables como el propio Opus Dei. (108)

Un conocido arquitecto, Miguel Fisac -que fue uno de los doce primeros afiliados al Opus Dei -, un auténtico vieja guardia que fue miembro de la Obra durante años afirma:

Durante el tiempo que estuve en la Obra me coaccionaron hasta extremos inadmisibles. Tanto que cuando al final conseguí que me dejaran salir Alvaro del Portillo (gran guru y sucesor de Escrivá de Balaguer) me pidió perdón por esas coacciones y las justificó diciéndome que como yo había mostrado una gran generosidad, ellos la habían interpretado como vocación.

Este mal llamado exceso de celo o "santa coacción" en terminología de la Obra, tan propio del sectarismo explotador que identifica vocación (religiosa, humanitaria, etc.) con sumisión irracional y esclavismo, no es justificable ni con argumentos terrenos ni con alegatos divinos.

Pretender encubrir miserables coacciones, del tipo que sean y en el grupo que sean, con la excusa de una "entrega desinteresada al ideal" es tan poco de recibo como pretender justificar la actividad del gremio de los ladrones bajo el manto de campaña humanitaria contra el materialismo egoísta y pecador.

La tortura no sólo es física, sino también, y en este caso más sutil, psicológica. Como prueba de ello el testimonio de María del Pilar Domínguez Martínez, de Tuy (Pontevedra), (109) cuyo testimonio nos informa que nada más afiliarse al Opus, cazada por una numeraria, fue llevada a un médico de la Obra para que dictaminase si no poseía taras físicas. Posteriormente las mortificaciones la deformaron el cuerpo y las "confidencias", las charlas, adquirieron su verdadero carácter de interrogatorio, por lo que manifestó su descontento. Cuando advirtió que quería salirse del Opus Dei, su superiora decidió llevarla a un psiquiatra de la Obra.

En 1965 la señorita Tapia fue llamada a la sede de Roma, donde la pusieron virtualmente bajo arresto domiciliario durante ocho meses. No se la permitió comunicarse con el mundo exterior, ni por teléfono, ni por carta. Se la informó de que a cualquiera que preguntase por ella se le diría que estaba enferma o ausente. En un período de tres meses su cabello se volvió blanco. Preguntó si podía volver con su familia a España y el permiso se lo denegaron. Tapia había sido directora de la sección de mujeres de Venezuela. El Opus la arrebató el pasaporte y todos sus documentos personales. Al marcharse, por fin después de la pesadilla, fue obligada a confesarse. (110) Un sacerdote del Opus Dei la advirtió que no importaba la penitencia que hiciera por sus diversos "delitos", era poco posible que se salvara. En su relato en el National Catholic Reporter, describe el tratamiento maleducado e insultante que recibió de manos del Fundador. Concluye: "mi asombro es infinito cuando oigo ahora que monseñor Escrivá está en proceso de beatificación".

La coacción también se produce por los documentos que hacen firmar a los adeptos que les impiden tomar actitudes críticas por temor a las represalias.

Las numerarias duermen encima de una tabla sin colchón y tienen una altura determinada que, al taparse con la colcha, dan un aspecto de cama normal, por si pasa alguien que no sea de la Obra. (111) El Padre dice que las mujeres necesitan meter el cuerpo en vereda, que no hay que darles ciertas comodidades porque es fuente de tentación.

Las numerarias usan el cilicio dos horas todos los días, menos los domingos y fiestas de guardar. La disciplina es otra mortificación de tipo corporal a la que son sometidas: es un látigo de cuerdas que termina en varias puntas. Se usa los sábados y sólo los sábados. Tienen que entrar en el cuarto de baño, despojarse de la ropa interior y de rodillas, azotarse las nalgas durante todo el tiempo que tardan en rezar un Salve. De no hacerlo se tienen que confesar por ello, aunque no sea pecado, ni falta grave.

En cuanto a los hombres, nos aclara Alberto Moncada, (112) a los jóvenes se les acostumbra a manejar las disciplinas, una o dos veces por semana, y el cilicio, que llevan dos horas diarias bien apretado al muslo, durante las horas de estudio. Una vez a la semana tienen que dormir en el suelo, en el famoso día de guardia que cada uno tiene señalado para redoblar la observancia de sus hermanos.

El cilicio es una mortificación que según se les manifiesta a los adeptos del Opus es completamente necesaria, aunque a juicio de una exmiembro de la Obra (113) "se trata de un objeto trasnochado que produce un sufrimiento innecesario". El uso del cilicio (cinturón con pinchos) como práctica, es una norma en la secta. En una ocasión una menor se lastimó y se hizo un corte en un muslo, (114) y cuando preguntó su madre la mintió. Después averiguó la madre que la herida de su hija de 15 años había sido producida por el cilicio. A esas mentiras las denominan "secretos de la Obra".

Para comprender la aceptación voluntaria de los malos tratos por parte de las sectas pseudorreligiosas hay que remitirse al proceso despersonalizador que han sufrido y al complejo de culpabilidad que les han creado. Se les mentaliza que acatar el dolor físico producido por las autolesiones es una vía de evolución espiritual para la expiación de los pecados y para la redención de las culpas. Se trata de un fervor irracional el acatamiento de los desprecios y malos tratos que reciben por parte de la Obra. Cuanto más apretado esté el cilicio, más hiera y más marque, cuanto más callado el padecimiento, mejor se considera al adepto. Si las paredes del retrete quedan manchadas de sangre después de aplicarse la disciplina semanal, serán méritos a tener en cuenta y desde luego querrá indicar inequívocamente, que la impronta y la secuela del sectario está impregnada de forma indeleble.


REFERENCIAS

105. Revista "Tiempo" (11 Abril 1988).
106. Revista "Interviú" (06 Abril 1988).
107. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", p 117.
108. Rodríguez, "El poder de las sectas", p 70.
109. Revista "Tiempo" (04 Agosto 1986).
110. Walsh, p 181.
111. Revista "Marie Claire" (Diciembre 1987).
112. Moncada, "Historia oral del Opus Dei", p 141.
113. Revista "Interviú" (06 Abril 1989).
114. Ibid.


Índice del Capítulo I

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO I


LAS SECTAS Y EL OPUS DEI


9. Los despojos humanos o la destrucción psicológica



Cuenta Saralegui: (115) "Es por ese sentido de autoridad por el que se aparta a los socios jóvenes de sus familias, se les prohíbe que cuenten a sus padres la verdadera situación de sus relaciones con la Institución, se les controlan férreamente sus lecturas, su tiempo, sus relaciones sociales; se les niega la asistencia a espectáculos, se suma un trabajo interno al profesional a fin de que les sea difícil una reflexión crítica, profunda y serena. Ese espectáculo de la presión psicológica sobre corazones y cabezas inmaduros nunca lo he podido aprobar. Hay otros rasgos de la Obra que, como todo lo humano, tienen su cara y su cruz; éste para mí, ha sido sólo cruz durante muchos años".

¿Por qué si la Obra es de Dios como dicen, si sus fines son buenos, por qué tanto daño a tantos?

En la Obra algunos obtienen muchos bienes, a costa de mucho daño, a base de mucha falta de amor, con muchas personas destrozadas en su más íntima existencia.

El Opus es un fenómeno teratológico.

Los relatos siguen pautas bastante similares, en las acusaciones dirigidas con regularidad. "Vi que su conducta cambiaba -decía una madre de su propia hija que había ido a Lakefield, el colegio del Opus Dei en Hampstead, Londres. Era una maravilla de hija y ahora se ha vuelto reservada e introvertida". (116)

Las restricciones sobre las chicas parecen estar basadas en el miedo de que, si estuviesen expuestas a acontecimientos familiares, los lazos de afecto se restablecerían rápidamente. La asistencia a bautizos o a bodas se considera especialmente peligrosa. Al menos dos antiguos miembros del Opus en Inglaterra han explicado que su decisión de dejarlo se manifestó por la negativa del Opus a permitirles hacer de damas de honor en las bodas de sus hermanas. Las visitas al hogar son muy escasas, y están estrictamente reglamentadas: un par de noches al año es todo lo que está permitido. En una ocasión un padre, conductor de camión, se encontró con su hija en Londres; ella decidió de improviso volver a casa con él para hacer una visita. Un superior del Opus llamó a la casa y acusó al padre de haber secuestrado a su propia hija.

Las relaciones de los jóvenes con sus familias son prácticamente nulas. Desde la Obra se fomenta una clara división entre la familia espiritual y la familia natural. Incluso las Navidades las pasan los numerarios con quien les hacen creer que son sus familias: El Opus.

Si existen centros de desprogramación de miembros del Opus es porque previamente ha debido existir una programación. Eso es obvio. El lavado de cerebro, como es el caso que nos ocupa, sólo puede ser tratado mediante un adecuado tratamiento clínico, que devuelva el raciocinio y el libre albedrío a la persona sometida a los dictados de la organización. A través de la manipulación religiosa se consigue el rompimiento de la psiquis del individuo, alterando sus naturales sentimientos y convicciones, arrastrándole hacia un abismo de irracionalidad y fanatismo.

Es el efecto que se conoce como "desorden disociativo atípico" (117) según lo denomina la Asociación Americana de Psiquiatría o "síndrome de la conversión al culto" como lo llama el Dr. Clark.

Es un hecho denigrante e inmoral el que, por medio de técnicas perfectamente estudiadas que vulneran la fragilidad de la mente humana, se reduzca a las personas mediante temores y coacciones de índole religiosa y espiritual a estados de servilismo y esclavitud ante la inconsciencia del propio afectado.

Entre las formas y medios para anular las voluntades y conseguir los fines preestablecidos se encuentran la de proporcionar al sujeto una alimentación insuficiente. Los organismos débiles son más frágiles que los cuerpos sanos y robustos. Es muy normal que las sectas establezcan dietas especiales que, a la larga, producen desnutrición o bien que prohíban por motivos religiosos una serie de alimentos que pueden ser básicos para el régimen alimenticio.

El descanso debe ser insuficiente. Es necesario que el adepto duerma poco y mal, que no se relaje con un profundo sueño reparador, que no se regenere. Se recomienda la vigilia nocturna, la guardia, la vela. Incluso se llega a interrumpir el sueño a horas intempestivas con la disculpa de hacer ciertos rezos o jaculatorias, que, según los dirigentes, hacen bien al espíritu, cuando lo que produce la falta de sueño es minar la resistencia del hombre. El lecho debe ser molesto, incómodo, duro. Hay que ofrecer ese nuevo sacrificio a Dios que nos agradecerá el hecho de no dormir o de dormir a sobresaltos.

Se tiene que programar una actividad exhaustiva y desmesurada, fatigante, ocupacional, al individuo. Hay que tenerle siempre en activo aunque sea en cosas inútiles, realizando cometidos de toda índole, desde la captación al proselitismo, el desarrollo del trabajo profesional, las prácticas religiosas, los cintarazos, el estudio, los cilicios, los círculos, los corros. Hay que imprimir un ritmo frenético y sin parar, donde no haya tiempo para pensar. Hay que imprimir una sensación de angustia que no podemos hacer ni terminar en la jornada las tareas y los deberes que tenemos que acometer, para sentirnos vejados y culpables, inútiles, poco santos, pues la santidad se logra cuando se llega a la meta de lo imposible, cuando se rebasa el listón inalcanzable. Con una actividad estresante y agotadora, con poco tiempo para el reposo y comida frugal y ligera, el organismo se va deteriorando y la persona degradando.

La información que se reciba debe proceder de la propia Secta. Hay que cortocircuitar la comunicación del adepto con el exterior, controlar todos sus movimientos, sus hobbies, sus sentimientos sus ideas, debiendo estar preferiblemente acompañado.

Hay que atacar a los sentidos bloqueándolos. Es el ataque sensorial bajo el pretexto de cometer el permanente y perenne pecado. Hay que fustigar a los sentidos mitigándolos, lo que provocará atrofias psicomotrices y alteraciones orgánicas graves. Para reprimir los sentidos siempre estará afilada la espada de Damocles del castigo y la penitencia, por pecados inexistentes, figurados, artificiales, paranoicos, pero eficaces para producir un sentimiento de miseria y culpabilidad interior en la persona humana, que le provoque angustias vitales, polarizando y disociando la personalidad. Es la secta la que marca las pautas de lo puro y lo impuro, lo recomendable y lo abominable, lo justo y lo injusto y el clan presiona para que se cumpla lo ordenado y se castiguen ejemplarmente los desvíos, con humillaciones y el desprecio de los compañeros y el aislamiento interior.

Agotamiento nervioso y terror. He aquí dos claves que van minando la capacidad racional y potenciando a extremos inauditos la emocional.

Se consiguen efectos de regresión e infantilismo que se traduce en el propio y exiguo lenguaje que se utiliza en el interior de la secta con significados ambiguos y cómplices. Palabras pueriles utilizadas por personas adolescentes y veteranas.

Con todo ello debidamente dosificado se consigue la "drogodependencia grupal", la afección sectaria sin cortapisas. Y lo que es peor, la destrucción total y absoluta del adepto al que se ha reducido a ser una herramienta, un instrumento eficaz para la obediencia y la fe ciega en los designios que le imponga el Padre acatando cualquiera de sus caprichos o veleidades como verdades incuestionables, como dogmas, llegando a sumirse en la creencia de que uno está por propia voluntad en la secta y que los fanáticos son los demás, el resto de la humanidad. La cohesión interna se consolida apiñándose en torno al Padre y considerando como graves calumnias cualquier crítica procedente del exterior. También les está vedado hacer algún tipo de crítica sobre el Padre o el comportamiento de los dirigentes de la secta. Son esclavos de nuestro tiempo, en los umbrales del siglo XXI. Robots programados y dirigidos.

A ello hay que añadir la supresión de las propiedades del adepto que lo dejan insolvente y que para sobrevivir no tienen más remedio que establecer una acerada dependencia.

Suprimida la individualidad se ha conseguido el objetivo despersonalizador.

A veces lo importante no es lo que cree, sino cómo lo cree. (118)

Son como las moscas atrapadas en un plato de miel.  (119) Encadenarse al Opus es perder todas las facultades intelectuales volitivas y espirituales para convertirse en un autómata, en una marioneta, al servicio de la Obra y del Padre. El Opus es la comedia de la hipocresía. Miguel Fisac reconoce (120) que lo único que le proporcionó el Opus fue padecer un "auténtico martirio espiritual hasta su salida" y que "ha sido después de su salida del Opus Dei cuando ha realizado más obras y de mayor interés".

Conseguir desprogramar a los adeptos es una tarea de reeducación lenta. Se precisa hacer snapping para comenzar una fase de recuperación y de reajuste del sujeto para que vuelva a tomar contacto con la realidad y extirparle las alucinaciones que le han podido imbuir en la Obra.


REFERENCIAS

115. Moncada, "Historia oral del Opus Dei", p 123.
116. Walsh, p 176.
117. Rodríguez, "Esclavos de un Mesías", p 139.
118. Rodríguez, "El poder de las sectas", p 30.
119. Cobo, Nicolás, "Faro inconfundible" (junio 1988)
120. Fisac, Miguel, en "¿Por qué no es Ud. Del Opus Dei?", op cit, p 215.


Índice del Capítulo I

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO I


LAS SECTAS Y EL OPUS DEI


10. Sectas y religión: los defraudadores de Dios



El problema de las sectas viene aquejando a la Iglesia desde sus comienzos. (121) Ya San Pablo se encontró con un problema semejante en una de las comunidades que él había fundado, la de Corinto. Cuatro o cinco años después de haberla engendrado a la fe mediante su predicación, constataba con honda pena la existencia de "escisiones" y banderías, es decir de tendencias sectarias, que él recrimina y fustiga acremente.

No hay que olvidar que la religiosidad es algo consustancial con el ser humano y una de sus señas de identidad que lo separa y diferencia de la fauna. De ahí el peligro de la especulación con lo sagrado, con las creencias, con la fe.

La religiosidad nunca puede convertirse en moneda de cambio para estafar al hombre aunque la "religión" haya podido concebirse, como en el caso del Opus Dei, como "el tipo de negocio con el que sueña cualquier empresario: vende bienes con nulo coste de producción, de carácter imperecedero, siempre adaptable a los nuevos mercados y a través de una estructura que utiliza la mano de obra gratuita de sus creyentes y como fuentes de capitalización sus pecunios particulares. ¡Eso sí que es el paraíso en la Tierra!". (122)

No podemos olvidar que el recaudar dinero es el gran objetivo religioso, es la meta espiritual, es el fin místico de este tipo de sectas. Revisten su "marketing" haciendo creer al adepto que el dinero corrompe, que es algo sucio, que deben desprenderse de él para destinarlo al servicio de Dios y su obra, es decir, para la secta. El mismo dinero que es fuente de perdición para los demás, es manantial de santificación para la Obra, convirtiendo la acumulación de dinero en una actividad sacramental; por ello el miembro tiene que ganar dinero para entregarlo a la secta.

Explotan lo sobrenatural, lo trascendente, lo religioso, el sentimiento sagrado, vendiendo bulas de santidad precisamente por el trabajo profano, cotidiano, profesional, dónde poder ganar medios de subsistencia y amasar fortunas pero no para quien las consigue, sino para la Obra. Se apela a la dignidad celestial, a las fibras más sensibles del ser humano, se diviniza la secta hasta la osadía de darla por nombre, inclusive, la denominación suprema, nada más y nada menos que "Obra de Dios".


REFERENCIAS

121. Hernando, "Cuaderno de las realidades sociales", No. 35/36, p 20.
122. Rodríguez, "Las sectas hoy y aquí", p 34.


Índice del Capítulo I

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO I


LAS SECTAS Y EL OPUS DEI


11. Una usurpación escandalosa



The name "Opus Dei" implies in its second noun, "Dei", as being produced or worked by God himself. This is how the Founder and his members interpret it.

As Moses met God to hear his will, so Escrivá heard within himself on October 2, 1928, God's desire that he should found "Opus Dei". Its basic concepts, its organization, its interior life, its aims, all of this, down to the smallest detail, corresponds, according to him, to God's will: therefore, it is divine. This is not a merely human matter or a matter of rational thought, but something unique and supernatural.

Moses heard the voice of God, who communicated to him his commandments, clearly outlined. Escrivá received something else, that is, a kind of general power. Everything that passes through his mind in execution of his assignment will have divine guarantee; it is unmistakably desired by God himself.

In this manner he assured his work since any hostile act towards it means a confrontation with God. Never in the history of the Church, not one Pope, not one saint, not even one heretic, has made such a claim.

As a parenthesis: it seems natural that in these almost divine circumstances Escrivá would demand that one remain on one's knees in his presence.

In our world it was God-Man who said of himself: “I am the Way, the Truth and the Life” (John 14:6). Now we are presented with a Jew who says, de facto, the same thing about his person, copying and impudently usurping the venerable figure of Christ, since already he has become the way, the truth and the life, by a pretended commission. He says it and they believe it.

Can we imagine a worse blasphemy?

Is that not, moreover, a sign of the fierce and persistent struggle of Judaism against the Church of Christ?

And it is precisely the young people who are targeted by them because they are aware that youth has a desire for religion, altruism, a desire for spirituality. This is an asset gained on fertile ground.

This theological laboratory, full of religious fervor, arises from the need for transcendence that Opus Dei transforms, alchemically finding its philosopher's stone, into a desire for meditation, generating "complicated and even morbid" relationships with its followers. (123)

The popular imagination had circulated the joke that by comparing members of Opus Dei with flying saucers, he said: “Do you know what they call those in Opus Dei?” - “No” - "Well, the URO: Unidentified Religious Objects.” (124)

Dr. Alfonso Alvarez Villar, professor at the University of Madrid and head of the department of the Institute of Public Opinion, an expert in psychiatry and a psychologist, offers the following explanation about Opus Dei: (125)

“On an unconscious level, at some point in our lives the desire has arisen to 'tuck ourselves in' to a powerful organization that would make things easier for us, encourage us to promote ourselves culturally and professionally, and even defend us against that Spanish envy that makes a struggle of all against all. But then doubts arose and, above all, we asked ourselves if, after this protection, we were not going to give up a part of our freedom. I have spoken many times about the cryptoreligions. Opus Dei is undoubtedly a cryptoreligious.

“Moreover, its very name links it to these cryptic sects, since, as we know, Opus Dei means Work of God; that is, the members of this organization consider themselves representatives of God on Earth, as the Brothers of Perfection felt in Languedoc before, during, and after the persecutions of Simon de Montfort. Opus Dei, then, concentrates in itself all the forces of an everlasting dimension of man that I have defined with the term "enlightenism". Only here this enlightenism has drifted into one of the two forms that I distinguish: that of underground propagation. And here we should point out why a merely religious association becomes a powerful pressure group on the political, social, economic, and other levels. But this is not purely a matter of internal dialectics: cryptic enlightenment tends to realize what I also call "the myth of paradise. Its model can be, for example, the "New Jerusalem of the Apocalypse". The journalist Mario Rodríguez Aragón goes so far as to write that “in Torreciudad they are trying to establish a cryptoculture in concurrence with the Vatican.”
 
It is symptomatic to see how these sects flourish in Christian environments and that under no circumstances are they dedicated to the conversion of unbelievers, of infidels. They are like a vine around the tree. (126) They proliferate only in Christian environments and the more deeply rooted the Christian feeling in a given people or society, the more prone these sects are to act, even though in reality they are the antithesis of the Christian spirit.

One cannot serve two masters at the same time and one cannot claim that the ideals of Opus Dei are compatible with the Gospels. Lucia Jones wrote that “as a Catholic I detest Opus Dei for the simple reason that it seems to me to be a prostitution of Christianity and a focus of scandals.”

The member of the "Real Academia de la Lengua Española" ("Royal Academy of the Spanish Language"), the writer Juan Antonio de Zunzunegui, observes that “Opus Dei, to the simple souls of our consumer society, not only promises the salvation of their souls, but what is most attractive and immediate, the salvation of the body in the form of vey worldly and delightful advantages, positions, and tasty profits. What a delight! Opus Dei's insatiability for money is enough to make you tremble. (128)

Bryan Wilson in his work on "The Sociology of Sects" published in B. Wilson's essay on Religion in Sociological Perspective, published in 1982 by the University of Oxford, analyzes a type of sect that presents the following characteristics. They tend: 1) to be exclusive; 2) to maintain a monopoly on complete religious truth; 3) to be secular, although they may develop a group of professional organizers; 4) to deny "special religious virtues" to all but perhaps their own founders and leaders; 5) to be "voluntary" - it is the individual who chooses to be a member; 6) to be concerned with maintaining standards, sanctioning the unfit and the unruly; and 7) to demand total loyalty.

In most of the above categories Opus Dei fits very easily. (129) It is exclusive on several levels, in its selective recruitment and in the secrecy surrounding it. It would be uncertain to say that it claims a monopoly on religious truth but its members are completely convinced that the interpretation of the Catholic faith to which they adhere is the only Orthodox version, as confirmed by Escrivá's exhortation to his faithful after Vatican II. That it is a lay organization is one of its proudest boasts although technically it is a prelature and is undoubtedly dominated by the Clergy. It is also one of its characteristics to depend almost entirely on the writings of its founder. It therefore fits neatly into the characteristic as stated by Dr. Wilson. The recruitment procedures, the internal discipline of Opus Dei, and the total commitment required of its members are in line with points 5) and 7).

For members of Opus Dei, their "salvation" is guaranteed by the "Father"/"Founder" when he promises his followers: "When the years go by, you will not believe what you have experienced. How many good and great and wonderful things you will see! I can assure you that you will be faithful, although sometimes you will have to suffer. Besides, I PROMISE YOU HEAVEN. (130)

According to the teachings of Opus Dei, in the Church, there can be mistakes; in the "Father", no. (131)


REFERENCES

123. Moncada, "Oral History of Opus Dei", p. 10.
124. Carandell, p 49.
125. Alfonso Álvarez in ""¿Por qué no es usted del Opus Dei?" ("Why Aren't You in Opus Dei"), pp 42-45.
126. "Cuadernos de realidades sociales", No. 35/36, p 32.
127 Lucia Jones, "Tiempo" magazine (25 August 1986).
128. Juan Antonio de Sunzunegui, in "¿Por qué no es usted del Opus Dei?" ("Why Aren't You in Opus Dei"), p. 215.
129. Walsh, p. 194.
130. Ibid, p. 198.
131 Moreno, "Opus Dei, anexo a una historia", p. 122.


Índice del Capítulo I

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo







CAPÍTULO I


LAS SECTAS Y EL OPUS DEI


12. Totalitarismo y fanatismo



Las máximas y consignas elaboradas por el propio Padre/fundador son tajantes y no dan lugar a controversia. Así leemos en Camino:

941: "Obedecer..., camino seguro.- Obedecer ciegamente al superior..., camino de santidad.- Obedecer en tu apostolado..., el único camino; porque, en la Obra Dios, el espíritu ha de ser OBEDECER O MARCHARSE".

484: "Tu deber es ser instrumento".

617: "Obedecer, como en manos de un artista obedece un instrumento -que no se para a considerar por qué hace esto o lo otro -seguro de que nunca se os mandará cosa que no sea buena y para toda la gloria de Dios".

622: "¡Qué bien has entendido la obediencia cuando me has escrito: "obedecer siempre es ser mártir sin morir!".

619: "... nunca olvides que eres solamente ejecutor".

Por su parte, las Constituciones de la Obra abundan en la obediencia; citaremos como ejemplo algunos de sus artículos:

Artículo 31.3 - Dondequiera que haya dos miembros del Instituto, a fin de no verse privados del mérito de la obediencia, ha de guardarse siempre una cierta subordinación, por medio de la cual el uno quede sometido al otro según orden de precedencia".

Artículo 148.- La incorporación al Instituto exige un voto privado comunitario reconocido de obediencia. En virtud de ese voto, todos los miembros del Instituto, Numerarios y Oblatos, profesan una obediencia plena y en todos los aspectos al Presidente General y a los propios superiores.

Al neófito del Opus Dei se le dice textualmente. "Renuncias a ser tú, para ser Opus Dei". (132) No existe abdicación tan completa del individuo en provecho de un aparato burocrático como la que se lleva a cabo en el Opus. Escrivá escribió en unas de sus misivas a sus hijos: "El que pone la mano en el arado no debe volver la cabeza atrás". En la Obra se practica una intransigencia a ultranza, en una actitud orgánicamente totalitaria.

Hay una canción o himno que se canta a menudo en los centros e instituciones del Opus Dei. Se titula "Anda, borrico". (133) También otra letrilla dice: No se va de mi memoria / lo que me han dicho llegar / Vas a ser burro de noria / Borrico siempre serás...

El propio Antonio Senillosa, ex-diputado y que ocupó una dirección general en el Ministerio de AAEE manifiesta que (134) no es partidario de "obedecer ciegamente al superior" según reza la máxima 941, añadiendo que "Camino me parece un libro delirante y de una aterradora pobreza intelectual".

En la Obra se repite machaconamente y con insistencia: "¡si no puedes alabar, cállate!" (135)

La obediencia ciega se conjuga con el control de los miembros, que abarca el control de gastos, lecturas y horario de actividades, (136) independientemente de que al militante se le dan directrices a través de la confesión, cuyo secreto se viola para participar al superior en los planes político-religiosos de la Obra.

Cada semana el Opus edita una lista de novedades literarias clasificadas y calificadas según su estricta observancia. (137) Un círculo al lado del título de una obra significa que puede ser leída por los socios con cuidado. Dos círculos que sólo puede ser leída por directivos de la Obra y personas muy preparadas. Tres círculos es la condenación al olvido: nadie puede leerlo.

Las revistas de información general están prohibidas. Como decía el Fundador "hay que cuidar la vista, la revista y la entrevista".

Nos cuenta una ex-miembro de la Obra (138) que una vez se dirigió a la encargada de la biblioteca para que la dejase un libro para leer. Recuerda que la dió El principito a pesar de que tenía 23 años y ya lo había leído doscientas veces. Cualquier libro que, según sus inefables criterios contenga peligro, no se puede leer.

Otro ejemplo: testimonia M.R.S., (139) que pasó 14 años de su vida en el Opus. Fue presionada para que ejerciese su profesión tal como la Obra deseaba. Tras estudiar Filosofía y Letras ejerció como profesora de arte y decoración; fue la directora de Delsa, empresa que coordina las librerías del Opus y después, durante seis años, directora de la sala de arte Neblí. Debido a su prestigio, a los 15 días de salir del Opus ya dirigía la Sala Durán de Madrid. M.R.S. opina que "en el Opus no se te deja avanzar como persona, ni pensar. Tus directoras viven obsesionadas por los peligros que conlleva una vida laboral normal para una mujer. Si llegaba a casa más tarde de las 21,30 había bronca. No podía tomar café con un cliente y para hablar con él  tenía que tener la puerta abierta. Profesionalmente no podía leer nada sin el correspondiente permiso".

El espíritu de la Obra consiste en una obediencia irracional y en una absoluta fidelidad al Padre y a sus sátrapas. Se te impregna que la obediencia más importante es la obediencia que Cristo nos enseñó en el Monte de los Olivos, es la sumisión de la inteligencia al aceptar la voluntad de Dios, sin entenderla. (140) ¿Y la libertad? El padre quiere a sus hijos muy libres, pero haciendo exactamente, prontamente, únicamente lo que él quiere. Ese es el secreto de la libertad.

La palabra de orden en el Opus podría sintetizarse en la exigencia de "¡Cumplid las normas. Sed salvajemente sinceros con vuestros superiores y no habrá ningún problema!" lanzada por el Padre y que se engloba dentro de la infancia espiritual a la que se deben los miembros del Opus.

Cuando los "enganchados" se quieren dar cuenta, ya no son dueños de su respiración y muy pronto se empieza a comprender cuál es el alcance exacto del voto de obediencia, que consiste en decir que sí a todo lo que les proponga, a todo lo que les sugieran, pues "en casa cuando se exige algo con más fuerza es diciendo, por favor", por lo que eliminan de su vocabulario el término órdenes para admitir mejor el de "sugerencias" que deben cumplirse al pie de la letra.

El voto de obediencia significa aceptar sin condicionamientos la voluntad de Dios, expresada a través de los superiores de la Obra. Lo que aterra es pensar que esas constituciones las obedecen seres que ocupan cargos de responsabilidad públicos políticos y financieros. La dependencia de estos señores socios de sus superiores es tal que incluso alcanza a lo profesional. (141) El voto de obediencia en una institución tan jerarquizada como el Opus Dei supone una entrega absoluta de la voluntad y de la capacidad de decisión.

Pero lo que resulta aún más increíble es que invocando los preceptos de la religión, poniendo por premisa el propio nombre de Dios, apoyándose en los mandamientos de la ley divina, se posibilite que el fuerte domine al débil y que aun esté agradecido al tirano porque gracias a la esclavitud a la que le somete en esta tierra, le promete la santidad y el reino de los cielos en la ultratumba.

Naturalmente se prohíbe la crítica, la opinión contraria, la discrepancia que el Padre / Fundador interpreta en Camino como pura "habladuría", "faena de comadres", "trapisondas, enredos, chismes, cuentos e insidias", porque la "obediencia debe ser muda".

La crítica al "dogma" sectario se tipifica de sacrilegio. Como antídoto, la capacidad de perdonar -tan gratuitamente adquirida como la de culpabilizar - no es más que un mecanismo destinado a magnificar el poder de la autoridad y a reforzar la correspondiente capacidad de castigar. (142) El perdón es el premio a la sumisión, así como el castigo es el "premio" que corresponde a quien se empeña en no seguir las pautas del grupo.

La lealtad a la persona del Padre debe ser incuestionada. "Rendir juicio" (143) significa lograr la máxima disponibilidad para la obediencia, que impone la obligada censura intelectual, que en el interior del Opus posee incluso una oficina entre cuyas misiones está la de elaborar un grueso índice de libros y autores prohibidos para los de la Obra, para cuya lectura hace falta el permiso del Padre. (144)

Por lo general el hombre de la calle, el profano, ignora hasta qué grado una persona está comprometida con el Opus, dado que los votos no se pronuncian públicamente, como sucede en las grandes y tradicionales Órdenes religiosas aunque el voto de la secta sea equiparable. (145) ¿Pueden tener sus miembros dos personalidades distintas según el plano en que se desarrolle su acción? El juramento que prestan los miembros "numerarios" y "supernumerarios" tiene un contenido inquietante: "Con mi superior mayor inmediato o supremo, según la gravedad del caso... consultaré siempre acerca de los problemas profesionales, sociales y todos los demás, aunque esto no constituya materia directa del voto de obediencia, pero sin transferir las responsabilidades al propio superior". Se establecen entre los miembros de la prelatura y la propia prelatura vínculos estables mutuos, permaneciendo los miembros y siempre y en todo moralmente bajo la dirección de sus superiores que exigen a sus adeptos una disciplina estricta, por lo que cabe preguntarse (146) ¿Cuáles son los límites exactos de la libertad de que dispone un miembro de la Obra en el cuadro de su vida profesional e inversamente, en qué medida se ve comprometido el Opus por las actividades personales, cívicas y políticas de sus miembros en sentido pleno?


REFERENCIAS

132. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", p 390.
133. Carandell, p 122.
134  De Senillosa, Antonio, en "¿Por qué no es Ud. Del Opus Dei?", p 194.
135. Moreno, "El Opus Dei, anexo a una historia", p 44.
136. Magaña, p 29.
137. Aroca, Santiago, "Tiempo" (30 junio 1986).
138. "Marie Claire" (diciembre 1987).
139. Diario "El País" (01 mayo 1988).
140. Gracia,Vicente, "En el nombre del padre" (Barcelona:Editorial Bruguera, 1980), p 40.
141. De Castro Feito, Dr. Luis, en "¿Por qué no es Ud. Del Opus Dei?", p 6.
142. Rodríguez, "Esclavos de un Mesías", p 99.
143. Moncada, "Historia oral del Opus Dei", p 100.
144. Ibid, p 117.
145. Wast, Jesuítas, Opus Dei y Cursillos de Cristiandad, p 62.
146. Artigues, p 99.


Índice del Capítulo I

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO I


LAS SECTAS Y EL OPUS DEI


13. Sexo y contingencia



La problemática sexual en la Obra, como en las demás organizaciones de célibes, se convierte en un mecanismo más de manipulación autoritaria, en una fórmula de autodesprecio, (147) en una fuente de incontables lances de conciencia, que mantienen enganchadas a muchas personas durante largo tiempo en una dialéctica autodestructiva.

Como diagnostica el psiquiatra Alvarez Vilar, el mismo énfasis en la castidad que propugna el Opus es un índice de su afán expansivo. Cuando se encadena la libido su energía cinética pasa a otras funciones de la psique.

Las consecuencias de la contingencia que se predica suele ser la neurosis. La represión sexual engendra en el sujeto un estado permanente de culpabilidad entre la tentación y la prohibición, entre el poder del deseo y las abominaciones de la Obra, entre el instinto y la noción de pecado que le amordaza. Todo ello se hace para moldear personas obedientes y sumisas.

Todas las teorías psicoanalíticas, muy en boga actualmente, reconocen que la represión e inhibición sexual, lo que en lenguaje de la Obra se denomina "sacrificar el egoísmo de la carne", está en la base de su actitud autoritaria y despótica. (148) La sexualidad y la capacidad de amar naturales han sido de esta forma - diría un psicólogo - peligrosamente sublimadas.

En el Opus se ejerce la discriminación por razón del sexo, donde la mujer sufre las consecuencias de la peor parte, puesto que las numerarias agregadas y las auxiliares están minusvaloradas en relación con sus homónimos varones y con mucha frecuencia destinadas a su servicio.

A.G.C., (149) numeraria del Opus Dei durante 15 años, relata su experiencia: "entré a la Obra a los 17 años, pero en ningún momento me llegaron a decir "El Opus es esto". Lo único que te venden es la idea de santificación en el mundo. Lo demás lo vas descubriendo después..."

Las mujeres que regentan las casas de los varones tienen vedado el trato con ellos. Las casas están juntas, pero separadas por dos puertas con dos llaves que guardan el director de los hombres y la directora de las mujeres. El director de los varones suele llamar por un telefonillo interno a la responsable de las mujeres a primera hora para decirle "hoy somos tantos a comer". Durante dos horas, por las mañanas, los hombres no pueden entrar en sus habitaciones para evitar coincidir con las mujeres que están limpiando. Tampoco pueden hablar con las sirvientas que les sirven la mesa.

La diferencia entre la vida que llevan los hombres y las mujeres del Opus es tajante. Mientras los primeros disfrutan de libertad profesional, dentro de lo que cabe, las segundas están completamente atadas a su directora. No pueden pasar una noche en casa de sus padres, salvo si tienen permiso especial. Unos permisos que sólo se otorgan cuando los padres viven en una población en donde el Opus no tiene ninguna casa.

Las mujeres tienen que dormir sobre una tabla para "poner su cuerpo en vereda" como ya se apuntó. Asimismo no pueden viajar solas por la noche y las más observantes deben pedir permiso para ir a la peluquería o a comprarse ropa.

Por la calle "guardan la vista" para evitar tentaciones con la mirada y por eso los hombres suelen llevar la mano en el bolsillo, porque en el bolsillo llevan un crucifijo que será apretado con los dedos cuando sobrevenga la tentación. (150) Si la tentación es muy gorda en vez de crucifijo apretado se podrá quizá hablar de estrujamiento.

El Dr. Mynareck acusa a estos grupos sectarios y los recrimina por reprimir la sexualidad dándose una regla proporcional entre el nivel destructivo del grupo y las tuercas que aprietan para reprimir la sexualidad, siendo esta proporción en orden directo. Los mayores represores suelen ser los más reprimidos, con problemas y taras sexuales y con cierta carga morbosa de su estado patológico sexual. La contingencia represiva y culpabilizadora crea seres enfermizos entre la esquizofrenia y el complejo de pecador impenitente.


REFERENCIAS

147. Moncada, "Historia oral del Opus Dei", p 158.
148. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", p 13.
149. Diario "El País" (01 Mayo 1988).
150. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", p 118.


Índice del Capítulo I

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO I


LAS SECTAS Y EL OPUS DEI


14. Judas en acción



Judas el Iscariote ha pasado a la Historia no por sus posibles virtudes como apóstol de Jesucristo, sino por la denuncia secreta que hizo de su Maestro, por la confidencia que condujo a la detención del Mesías. En un círculo tan compacto y hermético como es el Opus todos quieren ser delatores, acusadores públicos y privados, soplones, confidentes de sus propios y más próximos hermanos y ello por varios motivos, entre otros, porque la delación en el Opus es práctica y "virtud" para que, entre los adeptos, siempre vivan en una atmósfera de desconfianza mutua y recíproca, de miedo, de inseguridad y de aislamiento, todos estos factores de la máxima importanica para encadenar, de forma perpetua, el adepto a la secta.

El Opus pone minuciosa atención y especial cuidado en lo que llaman la dirección espiritual constante y pertinaz, que vincula y marca a todos y cada uno de los miembros, que se ve complementada, semanalmente, con lo que llama "confidencia", que ayuda a configurar un orden jerárquico-espiritual rígido. (151)

Por otra parte, la denuncia del hermano por el hermano, el bochorno y la vergüenza de verse señalado por el prójimo más próximo, es una norma y una obligación consignada en los propios estatutos y reglamentos de la Obra. Es una práctica corriente y habitual, fomentada, alentada y alabada por los responsables de la organización.

La confidencia semanal es una charla obligatoria del socio con su director (152) en la que el socio debe abrirse plenamente y manifestar sin escrúpulos ni reservas sus disposiciones interiores, a la vez que dar cuenta de todas sus acciones. Es un acto de solidaridad y docilidad. Con el paso del tiempo muchos socios se ven asfixiados por esta práctica, paralela a la confesión y todo ello robustecido por la táctica prohibición de confesarse "fuera de casa" e incluso con otro sacerdote de la Obra que no fuera el designado para cada casa o centro.

Esta confidencia se plantea por igual entre los sacerdotes y los laicos que conviven en la casa. Un laico estará en condiciones de ser el escucha de la confidencia que le susurre un sacerdote, un seglar puede ser el depositario de las intimidades de un lego o de un religioso o viceversa. Una nota que emitió el V Consejo General del Opus, desde Roma, consideró que el papel del sacerdote no era necesario para la confidencia y desde entonces el director u otro miembro del consejo local, y a veces algún miembro selecto de la casa, son los encargados de oír la confidencia. (153) Naturalmente que la confidencia no exime de hacer también la confesión y, en este caso, sí que es preceptiva la participación del sacerdote que, necesariamente, tendrá que ser de la Obra, para que los trapos sucios se laven siempre en "casa".

Para el Opus Dei, la confidencia, aparte de dar a conocer las faltas del miembro que se escapan a la confesión sirviéndole además de desahogo psicológico (154) modela el carácter del individuo y sirve para incrementar "el espíritu de la Obra". La confesión sirve, en cambio, para el perdón de los pecados y la liquidación de la ofensa.

Ex miembros de la Obra han revelado que el sacerdote numerario realiza funciones de espía y fiscalizador (155) "al usar indebidamente el sacramento de la confesión para revelar secretos de los fieles que interesan a la Obra"... Los socios numerarios del Opus Dei saben que sus confesores revelan lo que ellos dicen en el confesionario si lo consideran conveniente los superiores.

Las confidencias y la confesión con los dirigentes del Opus Dei deben ser "salvajemente sinceras" (156) porque -argumentan los jerarcas opusdeístas- para alcanzar la santidad hay que contar preocupaciones en el trabajo, en la familia, del fuero interno y lo que ocurra en el mundo de la política o de la intelectualidad.

Es un hecho admitido dentro del Opus que el guía espiritual y el confidente, en reunión con los dirigentes, analizan disposiciones y problemas de cada uno de los numerarios y supernumerarios bajo su jurisdicción.

Los sacerdotes opusdeístas tienen instrucciones de ser discretos para que sólo cuenten al director del socio o al jerarca de mayor categoría dentro de la Obra únicamente lo que conviene saber en función del "bien de las almas".

Son muchos los socios que han roto con el Opus Dei al sufrir gran decepción, una vez que se enteraron de las violaciones al secreto de lo que dijeron en forma confidencial.

No nos resistimos a transcribir un testimonio de excepción, una auténtica confidencia en voz alta y clara, hecha por una persona que, durante años, estuvo inmersa en el Opus: (157)

"De una cosa me enteré casi cuando estaba decidida a irme ya de la Obra y contribuyó muy especialmente a darme cuenta de que este no era mi sitio. Haber pasado por eso habría significado perder toda mi dignidad como persona. Supe que tanto las charlas que mantienes con tu directora, como las que mantienes con el sacerdote de la Obra (siempre hay que confesarse con sacerdotes de la Obra bajo amenaza de expulsión) se intercambiaban. Es decir que entre los dos se dicen el uno a la otra las cosas que las numerarias les han contado para ver si coinciden y para seguir una estrategia conjunta. Además de semejante manipulación de los secretos más íntimos de una persona, la directora envía todas las semanas un informe de su dirigida a la delegación. Basándose en lo que has contado, la directora escribe a máquina para que lo lea una, que seguramente no te conoce de nada, las confidencias que has hecho... Eso lo descubrí al pasar a la habitación de la directora a coger algo. Ella no estaba y como el papel, a medio escribir, sobresalía de la máquina no fui capaz de vencer la tentación de leer lo que allí ponía".

"Me pareció -continúa- lo más burdo, innoble y anticristiano que había visto en mi vida. ¿Con qué derecho se manipulan las intimidades de cada persona cuando para vivir bien el espíritu de la Obra no hay más remedio que hacerlas, porque eso es lo que está mandado por el Padre? La más mínima conducta ética, seas o no cristiano, te obliga a respetar el secreto de una confidencia.

¿Cómo se puede llamar algo Obra de Dios cuando se cae tan bajo? Dios sabe el informe que tendrán de mí en los archivos de Roma. Después de haber pasado mis confidencias por tantas sucias manos que ni siquiera me conocían. Porque el centro va a la Delegación, de la delegación a la asesoría regional y de ésta a la asesoría central, que está en Roma. En este momento se rompió definitivamente lo que me pudiera unir a la Obra".

"Ocultar algo personal a los directores -según aseguraba Escrivá de Balaguer -era tener un pacto con el diablo" y en la Obra ese "algo" incluye desde lo más divino, hasta lo más humano. (158)

Otra ex numeraria nos confirma que los miembros de la Obra tienen el grave deber de sincerarse salvajemente con sus directores: deben contarle sus deseos más íntimos, sus ansias, sus defectos, las nociones más fugaces, los pensamientos más recónditos. Es un deber de deberes, cueste lo que cueste. Pero ese deber no presupone, ni necesita para nada, una contrapartida. Hay que ser muy sinceros, hay que decirlo todo, hay que abrir el corazón de par en par (son todos ellos mandatos del Padre) pero hay que hacerlo frente a unos directores cargados de reservas, que no tienen por qué explicar ni razonar nada que no les parezca conveniente o no interese al súbdito que les está abriendo su conciencia. Amurallados por el secreto que -dicen -les impone su cargo, pueden decir que desconocen datos con los que han estado trabajando cinco minutos antes; pueden callar ante una pregunta directa; pueden prometer un silencio que de antemano saben que no van a guardar.

La confidencia semanal es una especie de balance espiritual al mismo tiempo que se informa detalladamente sobre actividades diversas. ¿Por dónde pasa en tales coloquios la frontera entre la vida religiosa y actividad apostólica de un lado y la vida profesional y pública de otro? He aquí una interrogante que tiene que quedar sin respuesta. Entre las prácticas de la Obra, la "confidencia semanal" no deja de ser una de las más inquietantes.

Pero si la confidencia puede resultar inquietante no menos es la delación pública, la evidencia en la que también, semanalmente, deben dejarse los unos a los otros, como Judas, pero en este caso la recompensa no son los treinta denarios de plata, sino la santidad y el cielo en la eternidad. La acusación y represión pública es un deber ineludible e inexcusable, ordenado en las propias Constituciones del Opus, que en su artículo 270 disponen que "Los miembros numerarios y oblatos se reunirán cada semana para el círculo breve donde se corrigen los defectos, donde se proponen los medios de apostolado y donde se trata de manera familiar todo lo que pueda guiar a nuestro espíritu y nuestra acción específica". Todo miembro debe someterse o será llamado al orden.

Se lee también en las Constituciones de la Obra en su artículo 195 que "Los miembros tienen la obligación de avisar a sus superiores cuando las actividades de otros miembros amenacen con perjudicar la eficacia del Instituto". La preocupación por la eficacia del Instituto en cuanto tal es grande y el respeto por los individuos insignificante, quienes se ven empujados hasta la delación (159) y a la denuncia entre compañeros para el mayor provecho del Instituto.

Si por casualidad alguien falla será sometido a la corrección fraterna. Se le someterá a la línea o bien se le expulsará. El espíritu de desconfianza es total. Tu mejor amigo puede ser tu más sádico enemigo; tu deberás ser, a tu vez, implacable hacia quienes muestres tus simpatías.

En el Opus la corrección fraterna es un genuino modo de formación. (160) Si un socio de la Obra de Dios se entera de una falta cometida por otro de sus "hermanos" debe acudir inmediatamente a un miembro del consejo director de la casa para exponerle el caso y que éste decida la conveniencia o no de corregirle. Si la decisión del miembro es afirmativa, el socio de la Obra hará al otro, al de la falta, la correción fraterna. El espíritu de la Obra forma nidos de avispas con el aguijón siempre dispuesto para inyectar el veneno en nuestros semejantes.

Se ha publicado (161) que en las charlas colectivas semanales se instaba a que los miembros simpatizantes "rivalizasen" en contar sus pecados públicamente, aunque en la mayoría de los casos eran simplezas, como el no haber hecho la oración reglamentaria en su momento o el haber "desfallecido" ante una tentación. La mayor parte se acusaban del pecado de soberbia o de falta de humildad, que era lo más apreciado.

La culpabilidad tiene su rentabilidad en la confidencia y la correción o delación fraterna. La culpabilidad suele ser fuente de tensiones internas de carga emocional contenida, que para equilibrarse necesita el desahogo, por lo que las sectas perniciosas establecen el ritual en donde se pide al adepto que confiese todas sus interioridades, que se vacíe. (162) La técnica empleada difiere según las características del grupo y pueden consistir en una amigable charla donde se cuenten las experiencias más íntimas.

Las técnicas de las confidencias y de la correción fraterna son actos de autosometimiento que conllevan el castigo moral de la humillación pública, lo que genera un perpetuo vacío interior a partir de la sensación de estar en falta, como alguien que no tiene más derecho que el de obedecer.

Un hecho característico (163) es que después de haber confesado y purgado el pecado, el adepto se convierte en un fanático acusador y castigador de sus propios compañeros, olvidando que poco antes él también ocupó su lugar en el banquillo del sadomasoquismo en nombre de Dios.

Pero la delación puede llevar a más altos vuelos. Es sintomático que el entonces nuncio de Su Santidad, monseñor Riberi, afirmaba (164) que se sentía rigurosamente vigilado y que no podía hacer ni decir nada sin que el Opus se enterara. El hecho de que todo el personal de servicio fuese del Opus Dei hizo surgir el chiste de llamar a la casa del nuncio la "Nunciatura Opustólica". Es sintomático que el Opus tenga muchos centros diseminados por toda la geografía para la formación del hogar, que son escuelas de servicio doméstico que constituyen un excelente negocio de agencia de colocación de sus adeptas al servicio y en las casas de las clases dirigentes, que son las que pueden permitirse los lujos de admitir doncellas y criadas, sin percatarse que les están colocando submarinos en la misma línea de flotación.

Sería muy interesante que se abriera para la ciencia y el conocimiento público parte al menos del monumental archivo que tan celosamente se guarda en la casa romana de Bruno Buozzi. Allí están, con las Constituciones y las sucesivas ediciones de las Instrucciones de Gobierno, la colección de notas y avisos que ejemplifican, año tras año, un estilo de gobernar y las ideas que Escrivá iba teniendo sobre lo que pasaba o debía pasar en la Iglesia, en la política, en la moral pública y privada y sobre todo "en las casas y en las vidas de sus súbditos". (165)

Las redes de los servicios de inteligencia y de información no pueden ser más sofisticadas, más groseras ni más miserables.


REFERENCIAS

151. Wast, Jesuítas, "Opus Dei y Cursillos de Cristiandad", p 62.
152. Moncada, "Historia oral del Opus Dei", p 149.
153. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", pp 120-121.
154. Ibid, p 121.
155. Magaña, op cit, p 236.
156. Ibid., p 236.
157. Revista "Marie Claire" (Diciembre 1987).
158. Moreno, "El Opus Dei, anexo a una historía", p 147.
159. "Le Vaillant", op cit, p 233.
160. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", p 120.
161. "El Opus por dentro" en Area crítica, No. 2, (julio, 1983) p 34.
162. Rodríguez, "Esclavos de un Mesías", p 100-101.
163. Moreno, pp 84-85.
164. Carandell, p 163.
165. Moncada, "Historia oral del Opus De", op cit.


Índice del Capítulo I

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO I


LAS SECTAS Y EL OPUS DEI


15. Abandonar la "Obra de Dios": el acoso y derribo de los fugitivos o la muerte civil



La maldición bíblica, en boca del Padre, pesará para aquel de sus miembros que deje de pertenecer a la secta. Escrivá sentenciaba: "El que se sale de la Obra, abandona la barca y se va a la obscuridad". (166)

Los disidentes del Opus son perseguidos, calumniados, y se trata de aislarles para que no puedan contar lo que han visto, y si lo cuentan a pesar de todo, para que nadie les haga caso. (167) Los medios de comunicación, en gran parte manejados o dependientes de Bancos alcanzables por la Obra o con miedo hacia el Opus, no han prestado casi ninguna atención a estos testimonios.

La Obra, dice Alberto Moncada, echa mano de los mejores recursos para retener al rebelde. Es también el momento de abrir la caja de los truenos y sugerir que no perseverar puede llevar a la condenación eterna, (168) amenazando a los cómplices o a los neutrales con la idea de la comisión de un pecado grave.

La salida de la Obra es un fenómeno curioso porque, de pronto, sientes lo poco que importas a unas personas que han sido testigos de años de tus mejores afanes. Eres un expediente para archivo. Se acabó. Y cuantas menos señales de vida des, mejor. Porque constituyes un recordatorio candente de sus fracasos.

De todas formas, la ira divina tiene una genuina vía de expresión en la persecución a la que, en muchas sectas, someten a sus antiguos miembros. Son ya muchas las denuncias publicadas, avaladas por la credibilidad y/o pruebas de sus autores, que sitúan al Opus Dei, a sus hombres, en el eje de campañas de persecución en contra de sus ex-afiliados de cierto peso. (169) De esta forma, desde los infinitos resortes que los obedientes hombres del Opus Dei controlan en la sociedad, se han llegado a arruinar vidas y carreras profesionales de algunos de los tránsfugas de la Obra que han mostrado excesiva locuacidad. Cualquiera que investigue los aledaños del Opus se encuentra siempre con una constante claramente verbalizada: miedo a hablar.

María Angustias Moreno tiene escrito que marcharse de la Obra no es fácil. (170) Si eres y dejas de serlo pasas a ser integrado en el grupo de los absolutamente marginados. Pasas a ser despreciable. De la noche a la mañana se acabó toda relación, todo interés hacia la persona que se va. Los mismos que decían quererle tanto, que proclamaba estar dispuestos a dar su vida por él, que se aprovecharon de sus mejores posibilidades, le ignoran, le olvidan por completo. Ya no les importa lo que pueden necesitar, les tiene sin cuidado cómo vaya a rehacer su vida. Para todo ha dejado de contar, no quieren volver a saber nada, preferirían no cruzarse nunca más con él por la calle. ¡Es una demostración palpable de lo poco que importa la persona!

Los mismos que, tiempo atrás, se hubieran volcado -interesadamente- con uno porque era de la Obra, después le ignoran y evitan porque ya no lo es. "Los que se van es como si hubieran muerto". (171)

Para los del Opus, la salida de la Obra es una deserción sin paliativos, una traición. Un consentimiento y pacto con la tentación diabólica. De donde es lógico deducir que quien sale se va al abismo, se pierde irremisiblemente. Sus esfuerzos de nada sirven ya. Creo -sigue diciendo María Angustias -que de alguna manera sobreentienden que los que se marchan tienen la obligación de condenarse.

Basta dejar el Opus para perder la santidad.

A otra numeraria le presionaban, siendo los consejos que la daban para quitarle de la cabeza la idea de marcharse los siguientes: "El que se va de la Obra traiciona y vende a Jesús", "Nadie que se ha ido de la Obra ha sido feliz", "Te espera el infierno". (172)

La gente encuentra difícil marcharse. Un jesuita colombiano informó incluso de suicidios. (173) Y también Jonh Roche, que dice saber de forma directa de un suicidio en el Opus Dei de Kenia y que ha oído de dos más de mujeres en Londres, una de las cuales se arrojó del cuarto piso de una casa del Opus.

"Cuando te vas te conviertes en una no-persona, y a ningún miembro se le permite ayudarte - dice María del Carmen Tapia -Cuando una persona deja el Opus se encuentra en la calle, financiera, espiritual y psicológicamente". (174)

El padre de Susana Crepi abraza a su hija y la besa en la frente. "Tranquilízate, ahora eres libre", le musita. "Yo sí, papá, pero ellas no", le contesta la joven refiriéndose a las que aún permanecen en la obscuridad del Opus, en la ceguera de la secta. El padre apostilla: (175) "Nosotros, afortunadamente, hemos recuperado a Susana, pero sentimos la necesidad de explicar a la gente qué es el Opus por dentro y por qué resulta tan difícil salirse de la organización. A mi hija la persiguieron durante meses para que regresara. Y la realidad es que en el Opus hay tres categorías de miembros: los amos, los mozos y los perros".

Durante su permanencia en el Opus se les transmite el miedo y la culpabilidad y la supervivencia espiritual del propio miembro fuera, a la intemperie, en el mundo. Su finalidad es que los miembros no tengan la tentación de abandonar el espacio cerrado de la organización, el recinto acotado de la secta. Por eso hacen depender la existencia de sus miembros del grupo, dejándoles en la indigencia, para evitar la tentación del retorno a la normalidad.

Tampoco habría que desechar el propio miedo que, a muchos adeptos, les puede inspirar la propia secta, a la hora de plantearse el abandono.

En la Obra se asegura que todo el que se va es porque ha dejado de vivir unas prácticas de piedad -que ellos llaman "normas del plan de vida" - o porque se han entretenido en problemas personales, egoístas. Otras causas que también aducen son la insinceridad, la lujuria o la soberbia. Con estos argumentos calman y atemperan a los que permaneciendo dentro, pudieran caer en la debilidad de marcharse.

A Covi Carcedo G. Roces cuando se salió de la Obra la dijeron que "iba a desaparecer", que "iban a regar las calles de Oviedo con su sangre", pero manifiesta que todo lo hacen cobardemente, no con la valentía que nace de la honradez y de la verdad, sino con la cobardía que nace de los beneficios". A su salida presentó una querella contra el Opus Dei por estafa. (176)

Intentan meterte el miedo en el cuerpo, explica MRS. "Te repiten que te condenarás, que ellos son la verdad, y que los demás unos traidores". (177) "Son los clásicos argumentos del chantaje moral". (178)

Por lo general los que salen lo hacen traumatizados por la experiencia

Algunos ejemplos nos los aporta Alberto Moncada. Miguel Fiscac, el conocido arquitecto que entró en el Opus en la primera hora, se apartó de él a causa de los conflictos morales que él mismo ha relatado, cuando contrajo matrimonio con Ana María Badell y hoy no quiere saber nada de la Obra de Dios, ni de sus socios. Antonio Pérez, estrella que fue del ascenso temporal del Opus, tuvo que sufrir una de las persecuciones más tenaces cuando se apartó de la Obra en el ejercicio de un doloroso viaje de auto esclarecimiento... María del Carmen Tapia pasó de directora del Opus a reclusa en la misma institución, en una peripecia abracadabrante. Raimundo Panikkar, fue la otra estrella, la intelectual, de ese primer grupo de opusdeístas de la postguerra que se alejó dramáticamente de la institución. Francisco José de Saralegui, cristiano viejo, tuvo casi hasta su misma salida intervención importante en la actividad económica de la Obra... (179) Jesús Ynfante nos amplía que Antonio Pérez Hernández de los Granales fue número uno de su oposición a Letrado del Consejo de Estado, compañero de Amadeo Fuenmayor y hombre brillantísimo para los que le conocieron; había sido ordenado sacerdote e ingresado en la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz en 1948. Desempeñaba, además, el cargo de rector de la casa la calle San Justo de Madrid. Un día abandona todo y desaparece con lo que llevaba puesto, es decir, el traje y los zapatos. Localizado en Méjico, se le intenta convencer con resultados negativos. Entonces le obligó el Opus Dei a cambiar de nombre y se comprometió a no volver a España por el resto de sus días. (180)

Por lo general cuando un adepto sale de una secta como el Opus suele presentar el siguiente cuadro psicológico: 1) Depresión; 2) Sensación de soledad; 3) Autovaloración negativa; 4) Complejo de Culpabilidad; 5) Bajo nivel de autonomía adaptativa a la conducta cotidiana 6) Embotamiento de la agudeza mental; 7) Tendencia a caer en estados alterados de conciencia; 8) Fin del complejo elegido; 9) Animadversión hacia la secta por la traumática experiencia vivida; 10) Temor a la secta.

Para rehabilitar a algunos miembros y que vuelvan a la noción de la realidad y de la libertad en muchos casos es necesaria la desprogramación que les regenere y les haga olvidar la amarga pesadilla.


REFERENCIAS

166. "Area crítica", op cit.
167. Ibid.
168. Moncada, "El Opus Dei: Una interpretación", p 116.
169. Rodríguez, "El poder de las sectas", p 75.
170. Moreno, "El Opus Dei, anexo a una historia", pp 84-85.
171. Ibid, p 87.
172. "A. L. M. N.," membresía del Opus Dei número 1,489,253.
173. Walsh, p 183.
174. Ibid. p 183
175. Revista "Interviú".
176. Roces, Covi Carcedo G., "Tiempo" (21 julio 1986).
177. Diario "El País" (01 mayo 1988).
178. Carandell, op cit, p 30.
179. Moncada, "Historia oral del Opus Dei", p 11.
180. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", p 353.


Índice del Capítulo I

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo









OPUS JUDEI

ÍNDICE - CAPÍTULO II


CAPÍTULO II

LA VIDA OCULTA DE ESCRIVÁ DE BALAGUER


1.   La mentira sin piedad
2.   El entorno familiar
3.   Seminario y adolescencia
4.   Un vidente con mucha vista. La revelación divina
5.   Tendencias nefandas
6.   Escrivá y las mujeres
7.   Escrivá y los siete pecados capitales
8.   Hombre sin nombre. Delirios de grandeza
9.   Masonería
10. Muerte y resurrección
11. Santo y seña
12. El escándalo de una beatificación


Índice Completo








CAPÍTULO II


LA VIDA OCULTA DE ESCRIVÁ DE BALAGUER


1. La mentira sin piedad


Las biografías sobre el "Padre" adolecen de una cuestión fundamental en el relato de los hechos mundanos y peregrinos del líder carismático del Opus y es la falsedad y la mentira como norma, la ocultación de datos y referencias esenciales de su vida que condicionan y disturban su verdadera personalidad. Se nos ha presentado un retrato de Escrivá que se aleja bastante de la realidad, es una fotografía retocada, edulcorada, falsa y engañosa.

Es impresionante, desde luego, la capacidad de "monseñor" para todo tipo de montajes. Montajes que, indudablemente, han sido los que le han hecho "grande". Y es que el Padre es él y su montaje (1).

Una gran parte del aparato de propaganda y publicidad que el Opus Dei tiene instalado con gran dispositivo de medios, se encarga de difundir y divulgar algunos trazos manipulados del perfil de Escrivá, resaltando con pasión, y no sin ciertos tintes extremosos, un curriculum vitae hecho a medida de incautos e ingenuos, donde se ponen de relieve y se resaltan, agrandándose hasta extremos inimaginables, algunos presuntos detalles de prestigio, mientras "se ocultan importantes datos de su biografía y se escamotean informaciones de gran significación para el enjuiciamiento de la Obra por él fundada". (2) Exhaustivamente se mencionan, con pomposidad grandilocuente, aspectos que son signos positivos en el haber de cualquier ser humano, a sabiendas de que se miente con descaro y sin piedad.

En las biografías encomiásticas hechas a su instancia que circulan sobre el personaje, se destaca su preparación académica, atribuyéndole una serie de estudios y títulos sin ninguna justificación. Así por ejemplo entre las mentiras más extendidas se encuentran las que le atribuyen que "era superior del Seminario Francisco de Paula de Zaragoza", mentira. Que fue "Profesor de Derecho Canónico y Derecho Romano en Zaragoza y en Madrid", mentira. Que "alcanzó el grado de Licenciado en Sagrada Teología por la Universidad Pontificia de Zaragoza", mentira. Que "impartió clases de Ética General y Moral (Deontología) en la Escuela de Periodismo de Madrid", mentira. Lo curioso y chocante es que es Doctor en Derecho por la Universidad de Madrid sin nunca haber pisado una Universidad en toda su vida (3) y gracias a la tesis doctoral que fue redactada íntegramente por, al parecer, el confesor de Franco, Padre Bugar.

Pero los embustes y la farsa sobre Escrivá no le limitan sólo al terreno de unos estudios que nunca cursó, sino a tratar de procurarle un linaje, llegando a escribir que "era de antigua y limpia estirpe por ambas ramas del árbol genealógico", mentira, camelo y cuento. Que con "15 años se había ya enterado de su elección divina de fundar el Opus Dei", invención. Que "se le había aparecido la Virgen con una rosa en la mano pidiéndole la fundación del Opus Dei", mentira. Que "el Opus Dei fue fundado en 1928 por encargo divino", mentira. Que "ejerció una intensa labor pastoral en parroquias rurales", mentira, o que, "desde 1927 inició una intensa labor pastoral entre los pobres y enfermos de las barriadas extremas y los hospitales de Madrid", mentira y camelo para prefabricar un producto genuino de laboratorio, cuando se sabe que la realidad era bien diferente. Estas patrañas han sido fabuladas y repetidas insistentemente para darles el marchamo de verosimilitud, basándose en que una mentira repetida mil veces puede llegar a ser considerada como verdad incuestionable.

Al parecer, pues, queda al descubierto el móvil de las tergiversaciones y los falsos datos biográficos, que consisten, principalmente, en querer demostrar que Escrivá hizo de todo: superior de seminario, cura párroco de aldea, abogado, etc (4). Y así, todos los esfuerzos de estos pseudohistoriadores del Opus se centran en ofrecer, para el consumo interno de la Obra de Dios y algún otro incauto la figura sacerdotal, universitaria y secular del fundador del Opus Dei, habiendo sido el mismo Escrivá de Balaguer el primero que estuvo firmemente interesado en mantener la mentira de su propia vida.

Si por una parte se han propagado hechos inciertos, cuentos y paparruchas sobre la vida del "Padre" hay otros, los auténticos, genuinos y verdaderos que se han mantenido en el más estricto secreto, guardando celosamente el sigilo de cuestiones importantes y determinantes de su existencia como son la ascendencia judía de Escrivá de Balaguer, las raíces criptojudías de su doctrina, su propio y corto desarrollo intelectual hasta su concepción del Opus Dei, sus inspiradores ocultos, la condición de homosexual de Escrivá, sus conexiones con ciertas ramificaciones de la subversión y, por supuesto, el objetivo real y último de la fundación cuya mecha prendía.

¿Quién ha sido el inventor de esta novela biográfica que se nos ha facilitado por el Opus para confundirnos? El propio Escrivá, conocedor de las tácticas sectarias que se ha dado a sí mismo una imagen y una sombra que no son ni el espectro de la cruda realidad. La sugerencia sobre su autoinvención hecha a sus confabulados adeptos y esparcida por ellos ha dado como resultado la mitificación engañosa de una figura vulgar y en muchos aspectos despreciable.

Existe una duplicidad, un desdoblamiento, una disyuntiva en la personalidad de Escrivá. El auténtico y el falso, el real y el mítico, el de laboratorio y el de carne y hueso, la cara amable y la cara amarga, los opuestos, el que nos quieren vender con autobombo y publicidad y el que era en realidad, el superficial y el oculto, el público y el de entre bastidores.

La creación del mito, la "divinización" de su figura es una de las técnicas empleadas en todas las sectas para convertirlo en culto de adoración y punto inaccesible, referencia para los enganchados y seguidores del carismático líder que, con un adecuado lavado de cerebro, su pensamiento y su sentir está centrado obsesivamente en la figura del líder para manipularlos con objeto de explotación.

Se mezcla en la biografía del Padre ficción con realidad, confundiendo intencionadamente hechos con tendenciosidad y sobre todo diciendo en muchas ocasiones exactamente lo contrario de lo que es de facto.

El engaño muchas veces se consigue con el mero cambio semántico de los conceptos, vaciando las palabras de su sentido original y llenándolas con otro contenido, como ha sido el caso de Escrivá, que ha utilizado terminología cristiana en la concepción de su obra para introducir, subrepticiamente, un sentido egoísta y judeo-talmúdico en nuestra sociedad.

Es tan artificial su biografía que oculta y reniega incluso de su verdadero nombre de Escrivá, el de su nacimiento, el de su partida en el Registro Civil, el apellido de su progenitor, que etimológicamente significa el "doctor e intérprete de la Ley entre los hebreos" (5) por el "Escrivá de Balaguer", que no lo era, ni lo es.

La única explicación del Opus es la figura del Padre, lo que presupone que para comprenderlo es necesario entender la estructura espiritual de su fundador.

Tiene razón José Ortega, catedrático de Derecho Penal, que respondía así a una entrevista periodística de urgencia el 26 de junio de 1975: "He leído una biografía de D. Josemaría Escrivá. Luego, he pensado en el hombre; y he llegado a la conclusión que D. Josemaría no es biografiable". (6)

La abstrusa personalidad del padre es inaccesible al entendimiento normal, razón por la que no es comprendido es su exacta dimensión de falsificador. El análisis presupone estudios y conocimientos de tipo antropológico-históricos y caracterológicos que conllevan un notable esfuerzo intelectual.

La auténtica biografía del Padre es una de las cuestiones tabú que se ocultan y que está desorbitada. La literatura a nuestro alcance sobre el particular silencia o disimula los grandes hechos que son incontrovertidos: Que la esencia del Opus es una sola persona: la Obra es el Padre y su personalidad es la piedra angular sobre la que se sostiene todo el edificio de la Obra. De ahí que nos hayamos impuesto, siguiendo la directriz del Papa León XIII en su encíclica "Humanum Genum" (1884) desmitificar a los falsos mitos y desenmascaran los engaños, que puede ser un lema apropiado para adentrarnos en la vida íntima y oculta de este personaje de cartón-piedra simulador y enigmático, que es el promotor del Opus.

Florentino Pérez Embid, biógrafo oficial de Escrivá de Balaguer repite con insistencia sospechosa que "el desarrollo de la Obra en todos los aspectos es la biografía misma de su fundador", o también "la Historia del Opus Dei es la biografía misma de su fundador" (7).

A estas alturas aún no se conocía lo más trascendental para indagar desapasionadamente la realidad de Escrivá y de su Obra. (8)

Yvon Le Vaillant escribe que "con frecuencia se pregunta uno si los dirigentes de la Obra, comenzando por el fundador, han decidido de una vez por todas reírse del mundo" (9). Y es el rictus de esta sonrisa farisaica el que vamos a tratar de desentrañar.


REFERENCIAS

1. Moreno, "El Opus Dei, anexo a una historia", p 139.
2. Carandell, p 165.
3. Moreno, María Angustias, "La otra cara del Opus Dei" (Barcelona: Planeta, 1970),p 34.
4. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", p 7.
5. Diccionario Enciclopédico CODEX, p 504.
6. Bernal, p 9.
7. Ynfante, pp 9-10.
8. Moreno, "La otra cara del Opus Dei", p 25.
9. Le Vaillant, p 9.


Índice del Capítulo II

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO II


LA VIDA OCULTA DE ESCRIVÁ DE BALAGUER


2. El entorno familiar


José María Escriba Albás, es el segundo de seis hermanos. Nace el 9 de enero de 1902 en Barbastro (Huesca). Su padre José Escriba Corzán se dedica en Barbastro al comercio. (10) Había nacido el 15 de octubre de 1867 en Fonz, aunque su familia había venido de Peralta de la Sal. Negociante, ya en 1894 era uno de los tres socios de "Sucesores de Cirilo Latorre", sociedad que, por desavenencias y disputas por motivos económicos en el reparto del dinero entre los socios, fue disuelta en mayo de 1902, continuando dos de los tres socios, Juan Juncosa y José Escriba, con el negocio de tejidos, prendas y paños - el comercio de paños y tejidos ha sido siempre uno de los oficios predilectos por los judíos españoles desde la Edad Media peninsular - adoptando el nuevo rótulo comercial de "Juncosa y Escriba".

José María nacía en el momento de la crisis de la sociedad "Sucesores de Cirilo Latorre", en un momento en el que su padre, en combinación con Juan Juncosa, trataba de quedarse con la mayor parte del negocio, eliminando a uno de los socios para obtener mayores ganancias. Su madre era la penúltima de trece hermanos. La casa natal de José María fue la del domicilio de sus progenitores que estaba situada en la Plaza del Mercado, llamada así porque era donde se instalaban los puestos para las transacciones y el trapicheo. Fue bautizado el día 13 de enero imponiéndosele los nombres de José María Julián Mariano. (11)

Era en la Plaza del Mercado, en la puerta de su casa, donde jugaba cuando el tiempo lo permitía, a "civiles y ladrones" (12) con los otros niños del barrio. Gustábale a José María esconderse y que no le cogieran los "civiles". Era lo que se dice en el juego infantil un perfecto "ladrón" que sabe simular, esconderse y guardarse de las vistas y de la acción de los que en el doble juego presentaban al orden y la autoridad, es decir, los "civiles".

No era un niño fuerte. (13) Cuando tenía sólo dos años cayó gravemente enfermo y se temió por su vida. Llegó a estar desahuciado por los médicos. (14) Tres de sus hermanas, las tres Marías, murieron en un periodo de tres años, entre 1910 y 1913. José María creía que sería el siguiente por su condición endeble y enfermiza. Voluntariamente se apartó de la compañía de los muchachos de su edad y entró en una profunda depresión.

En una ocasión, estando el niño José María en el Pueblo de Fonz, próximo a Barbastro, de donde era natural su padre y donde tenía algunos tíos carnales como mosén Teodoro o su tía Josefa, a donde había ido a pasar unos días en casa del curato, el hermano de su padre, (15) le "sobrevinieron unos ataques cuya gravedad diagnosticó el médico consultado. Le examinaron los doctores de Fonz, Barbastro y Huesca. Padecía de "alferecías", que es lo que modernamente se llama epilepsias". Escriba padecería de estos ataques convulsivos y que han sido discretamente ocultados y silenciados.

Estudió en el colegio de los Escolapios de Barbastro haciendo su primera comunión en 1912. Según testimonio de Aurelio Español, farmacéutico de Jaca que también cursó en dicho centro su bachillerato, había allí pocos alumnos.

Un testigo de aquella época fue D. José Mur, compañero de escuela de José María en Barbastro, que afirmaba que "su compañero de colegio era un niño normal, no especialmente piadoso ni tampoco especialmente estudioso". (16)

Entre algunos de sus aficiones que nos revelan ya las inclinaciones del futuro fundador, se encuentra la que nos cita su biógrafo oficial Salvador Barnal en un libro publicado por la editorial del Opus, Rialp, en 1976 cuando nos confirma que (17) "José María algunas noches, después de cerrar su madre la tienda, se quedaba ayudando a calcular el dinero que habían hecho ese día; le divertía mucho contar monedas" - rasgo arquetípico de los judíos-

Por otra parte "le gustaban mucho los cuentos". (18)

Escrivá también comentaría, por ejemplo, que "en aquella época eran corrientes las visitas a su casa. Iban las familias y algunas amigas de la madre. El tenía que saludarlas, porque era el niño de la casa, y cuando las amigas de su padre querían besarle se defendía, sobre todo de una parienta lejana de su abuela, con auténtico bigote que pinchaba". (19)

Escriba recibió de sus mayores una educación severa y semítica, rancia. "Desde siempre había hecho notar a sus hijos la importancia de hacer durar las cosas, para ahorrar gastos innecesarios; de pensar muy bien, con sentido común, cualquier compra, sin alargar el brazo más que la manga"; de aprovechar las cosas aparentemente menos aprovechables: "con los hilos que se tiran, el demonio hace una soga" enseñó doña Dolores a su hija Carmen cuando aprendía a coser en Barbastro..." (20)

El padre no tenía muy buena reputación en el pueblo y a finales de 1913, el negocio de telas estaba al borde de la quiebra, presumiblemente fraudulenta. Son los "sinsabores financieros" de los que nos habla Daniel Artigues (21) lo que provocó la salida nocturna, la huída del pueblo, de su familia, después que hubiera el padre dejado a deber fuertes sumas de dinero a los vecinos, proveedores y suministradores, a los que con la evasión y el traslado del pueblo dejó burlados a todos sus acreedores.

Como escribía Francisco Umbral en su diario de difusión nacional: (22) "España no es un país de arribistas. El último fue Escrivá. Los Escrivás, familia de comerciantes huidos en la noche de Barbastro, por evitar acreedores". No se dió la cara, no se hizo frente a las deudas, no se solicitó moratoria para con el trabajo honrado y digno cumplir con los compromisos, se prefirió la salida por la puerta pequeña, con nocturnidad, para consumar el fraude a los acreedores.

Siguiendo el relato del suceso que nos proporciona Luis Carandell (23) la felicidad de la familia quedó bruscamente interrumpida en el año 1915 como consecuencia de la quiebra - en todas partes se habla de quiebra y no de suspensión de pagos - del hasta entonces floreciente negocio de la venta de tejidos. Hay varias versiones respecto de las causas de esta quiebra que había de representar una profunda conmoción en la vida familiar. Un compañero de D. José María Escrivá en el seminario de Zaragoza decía que el propio Escrivá le había contado que su padre había tenido un pleito con unas monjas. En Barbastro también se dice que uno de los socios del negocio, el Sr. Mur, decidió en un momento dado separarse de los compañeros, Juncosa y Escriba, para lo cual les vendió su parte, incluyendo en el contrato la cláusula de no concurrencia, para eliminar Escriba a un futuro y posible competidor en la comarca, pero parece que incumplió dicha cláusula a través de un testaferro, lo que originó la iniciación de un juicio instado por Escrivá y Juncosa del que, al parecer, salieron mal parados, llevando la razón social a la ruina.

El tono dramático de la quiebra lo pone el hecho de que se viera forzada la familia Escriba a abandonar la ciudad, dirigiéndose Juncosa a Huesca y Escriba a Logroño, donde no les pudieran localizar tan fácilmente.

"Algunas personas de Barbastro con las que hablé - relata Carandell - me dijeron que monseñor "estaba amargado" de su ciudad natal y ésta era la razón por la cual no iba más a menudo por allí. Efectivamente Don Josemaría Escrivá de Balaguer no ha visitado Barbastro, al menos oficialmente". (24)

La ruina de su padre en el negocio de tejidos, con la secuela de penurias y privaciones que la familia Escriba tuvo que pasar en los años siguientes, dejó en la mente de José María un trauma profundo que se manifestará, inconfundiblemente, a lo largo de su vida, llegando a afirmarse que "sin la ruina de la razón social Juncosa y Escriba la personalidad del fundador del Opus Dei y, de hecho el Opus Dei mismo, habría tenido un contenido muy diferente". (25)

En Logroño, desde 1915, vive con su familia Jose María que cuenta con trece años de edad, en una buhardilla del número 18 de la calle de Sagasta, donde parecen esconderse de los apremios de los acreedores, en una atmósfera sórdida de estrecheces y penurias económicas. Allí durante el curso académico 1915-16 se matricula en el Instituto de Enseñanza Media de Logroño. El padre, con el estigma de la desconfianza por su pasado inmediato, logra al fin colocarse de dependiente en una tienda de ultramarinos de la ciudad. (26)

En estas circunstancias su entrada en el seminario fue más una cuestión de supervivencia que de arraigada vocación.

Tampoco se puede afirmar que su ambiente familiar fuera moralizante ni ejemplar.

Como estudiante fue mediocre, aunque con descarga, o en su desagravio, tampoco creemos que el entorno familiar fuera el más propicio para que un espíritu se serenase. Ese era el cuadro de familia, realista, viciado, sin aureolas.


REFERENCIAS

10. Bernal, p 16.
11. Ibid, p 16.
12. Ibid, p 18.
13. Walsh, p 24.
14. Bernal, p 22.
15. Carandell, p 137.
16. Ibid, p 133.
17. Bernal, p 18.
18. Ibid, p 19.
19. Ibid, p 17.
20. Ibid, p 32.
21. Artigues, p 17.
22. Diario "El Pais" (20 enero 1986).
23. Carandell, p 116.
24. Ibid, p 117.
25. Ibid, p 118.
26. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", p 4.


Índice del Capítulo II

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO II


LA VIDA OCULTA DE ESCRIVÁ DE BALAGUER


3. Seminario y adolescencia


Existe una confesión sincera y directa del propio protagonista en relación con su decisión de elegir los estudios eclesiásticos que no ofrece lugar a controversias. "Yo nunca pensé en hacerme sacerdote, ni dedicarme a Dios. No me había planteado ese problema, porque creía que no era para mí. Más aún: me molestaba el pensamiento de poder llegar al sacerdocio algún día, de tal manera me sentía anticlerical". (27) Así, textualmente, en estos propios términos lo manifestó Escrivá de Balaguer. Y por otra parte, ninguno de los que le trataron de niño pensó que sería sacerdote.

En relación con la asignatura de latín, y siguen siendo palabras proferidas por Escrivá en una charla íntima y confidencial, manifestaba "recuerdo que cuando cursaba el bachillerato, estudiábamos latín en el colegio. A mí no me gustaba y decía: el latín para los curas y los frailes... ¿Veis que estaba bien lejos de ser sacerdote?" (28)

El biógrafo oficial y miembro del Opus que más piropos y adulaciones hace del Padre en su exegética obra escrita con fines de publicidad y propaganda, Salvador Bernal, tiene que claudicar y doblegarse ante la evidencia corroborando que "sabemos que a Escrivá no le interesaba la carrera eclesiástica: no le atraía ser cura". (29) Tanto es así que cuando en Logroño comunicó sus intenciones a su padre no fueron recibidas con alegría, sino con tristeza, no fue un propósito acogido favorablemente, sino que la reacción de su padre fue la de llorar de rabia porque como nos narra en primera persona Escrivá, al relatar ese instante en el que dijo a su padre su intención de ser sacerdote, éste tuvo lágrimas no de emoción sino de impotencia porque, y son palabras de su hijo "él tenía otros planes posibles ". (30)

Agustín Pérez Tomás, condiscípulo en Logroño, alude a que un compañero dijo alguna vez a José María que podía ser sacerdote y él respondió muy convencido: "¡Bah!, tonterías". (31) También Paula Royo, coetánea, insiste en que nunca hubo nada en su comportamiento, algo externo, que hiciera pensar en su vocación sacerdotal. (32)

¿Cuál era la predisposición de Josemaría Escrivá cuando toma la decisión de cursar estudios eclesiásticos en el seminario? El mismo nos aporta la respuesta: "yo no tenía ni una virtud, ni una peseta". (33) Aquí nos habla de su carencia de virtudes y también, y esto es el subconsciente que le traiciona, lo ensambla con el dinero, con lo material, con lo económico, con las pesetas. Eso sí se jactaba de que "soy muy tozudo". (34)

Por lo tanto, en 1918, a los 16 años de edad, sin virtudes cristianas y sin pesetas - según su propio testimonio - comenzó sus estudios eclesiásticos en el seminario de Logroño, sin ser un seminarista completo dentro del cuerpo estudiantil, por su frágil y afeminada salud, comenzando su carrera como seminarista externo.

La insuficiencia en las letras latinas va a pesar decisivamente en la vida y en la Obra del padre Escrivá. (35) La arrastra cuando entra en el seminario de Logroño y la seguirá padeciendo en el de Zaragoza. "Iba flojo en latín", dicen sus compañeros de una y otra ciudad. "Era una vocación tardía, es de los pocos curas que saben hacerse la corbata", y añadían "y no tiene ni idea de latín".

En el seminario de Logroño permaneció desde octubre de 1918 hasta septiembre de 1920 en que se trasladó a Zaragoza. Este cambio brusco de ciudad y de centro, de seminario, es un punto obscuro en su vida que está bastante claro. Fue expulsado del seminario de Logroño y la causa tuvo que ver con su condición de homosexual. Luis Carandell al preguntarse por lo que ocurrió en el seminario de Logroño para que apenas obtenido el Exeat o transferencia de jurisdicción de Barbastro a Calahorra, decidiera trasladarse a Zaragoza, no descarta la posibilidad de que Josemaría Escrivá hubiese sido protagonista de algún incidente e incluso de una expulsión del seminario. (36) Esta decisión de ir a Zaragoza nadie, ni el mismo protagonista la ha justificado ni explicado.

Las biografías dicen que la elección de Zaragoza se debió a que pudo ingresar en el seminario de la ciudad del Ebro por estudiar derecho después del incidente en el seminario de Logroño donde fue "apañado", merced a los buenos oficios de su tío carnal don Carlos Albás, que a la sazón era Canónigo Arcediano de la Seo. El canónigo hermano de su madre intercedió por la petición que le realizara su hermana, pues no se daba muy bien con su cuñado del que pensaba había sido con su conducta irregular el responsable de la situación económica de la familia y del que conocía muchas cosas. Este desprecio por su cuñado lo dejó patente al no asistir a las exequias ni al entierro cuando falleció en 1924. Don Carlos, por ser hombre recto y virtuoso y conociendo las interioridades de su sobrino José María, tampoco estaría presente en la primera misa de su sobrino, cantada el 28 de marzo de 1925, a pesar de que fue por su mediación por la que pudo echar tierra sobre la "faltilla" del Seminario de Logroño y pudo proseguir los estudios en el seminario de San Francisco de Paula de Zaragoza y por la influencia de su tío obtener una plaza en la residencia sacerdotal de San Carlos. No hay que olvidar que la primera misa es, como nos recuerda al hablarnos de la ausencia de Don Carlos Albás el jesuita Michael Walsh, una de las mayores concelebraciones familiares dentro de la comunidad católica. (37)  Don Carlos conocía profundamente a su sobrino.

Se conservan las notas escritas de un profesor de José María en el curso 1920-21 que definen al seminarista de "inconstante y altivo" y donde también consta que "tuvo una reyerta con don Julio Cortés y se le impuso el correspondiente castigo". (38)

Hay que resaltar de este período que en sus estudios en el seminario no obtiene Escrivá resultados particularmente brillantes. (39) En 1924 llega incluso a suspender la asignatura de Historia de España. Tampoco son muy favorables las opiniones que su conducta mereció a sus compañeros que le recuerdan como un "muchacho más bien antipático, poco dado a la conversación y que apenas participaba de las preocupaciones, inquietudes o esparcimientos comunes". (40) Algunos de ellos interpretan este rasgo de su carácter como vanidad, orgullo o soberbia, sin que falten los que lo atribuyan a una timidez que en esa época no ha superado todavía.

Otros lo encuentran mediocre, cerrado, sin interés. Todos parecen coincidir en una cosa: el tenía cierta tendencia a la idolatría... a la autoidolatría. (41) Una suerte de vanidad escondida que va a estallar al filo de su vida, al filo de sus ambiciones realizadas, cuando se le felicita por algún triunfo, él tiene la costumbre de responder: "¡Oh! yo no soy más que un pobre cura ordinario" lo que provoca forzosamente la elogiosa negación del interlocutor.

En Zaragoza tuvo un momento en que brincó de su pupitre y gritó a los asistentes enmudecidos: "¡Formidable! ¡Soy formidable!". Lo que contrasta con la opinión de un compañero de Escrivá en el seminario, Manuel Mindán Manero, que lo ha calificado de "hombre oscuro, introvertido y con notable falta de agudeza, un hombre de pocas luces". (42) Otros compañeros de estudios lo mencionan como "un joven poco mezclado en la vida común, de aspecto reservado y de temperamento a la vez rígido y ardiente, que se desborda a veces en bruscas y violentas cóleras". (43)

En el Seminario contó con la protección del cardenal Soldevilla, que sería asesinado en 1923, y que le dispensaba un tratamiento especial, confiándole que le informara si el resto de los estudiantes del seminario cumplían las normas; era como una especie de confidente, una actividad de "prefecto de disciplina" en el interior de las aulas. Sus condiscípulos recuerdan cómo el Cardenal alguna vez le indicaba: -"Ven a verme cuando tengas un rato". En reconocimiento a su labor y como premio a la delación a sus propios compañeros fue la distinción externa de tener en la residencia una habitación individual y un fámulo a su servicio (los fámulos eran seminaristas que por su pobreza tenían matrícula gratuita y se encargaban del aseo de ciertas habitaciones y de servir la mesa para todos).

Al final de sus estudios eclesiásticos comenzó a preparar su tesis sobre la ordenación sacerdotal de mestizos y cuarentones en los siglos XVI y XVII. Nunca llegó a terminarla. (44)

La primera misa se celebró en el Pilar, en la capilla de la Virgen, el 28 de marzo y a la misma asistieron muy pocas personas, unas doce, (45) lo que evidencia la poca simpatía que a todos los niveles gozaba el nuevo sacerdote.

Por ello forma parte del grupo de jóvenes curas que desean dejar su diócesis de origen para ir a residir en la de Madrid y como insinúa uno de sus historiadores "este período de su vida es bastante oscuro". (46) En el mes de marzo de 1927 es autorizado por el Ordinario para trasladarse a Madrid, (47) aunque tampoco por aquel entonces parece que al joven Escrivá le preocupara demasiado el mundo eclesiástico. Escrivá a pesar de dirigirse espiritualmente con un jesuita, tenía un notorio recelo por el clero y hablaba muy despectivamente de tantas fundaciones de frailes y monjas que "nacen para hacer cosas evangélicas y terminan dedicándose a educar niños ricos". (48)

En relación con los supuestos estudios de Derecho realizados por Josemaría Escrivá cuenta Antonio Pérez que fue, en ciertos momentos de su vida su secretario particular, que "el Padre Escrivá no era un gran jurista, como nos lo han querido presentar después. Yo incluso dudo mucho de que hubiera estudiado Derecho. Nunca vi su título de licenciado y tal como eran las cosas en la Obra, de haberlo, se le hubiera puesto en un marco dorado impresionante. Desde luego, por las conversaciones que teníamos, yo creo que si había estudiado derecho lo había olvidado por completo. En todo caso no era aficionado al derecho y tenía incluso por él un cierto desprecio". (49) La cita es definitiva.

La tesis que se le atribuye sobre la abadesa de Las Huelgas, que publicó en 1944 con su nombre como autor, fue íntegramente redactada y escrita por el sacerdote Bugar. Una vez publicado, Escrivá tuvo la "santa desvergüenza" de presentarlo en la Universidad para que le dieran el título de doctor en Derecho por ese trabajo escrito por el que sería confesor del Caudillo, en el que se encontraba la historia de la potestad jurisdiccional de la citada monja. Entre las pistas que lo delatan como no autor de su texto se encuentran las numerosas citas en alemán, idioma que desconocía por completo Josemaría Escrivá, como también lo ha detectado María del Carmen Tapia. (50)

Aunque la obtención de los títulos académicos se encuadra en las recetas que Escrivá tenía para su logro, como se nos indica en el libro de Ma. Angustias Moreno titulado La otra cara del Opus Dei, al reproducir una carta del abogado Féliz Pons, antiguo colaborador de Escrivá, que cita textualmente frases del Padre relativas a la obtención y disfrute de títulos como que "en Zaragoza había un buen amigo que sin examinarme, me aprobaría y me daría el título" o que no era preciso estudiar - le decía Escrivá- porque "cuando tengamos las cátedras, todos tendrán sus carreras, sus doctorados, muchos títulos, porque eso atrae mucho a la gente" rematando con que "nuestro fin es acaparar todas las cátedras para que así podamos dar a los nuestros sus carreras hasta sin examinarse, muchos títulos y condecoraciones". (51) Eso está dicho y escrito. Por lo que hay que pensar que Escrivá, como su caridad empezaba por sí mismo, aplicará para él lo que predicaba y quería para los suyos.

Julián Cortés Cavanillas conoció a Josemaría Escrivá en 1928 y lo describe como un curita natural de Barbastro, que en "aquella época era un tipo de lo que hoy se clasificaría como de cura progresista y contestatario sobre todo en ciertos aspectos exteriores y dialécticos, que vestía con frecuencia de paisano", (52) revelándonos en su artículo un aspecto inédito que son "las vacilaciones que alguna vez asediaron su vocación tras la muerte en Logroño de su padre don José, el 27 de noviembre de 1924".

En Madrid uno de sus primeros empleos fue el de preceptor de los hijos de un marqués; en los momentos en que empezaba a "barruntar" lo que debía de ser el Opus Dei (53) acudía diariamente a casa de un aristócrata madrileño. Para obtener más ingresos trabajaba como capellán de un convento de monjas. En 1932, su madre se desplaza a Madrid para vivir en un modesto piso de la calle Martínez Campos número 4, donde admite huéspedes (54) como patrona de estudiantes que buscan pensión.

Fisac precisa dos aspectos de la personalidad de Escrivá de aquellos años: "En mi opinión, el padre Escrivá no era un intelectual" y también, y esto es más relevante que "apenas había libros religiosos en el cuarto del Padre". (55) El Eusko-Ikasle Socialista lo considera "ya que no brillante, un curita aragonés bastante cateto". (56) Hasta 1944 sería el único sacerdote del Opus.


REFERENCIAS

27. Bernal, p 55.
28. Ibid, p 57.
29. Ibid, p 59.
30. Ibid, p 58.
31. Ibid, p 27.
32. Ibid, p 31.
33. Ibid.
34. Ibid, p 30.
35. Carandell, pp 142-143.
36. Ibid, p 147.
37. Walsh, p 25.
38. Bernal, p 63.
39. Carandell, p 151.
40. Ibid, p 26.
41. Le Vaillant, p 12.
42. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", p 6.
43. Artigues, p 17.
44. Walsh, p 27.
45. Bernal, p 67.
46. Le Vaillant, p 11.
47. Le Tourneau, Dominique, "El Opus Dei", p 13.
48. Moncada, "Historia oral del Opus Dei", p 15.
49. Ibid, p 19.
50. Ibid, p 20.
51. Ibid.
52. CortésCavanillas, Julián, "Mi amigo el padre Escrivá," Diario "ABC" (14 septiembre 1986), p 52.
53. Carandell, p 70.
54. Ibid, p 169.
55. Moncada, "Historia oral del Opus Dei", pp 90-91.
56. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", p 386.


Índice del Capítulo II

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO II


LA VIDA OCULTA DE ESCRIVÁ DE BALAGUER


4. Un vidente con mucha vista - La revelación divina


El hagiógrafo oficial de la Obra, Salvador Bernal, que ha buceado y tergiversado la vida de Escrivá, ha escrito su biografía de forma apasionada, subjetiva y un poco extremosa, evoca las palabras que tres meses antes del repentino fallecimiento del Fundador de la Obra, concretamente el día de San José de 1975, durante una escena trivial pero que es producto más del subconsciente que del inocente que quiere presentarnos. Decía Escrivá: "Hemos pasado por delante del edificio (Luchana 33 entresuelo, academia DYA) hace poco, y el corazón me latía fuerte... ¡Cuántos sufrimientos! ¡Cuánta contradicción! ¡Cuánta charlatanería! ¡Cuántas mentirotas!". (57) Y subrayamos tres conceptos salidos de los mismísimos labios de Escrivá, contradicción, charlatanería y mentirotas.

Si tales eran los comienzos, los orígenes, los primordios, Obra y Escrivá se confunden pues "La Obra hasta ahora, no ha sido otra cosa que la persona de su fundador. La inspiración divina de su concepción, su origen sobrenatural, su desarrollo posterior, todo, ha necesitado, porque así lo creyó oportuno Escrivá, estar encarnado en su propia personalidad, en su personalidad humana. La Obra, hasta ahora, ha sido él y sólo él". (58) Esos años oscuros, ese pasado nebuloso, había que cubrirlo con un aura divina y establecer un contrato con el Altísimo, para impresionar a los creyentes. Escrivá tenía que seguir la tradición de los profetas bíblicos o de los fundadores de religiones, tenían que prefabricar un encuentro con el mismísimo Dios, de quien recibiría la orden. Una videncia. Una aparición. Ese era el mito y el desencadenante.

A la pregunta formulada que ¿De dónde nace su descomunal aureola, de dónde su magnetismo? Alberto Moncada, que conoció bien y muy de cerca a Escrivá, dice que "El padre Escrivá para los hombres de fe es aquel a quién como Moisés, habló Dios. Una historia interna susurrada por lo bajo hace mención de apariciones, de mensajes divinos que nunca terminan de explicarse bien. Si a la parapsicología se la pudieran dar los datos quizá podríamos tener alguna idea de lo que realmente pasó en esos momentos estelares de su vida. Pero ni la ciencia está todavía madura ni creo que se le den esos datos.

"La carga emocional con que la gente crédula se encara con lo sobrenatural convierte en semidioses a los presuntos emisarios de lo divino hasta hacer de sus ropas talismanes y de sus palabras oráculo.

"La única manera honrada que tiene la gente común de contrastar esas personalidades es enjuiciar sus obras, sus frutos, su comportamiento con las modestas herramientas de la ética más universal". (59)

Han sido muchas las interpretaciones, las opiniones, las controversias sobre el origen divino, el mensaje celeste, el soplo mágico que sirvió de desencadenante a la Obra, en la persona de su autor. Para unos el punto alfa fue el día 2 de octubre de 1928 "mientras realizaba unos ejercicios espirituales ve lo que Dios espera de él. Ve que el Señor le pide que ponga su vida entera y todas sus energías al servicio de lo que será el Opus Dei". (60) Para un historiador como Artigles "el 2 de octubre de 1928 - es la fecha del pistoletazo de salida, el día señalado - que todas las publicaciones del Opus Dei dan como punto de inicio de la Obra. Según algunas de esas publicaciones Escrivá fue impulsado a fundar el Opus por una inspiración divina. Por el contrario, comentadores hostiles estiman que los orígenes verdaderos de la Obra, al menos como la conocemos hoy, fueron muy posteriores, probablemente en 1939, en los meses que siguen al final de la Guerra Civil. Hay que señalar que esta última opinión prevalece, también, entre los antiguos miembros del Opus Dei que se han separado de la Obra". (61)

Otros autores señalan el escenario en "el 2 de Octubre de 1928, cuando celebraba la misa -exactamente después de la consagración de la Hostia y el Cáliz - Josemaría Escrivá de Balaguer "tuvo palabras del cielo sobre lo que tenía que ser la Obra". (62) Se vuelve a insistir en el origen sobrenatural de la revelación. La versión del hecho que nos relata el jesuita Walsh sitúa a Escrivá en las proximidades de Madrid, en una casa de retiros propiedad de los Padres Paúles, rezando, cuando "vi el Opus Dei. Al mismo tiempo oyó sonar las campanas de la cercana Iglesia de Nuestra Señora de los Angeles, que celebraba la fiesta patronal, pues el 2 de Octubre es el día en que los católicos conmemoran la fiesta de los Angeles Custodios. Lo que sucedió realmente no está del todo claro. Algunos miembros del Opus Dei quieren creer que Escrivá de Balaguer tuvo una visión celestial, pero ni él mismo llega a afirmar tanto". (63)

Muchas y muy diversas han sido las apariciones admitidas por la Iglesia. En todas ellas y para su reconocimiento oficial ha exigido pruebas, evidencias, hechos y datos concretos, testimonios irrefutables. La certeza entre lo sobrenatural y la superchería estriba en el tratamiento con seriedad de temas tan delicados y controvertidos. Escrivá se encargó de difundir y divulgar la imagen de la visión divina para relacionarla con el instante de la Fundación del "invento". La realidad única es que la Iglesia Católica no ha reconocido ni oficial ni oficiosamente la aparición, ni la iluminación porque "no hay pruebas". (64)

Y no hay pruebas porque no se produjo, sencilla y llanamente. Es otra mentira urdida al amparo del abuso en la fe y de los espectaculares efectos que produce todo lo que se quiere relacionar con lo paranormal.

Aportamos un testimonio de excepción, el de un amigo de juventud de Escrivá, que nos narra cómo "es curioso que pese a la gran amistad que me ofreció siempre, no me habla en el año inicial de 1928 de su gran proyecto fundacional. Sí me habla, en cambio, hacia 1929 de crear una asociación o congregación eminentemente juvenil y universitaria bautizándola en principio con el nombre de Caballeros Blancos. Pero nunca en aquel tiempo, a pesar de nuestra gran amistad, me contó que el 2 de octubre del año anterior, mientras hacía un retiro espiritual en la Iglesia de los Paúles de la Calle Gracia de Paredes en Madrid, se sintió llamado "a ser en la tierra - según explica hoy su biógrafo Salvador Bernal -el instrumento elegido por Dios para realizar una empresa divina del Opus Dei".

"La realidad es que Escrivá se negó siempre a hablar de una manera absolutamente clara, de ese presunto suceso del 2 de octubre de 1928. Sí en cambio el actual Prelado del Opus, Alvaro del Portillo, comentó que el joven José María rezando en su retiro de los Paúles "vió el Opus Dei -son sus palabras - y oyó repicar las campanas de la no muy lejana parroquia de Nuestra Señora de los Angeles, junto a Cuatro Caminos, que sonaban al voleo festejando a su patrona". A mí, cuando por primera vez me habla en abstracto de la "Obra" es en 1931 y al preguntarle alguien - según cuenta Salvador Bernal - "cómo va esa Obra de Dios" responde que no quería que lo que trataba de hacer como apostolado se llamara de ninguna manera. Y no obstante, fue esa pregunta la que se decidió a tomar como nombre: "Obra de Dios", "Opus Dei", "Operatio Dei", "Trabajo de Dios". (65)

Si la cuestión de la revelación divina, nunca reconocida en la Iglesia Católica, ha quedado en entredicho, ha evidenciado que se trata, por parte del Opus, de fabular y con algo tan serio como es la visión mística de Dios, recibir el mandato y el imperativo directamente de Nuestro Señor Jesucristo, sin que se haya producido y sin que la Iglesia haya tenido el menor indicio o convicción para haberlo reconocido.

La denominación acuñada por los miembros del Opus como "la Obra", "sonaba a título algo provisional. Se ha sugerido que su fundador pensó en un tiempo en llamarla Sociedad de Cooperación Intelectual o SOCOIN" (66) aunque nada en concreto salió de esta idea.

En el Opus Dei la mentira se oficializa. Esa falsa fecha del 2 de octubre como fecha fundamental, falsa la intervención de Dios mismo y de su presentación en el astral a Escrivá. "Hay una prehistoria del Opus Dei de la cual no se sabe nada, o muy pocas cosas, hasta la Guerra Civil española, hasta el fin de esta guerra, pero lo mismo si ellos -los miembros del Opus Dei -no saben nada de sus comienzos, los exégetas y los turiferarios oficiales del Opus están a punto de crear toda una mitología, de construir y difundir una leyenda dorada alrededor de este nacimiento y de sus primeros balbuceos misteriosos". (67) Las cosas son como son y no se puede andar engañando a los incautos.

Para Moncada el mensaje que Escrivá confiesa haber recibido de las alturas -y que cuenta veladamente a los iniciados -es un mensaje de influencia de la doctrina cristiana en el mundo civil. No fue algo esporádico, casual, inesperado. "El ardoroso sacerdote de Barbastro sabía muy bien lo que hacía cuando por inspiración divina -según contaba él mismo -tomó una decisión". (68)

De nuevo a Salvador Bernal, su más fanático y enfervorizado biógrafo, le traiciona el inconsciente cuando escribe atribuyendo la reflexión a una confidencia del propio Escrivá "¿Qué puede hacer una criatura que debe cumplir una misión, si no tiene medios, ni edad, ni ciencia, ni virtudes, ni nada? Ir a su madre y a su padre, acudir a los que pueden algo, pedir ayuda a los amigos... Eso hice yo en la vida espiritual. Eso sí, a golpe de disciplina, llevando el Compás". (69) Y me atrevería a decir la escuadra y el mandil.

Si en el origen de la Obra se manipula con el camelo de la revelación divina, y sus sicarios "institucionalizan" un hecho que nunca se produjo y es de invención tardía, posterior, lo que sí es que hay que dar al síntoma la magnitud que merece y por ello se confiesa un miembro: "a partir de los años sesenta, no vi más Evangelio que Camino, ni más profeta que Josemaría Escrivá" (70) a pesar de que en "Camino ¡No hay contexto! Es una doctrina, si se osa decir, un pensamiento prorrumpido en 999 pedazos disparatados. Un caleidoscopio". (71)

No sólo a Escrivá se le apareció el mismísimo Dios. También vió la fisonomía del diablo, del genuino demonio, cuando de pronto, mientras una criatura indescriptible, ¿enano, gnomo, pequeñuelo? se atraviesa saltando, le obstruye el camino, se enreda entre sus piernas, le empuja, casi lo tira, lo injuria y finalmente le lanza este grito a la cara: " - Burro... ¡Burro!". Y el joven cura responde: "-Burro, sí. ¡Pero burro de Dios!".

"El sacerdote se llama Josemaría Escrivá. Es él quien ha contado esta anécdota a sus amigos hace algún tiempo. Según él, la criatura que lo empujó e injurió fue el diablo. Esta irrupción en su camino ¿era un signo de favor de Dios o de furor del diablo?". (72) El visionario tenía mucha vista.


REFERENCIAS

57. Bernal, p 175.
58. Moreno, "El Opus Dei, anexo a una historia", 1976, p 16.
59. Moncada, "El Opus Dei: Una interpretación", p 126.
60. Le Tourneau, pp 12-13.
61. Artigues, op cit.
62. Ynfante, La prodigiosa aventura del Opus Dei, p 12.
63. Walsh, p 30.
64. Magaña, p 16.
65. Cavanillas, op cit.
66. Walsh, p 11.
67. Le Vaillant, p 14.
68. Garcia Romanillos, Fernando, "La cara oculta del Opus," Historia, No. 6 (septiembre 1975).
69. Bernal, p 45.
70. Moncada, Historia oral del Opus Dei, p 126.
71. Le Vaillant, p 18.
72. Ibid, p 9.


Índice del Capítulo II

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO II


LA VIDA OCULTA DE ESCRIVÁ DE BALAGUER


5. Tendencias nefandas


Escrivá guardaba un secreto a voces. Aquello que todos pensaban, que muchos han insinuado sin atreverse a decir en público. Escrivá tenía una obsesión, un "defectillo", una tara relacionada con sus comportamientos sexuales. Era homosexual, delicado y pusilánime.

Ya desde su juventud siente la inclinación carnal invertida. En Logroño, en el seminario, tuvo como ya hemos referido problemas derivados de su condición. En Zaragoza, en su pubertad, llamaba la atención porque "nunca salió allí con chicas. Sus maneras elegantes, ese aspecto esbelto de su persona, la apariencia agradable en el trato, atraían a las chicas. Cuando Antonio o algún otro amigo le hacían llegar comentarios en ese sentido, los cortaba exclamando algo así como: "si me conocieran bien, por dentro, tal como soy..."" (73)

Esa tendencia la arrastró durante toda su vida. Un año antes de su muerte, el 23 de junio de 1974, exclamaba a voz en grito en el Teatro Coliseo de Buenos Aires: "Rezad por todos los sacerdotes -pecadores como yo- para que no hagamos locuras". (74) ¿A qué locuras se refería aquel hombre de apariencia atractiva "y una marcada pulcritud, por no decir elegancia en el vestir, a pesar de sus apuros económicos? En el seminario de Zaragoza su forma de vestir le distinguía. La mayoría de los seminaristas, observa Vázquez, eran algo vulgares e incultos. Escrivá de Balaguer era la excepción. Su ropa siempre estaba limpia, sus zapatos siempre brillantes. Aparentemente era motivo de comentario que se lavase de los pies a la cabeza cada día". (75) El biógrafo oficial (76) describe a Josemaría como "guapo, alto y corpulento".

"Desde el primer momento, (77) algunos no entendieron el porte, el talante y los modales de Josemaría. Cuando fue nombrado superior del seminario, -continúa su biógrafo - tuvo como fámulo a José María Román Cuarteto, que le veía siempre muy correcto y más refinado que otros seminaristas: refiere por ejemplo que todos los días se lavaba de pies a cabeza, cosa que no hacían los demás. Estos y otros detalles hicieron pensar a este muchacho que Josemaría no llegaría a ser sacerdote, porque le consideraba con posibilidades humanas para hacer carreras mejores... Lógicamente no todos enjuiciaban así las cosas. Algunos las interpretaban en términos bien contrarios".

María Angustias Moreno nos revela un documento testimonial definitivo al transcribir en su libro (78) el relato de Félix Pons que textualmente dice: "desgraciadamente para mí conocí al Opus, presentado por el sacerdote D. Saturnino de Dios... en 1934 fue cuando me presentó a Escrivá y empecé a ocuparme de la residencia de Ferraz 50. Era simplemente de estudiantes vulgares y corrientes. Para la comida había un muchacho llamado Laureano que se había incorporado a la Obra, procedente del reformatorio de Porta Coeli (de jóvenes delincuentes dependiente del Tribunal de Menores) donde se reunían los del Opus hasta tener esa residencia en Ferraz. Laureano era el administrador de Porta Coeli y les facilitaba local para sus reuniones en dicha institución. En Ferraz se encargaba de la compra y de ordenar las comidas. No lo hacía mal. Por el poco espacio de la residencia con una simple cortina en medio de una habitación, en dos somieres que durante el día eran divanes para sentarse, dormíamos los dos".

"Salvo su basta educación era buen chico y nada se podía decir de él. De comunión diaria se confesaba con el Padre. Y un buen día, sin saber por qué, se marchó a Málaga y Ricardo fue a despedirle a la estación. Cuando Ricardo volvió ví que el Padre pedía una conferencia con un convento de Málaga, donde él mismo le había proporcionado una colocación, que eran quienes le habían sacado de Porta Coeli, y de marcharse de la Obra se quedaba en la calle. Y cual no fue mi estupor cuando al hablar Escrivá con el superior de ese convento le dijo: que se lo había enviado con el pretexto de quitárselo de encima, diciendo a Laureano que necesitaban un mandadero para el Convento, pero que ni lo tomaran, ni lo recomendaran a nadie, porque era invertido. Calcula como me quedé. Esto lo supieron todos, incluso Genaro Gumiel, que te lo confirmará".

De 1934 a 1935 en el Opus no había más que siete y todos vivían con sus respectivas familias, excepto Laureano - el homosexual ya mencionado que estaba junto a Escrivá en la residencia-. Los restantes eran Ricardo Fernándel Vallespin, Saiz de los Terreros, Isidoro Barredo, Jenaro Lázaro Gumiel y Jiménez. Y como incipientes o probables mi hermano Bernardo y, después de mi hermano y yo, Esteban Portillo, Garnica, Fisac, Casciaro y dos estudiantes de medicina hermanos que se apellidaban Fontana. Esos fueron los que aparecieron en Ferraz 50. (79)

Más tarde la vida cotidiana de los numerarios de la Obra se parecería mucho a la conventual y (80) "había tantas prohibiciones con respecto a la vida civil como no ir a fiestas donde pudiera haber mujeres, ni a cines, ni a teatros, que los jóvenes del Opus sufrían constantes malinterpretaciones y críticas de parientes y amigos". Además "como las casas eran pequeñas, los numerarios dormían de dos en dos en cada cuarto". (81)

Sus doce primeros seguidores fueron: Angel Santos Ruiz, Rodríguez Casado, Ignacio Orbegozo, Alfonso Bacells, Juan Jiménez y Vargas, Federico Suárez Verdeguer, Miguel Fisac, Isidoro Zorzano, Alvaro del Portillo, José Luis Múzquiz, José María Hernández Garnica y Pedro Casciaro. "La deserción de Fisac, en el año 1965, sirvió para incrementar el mito, equiparándolo al de Iscariote, manejado en el caso de la Masonería Blanca como carisma". (82) El motivo del abandono de Fisac no fue otro que el de contraer matrimonio, por lo cual fue excluido del círculo, lo que da a entender que el celibato formaba ya parte de las obligaciones impuestas por el fundador.

Parece evidente, escribe Luis Carandell, que Escrivá de Balaguer (83) cultivó desde su juventud esa virtud de líder que consiste en no prodigarse, en administrar sabiamente "el atractivo espiritual e incluso físico que parece tener".

No deja de dar en qué pensar aquella frase que se le atribuye y que recoge en su libro propagandístico de la Obra Jean Jacques Thierry (84) atribuyéndosela a Escrivá que manifiesta "permitidme de no entrar en detalles de los comienzos de la Obra, pues estos principios están íntimamente unidos a la historia de mi alma y pertenecen a mi vida interior".

Escrivá quería vencer su fuerte inclinación con el dolor y el castigo corporal. En la Academia "había naturalmente un cuarto de baño. A pesar de la constante limpieza, sus paredes estaban manchadas de sangre, de las flagelaciones que Escrivá se infligía. (85) Utilizaba una disciplina, una especie de azote de nueve ramales al que había atado trozos de metal y pedazos de cuchillas de afeitar (no se dice si otros residentes se unían, aunque esta práctica penitencial llegó a ser de uso habitual en el Opus). La disciplina y la cadena con púas que se ataba al brazo Escrivá de Balaguer las guardaba en la 'habitación del Padre'. Allí, bajo una representación de la historia evangélica de la pesca milagrosa, se fomentaba la conversación confidencial y se impartía guía espiritual".

El mejor retrato psicológico referente a la homosexualidad del padre Escrivá de Balaguer lo ha pincelado el escritor Vicente Gracia en su obra histórica, narrada en forma novelada titulada En el nombre del Padre editada en 1980. Vicente Gracia conocía bien el Opus, había sido miembro y ha reflejado su vivencia interior. Nos ilustra de cómo el Padre "movía las manos con suavidad" (86) y cómo preguntaba con ansia: "¿Cuándo llegarán los chicos que van a iniciar su curso de teología en el Colegio? Tengo ganas de verlos. ¿Son guapos?" (87) para después "humedecerse piadosamente sus labios" (88) y preparándose para tal evento en la escena familiar que nos retrata:

- "Padre, el sastre está aquí para probarle.

- ¡Ah! ¡La sotana!

Se observa minuciosamente en el gran espejo de tres cuerpos... los faldones de la sotana se abren en un ondulado vuelo que produce el fru-fru de las ropas delicadas.

- Estoy guapo, ¿verdad, Alvaro?" (89)

Cuando los colegiales llegaban a Roma se producían situaciones como éstas:

- Oye, me gustaría verte... ¿eres guapo?

- Don Alvaro me tiene secuestrado aquí en mis habitaciones ¿sabes?... No quiere que os vea hasta el sábado, pero yo no puedo aguantarme más ¿por qué no vienes a verme? ¿En qué habitación estás?

Confuso acepta el fuerte abrazo contra su pecho del Padre y los besos que éste reparte en su frente.

- Jamás dirás a nadie de este encuentro que será siempre un secreto entre tú y yo ¿me lo prometes?

Mientras se deja acariciar los cabellos por las manos del Padre que lo aprieta contra su pecho y lo besa tiernamente en las mejillas".

El tono de voz del Padre se va haciendo cada vez más íntimo y emotivo. Toma las manos a Luis, lo acerca a su pecho y susurra en su oído:

- ¿Me quieres hijo?

- Si Padre.

- Pero ¿Cuánto me quieres?

- No sé, muchísimo.

Juntos los rostros, ceñidos los pechos, en un total enlace espiritual - a un tiempo inconsciente y puro - encendidos en la misma frenética llama de amor a Dios, los dos amantes sellan su contrato con un beso en las mejillas que se desliza húmedamente en la piel.

Al Padre le brillan los ojos y un temblor de labios denuncia su emoción. (90)

No es la única plástica donde Féliz Gracia, que conoció al Padre, nos narra sus peripecias "amorosas". Este otro romance que nos describe tiene lugar entre monseñor Escrivá y un sacerdote:

"Monseñor lo toma de la mano y lo lleva hasta la ventana, acercándolo a la luz.

- ¡Qué facciones más nobles! ¡Se dirían esculpidas sobre piedra satinada!

Monseñor levanta la mano y acaricia con delicadeza la mandíbula del joven sacerdote como si temiera romperla, cual si fuera un bello objeto de cristal.

Monseñor continúa acariciando con dulzura el terso rostro de un hijo bien amado.

- Bueno, bueno... - le disculpa el Padre con ojos y labios húmedos - no tiene importancia. Te perdono si me das otra cosa.

- ¿Otra cosa? ¿Que desea el Padre?

- ¿No lo adivinas? - el Padre sonríe con picardía. Y añade Ahora que nadie nos ve...

Don Víctor, atribulado, da vueltas a su cabeza discurriendo inútilmente.

- Me gustaría que me dieras un beso.

Monseñor no puede evitar que una sombra de arrebol cubra sus mejillas. El joven sacerdote se aproxima al Padre y, abrazándolo levemente, lo besa en las mejillas. Luego, apasionadamente, el Padre devuelve la amorosa caricia humedeciendo con sus labios el cutis terso y perfumado de su hijo, rozando casi el extremo de sus labios". (91)

Esa inquietud interior, ese desasosiego sexual, lo exterioriza irremediablemente en su obra escrita y guía espiritual del Opus, el Camino, del cual vamos a seleccionar algunas de las máximas y consignas que se refieren, entre las muchas que se encuentran, a los sentimientos pederastas de Escrivá:

28 "El matrimonio es para la tropa y no para el Estado Mayor de Cristo. En tanto que comer es una exigencia individual, procrear es solamente una exigencia para la especie, a la que los individuos pueden sustraerse. ¿Sed de paternidad?... Si sacrificamos el egoísmo de la carne, dejaríamos hijos, muchos hijos y un rasgo inefable de la luz.

38 "¿Será cierto, yo no lo creo, yo no deseo creerlo, que sobre la tierra no hay hombres sino vientres?

367 "El platillo más refinado, el más delicioso a lo mejor, se transforma en manjar de los puercos, si es comido por un puerco, para decir las cosas tal como son. Seamos ángeles para ennoblecer las ideas asimilándolas. Al menos, seamos hombres para transformar los alimentos en músculos vigorosos y bellos, tal vez, en cerebro potente...

592 "No olvides que eres... el depósito de basura. Por eso, si acaso el jardinero divino echa mano de tí y te friega y te limpia... y te llena de magníficas flores... ni el aroma, ni el color que embellecen tu fealdad han de ponerte orgulloso. Humíllate; ¿No sabes que eres el cacharro de los desperdicios?

743 "Me hablas de morir "heróicamente": ¿No crees que es más "heroico" morir inadvertido en una buena cama, como un burgués... pero de mal de amor?

999 "¿Qué cuál es el secreto de la perseverancia? El amor. Enamórate y no le dejarás.

302 "Tu crucifijo -por cristiano, debieras llevar siempre contigo tu crucifijo. Y ponerlo sobre tu mesa de trabajo. Y besarlo antes de darte al descanso y del despertar; y cuando se rebele contra tu alma el pobre cuerpo, bésalo también.

563 "Gánate el Angel Custodio de aquel a quien quieras traer a tu apostolado - Es siempre un gran "cómplice"

16 "¿Adocenarte? ¿Tú... del montón? ¡Si has nacido para Caudillo! Entre nosotros no caben los tibios. Humíllate y Cristo te volverá a encender con fuego de amor.

22 "Sé recio. Sé viril. Sé hombre. Y después... Sé ángel.

205 "...Ojalá también vivamos -tú y yo -nuestra... "Tragedia" de la mantequilla.

121 "Hace falta una cruzada de virilidad y de pureza que contrarreste y anule la labor salvaje de quienes creen que el hombre es una bestia...

381 "No te importe si dicen que tienes espíritu de cuerpo.

975 "Urge recristianizar las fiestas y costumbres populares... Pide al Señor que haya quien trabaje en esa labor de urgencia, que podemos llamar "apostolado de la diversión".

655 "Nunca te habré ponderado con bastante encarecimiento la importancia de la discreción.

677 "Oro, plata, joyas... tierra, ¡montones de estiércol! Goces, placeres sensuales, satisfacción de apetitos... como una bestia, como un mulo, como un cerdo, como un gallo, como un toro.

130 "Quítame, Jesús, esa corteza roñosa de pobredumbre sensual que recubre mi corazón, para que sienta y oiga con facilidad los toques del Paráclito en mi alma.

134 "Aunque la carne se vista de seda, carne se queda.

387 "El plano de santidad que nos pide el Señor está determinado por estos tres puntos: La santa intransigencia, la santa coacción y la santa desvergüenza.

398 "Una cosa es la santa desvergüenza y otra la frescura laica.

391 "Si tienes la Santa desvergüenza ¿Qué te importa el "qué dirán o el qué habrán dicho"?


Entre los slogans que lanzaba Escrivá y que se han hecho clásicos en la Obra en relación a lo apolíneo, se encuentra el recogido por Le Tourneau que invoca "¡Libérate de la fealdad del alma y del cuerpo!" (92) El fundador del Opus estimaba que para una persona normalmente constituida "el tema del sexo ocupa un cuarto o quinto lugar" y añadía "acostumbraos también a plantear la lucha en puntos que están lejos de los muros capitales de la fortaleza". (93)

En la homilía de Navidad de 1970 precisaba: "La castidad- no simple continencia, sino afirmación decidida de una voluntad enamorada -es una virtud que mantiene la juventud del amor en cualquier estado de vida". A veces en la soledad de su reflexión pensaba en voz alta: "pasó el tiempo, y sucedieron cosas duras, tremendas, que no os digo porque a mí no me causan pena, pero a vosotros sí que os entristecerían". (94)

El Marqués de Valdeiglesias al hablar del Opus Dei se cuestionaba "¿Persigue fines puramente ultraterrenos o específicamente humanos? ¿No estará, quizá, en la mezcla de ambas cosas lo nefando?" (95)

Durante un periplo por tierras hispanoamericanas su biógrafo nos cuenta la anécdota que sucedió un día de 1974 en Brasil (96) cuando "hacía trece años que Rafael Llano no le veía. El fundador del Opus Dei respondió a su saludo con la melodía italiana Tímida é la bocca tua que solía entonarle amablemente en Roma, mucho tiempo atrás, haciendo alusión a las dimensiones no pequeñas de la boca de Rafael y de sus hermanos, casi todos socios de la Obra. Por la tarde le comentaría: Recuerdo que una vez había mucha gente. Vi a uno y le dije: Tú eres fulanito. Y me contestó: Sí ¿en qué me conoce? ¡En la boquita! ¿Te acuerdas?"

Braulia, la hermana pequeña de María Ignacia García Escobar, contempla al Fundador de la Obra en 1931 "rodeado siempre de chicos jóvenes". (97) Al Padre le gustaba repetir: "He hablado de mis veinticinco años. Yo tenía barruntos de lo que quería el Señor. Hasta los 26 no lo supe. Quería esta locura, esta locura de cariño, de unión, de amor..." (98) Su pasión era famosa entre sus íntimos.

Entre las intimidades más silenciadas de Escrivá se encuentra su afecto muy especial por Isidoro Zorzano al que profesaba un amor profundo en todos los sentidos. Isidoro Zorzano había sido compañero suyo en el Instituto de Logroño en su pubertad. La simpatía era mutua y recíproca. Cuando Escrivá se desplaza a Zaragoza deja de frecuentarle, aunque mantiene algún contacto epistolar. "Deseaba hacerle del Opus recién nacido. Y un 24 de agosto de 1930, lo encontró, en Madrid. Isidoro trabajaba en Málaga como ingeniero de ferrocarriles, había venido dispuesto a hablar con él de sus inquietudes espirituales..." (99) Zorzano era íntimo de Escrivá tanto que "durante algún tiempo fue activamente promovido como candidato a la canonización, aunque su causa ha sido silenciosamente abandonada, (100) aunque no hay prácticamente en España nadie que sepa alguna cosa sobre Isidoro Zorzano". (101)

La biografía sucinta de este muchacho soltero Isidoro Zorzano nos llega a través de Florentino Pérez Embid que nos ilustra que era de familia argentina -había nacido en Buenos Aires el 13 de septiembre de 1902 - que "había de ser uno de los primeros discípulos del Padre cuando éste fundara su Obra y que debió compartir sus aspiraciones adolescentes". (102) Por un tiempo fue director de la Residencia de Ferraz, permaneciendo durante toda la guerra española en Madrid como ingeniero en las oficinas centrales de la RENFE, muriendo en 1943, de la denominada enfermedad de Hodgkins. Escrivá se apresuró a abrir poco tiempo después de su muerte el proceso para su beatificación, aunque el tiempo hizo pronto olvidar el amor. "¿Hizo en su vida algo importante ese hombre? (103) Murió joven, sin tiempo apenas para realizar ninguna tarea especialmente notable... fue sobre todo, compañero de Escrivá".

El epílogo de su vida lo pone Fisac que nos cuenta que "cuando Isidoro Zorzano tuvo que hospitalizarse, debido a una penosa enfermedad ganglionar, yo iba todos los domingos a hacerle compañía y me resultaba gratificante poder hablar con él de mi deseo de salir de la Obra, del malestar que me ocasionaban los escrúpulos de mis problemas sexuales, que él comprendía; cuando murió Isidoro, el Padre Escrivá reaccionó de una manera muy extraña, como con miedo, y dejó que Eduardo Alastrue y yo le amortajáramos sin intervenir para nada". (104) Aquí resaltaremos la necrofobia de Escrivá que nunca asiste a entierros, ni reza por los difuntos, ni acostumbra a ir a funerales, posiblemente porque un miembro muerto ya carece para él de todo interés.

Tal era su grado de obsesión que "Escrivá llegó a escribir que los numerarios ejecutivos no deberían tener secretarias, sino secretarios", (105) pues un gran tema de la vida de esos numerarios lo constituye el voto de castidad en su doble aspecto de represión sexual y afectiva... Pocos asuntos han merecido tal cantidad de notas y avisos de Roma. Desde las fórmulas para que los miembros de las secciones masculina y femenina no se traten, con la doble cerradura en los edificios y el teléfono interior para la conversación que "debe ceñirse a las necesidades de la administración", hasta la casuística sobre cómo no aceptar estar solo en una habitación con personas de otro sexo, ni comer con ellas, ni mucho menos pasear o viajar con ellas. (106) La hipótesis de Escrivá era tratar de negar la existencia del otro sexo.

Cuando en 1946 Escrivá se instala en Roma encontró en Alvaro del Portillo -hoy sucesor, Prelado del Opus Dei y Obispo - "un colaborador y un cómplice en todo momento. Sinuoso y adaptable... sus relaciones con Escrivá fueron muy estrechas.

Hasta se puede decir que Alvaro del Portillo camina sobre las pisadas de Escrivá". (107)

Cómo gustaba a Escrivá enfatizar: "¡Pues sí! ¡Nos queremos! Sí, señor. ¡Nos queremos y es el mejor piropo que nos pueden decir! O de forma más castiza cuando insistía que "los pecados del hombre se resumen en un palmo. El palmo que va del bolsillo a la bragueta". (108)

Es fama, por ejemplo, que no se ve en el Instituto con buenos ojos el ingreso de personas notoriamente feas (109) y que en los oratorios e Iglesias del Opus Dei no faltan nunca representaciones pictóricas y escultóricas de los ángeles y arcángeles, jóvenes bellísimos que aparecen triunfantes dando muerte con su espada a hombrones sudorosos y carnales en cuyos ojos brilla el fuego de la concupiscencia. (110) Eros, lascivos, seductores.

Ah, un detalle: Escrivá en cierta correspondencia firmaba como "Mariano".



REFERENCIAS

73. Bernal, p 65.
74. Ibid, p 90.
75. Walsh, p 26
76. Bernal, p 26.
77. Ibid, p 62.
78. Moreno, "La otra cara del Opus Dei", p 98.
79. Ibid, p 30.
80. Moncada, "Historia oral del Opus Dei", p 141.
81. Ibid, p 141.
82. Magaña, pp 16-17.
83. Carandell, op cit.
84. Thierry, Jean Jacques, "L' Opus Dei, mythe et realité", pp 20-21.
85. Walsh, p 39.
86. Gracia, "En el nombre del padre", p 9.
87. Ibid, p 12.
88. Ibid, p 15.
89. Ibid, p 17.
90. Ibid, pp 28, 31, 34.
91. Ibid, pp 204-209.
92. Le Tourneau, p 57.
93. Ibid, p 143.
94. Bernal, p 60.
95. Poncela, p 205.
96. Bernal, p 155.
97. Ibid, p 169.
98. Ibid, p 170.
99. Ibid, p 145.
100. Walsh, p 43.
101. Le Vaillant, p 15.
102. Carandell, p 145.
103. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", p 130.
104. Moncada, "Historia oral del Opus Dei", p 145.
105. Ibid, p 158.
106. Ibid, p 157.
107. Le Vaillant, pp 57-58.
108. Carandell, p 100.
109. Ibid, p 56.
110. Ibid.


Índice del Capítulo II

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO II


LA VIDA OCULTA DE ESCRIVÁ DE BALAGUER


6. Escrivá y las mujeres


No es un secreto para nadie que Escrivá es "antifeminista". (111) En vida dejaba constancia incluso por escrito que en "el Opus Dei no habría mujeres ni de broma", (112) aunque le conviene en un momento determinado cambiar de estrategia y fue así como el 14 de febrero de 1930 instituyó la rama femenina que una vez constituida la abandonarían todas la mujeres y "esta deserción significó un rudo golpe para Escrivá que acentuaría su carácter misógino". (113)

En Camino expuso sus ideas sobre el valor y el papel de la mujer, relegado a niveles secundarios, auxiliares, segregacionistas y discriminatorios. No hay duda de que las mujeres reciben un trato injusto por parte del Fundador del Opus Dei y que su libro de cabecera está lleno de citas y apostillas que no dejan lugar a confusión sobre el concepto que de la mujer tenía Escrivá. Podemos leer en Camino "Ellas no hace falta que sean sabias: Basta que sean discretas" -946 - "insinuando que la discreción les parecerá una virtud lo bastante difícil de conseguir". (114)

En la nueva constitución de la Obra no se contempla que las mujeres lleguen a puestos de elevada responsabilidad. Los miembros femeninos deben asumir tareas tales como trabajar en librerías y bibliotecas, alentar a otras mujeres en la modestia, educar a las chicas en escuela de un solo sexo y preparar a sirvientas para el trabajo doméstico, oficio y dedicación principal y predominante de las mujeres del Opus Dei, que deben también limpiar y cuidar de los templos y capillas y que se las debe utilizar en misiones de apostolado como gancho para reclutar mano de obra barata o económica creando siervas y criadas donde poder obtener la "santidad" al servicio de sus ditirambos.

Escrivá no se ruborizaba cuando decía que los hombres no duermen en tablas porque después de un día de trabajo intenso necesitaban descansar. (115) Por lo visto, al contrario que las mujeres "no debían poner su cuerpo en vereda".

La fundación de la rama femenina del Opus Dei es también, no podía ser de otra forma, de inspiración divina y pese a su inicial y férrea oposición a la integración inicial de la mujer en la obra de Dios; cuenta María del Carmen Tapia como estando en 1930 diciendo misa el padre Escrivá en el oratorio privado del Sol Casanova, una marquesa madrileña, Dios le inspiró durante la celebración el nuevo rumbo, pues manifestó "yo no os quería, os tenía miedo. Empecé la misa sin saber nada y acabé sabiéndolo todo". (116)

La creación de esa sección femenina se hacía para cumplir el deseo inicial de Escrivá de que las mujeres fueran "la inyección intravenosa en el torrente circulatorio de la sociedad" pues seguía considerando que "el estado habitual de una supernumeraria casada era el embarazo". (117) Teoría recogida y expuesta por el sacerdote del Opus Jesús Urteaga que en su libro Dios y los niños escribía el desprecio a la mujer y la convicción de que ella es objeto de impureza: "si vosotras no tenéis hijos, terminaréis teniendo perros" o "las mujeres se salvarán teniendo hijos". (118) Toda una teoría de caridad cristiana y amor al prójimo.

La visión de lo femenino en la Obra se puede resumir en "que las mujeres tienen la culpa de 80% de las infidelidades de los maridos porque no saben conquistarlos cada día" y aconseja que "la mujer casada tiene que ocuparse primero del hogar; recuerdo una copla de mi tierra que dice "la mujer que por la Iglesia deja el puchero quemar, tiene la mitad de ángel, de diablo la otra mitad". A mí me parece enteramente un diablo". (119)


REFERENCIAS

111. Artigues, p 122.
112. Le Tourneau, p 11.
113. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", p 14.
114. Walsh, p 118.
115. Diario "El País" (01 mayo 1988), p 9.
116. Moncada, "Historia oral del Opus Dei", p 104.
117. Ibid, p 126.
118. Le Vaillant, pp 29-30.
119. Carandell, p 103.


Índice del Capítulo II

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO II


LA VIDA OCULTA DE ESCRIVÁ DE BALAGUER


7. Escrivá y los siete pecados capitales


El primer pecado capital es la soberbia, ese orgullo desmedido que conlleva un exceso de falsa magnificencia, de boato y de pompa innecesaria. Es la altivez despreciativa una nota sobresaliente a los soberbios con grandes dosis de arrogancia.

Escrivá de Balaguer era un soberbio nato y sin escrúpulos. La soberbia la llevaba inoculada en su sangre y en sus vísceras. Así, cuando el Conde de Barcelona, Don Juan de Borbón, padre del actual rey de España, visitó a Escrivá de Balaguer en su residencia romana, el fundador del Opus le acompañó como solía hacerlo con los visitantes ilustres, a recorrer la casa. "Cuando entró la comitiva en la espléndida basílica, Escrivá se acercó al coro de madera noble tallada y sentándose en el sillón que le está reservado, y que parece algo más adelantado que los demás, empezó a explicar a D. Juan de Borbón que él se sentaba todos los días ahí y hablaba con Dios de esta manera: - Señor, Josemaría ha hecho mucho por la Iglesia". (120) La escena nos recuerda a una parábola de los Evangelios escenificada.

Su vanidad y su soberbia le llevan el día del fallecimiento de su madre a llamar el día 22 de abril de 1941 al Gobernador Civil de Lérida al que tutea:

- Oye, Juan Antonio, se ha muerto mi madre. ¿Cómo podría llegar pronto a Madrid?

- Ahora va el coche mío con el chófer. (121)

Los restos de su madre reposan en la cripta del oratorio de Santa María de la Paz, en la casa central del Opus Dei, en la calle Diego de León de Madrid, junto con los hermanos de José María, pues los miembros de la familia Escrivá no podían mezclar sus restos mortales con los muertos que yacen en los cementerios municipales, ni en ninguna sacramental. En la cripta especial y con privilegio, pinturas al óleo regias y con aires aristocráticos donde están plasmados no sólo el Padre, sino sus antepasados, "auténticos alardes de grandeza para una familia de procedencia sencilla". (122) ¿A qué todo eso? ¿Acaso hay que seguir llamándolo pobreza?

Incluso para la designación de su cargo como Prelado de la Obra lo quiso vitalicio, circunstancia verdaderamente excepcional en las instituciones de la Iglesia donde sólo el "papa negro", el prepósito general de los jesuitas, goza de tal privilegio.

Como dice el premio Nobel de Literatura español, Camilo José Cela, "el mismo nombre de la sociedad, Opus Dei, ya encierra demasiada soberbia: Obra de Dios, así, con mayúscula, es una estrella que brilla en el firmamento, o una puesta de sol, o un pájaro que vuela, o una mujer hermosa. Pero una sociedad hecha por los hombres, por nobles que sean sus fines, no es Obra de Dios, sino de los hombres; recuerde aquello del libre albedrío". (123)

Claro que el soberbio Escrivá no se recataba en decir: "Papas he conocido varios, obispos conocéis todos un montón, pero fundador sólo uno y Dios os pedirá cuenta de haber vivido en la época del Padre", tales eran las palabras que monseñor en el curso de una meditación dirigida a un grupo de "hijos" suyos en Londres en 1962. Argumento que repite en privado: "Mira, Alvaro. Obispos los he conocido como borregos, cardenales a montones, Papas como media docena... pero fundadores del Opus Dei sólo hay uno. Y ese soy yo". (124) Era la soberbia en persona.

Como decía una antigua adepta a la Obra: No creo posible que la santidad Monseñor pueda basarse precisamente en la sencillez o en la humildad. A modo de ejemplo: monseñores en la Obra había varios; es un título honorífico que en la Curia romana abunda mucho; lo eran, entre otros, Alvaro del Portillo - después obispo -, Salvador Canals y varios más. Pero este dato se ha preferido ignorar hasta que monseñor Escrivá ha muerto. Viviendo él, sólo de él debía hablarse. Tampoco en la Obra, ningún sacerdote es Padre, sólo lo es monseñor Escrivá.

También es sintomático el hecho de que monseñor Escrivá jamás asistiera, en los muchos años de su estancia en Roma, a los funerales de ningún cardenal, ni de ninguna personalidad. "El sólo recibe en casa", se solía argumentar. (125)

Su falsa modestia viene reflejada en la siguiente anécdota cuando un sacerdote navarro, el padre Iribarren, que le visitaba hacia 1935 en la residencia de Ferraz, cuenta lo mucho que le costó ya que le recibiera. "Repetidas veces tuvo que anunciarse y, finalmente, viendo que no salía, le dijo al muchacho que le abrió la puerta: "Dígale que aquí hay un cura que no se marcha sin verle".  Salió por fin don Josemaría y le abrazó diciéndole: "¡Hombre! ¡Cuánto lo siento! Me ponen un muro, no me dejan salir". (126) El muro era él mismo.
 
Por eso, antes de partir a Roma donde fijaría su residencia desde 1946 argumentaba a sus más inmediatos: "venir a hablar conmigo -aprovechaos ahora - que dentro de poco ya no lo podréis hacer, porque instalaremos una gran mansión en la misma Roma, junto al Vaticano - desde donde gobernaremos el mundo- todo ello con dinero de cada Estado y en edificios oficiales de cada uno de ellos, porque serán los mismos gobernantes los que nos lo pedirán... yo me instalaré allí y ya no podréis hablar conmigo... Aprovechaos ahora". (127)

El, de sí mismo, le gustaba repetir que "la gracia de Dios le acompañaba", (128) afirmación teológicamente soberbia. Será quizá por ello que comienza a acaparar títulos y distinciones. Un día lo será todo a la vez: cura, doctor, monseñor, prelado, marqués, anhelante de prebendas, honores y condecoraciones puede ser que para prenderlas en la sonata. Muchos socios de la Obra no han podido todavía recuperarse de los efectos negativos del "affaire" de marquesado. "Un hombre todo espiritualidad, (129) que reniega de las pompas y vanidades ¿cómo puede buscar, en la segunda mitad del siglo XX el oropel de un título de nobleza?". Claro que lo que se calla y se silencia en la Obra es que el 22 de abril de 1947 Escrivá, luego de dar una fuerte suma de dinero como limosna para obras pontificias fue nombrado "prelado doméstico de Su Santidad" cargo honorífico que daba derecho al título de monseñor (130) y que tal y mediante esta nueva forma de simonía se producían las coordenadas de causa a efecto.

Por otra parte, su secretario Antonio Pérez nos informa: "El Padre Escrivá no solía ir a reuniones en las que no quedara claro de antemano que él iba a ser la persona más importante. Por eso iba a tan pocas. Pero una tarde le invitó Ruiz Giménez a una recepción en la Embajada Española y al llegar, le saludo con un "¿Cómo está usted, padre Escrivá?". Escrivá se dió media vuelta y se marchó. Luego nos explicaba Alvaro del Portillo que aquella no era manera de tratarle. Ruiz Giménez le hubiera podido decir Padre o monseñor Escrivá, pero no "padre Escrivá". (131)

Su vanidad se halagaba al ver la trepa de muchos de sus "hijos", y ello "se convirtió en un componente de su creciente megalomanía"... Sólo tenía un rato para los importantes. "A tí un beso, por ser director general, a tí dos por ser subsecretario" les dijo a González Valdés y a García Moncó, altos cargos entonces del Ministerio de Comercio.

La cosa llegó a tanto que Escrivá impuso (132) como ritual añadido a la liturgia interna sobre el Padre, enriquecida en el Congreso General del Opus Dei de 1956, el rodillazo que se había de dar en su presencia. Escrivá exigía que se hiciera ante él la genuflexión, reverencia que en la Iglesia sólo se practica ante el Papa y que sentaba precedente en la Iglesia Católica  en la que ningún héroe ni santo de la Santa Madre Iglesia ha exigido en vida semejante acto de postración.

Incluso "el Padre les cuenta ahora que el día que se escriba la historia de la Obra se hará de rodillas". (133) Y eso que el mundo eclesiástico romano, con sus intrigas y prepotencias impresionó profundamente a Escrivá, que aseguraba a sus hijos que había que tener fe en la Iglesia "a pesar de los pesares".

A tales cotas llegaba la soberbia que nos cuenta Moncada que "a Lucho Sánchez Moreno, un peruano numerario que había trabajado conmigo en la secretaría general y que resultó ser el primer Obispo del Opus, al verle yo me acerqué a saludarle y muy sinceramente le besé el anillo pastoral. Al Padre aquello le sentó muy mal porque, en casa sólo se le besa la mano al Padre". (134)

La distinción honorífica coincide con la exacerbación del culto a la personalidad de Escrivá. Monseñor se autonombró Gran Canciller, título tradicional de la educación superior eclesiástica de la Universidad de Navarra en 1960, circunstancia que revalidó con el mismo nombramiento en la Universidad de Piura en el Perú, aunque como cuenta en la revista Area Crítica, una vinculada a la Obra, "Escrivá de Balaguer era todo lo contrario a lo que puede ser un líder popular con ganchos, torpe de palabra, sin grandes cosas que decir y con chascarrillos baratos de cura de pueblo; toda su actuación pública se fundamentaba en el culto artificial a la personalidad" (135) o como le retrata su propio secretario al decir (136) que " el zafarrancho externo coincide también con el conocido debilitamiento de la lucidez mental de Escrivá, embarcado ya en una megalomanía fomentada por sus fieles, cuyo episodio público más desgraciado podría ser la obtención de un marquesado para el Padre, el de Peralta".

El jesuita Walsh apunta que sea cual fuere la explicación, solicitar el restablecimiento o la consecución de un título nobiliario parecía impropio de alguien cuya humildad se encuentra entre las virtudes que sus partidarios enumeran mientras sigue su curso la causa de canonización. Especialmente a la luz de la máxima 677 de su tratado espiritual Camino: "Honores, distinciones, títulos..., cosas de aire, hinchazones de soberbia, mentiras, nada".

Asimismo resulta algo extraño, a la luz de esa máxima, haber reunido también una cantidad de otras condecoraciones españolas, tales como la Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort, la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, la Gran Cruz de Isabel la Católica, y otras, así como también diversas medallas de oro.

No sólo era soberbio, sino halagador y demagógico, maestro en buscar golpes de efecto como en aquella ocasión que declamaba: "¡Cuándo yo muera...!" y la multitud viéndose a pique de perder a quien era su sostén y apoyo, lanzó un tremendo alarido: - ¡NOOOOOOO!. "¡Cuándo yo muera -repitió el Padre ante el sollozante gentío que le escuchaba - mandaré que arranquen mi corazón y lo entierren en el campus de esta Universidad!"(137)

Soberbio y altanero como lo evidencia (138) cuando el Padre Arrupe asumió las responsabilidades del cargo general de la Compañía de Jesús, escribió una carta a cada uno de los prepósitos de las Ordenes y Congregaciones religiosas e institutos seculares anunciándoles su intención de visitarles personalmente. Era esta una muestra del espíritu fraternal que el Padre Arrupe traía a la Compañía. Los prepósitos, unánimemente, se apresuraron a contestar que no era el general de los jesuitas quien debía visitarles a ellos, sino ellos los que estaban llamados a acudir humildemente ante el general de los jesuitas. "No vengáis vos hacia nos. Somos nos quienes vamos hacia vos". En este toma y daca de cortesía vaticana se hizo patente el deseo de todos de inaugurar una nueva etapa de la historia de las relaciones, entre las órdenes y congregaciones. Pero hubo una excepción; el Prelado General del Opus Dei, don Josemaría Escrivá de Balaguer, no contestó, así se dice, a la carta del padre Arrupe. No se arredró por ello el dinámico jesuita, ni su humildad y nueva disposición eran tan pasajeras que no pudieran resistir esta prueba. Telefoneó personalmente a Bruno Buozzi 73, la suntuosa residencia de monseñor Escrivá de Balaguer en Roma. Fuentes fidedignas informan que el padre Arrupe llamó a monseñor hasta cinco veces y las cinco se le contestó que "el Padre" no estaba en casa.

Tampoco "el Padre" tiene por costumbre contestar las cartas y menos las que le dirigen "sus hijos".

El periodista Luis Carandell solicitó ser recibido en audiencia por Escrivá; a través de Ayesta en Madrid recibió la respuesta de que "monseñor Escrivá no juzgaba que su persona fuera lo suficientemente importante como para ser objeto de una especial atención. Que no obstante, llegado el momento tendría sumo gusto en recibirle" y preguntado Ayesta sobre el plazo prudencial en que podría tener lugar la entrevista éste le dijo que dentro de unos "tres años" añadiendo la frase "delante de tí hay sesenta periodistas esperando; muchos de ellos extranjeros". La entrevista ni la audiencia se concederían nunca.

A pesar de que su formación teológica era - según sus compañeros de estudios - la de un mediocre alumno de seminario conciliar, le gustaba decir "soy tan docto de la Iglesia como el Papa", en el contexto de una ambición desmedida y loca.

Para él, sólo lo mejor era suficiente. Su capilla privada era opulenta y su cerco de inaccesibilidad era "parte del juego, parte del mito que cuidadosa y conscientemente se empezaba a construir a su alrededor." (139) Era un hombre importante y ocupado, que proyectaba una imagen de vanidad y de vacío interior y exterior, sólo cubierto por su síndrome soberbio como queriendo permanentemente ocultar un mal disimulado complejo de inferioridad y de resentimiento.

Su conocimiento de leyes y teología era escaso y parvo lo que no le impidió ser, atraído por su soberbia, miembro de la Pontificia Academia de Teología y Consultor de la Sagrada Congregación de Seminarios y Universidades, miembro de la Comisión Pontificia para la Auténtica Interpretación del Derecho Canónico, y de las Universidades del Opus, como ya hemos apuntado, Gran Canciller. Y es que era de la opinión que el dinero todo lo puede, como poderoso caballero, porque todo tiene, en la mentalidad de Escrivá su precio y su resistencia.

Tenía un regusto por la grandeza para olvidarse de sus propias miserias. Su pasión por la ostentación contrasta con sus protestas de humildad.

En vida decidió e hizo cumplir que cada vez que llegara a España le fueran a esperar, junto a las autoridades de la Obra, todos los ministros de Franco que pertenecieran a la misma. Era un placer que halagaba su jactancia.

Si Escrivá por una parte era un soberbio contumaz, también estaba poseído por la avaricia, por un afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas. Era un gran materialista, avariento e insaciable. Y eso lo sabe todo el mundo viendo las propiedades del Opus Dei, aunque traten de camuflarlas a través de personas interpuestas, de fiduciarios selectos. Monseñor quería el dominio de todo, la posesión de cuanto más, mejor.

Ese disimulo para la pertenencia lo manifestó desde sus primeros tiempos cuando ya abrió la academia DYA en 1928 - "oficialmente abreviación de 'Derecho y Arquitectura', carreras favoritas del fundador y en realidad 'Dios y Audacia' en el lenguaje secreto de los socios de la Obra - ya estaba registrada legalmente a nombre de segundas, terceras y cuartas personas. Nadie, legalmente podría decir que aquella escuela de futuros dirigentes de la Organización, era propiedad de Escrivá". (140)

Si para él lo quería todo, para los demás su consejo era "llevarlos cortos de dinero, y que aprendan a usarlo, aunque concretaba - es mejor que lo manejen cuando se lo ganen, (141) la cita está tomada de su biógrafo oficial.

Su tesón por las ganancias le lleva ya desde muy jovencito, cuando llega como sacerdote a la capital de España, a hacerse "asesor espiritual de damas de alcurnia". (142) Más tarde, ya al final, hace varios años, el presupuesto de Torreciudad según estimaciones lo aproximaban a los dos mil millones de pesetas...

No quería desperdiciar ocasión ni oportunidad y cuando el generalísimo Franco asume la educación y formación del entonces príncipe Juan Carlos, Escrivá está atento a ello y consigue participar desde sus comienzos en el entorno didáctico del principito para sacar la mejor tajada en el futuro. "En el verano del 47 - cuenta Antonio Pérez - yo estaba en Molinoviejo, la casa de ejercicios de la Obra, cerca de Segovia. Una tarde apareció por allí Carrero Blanco que fue recibido por el Padre y un rato después llegó Eugenio Vegas Latapié, acompañado por Rafael Calvo Serer. Yo entonces no sabía nada de lo que se tramaba aunque Eugenio Vegas, que había sido Letrado del Consejo de Estado, al enterarse de que yo también lo era, empezó a conversar conmigo. Luego supe que aquella fue la primera reunión entre, representantes de Don Juan y Franco, acerca de la educación del Príncipe".

Escrivá estaba a favor de que después de Franco reinara en España don Juan de Borbón, al que tuvo ocasión de tratar en Roma. En el equipo de educadores del príncipe estaban bastantes numerarios y entre ellos destaca Angel López Amo, que moriría en un accidente en los Estados Unidos en 1957 o también Federico Suárez. (143)

Hablando de "los del Opus", el escritor Francisco Umbral (144) publicaba un artículo en la prensa diaria en el que reflexionaba que "a uno se le hace difícil creer que monseñor Escrivá fuese capaz de planear todo esto, dado el carácter silvano y ágrafo de su apostolado. El "Madrid" de Calvo Serer ensaya un antifranquismo que dispara no sabemos desde donde ni en nombre de qué. El Opus ha vuelto a lo suyo, de donde nunca debiera haber salido: el apostolado monetarista. Y mucho valium para los disidentes. La Basílica del Opus (arquitectónicamente inaceptable) que hoy se levanta en Barbastro, es la respuesta de Escrivá a las humillaciones que sufrió en su pueblo".

No hay que olvidar que aunque en sus primeros tiempos en Madrid eligió a jesuitas como directores espirituales, más tarde se volvería contra ellos, por considerarlos un obstáculo en su carrera hacia la avaricia. Escrivá empezó a desarrollar entonces una mentalidad de que el fin justifica los medios y predica una y otra vez que la limosna cubre la muchedumbre de los pecados (145) animando a los socios a dar sablazos continuos. Con este motivo se organiza la operación Colegio Romano en la que se expiden títulos de cooperador a quienes dan dinero y en la que toda la maquinaria administrativa de la Obra se pone al servicio de la recaudación.

Recuerda Miguel Fisac (146) que en la operación de la compra del palacete de Bruno Buozzi colaboró algo con Alvaro del Portillo. Y a continuación hizo los bocetos de la ampliación de la zona posterior de servicio del palacio. Pero chocó con las ideas e imposiciones arquitectónicas del padre Escrivá: decoraciones ampulosas, con mármoles y lujosa ornamentación.

Era sabido por todos que el propio Escrivá, para obtener beneficios y amasar dinero, estimulaba el tráfico de influencias, encargando gestiones concretas cerca de comerciantes amigos a los que se prometía contactos en los ministerios desempeñados por gentes de la Obra. (147)

Escrivá había encumbrado al altar al becerro de oro, lo adoraba como Aarón, el hermano de Moisés, quería ser el sumo sacerdote donde la opulencia y la riqueza fueran los valores supremos.

Creó el hábito del "óbolo al Padre" como otrora fuera el de San Pedro. "El tema de los regalos al Padre se fue convirtiendo en obsesivo - cuenta Antonio Pérez, secretario de Escrivá -. Se iba poniendo de moda que cada visita de un conciliario a Roma significaba la obligación de un óbolo al Padre en forma de dinero o regalos de importancia.

"Cuando se logró para el Padre - a petición propia -la Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort, yo, en el primer viaje que hice, le llevé una normal, de plata sobredorada y esmaltes, que fue recibida casi como una ofensa. Poco después supe que Alvaro había encargado otra con brillantes". (148) El culto a Mamón era uno de los perfiles característicos de la personalidad de Escrivá.

Para Yvon Le Vaillant, tal vez no apeteciera sólo el marquesado de Peralta por simple preocupación de gloria nobiliaria pero "no es tanto la nobleza cuanto la tesorería y la posesión de una red internacional de infiltración". (149) De nuevo la tesorería emerge en las fibras de monseñor.

Camino, que pretende estar en una línea religiosa de lo mas tradicional, tiende a formar burgueses que buscan influir en el mundo a través de éxito material. (150) Presenta a un mismo tiempo un cristianismo de Cruzada típicamente español y a un cristianismo eficaz adaptado a la burguesía de negocios.

Buscaba el dinero, la riqueza y el poder por todos los medios financieros a su alcance, incluida la política, objetivo secundario pero indispensable para el primero, la hegemonía financiera, aunque cínica y farisaicamente en una entrevista decía que "si se diera alguna vez una intromisión del Opus Dei en la política, el primer enemigo de la Obra sería yo", y a lo mejor lo era de la auténtica y genuina obra de Dios.

Con la misma hipocresía que hoy entre los argumentos para que monseñor Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás, Marqués de Peralta, sea declarado oficialmente por la Iglesia santo "en base a sus muchas virtudes, entre ellas su pobreza y humildad", (151) no es para sonreír, sino para soltar la gran carcajada universal.

Escrivá se jactaba de conocer bien con algunos de sus hombres los vericuetos laberínticos de los pasillos y las estancias vaticanas y se "ufanaba de haber hecho algunas trampillas burocráticas para el mejor fin de sus planes. La última firma de Pío XII se consiguió literalmente en su lecho de muerte. Parece que incluso el documento original conserva las huellas de esa circunstancia". (152) No es de extrañar, cuando la enseñanza que impartía monseñor era que "tenemos que ser pillos y además de pillos, audaces".

El periodista Mario Rodríguez Aragón declaraba (153) que "no creía en la pobreza de los que viven en la opulencia, en el apostolado de aquellos que andan a la conquista de bienes materiales", al referirse a Escrivá y su Obra.

Claro que la antología del disparate fue pronunciada por el avaro Escrivá cuando dijo sin sonrojo: "la riqueza del Opus es su pobreza". (154)

Sobre la lujuria ya hemos hecho alusión al referirnos al sentido carnal y lascivo del Fundador del Opus Dei. Era lujurioso por, ese deseo irrefrenable y no reprimido de los deleites carnales prohibidos.

"Yo uso Atkinsons, la colonia inglesa... huele, huele", (155) siseaba a veces a alguno de los miembros de su círculo interior. El Dr. Donato Fuejo Lago, especialista de pulmón y corazón de Madrid, opinaba (156) que Escrivá "y toda su acción visible me parecen cursis y ridículas, y no hay nada que me produzca más repulsión que la cursilería".

Monseñor era en su juventud presumido y mundano y según el padre Hugo, coetáneo de su época de seminarista, marchaba siempre "un poquito separado de la fila" como si no quisiera confundirse con los demás. Para don Luis Borraz, el vicario general de la diócesis, era un "vanidosillo". Para otro compañero era "muy presumido", incluso de seminarista, "llevaba siempre el bonete ladeado".

El jesuita padre Llanos (157) fue invitado con motivo de un viaje a Roma a visitar la fastuosa villa donde residía monseñor Escrivá. Le hicieron pasar a una sala y tras una breve espera apareció en la puerta el fundador del Opus Dei con los brazos tendidos hacia delante, como solía, en santo ademán. Pensó sin duda Llanos que Escrivá iba a abrazarle, pero aquí viene lo significativo del episodio -cuál no sería su sorpresa cuando el prelado general del Opus Dei se adelantó hacia él con paso vivo y postrándose a las plantas del jesuita comenzó a mascullar con voz de profunda emoción: "¡Soy un pecador! ¡Soy un pecador! Padre Llanos ¡soy un pecador!".

No era amante de la música clásica; por el contrario se deleitaba con los cuplés de Conchita Piquer.

Su afición por los "jóvenes guapos", por el refinamiento afeminado y por la concupiscencia, no son secreto para nadie aunque sobre el particular se guarda con celoso sigilo. Para Vladimir Felzmann, inglés de origen checo y socio de la Obra desde 1952 que llegó a ser sacerdote, (158) "el fundador... podría ser duro como el hielo y tierno como cualquier madre".

Sobre su ira son muchas las anécdotas, los episodios, las escenas protagonizadas por Escrivá. A veces se comportaba como si la furia de los elementos se hubiera desatado, con una indignación y un enojo, por cosas banales y sin importancia. Su carácter a veces se agriaba y entraba en fases coléricas, en irritaciones "bíblicas".

Tenía los rasgos de "ingenio y violencia de carácter propios de un aragonés". (159) Su propio secretario, Antonio Pérez, narra que "el Padre en presencia de chicos jóvenes de la Obra me echó una gran bronca, como si yo hubiera sido el culpable de que fuera elegido Montini. En el fondo se desahogó conmigo de su frustración y puso verde a Montini, acusándole de masón y de otras lindezas. Estaba muy excitado y previno que todos los que habían cooperado en esa elección se iban a condenar al infierno". (160)

Para una antigua numeraria (161) "esa manera de ser y de actuar en la Obra es consecuencia unida de los enfados del Padre, y de sus enérgicas reprimendas. Unas las hemos vivido y de otras nos han hablado para que aprendiéramos más".

Un cercano colaborador (162) nos recuerda que le "impresionó la violencia con que Escrivá abominaba en mi presencia de un sacerdote secularizado, que había ocupado una posición directiva en la obra: "¡Ya le he mandado por notario dos excomuniones!" Podría decirse que es encantador, grato y persuasivo cuando se está a su favor e intolerante, intratable y grosero (163) cuando no se aceptan sus criterios.

Cuando tenía que reprender a alguien "lo hacía con energía". (164) Su temperamento se agriaba en esos trances, sus arrebatos de ira se hacían más frecuentes y la gente que le rodeaba, incluso la más cercana y leal, pasaba más de un mal rato en tales lances. (165) Era insoportable... Tenía lo que suele llamarse "bruscas y violentas cóleras (166) en las que monseñor pierde los estribos y empieza a gritar". Solía decir cuando estaba enfadado: "para el que abandone el Opus Dei no doy diez céntimos por su alma".

A una asociada (167) que estuvo durante largo tiempo en el Instituto desempeñando misiones de alguna importancia y que luego salió, la llamó a Roma y según ella misma la increpó duramente diciéndole: "¡La Magdalena era una pecadora pero tú eres una corruptora!" y la amenazó afirmando que "si se filtra algo de lo que tú has visto en la Obra, yo haré publicar un editorial contra tí en todos los periódicos del mundo."

La cólera de monseñor es sagrada. En una ocasión (168) el Padre Escrivá asistía a una comida con seis u ocho personalidades altamente representativas de los movimientos católicos españoles. Se produjo en un momento dado una discusión de escasa importancia entre monseñor y alguno de los comensales. El Padre fue acalorándose y cuando se demostró que era él quien tenía razón en la disputa miró de frente a su oponente y, en un gesto que debe considerarse sin precedentes, le sacó la lengua, dejando a los comensales mudos de asombro y desolación.

Después de las iras epilépticas de Escrivá, utilizaba otros medios contra sus contrincantes y tenía un "habitual sistema de difamación". (169)

El cuadro de su acendrada personalidad quedaría incompleto sin hablar de la gula, de esa falta de comedimiento en el comer y en el beber, de ese apetito exagerado por los manjares del gusto, por esa glotonería manifiesta.

Era un exquisito. "El Padre solía beber agua de Solares, pero después de hablarse de aquel fraude que se corrió sobre dicha agua, al Padre le llevan con él a donde vaya agua mineral francesa, que ha sustituido definitivamente a la anterior. Para él y a las casas que visita -continúa el testimonio de la asociada (170) -se traslada cada vez todo un equipo de personas especializadas que son las encargadas de servirle (comedor, cocina, planchado, limpieza, etc.) a él y sólo a él. Yo he tenido que dar por inservible un colchón para el Padre, expresamente comprado para él y sin estrenar, porque le faltaban tres centímetros de ancho de las medidas establecidas y hubo que sustituirlo por otro nuevo. A América se han mandado melones en avión expresamente para el Padre, porque al Padre le gustan y allí no los hay.

Aparentemente era austero en las comidas "aunque se ingeniaba para ocultar esa austeridad cuando teníamos invitados". (171) Su dieta de diabético le hacía sufrir porque le encantaba comer y beber bien. (172) En las casas por donde iba se extremaban las atenciones.

Había frutas. Muchas naranjas, aunque no fuese la estación, por si el Padre pedía un jugo, docenas de cajas de bombones por si le apetecía uno, cajas de vino de marca "que si sois discretas y pillas me serviréis en jarra". El perfeccionismo doméstico debía llegar al máximo con el Padre quien a veces echaba las correspondientes broncas. En una ocasión pidió la séptima tortilla porque las seis anteriores no estaban a su gusto.

María del Carmen Tapia comentó que todo aquello con lo que Escrivá de Balaguer comía, o de lo que comía, tenía que ser de gran calidad. Los platos eran de la mejor porcelana, los cubiertos de plata. (173) Según un arzobispo al que llevaron allí a comer en 1965, durante la última sesión del Concilio Vaticano, la vajilla era chapada en oro. El arzobispo (aunque entonces era sólo obispo y recién consagrado) es un hombre de una considerable conciencia social. Le fue imposible conciliar los platos de oro con la vida cristiana que él esperaba en un hombre de tal distinción en la Iglesia. También le fue imposible comer aquellos alimentos exquisitamente preparados y perfectamente servidos.

En público no probaba los licores pero "se refería a sí mismo diciendo que, para fundador bueno, el que venía embotellado" y esta frase la interpreta su biógrafo que la decía porque se consideraba a sí mismo "fundador sin fundamento". (174)

La envidia era una consecuencia de su avaricia y de su rapiña. Lo deseaba todo y las cosas de los demás, del prójimo, las codiciaba.

Sobre su pereza, era mental. "Muy raras veces Josemaría Escrivá había accedido a hablar a través de la prensa" escribe su amigo Julián Cortés Cavanillas. (175) Monseñor tampoco apenas aparece en público y casi siempre exclusivamente ante los socios de la Obra o simpatizantes conocidos, más que en contadísimas ocasiones. El repertorio de preguntas en las tertulias a las que asistía y a los encuentros que tan poco proliferaran, estaban ensayados y sabía de antemano qué se le iba a preguntar, y cómo y de qué manera. Gustaba pasar inadvertido según el lema de su vida: "ocultarme y desaparecer es lo mío". (176)

Aunque su lema era que "el trabajo os hará santos", que nos recuerda aquel frontispicio de los campos de concentración alemanes: "El trabajo os hará libres", disfrutaba más con el trabajo ajeno que con el propio, lo que gozaba realmente era con que se trabajara incansablemente para él con disciplina, sumisión y obediencia, como una nueva fórmula de esclavitud, a través de su instrumento de la Obra de Dios.


REFERENCIAS

120. Carandell, p 103.
121. Bernal, p 36.
122. Ibid.
123. Jardiel Poncela, op cit, p 65.
124. Vicente Gracia, p 11.
125. Moreno, "El Opus Dei, anexo a una historia", p 20.
126. Carandell, p 26.
127. Moreno, "La otra cara del Opus Dei", p 36.
128. Le Vaillant, p 9.
129. Moncada, "El Opus Dei: Una interpretación", pp 126-127.
130. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", p 30.
131. Moncada, "Historia oral del Opus Dei", p 63.
132. Ibid, p 72.
133. Vicente Gracia, p 198.
134. Moncada, "Historia oral del Opus Dei", p 29.
135. Area Crítica, op cit.
136. Antonio Pérez, citado en Moncada, "Historia oral del Opus Dei", p 85.
137. Carandell, p 106.
138. Ibid, pp 17-18.
139. Walsh, p 210.
140. Revista "Tiempo" (07 julio 1986).
141. Bernal, p 49.
142. García Romanillos, op cit.
143. Moncada, "Historia oral del Opus Dei", p 65.
144. Umbral, Francisco, "Los del Opus Dei," Diario "El País" (20 enero 1986).
145. Moncada, "Historia oral del Opus Dei", p 37.
146. Ibid.
147. Ibid, p 53.
148. Ibid, pp 53-54.
149. Le Vaillant, p 254.
150. Wast, Jesuitas, "Opus Dei y Cursillos de Cristiandad", p 61.
151. Magaña, p 117.
152. Moncada, Historia oral del Opus Dei, p 24.
153. Jardiel Poncela, p 175.
154. Le Vaillant, p 187.
155. Vicente Gracia, p 44.
156. Jardiel Poncela, p 88.
157. Carandell, p 131.
158. Walsh, p 19.
159. García Romanillos, op cit.
160. Moncada, "Historia oral del Opus Dei", p 27.
161. Moreno, "El Opus Dei, anexo a una historia", p 134.
162. Moncada, "Historia oral del Opus Dei", p 27.
163. Ibid, p 126.
164. Le Tourneau, p 21.
165. Moncada, "Historia oral del Opus Dei", p 117.
166. Carandell, p 152.
167. Ibid.
168. Ibid, p 154.
169. Moreno, "La otra cara del Opus Dei", p 40.
170. Moreno, "El Opus Dei, anexo a una historia", p 134.
171. Le Tourneau, p 14.
172. Moncada, "Historia oral del Opus Dei", p 107.
173. Walsh, p 207.
174. Bernal, p 9.
175. Diario "ABC" (14 septiembre 1986), p 52.
176. Bernal, p 10.


Índice del Capítulo II

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO II


LA VIDA OCULTA DE ESCRIVÁ DE BALAGUER


8. Hombre sin nombre, delirios de grandeza


Lo primero que llama la atención a cualquier persona que se detenga a meditar sobre la figura de Escrivá, por extraño que parezca, es el problema de su nombre de pila y de las mutaciones sufridas a lo largo de la vida de este personaje, de sus apellidos de origen.

La primera sorpresa es que no existe partida de nacimiento en el registro civil correspondiente, aunque sí queda constancia escrita como fuente documental de su partida de bautismo que se conserva en el registro de la catedral de Barbastro en la que consta:

"En Barbastro, a trece de enero de 1902, don Angel Malo, regente de la Vicaría Catedral, bautizó solemnemente a un niño nacido a las veinte y dos del día nueve, hijo legítimo de don José Escriba, natural de Fonz y de Doña Dolores Albás, natural de Barbastro, cónyuges, vecinos y del comercio de esta ciudad. Abuelos paternos, don José de Peralta de la Sal difunto y doña Constancia Corzán, de Fonz; maternos, don Pascual, difunto y doña Florencia Blanc, de Barbastro. Se le puso por nombre José María Julián Mariano, siendo padrinos don Mariano Albás y doña Florencia Albás, tíos del bautizado, siendo aquel y ésta casados, vecinos de Huesca y representada en virtud de poderes por doña Florencia Blanc, a quienes hice la advertencia del Ritual".

En el expediente de los estudios que cursó en el Instituto de enseñanza media de Logroño de 1915 a 1918, figura en el encabezamiento de su matrícula, en los impresos oficiales, su nombre de José María Escriba, que era tanto el de su documentación personal como el de su partida de bautismo, aunque por aquella época ya firmaba como "Escrivá", había optado de forma caprichosa en cambiar la B por la V y había puesto el acento enfático en la última letra, aunque su apellido de familia era con B y sin acento alguno, conociéndose a sus progenitores en Barbastro por la "familia Escriba".

El 16 de junio de 1940 aparecía un edicto publicado en el Boletín Oficial del Estado, insertado por el Juzgado número 9 de los de Madrid para que a los hermanos Carmen, José María y Santiago Escrivá y Albás "se les autorice para modificar su primer apellido en el sentido de apellidarse Escrivá de Balaguer que, según se expresa en el escrito inicial, es el nombre que individualiza a la familia" siendo la justificación que se da para ello "ya que por ser corriente en Levante y Cataluña el apellido Escrivá, dando lugar a confusiones molestas y perjudiciales, se unió al apellido el lugar de origen de esta rama de la familia, la que es conocida por todos como Escrivá de Balaguer", aunque en el expediente de cambio de apellidos no se aportara ninguna certificación procedente de Barbastro ni de ningún otro pueblo o ciudad de Aragón.

Como se ve el argumento que se da en la solicitud, de que el apellido Escrivá es corriente en Levante y Cataluña y por ello "puede dar lugar a confusiones molestas perjudiciales" es ya de por sí revelador de un evidente deseo de distinguirse en quien como el padre Escrivá "no es ni catalán ni valenciano, sino aragonés y en esa época, es decir, a principios de los años cuarenta, tenía establecida su residencia en Madrid". (177) ¿Qué confusiones no habrían de molestar y perjudicar entonces a los millones de españoles que llevan apellidos corrientes en la propia región y ciudad en que viven?

Los paisanos de la familia Escriba se sorprendieron al tener conocimiento del hecho, pues la adición "de Balaguer" era inédita, sin raíces ni tradición, de la que por entonces no se tenía la menor noticia, por lo que se opinó que "se la había sacado de la manga" (178) pues en el pueblo a aquella modesta familia se la conocía por "los Escriba" o por la "tienda de Escriba", sin más gentilicios ni aditivos. El padre de José María, que murió como un modesto dependiente de una tienda de tejidos en 1922, no podría ni imaginar que ya difunto y transcurridos muchos años desde su óbito iba a ser rebautizado con un "de Balaguer" que no aparece en documento genealógico alguno hasta que lo solicita ilusoriamente su hijo José María en 1940, quizá por la sencilla razón de que sus apellidos familiares la resultaban vulgares y excesivamente semíticos, o tal vez porque quisiera aparentar reforzando y ennobleciendo su apellido original para en un futuro con tal maquinación poder optar a algún título nobiliario.

El Ministerio de Justicia, por orden del 18 de octubre de 1940, autorizaba al sacerdote José María Escrivá y a su hermana soltera Carmen "para adicionar a su primer apellido el de Balaguer, formando el compuesto Escrivá de Balaguer que usarán como uno solo y primero, conservando como segundo el que tiene en la actualidad" diciéndose en la autorización que "teniendo en cuenta que el apellido Balaguer no corresponde a los peticionarios, es indudable que debe ser incluido en la categoría de los gentilicios, constituyendo esta forma de adición de los apellidos uno de los modos más importantes de formarse estos en castellano, que por la importancia de la población de la cual procede la gens no existe peligro de que los solicitantes se introduzcan subrepticiamente en otra familia a la cual corresponde legítimamente el apellido".

Cuando escribe y se publica la primera edición de Camino aún va firmada como José María Escrivá a secas. En posteriores ediciones ya se adulteraría la forma del nombre que de dos palabras la fusionaría en una: "Josemaría" y desdoblaría el apellido "Escrivá de Balaguer".

En síntesis, podemos resumir que las operaciones de cambio, mutación, transformación y maquillado de los nombres y apellidos de José María Escrivá de Balaguer son los siguientes cronológicamente:

1902 José María Escriba (Con B de Barcelona y sin acento, como figura en la partida de Bautismo y en su expediente académico del Instituto de Logroño)

1915 José María Escrivá (Con V de Valencia y con acento)

1934 Jose María Escrivá de Balaguer.

1960 Josemaría Escrivá de Balaguer (Josemaría en una sola palabra).

1964 Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás.

1968 Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás, marqués de Peralta.

La concesión del título que ostentó a partir de 1968 se vió rodeada de múltiples anomalías e irregularidades, como por ejemplo que a la Diputación de la Nobleza se la ocultó fraudulentamente en 1968 la manipulación sufrida por el apellido "Escriba", circunstancia que no aparece en el expediente de solicitud de rehabilitación del título de "marqués de Peralta, pedido por José María Escrivá de Balaguer y Albás", así como a los consejeros de Estado que intervinieron en la tramitación del título se les advirtió uno a uno con gran apremio que tenían que resolverlo pronto y bien, pues a los pocos días debían cesar el Ministro de Justicia Oriol y el subsecretario Alfredo López, los dos miembros del Opus Dei.

El título de marqués, como dignidad personal e intransferible, fue concedido el 12 de febrero de 1718 por el archiduque Carlos de Austria a don Tomás de Peralta. En ningún documento figura que se le otorgara el "marquesado de Peralta", sino simple y llanamente el título de Marqués, por lo que el solicitante José María Escrivá de Balaguer pedía su rehabilitación "eligiendo en la gracia ahora interesada la denominación de marqués de Peralta". Originariamente nunca existió un título con la denominación de "Marqués de Peralta", pues el Archiduque lo que concedió fue la "dignidad de marqués" como dignidad personal y directísima concedida a una persona particular en concreto, a don Tomás de Peralta, ni tampoco ningún hijo ni heredero legítimo de don Tomás reivindicó un título inexistente, por no tener la dignidad conferida - convalidación de derecho sucesorio - no existió reclamación alguna al mismo.

Don Tomás de Peralta, secretario de Estado, de Guerra y Justicia del reino de Nápoles en 1718, fue uno de los fieles al Archiduque Carlos que se enfrentó al primer Borbón de la dinastía en la guerra de Sucesión. Los expedientes de los títulos concedidos en España por el Archiduque Carlos de Austria, están todos en Viena "sin que pueda encontrarse en España ninguna referencia ni estudio sobre tales títulos". (179)

La resolución de la Subsecretaría por la que se anuncia haber sido solicitada por don José María Escrivá de Balaguer y Albás la rehabilitación del título de Marqués, con la denominación de Marqués de Peralta, lleva fecha de 24 de enero de 1968 y fue publicada en el B.O.E del día 25 y va firmada por el subsecretario Alfredo López, miembro del Opus Dei. A continuación en el mismo Boletín Oficial se inserta la resolución por la que la misma Subsecretaría anuncia la solicitud del hermano de José María, Santiago Escrivá de Balaguer, solicitaba la rehabilitación del título de Barón de San Felipe concedido a D. Francisco Castillón el 23 de mayo de 1728. En este último caso la trama no prosperó.

El Decreto 1851/68, del veinticuatro de julio, accediendo a la solicitud se publicó en el B. O. E. número 186 del 3 de agosto de 1968, en los primeros días del mes en que la mayor parte de los españoles comenzaban a disfrutar de sus vacaciones estivales, fecha elegida para que pasara más desapercibido el "escándalo" del marquesado de Peralta a favor de persona sin legitimidad de origen ni de ejercicio alguno sobre un título imaginario, de pura fantasía e inexistente.

Puede calcularse que " la compra del título", sin respaldo ni garantía de legitimidad de "operación político-nobiliaria del fundador del Opus Dei, costó - a valores de la época - la fuerte suma de un cuarto de millón de pesetas. A la rehabilitación de un título de marqués sin grandeza que costaba 175.000 ptas., hay que añadir gastos adicionales como actas notariales, certificaciones, etc... En España 250.000 pesetas eran en esta época una suma de dinero considerable, aunque ese capricho de Escrivá sea una bagatela para la Obra de Dios". (180) Máxime cuando Escrivá no era hombre de alcurnia, ni gran señor, ni noble, ni protector de la justicia. (181)

El periodista Luis Carandell se pregunta: "¿Cuál es la razón que pueda justificar el hecho de que monseñor Escrivá de Balaguer, sacerdote y fundador de un Instituto que persigue la santificación de sus miembros y del mundo, solicitara un título nobiliario? ¿Se hallaba ya en el ánimo del joven seminarista cesaraugustano, que usaba calcetines de seda y llevaba el bonete ladeado, ver algún día su nombre inscrito en la Guía de la Nobleza? ¿Había surgido esta idea tardíamente en el sacerdote que bajaba las escaleras mejor bajadas del mundo?". (182)

El articulista Juan Gomis, al tener conocimiento de la noticia por el Boletín Oficial donde se insertó la autorización del marquesado, escribió en la revista El Ciervo una nota titulada ¿Qué es esto, monseñor? en la que decía "¿Qué es esto? ¿Cómo es posible que un cura aspire a estos honores? Si el Opus Dei encuentra críticas y recelos en amplios sectores y es acusado de clasista ¿se rehabilitará a base de que su fundador y cabeza rehabilite título marquesal? No, no es posible. Uno creería que la noticia es una inocentada, obra de algún periodista zumbón y poco amigo del Opus y del autor de Camino. Pero no se trata del dia de los inocentes. Es verdad, si, es verdad".

Para Daniel Artigues (183) son innumerables las conjeturas que se hacen sobre la significación de tan extraña y costosa fantasía nobiliaria. Se ha pretendido que la diligencia en cuestión descubría en el Padre Escrivá lejanas pretensiones respecto a la Orden de Malta; quizá se trate únicamente de que el fundador tenga un punto más en común con Ignacio de Loyola que, como era sabio, era de extracción noble.

El título estaba, no podía ser de otra manera, vacante. "Escrivá aportaría poco más de un millón de francos antiguos para recuperarlo, pero a condición de que sus derechos fuesen reconocidos. Se pretende también que tres ministros han intervenido personalmente para facilitar y acelerar el procedimiento mientras que muchos españoles, ciegos o maliciosos, se preguntan qué diablo se pudo introducir en la cabeza de Escrivá para obligarlo a solicitar con tanto ahinco ese marquesado. No hay nadie que no haya percibido la enormidad de este paso viniendo de un hombre que ha hecho votos de pobreza, castidad y obediencia, y que predica estas virtudes desde 1928. Pero lo que menos se comprende es que no haya entre sus íntimos alguno que tratara de persuadirlo de que se ahorrara esta incongruencia. En definitiva, el título de nobleza que había codiciado, se le ha concedido. He aquí el Asno de Dios convertido, bajo las rechiflas, en Marqués de Peralta". (184)

Por su parte Camilo José Cela, el reciente nobel de Literatura, apostillaba: "Escrivá de Balaguer. Eso de que ese señor quiera ser marqués es un cachondeo. Los frailes no son marqueses ni condes. A nadie se le ocurre poner en una esquela: su director espiritual, el marqués de Tal... Eso no es serio créame: la gente se ha reído mucho con eso del marquesado..." (185) Más que para reír es para llorar, aunque las lágrimas puedan saltar de las dos formas, riendo o gimiendo.

Quizá por ello "los escribas de Escrivá pasan verdaderos problemas al tratar de explicar - sin éxito entre la gente de razón - como está esto de que el creador de la Santa Mafia fue hombre de corazón humilde, cuando existe el hecho de que reclamó el título de Marqués de Peralta. (186) Infulas nobiliarias de tal índole, resultan insólitas en un sacerdote todo humildad a quien se supone a los 66 años de edad, desligado de vanidades terrenas".

Con sus delirios de grandeza le vemos el 13 de mayo de 1967 entrevistándose personalmente con Juan de Borbón y Battenberg para tratar, como intermediario y componedor, de la sucesión de Juan Carlos al Caudillo Franco, en una trama de intrigas y dobles juegos llevada por el Padre y sus acólitos del Opus Dei.

Su "santa desvergüenza" le llevaba a decir "en una de las Crónicas, revista interna del año 76 creo, decía textualmente: Yo que desciendo de una princesa de Aragón..." (187) Claro que Escrivá dice (188) "que su pasión por la libertad le viene del octavo de sangre francesa que corre por sus venas de su abuelo M. Blanc" y remata "me llamo Escriba y escribo" (189) Quizá los renglones torcidos de Dios.


REFERENCIAS

177. Carandell, p 79.
178. Ibid, p 80.
179. Ibid, p 61.
180. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", p 32.
181. Carandell, p 64.
182. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", p 3.
183. Artigues, p 43.
184. Le Vaillant, pp 56-57.
185. Jardiel Poncela, p 65.
186. Magaña, p 17.
187. Moncada, "Historia oral del Opus Dei", p 127.
188. Thierry, p 23.
189. Le Tourneau, p 125.


Índice del Capítulo II

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO II


LA VIDA OCULTA DE ESCRIVÁ DE BALAGUER


9. Masonería


Se sabe que en el amanecer de su aventura Escrivá estuvo fascinado por dos organizaciones famosas: la Compañía de Jesús y la Masonería.

El Opus se ha dado una organización militar y fuertemente jerarquizada, piramidal. Al contrario de la tendencia general de las órdenes religiosas que evolucionan hacia la descentralización, aquí hay concentración de poderes a todos los niveles, local, regional, etc. y todo converge hacia arriba.

La masonería le fascinó. Cuando se estudia de cerca la masonería es curioso descubrir paso a paso el paralelismo flagrante con el Opus Dei. Es como una copia. (190) Todo se parece: el reclutamiento por proselitismo, la iniciación, los diversos grados de afiliación, el avance progresivo pero lento en la posesión del "secreto", el comportamiento entre los miembros y con los profanos, la técnica de penetración en todos los círculos, pero principalmente entre los intelectuales y entre los burgueses, el papel inferior concedido a las mujeres, la creación y satelización de organismos paralelos, etc.

No es extraño que "poco después de que abriera la academia DYA, don José María empezó a encontrar oposición a veces en sectores de la Iglesia". (191) Claro que Escrivá no se recataba de decir en privado y en insinuar en público que la Iglesia estaba entrando en una peligrosa vía "llegando a confiar a alguno de sus hijos que él pensaba que el mismo diablo se había instalado en la cabeza de la Iglesia". (192) Pero "sobre este aparente desorden cada uno tiene que aprender a construir su propio orden", (193) en frase que recoge el biógrafo oficial y adulador Salvador Bernal, que traducida al lenguaje masónico es la divisa de los grados 33 de la masonería, al areópago más elevado de esta secta secreta que tienen como lema "Ordo al Chao", que es el mismo mensaje lanzado por Escrivá de Balaguer.

Haciendo memoria de su pasado, en una predicación el 2 de octubre de 1962 decía: "tenía yo 26 años, la gracia de Dios (se atribuía en vida una gracia reservada a los santos de la Iglesia) y buen humor. Nada más. Algunos decían que yo estaba loco y que era un hereje". (194) Lo cierto es que cuenta Fisac del centro de Ferraz 50 que "aquello tenía un aire tan diferente que incluso llegó a inquietarle a un chico católico, de corte tradicional, cuando visitó la casa por primera vez. El comentó después: "cuando vi aquel ambiente me alarmé". (195)

Fue un jesuita, el padre Valentín Sánchez, el primer confesor de Escrivá, que acabó enfadándose con él y rompió las amistades con su confesor, porque tras haber sido un defensor de la Obra "cayó también en la tentación de sospechar del Opus". También el primer jesuita que tuvo roce con Escrivá, el sacerdote Carrillo de Albornoz, abandonó el catolicismo posteriormente y se hizo pastor protestante. (196) De igual modo, el cardenal Villot, por ejemplo, desconfiaba de los miembros del Opus Dei que se habían infiltrado en la Curia sin que se conociesen sus nombres. Villot pidió, sin conseguirlo, a Escrivá que le dijera la identidad de dichos miembros.

A fines de agosto de 1939 - según la revista 30 días, del movimiento católico Comunión y Liberación muy cerca al Vaticano y en muchas ocasiones inspirada por el teólogo Joseph Ratzinger (197) - "el  Opus Dei había abierto un oratorio anexo a la residencia de la calle Jenner de Madrid. En torno a este oratorio comenzaron a circular voces extrañas. Se decía que estaba adornado con signos cabalísticos y masónicos". Además, "La sociedad de Cooperación Intelectual - SOCOIN - una iniciativa vinculada a la Obra, fue señalada como una derivación masónica de una organización judía internacional. En la época en que sucedían estos hechos, un profesor de Derecho Internacional afirmó que había encontrado en un diccionario hebreo el verdadero significado de la sigla SOCOIN, que correspondía según el profesor, al nombre de una secta hebraica de asesinos.

El año 1939 fue el año de la terminación, con la victoria de las fuerzas nacionales, de la Guerra de Liberación. Un ambiente de fervor religioso inundó la vida social y espiritual española. La Iglesia detentó un papel de extraordinaria importancia en la reconstrucción moral de la nueva España y los sacerdotes eran tratados con respecto, alta estima y gran consideración. En 1940 se creó un tribunal especial para la represión de la Masonería y el Comunismo, por considerar que ambas actividades eran enemigas de Dios y de la Patria. En 1941 Escrivá comparecería ante dicho tribunal acusado de "haber sido suspendido a divinis, de ser protagonista de oscuras tramas para alcanzar la cima del poder, de hereje y antipatriota".

El tribunal inició la apertura de las diligencias al sospechar con fundamento e indicios racionales que "bajo el nombre de Opus Dei se escondía una rama judaica de la masonería". Escrivá viendo que su procesamiento seguía adelante tuvo que recurrir a maniobras e influencias de múltiples agentes del interior y del exterior para echar tierra sobre el asunto y que se paralizaran las investigaciones emprendidas. También en Barcelona se denunciaron las actividades masónicas del Opus y la falsedad del comportamiento de Escrivá y fue "el nuncio Cicognani quien advirtió al fundador del Opus Dei que no se acercara a Barcelona, porque corría el riesgo de ser arrestado. Fue un embajador amigo de Escrivá quien le avisó que corría incluso peligro de muerte". (198) Su billete de avión iba a nombre de José María E. de Balaguer - pues se le conocía como padre Escrivá - y no se hospedaba en los hoteles para eludir la acción policial. Era gobernador de Barcelona Correa Veglison.

Es un episodio elocuente de cómo un sacerdote, el padre Escrivá caso único en la actuación de Tribunal especial para la represión de la Masonería, fuese formalmente acusado y se abriesen diligencias en ese sentido, cosa insólita e inaudita en los años de la postguerra. En una época vocacional, donde miles de sacerdotes y autoridades eclesiásticas ejercían su ministerio pastoral, un sacerdote comparecía ante un tribunal muy especial en función del ámbito de las materias de su competencia.

Las denuncias se suscitaron tanto en Madrid como en Barcelona. En la capital de España "iba alcanzando su punto de máxima gravedad que tachaba a los socios de la Obra de "masones". (199) Pero las denuncias no se suscitaban sólo ante los tribunales de Justicia. Monseñor Castán, entonces obispo Auxiliar de Tarragona, supo por D. Leopoldo que un día fue una comisión a hablar con él para acusar y denunciar al Opus". (200)

El número uno del Opus Dei en España, Tomás Gutiérrez Calzada, en una entrevista concedida a un seminario de difusión nacional (201) - cosa excepcional pues prefieren el silencio a la comunicación - saliendo al paso de ciertas noticias divulgadas se defendía diciendo que "nos atacan los enemigos de la libertad" y "que también denunciaron entonces a nuestro fundador ante el Tribunal para la Represión de la Masonería y el Comunismo..."

Y esa fue sin duda no una sorpresa pero sí un indicio racional al ser "una de las primeras acusaciones, hechas ante un tribunal especial, que el Opus Dei constituía una rama judaica de la masonería". (202) Acusación que se zanjó por el General Saliquet presionado por altas instancias del gobierno de la nación, lo que cortó de raíz la posibilidad de ver la luz al final del túnel, como hubiera sido de desear, ante una acusación tan seria y fundada.

Consultado el Cardenal Segura sobre estos acontecimientos, a finales de julio de 1941, confesó estar desconcertado, pues las primeras noticias del Opus, dijo, eran confusas y alarmantes y procedían incluso de padres de la Compañía de Jesús. "Debería saber más acerca del mismo - proseguía- porque Sevilla era una ciudad universitaria y los estudiantes eran el objetivo preferido del Opus. (203) También había logrado poco en sus investigaciones en Zaragoza, que únicamente sirvieron para demostrar el carácter rigurosamente secreto de la organización. Ninguno de los que había podido consultar sabía nada excepto generalidades. Tenía poca confianza en ella por la buena razón de que estaba adoptando formas de proceder que eran ajenas a la tradición de la Iglesia".

El Opus es reservado, su regla es difícil, si no imposible de conseguir, se tienen sospechas de que es políticamente activo y financieramente alarmante, opera en secreto entre los estudiantes universitarios, no encaja bien con los modelos de trabajo tradicionales de la Iglesia... Se cuenta incluso, que para calmar la obsesión de Escrivá por el secreto, Elijo y Garay guardaba los documentos del Opus Dei en los archivos secretos de la diócesis.

En Barcelona se llegó a rezar en un convento de monjas por la conversión de Escrivá. (204)

Es sabido incluso que "Todos los miembros al entrar en el Opus Dei, reciben un número, que depende de su fecha de ingreso. Escrivá tenía el número uno y los doce siguientes están distribuidos entre los doce primeros "discípulos", y así continúa la serie. Los miembros adoptan con frecuencia la curiosa costumbre, cuando hablan de alguno de ellos, no de llamarse por su nombre, sino por su número... Dicen por ejemplo: "el número 40 dijo; el número 10 hizo..." (205) Los primeros números, por lo tanto, son los más antiguos y los de mayor prestigio.

El Opus ha adquirido de hecho ese aspecto de movimiento político religioso aunque lo niegue, acusación que cada día se está perfilando con más nitidez en Europa y América, donde los testimonios y denuncias son cada vez más numerosos. Aquel nombre del canto del oficio divino de los monjes "Servir al Señor con alabanza", que ya San Benito llamaba Opus Dei, corresponde en la actualidad a una prelatura cuyos miembros se hallan presentes tanto en los negocios como en la política". (206) La masonería, vía Opus, se ha incrustado en la médula de la Iglesia. Es una quinta columna que opera, masónicamente, al servicio de otros intereses que nada tienen que ver con la fe cristiana. El Opus y su fundador son otra cosa.


REFERENCIAS

190. Le Vaillant, pp 251-252.
191. West, W. J., El Opus Dei, ficción y realidad, p 50.
192. Moncada, Historia oral del Opus Dei, p 26.
193. Bernal, p 116.
194. Ibid, p 103.
195.Moncada, p 90.
196. Diario "El País", (22 mayo 1990)
197. Revista "30 Días", No. 5 (mayo 1990)
198. Ibid.
199. Bernal, p 249.
200. Ibid, p 250
201. Revista "Epoca", No. 74 (agosto 1986).
202. West, p 10.
203.Walsh, p 50.
204. Ibid, p 49.
205. Le Vaillant, p 59.
206. Wast, "Jesuitas, Opus Dei y Cursillos de Cristiandad", p 54.


Índice del Capítulo II

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO II


LA VIDA OCULTA DE ESCRIVÁ DE BALAGUER


10. Muerte y resurrección


Según la versión oficial, (207) el 26 de junio de 1975, al filo del mediodía, falleció en Roma monseñor Escrivá de Balaguer. Horas más tarde sus restos mortales reposaban sobre el pavimento del oratorio dedicado a Santa María, en la sede central del Opus Dei. D. Alvaro del Portillo, entonces secretario general de la Obra, depositó unas rosas rojas sobre los pies del fundador, mientras repetía el verso de S. Pablo: ¡qué hermosos son los pies de los que anuncian el Evangelio de la paz, de los que anuncian cosas buenas! (Romanos X, 15).

Moría el fundador del Opus conocido como (208) "sinarquía tecnocrática, instituto todo inocencia y santa humildad, sociedad secreta de inspiración confesional, francmasonería de sotana, santa mafia, masonería blanca, santa camarilla, etc..."

Fallecía de repente - una de las muchas muertes repentinas del Opus Dei - en "Villa Tevere" y aquella misma tarde, el que sería su sucesor, Alvaro del Portillo, dijo misa e hizo una homilía sobre él (209) "desde que ha muerto el Padre - dijo - he repetido muchas veces: ahora sí que nos hemos quedado huérfanos. Y no es verdad ¡no es verdad! porque además de tener a Dios Padre, que está en los cielos, tenemos a nuestro Padre en el cielo que desde allí se preocupa por todas sus hijas y por todos sus hijos". El juego sobre "nuestro Padre que está en el cielo" iba a llegar a ser común entre los miembros del Opus. La expresión elevada a Escrivá a un nivel parecido al de Dios en la conciencia de la gente. Como mínimo era un santo.

Objetos que le pertenecieron han sido recogidos y se exhiben. Incluso la pila bautismal en la que fue bautizado Escrivá de Balaguer ha sido sacada de la catedral de Barbastro y reconstruida en Roma.

El escogió la inscripción para su lápida:

Peccator

Orate pro eo

Genuit filios et filias

(Un pecador. Rogad por él. Tuvo hijos e hijas). (210)

Aquí, en este caso, no se ha respetado su última voluntad de pecador y sus fanáticos seguidores se han limitado a poner sobre su tumba: "El Padre" aunque para muchos fue "el padrino".

El informe que sobre el fundador del Opus Dei dedica la revista católica 30 Giorni (211) termina con una manifestación de Escrivá, pocos meses antes de morir, hablando con algunos miembros de la Obra. "Escrivá dijo que había hecho un balance de su vida y que podría resumirlo en una carcajada".


REFERENCIAS

207. Bernal, p 7.
208. Magaña, p 126.
209. Walsh, p 83.
210. Ibid, p 211.
211. Revista "30  Días", No. 5 (mayo 1990).


Índice del Capítulo II

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO II


LA VIDA OCULTA DE ESCRIVÁ DE BALAGUER


11. Santo y seña


Seis años después de la muerte de Escrivá, el 12 de mayo de 1981, se abría en Roma su proceso de beatificación. Recordemos que en esa época estaban también en curso los procesos de beatificación - aunque algo olvidados y durmiendo en los anaqueles y las estanterías los legajos que informan su causa por no poder permitir que se elevara a los altares a miembros de la Obra antes que a su propio artífice - del ingeniero Isidoro Zorzano, el amigo del alma y de intimidades de monseñor, muerto en 1934, y la joven estudiante catalana Monserrat Grases, fallecida en 1959 a los dieciocho años de edad.

Para Fernando García Romanillos, Escrivá dentro de la Iglesia fue una figura "controvertida por su afán de notoriedad personal". (212) Pero la Obra le necesita para sus intereses Santo, con el reconocimiento y toda la pompa y ceremonial del Vaticano "que el fundador era un santo al nivel de los grandes santos como Francisco, Domingo o Ignacio de Loyola". (213) Como opina Walsh todo esto es, sin duda, muy loable, pero surgen complicaciones cuando se intenta presentar un relato honesto de la vida de Escrivá. El Opus controla la información sobre él. Los libros que autoriza son naturalmente hagiográficos. Los dos más importantes son el de Salvador Bernal y el de Andrés Vázquez de Prada. Ambos autores son miembros del Opus, aunque en ninguna de las biografías que aparecen en los libros se mencione este pertinente detalle. Parece no haber otras que intenten una valoración imparcial de Escrivá de Balaguer. No es difícil descubrir por qué.

El Opus está decidido a presentar cada retrato de su fundador como el candidato perfecto al honor de la santidad oficial. Tiene que ser visto como una persona que fue especialmente escogida por Dios para la suprema misión de fundar el Opus. Debe ser considerado no sólo como heroicamente santo, sobresaliente en todas las virtudes, sino también como sabio y erudito.

Un sacerdote del Opus, un par de meses después de la muerte de Escrivá, durante la confesión de una miembro (214) la susurraba entusiasmado: "El Padre, que aunque la Iglesia aún no lo haya definido, es santo". Esa era la consigna general, la palabra de orden de divulgar y expandir por todos los medios, desde homilías y sermones, desde revistas y publicaciones, desde púlpitos y desde confesionarios.

El Opus presiona para realizar su sueño dorado. Están a punto de conseguirlo. Dispendio de medios y despilfarro económico para el empeño no van a faltar. La rentabilidad, en términos monetarios y de marketing, la plus valia que se obtendría con esta beatificación del fundador compensaría la inversión fortísima que están llevando a cabo. Al padre Escrivá sólo le falta hacer un milagro reconocido por la autoridad eclesiástica. (215)

Hasta Juan Pablo II los milagros necesarios para una beatificación eran dos, y otros tantos para la canonización. Pero el Papa Wojtyla, que es proporcionalmente el papa que ha llevado más santos a los altares, ha preferido rebajar la cuota. Más aún, ahora los milagros son más fáciles de aceptar porque se ha introducido el elemento psicológico.

Conseguir que un candidato llegue a los altares cuesta mucho dinero y por ello sólo los "ricos", es decir las congregaciones religiosas o las grandes diócesis pueden permitírselo. Eso explica que la mayoría de los santos oficiales en la iglesia sean religiosos o sacerdotes y no seglares, ya que una simple familia, por rica que sea, no podría nunca permitirse el dispendio que supone empujar a alguien hacia los altares.

Para conseguir que alguien entre en el engranaje de la canonización cuentan no poco las llamadas "recomendaciones". La primera y más eficaz es la del papa. Si él quiere y así lo hace saber al prefecto de la congregación para la causa de los santos, es evidente que el recomendado tendrá preferencia.

Mucho se ha especulado con el nombramiento por parte del Papa Wojtyla del prefecto para los santos al anciano cardenal Pietro Palazzini, conocido por sus "excesivos entusiasmos por la Obra". (216)

Sobre los denominados "abogados del diablo", los postuladores que tienen que poner pegas a las virtudes del futuro santo, corre en Roma la anécdota de que estos tienen que abrir la puerta de sus despachos "con los pies, porque las manos las tenían siempre cargadas de regalos", aunque un modo más sutil de ganarse a estos eclesiásticos encargados de empujar un proceso es el de hacerles saber que un cardenal importante se interesa "por su carrera", una tentación, se dice en Roma, a la que suelen ser muy sensibles todos, con pocas excepciones.

En 1986 el cardenal vicario Ugo Poletti declaraba cerrada la fase diocesana del proceso de beatificación. Inmediatamente comenzaría la segunda fase de la que se encarga el dicasterio vaticano. Poletti definió a Escrivá de Balaguer como "un precursor del Concilio Vaticano II". (217)

Mientras tanto el Opus ha gastado y sigue gastando "cientos de millones para hacer santo a su fundador" (218) al que ya se ha declarado "venerable" faltándole el milagro para convertirlo en beato y santo.

La poderosa maquinaria del Opus se puso en funcionamiento inmediatamente después de la muerte de su fundador. El pistoletazo de salida fue el estertor del tránsito. Comenzaron a arreciar las cartas de todos los socios, en campaña perfectamente organizada para la apertura de la causa que fue finalmente presentada por el Cardena Ugo Poletti el 19 de febrero de 1981, formándose dos comisiones, una en Roma y otra en Madrid que se reunieron 98 veces y escucharon a 98 testigos que habían conocido y tratado a Escrivá de Balaguer, testigos elegidos, aduladores, interesados, parciales, selectos, no discrepantes, homologados... Se escribieron seis mil folios que fueron "estudiados" por el abogado del diablo ad hoc, padre Eszer Ambrosius, y examinadas por el teólogo simpatizante de la Obra, Antonio Petti. La firma la estampó el papa, el mismo que horas antes de celebrarse el cónclave en el que salió elegido, se postraba, el 16 de octubre de 1978, ante la tumba de Escrivá en posición implorante -sin comentarios-.

El teólogo Enrique Miret Magdalena no reconoce en el padre Escrivá heroicidades especiales, aunque un obispo sudamericano ilustra: "El Opus ha invertido en este caso todo su poder y decenas de millones de pesetas. No se va a permitir el fracaso ni que su fundador se quede en "venerable". El Opus es una multinacional del espíritu. Piénsese que el Opus ha pagado inclusive a cada testigo y a toda su familia la estancia en Roma mientras durasen los estudios, así como un viaje premio. Parece un concurso o una subasta donde la zanahoria es el logro de la santidad para un hombre nefasto. De lo contrario no haría falta tantos esfuerzos. Pero querer demostrar lo contrario cuesta mucho más trabajo.

Para Luis Carandell, un buen abogado del diablo debería preguntarse "por qué el fundador del Opus Dei fue y sigue siendo un personaje discutido".

El papa, al que se le conocen sus filias al Opus, se ha rodeado de una corte de personas miembros o proclives con la Obra, que argolla la Sede de Pedro, entre los que podemos citar, a título meramente enunciativo y sin ningún carácter exhaustivo: el cardenal Pietro Palazzini, propulsor y artífice de la canonización de Escrivá; el cardenal Sebastiano Baggio, ex-prefecto de la Congregación de los Obispos; el arzobispo de Cotonou, Bernardino Gantin, prefecto de la Congregación de los Obispos; el cardenal Agnelo Rossi, administrador del patrimonio de la Sede Apostólica; el cardenal Eduardo Martínez Somalo, cuyo puesto en el escalafón le sitúa como el tercer hombre más importante del Vaticano; Julián Herranz, miembro del Opus y Secretario de la Comisión Pontificia para la Interpretación auténtica del derecho canónico de la Santa Sede; Raffaello Cortesini, miembro del Opus y Secretario de la Comisión Pontificia para la interpretación auténtica del derecho canónico de la Santa Sede; Raffaello Cortesini, miembro del Opus y Presidente de la Comisión para la Causa de los Santos; Joaquín Navarro Valls, miembro numerario del Opus y portavoz del Pontífice a través de la Secretaría de Prensa Vaticana desde 1985. Está agradecido al Opus por su contribución a las finanzas vaticanas. El dinero a veces tiene razones más poderosas que el espíritu. Los mercaderes del Opus Dei se han vuelto a instalar a las puertas del templo, en la propia basílica de San Pedro.

El expresidente de la Confederación Episcopal española, Angel Suquía, sabe que debe su nombramiento a la malla tejida por el Opus y él o es uno de la Obra o por lo menos está a su servicio. Cuando fue nombrado Suquía arzobispo de Madrid - Alcalá, lo primero que organizó fue una peregrinación a Torreciudad, el santuario del Opus Dei en Huesca.

Si la razón que lleve a santificar a Escrivá de Balaguer se basa en la fuerza del dinero, si el Opus ha convertido la santidad en moneda de cambio y el otorgamiento en un título nobiliario cotizable para proseguir los grandes negocios, Escrivá, para el que la vida fue una gran carcajada, después de su muerte su enigmática sonrisa helará a la comunidad de creyentes.



REFERENCIAS

212. Romanillos, op cit.
213. Walsh, p 20.
214. Moreno, "El Opus Dei, anexo a una historia", p 339.
215. Arias, Juan, Diario "El País" (22 abril 1990).
216. Ibid..
217. Periódico "El Alcazar" (08 noviembre 1986).
218. Revista "Tiempo" (07 mayo 1990).


Índice del Capítulo II

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO II


LA VIDA OCULTA DE ESCRIVÁ DE BALAGUER


12. El escándalo de una beatificación


"Te imaginas que yo entre en una Iglesia y encuentre a ese señor en los altares" le decía a Luis Carandell una ex numeraria del Opus que durante muchos años le tocó sufrir el carácter de monseñor, sobre quien existe, como recuerda el escritor, (219) innumerables anécdotas que revelan la desmedida pasión que el hoy beato tuvo por las riquezas de este mundo donde su pasión por el lujo y la riqueza sólo tenía parangón con su avidez por acumular títulos honoríficos y dignidades, siendo el único sacerdote católico de toda la historia de la Iglesia que solicitó un título nobiliario cuando los que lo tenían realmente, renunciaban a él al ordenarse.

Teólogos españoles han pedido oficialmente que se aplace la beatificación del fundador del Opus, concretamente en Barcelona la Asociación de Teólogos Juan XXIII expresaba el día 10 de febrero de 1992 en un comunicado hecho público "su honda preocupación, teñida de malestar por la próxima beatificación de Josemaría Escrivá de Balaguer" expresando su sorpresa y hasta su "sospecha". También teólogos alemanes se han manifestado en el mismo sentido.

Por su parte, un colectivo de 16 profesores de la Facultad de Teología de Cataluña se pronunciaba en un documento crítico contra la beatificación de Escrivá, indicando los firmantes que muchos "creyentes y no creyentes tienen la impresión de que se beatifica un movimiento basado en el éxito mundano a través del dinero y del poder". Los firmantes del escrito, que lleva fecha del 19 de marzo de 1992, y entre los que se encuentra el decano de la Facultad, justifican su repulsa, por tener la impresión de que "se canoniza un camino diferente al camino diferente al camino de Jesús: un camino de éxito mundano y de los medios necesarios para conseguir este éxito, que no son la pura competencia técnica sino el dinero y el poder". Los alumnos han apoyado sin reservas el documento.

Para los estudiantes de Teología fue un alivio la actitud de sus profesores y decano. Por su parte ellos habían pedido también por escrito la posposición de la beatificación de Escrivá mediante una carta enviada al Vaticano y a los diez obispos catalanes, suscrita por seminaristas, religiosos y laicos, en la que solicitaban que se realizara una "revisión crítica" del proceso por considerar que había habido "importantes irregularidades" porque "quienes testimonian a favor de la causa de beatificación han sido debidamente atendidos, mientras que han quedado marginados aquellos que podían testimoniar en contra, cosa inadmisible en un proceso de beatificación que, como todos, afecta a toda la Iglesia universal". La carta se envió tras una aprobación en asamblea realizada el día 11 de marzo de 1992 en el seminario de Barcelona con el resultado de 67 votos a favor, 15 en contra y 9 abstenciones. (220)

Los estudiantes expresan su sospecha sobre la validez "espiritual y jurídica" del proceso de beatificación y sus dudas de que "el conjunto de nuestra sociedad pueda encontrar en la figura de monseñor Escrivá una transparencia del estilo de Jesús de Nazaret". La carta indica implícitamente que el Opus Dei parece estar más preocupado por tener "una relevancia pública e influencia interna" en el seno de la Iglesia que por ser fiel al Evangelio, y reclama a la curia de Roma que escuche la voz de quienes critican el proceso de beatificación porque, de lo contrario, "será muy grave para la Iglesia del futuro y para la credibilidad de la fe de los cristianos".

Rafael Llanes de la Torre se dirigía al director del periódico El Mundo el 20 de marzo de de 1992 para reiterar que "sólo ahondando en esta revisión se evitará que pueda subir un asno cargado de oro a los tribunales eclesiales, concluyendo que dado el escándalo que está produciendo en las conciencias de muchos cristianos la beatificación, sería renunciar a ella por humildad y por comunión eclesial.

Un obispo español se ha manifestado ya abiertamente en contra de la beatificación de Escrivá, monseñor Joan Carrera -primera voz de la jerarquía eclesiástica española que tiene el valor y el coraje de oponerse al proceso.- El prelado catalán asegura que el anuncio de la beatificación suscita "un cierto desconcierto de muchos que tienen otra sensibilidad", recordando que "ninguna otra beatificación anterior había levantado tanto revuelo". "En este sentido 'San Escrivá' no será un santo de especial devoción. Como obispo de la Iglesia acepto la decisión que tomará el papa, pero un santo de particular devoción mía no será". (221) La respuesta positiva a su actitud la ha tenido en las comunidades cristianas de Barcelona y Madrid que han señalado que "ya era hora de que un obispo hablase claro, en nombre de los cristianos preocupados por esta impopular beatificación".

El cardenal Silvio Oddi realizó unas declaraciones recogidas y publicadas en la revista estadounidense Catholic World Report en las que planteaba la hipótesis de que el proceso de beatificación del fundador del Opus Dei fuera de nuevo examinado para aclarar las dudas existentes sobre la causa, pues "si existieran irregularidades en el proceso entonces la beatificación debería ser reenviada y habría que realizar un "suplementum".

Algunos han calificado la canonización de escándalo, como el teólogo Juan Martín Velasco que opina que Escrivá "no merece ser santo" y pone en duda la validez del milagro atribuído al fundador del Opus. El prestigioso teólogo español explica que "la declaración de santidad de Balaguer debilita la credibilidad de la Iglesia". Juan Martín Velasco es profesor de la Universidad Pontificia de Salamanca y del Seminario de Madrid ocupando en la actualidad el puesto de director del Instituto Superior Pastoral. No creo - dice Martín Velasco a la revista italiana II Regno (222) - que se pueda poner como modelo de ejercicio de vida cristiana a quien se ha servido del poder, lo ha utilizado para poner en pie y extender la Obra y ha dirigido con criterios oscurantistas (se le llama la mafia blanca)".

Critica también Martín Velasco las "auténticas anomalías que, a su juicio, se han cometido en el proceso de beatificación de Escrivá: "No se han admitido todos los testimonios. Algunas personas que conocían muy bien al Padre, por haber pertenecido a la Obra, quisieron testimoniar cuando se abrió el proceso en Madrid, pero los que vinieron de Roma a recoger los datos no quisieron escucharles".

El teólogo madrileño pone en duda, asimismo, el milagro atribuido a Escrivá. "El supuesto milagro se ha producido en una persona de la familia Navarro Rubio, ligada desde siempre al Opus. Uno de sus miembros fue ministro de Franco - involucrado en el escándalo financiero de Matesa - y otros son miembros importantes de la Obra". El esquipo médico encargado de certificar el milagro fue reclutado entre los doctores de la Universidad de Navarra, que como el mundo sabe, pertenece al Opus Dei.

Jaime Peñafiel escribía un artículo bajo el título La santidad también es una tentación (223) en el que decía que "considerar al Padre no un santo, sino un simple beato en el serio - que no peyorativo sentido de la palabra - es cuando menos un sarcasmo. Porque entre las muchas debilidades que el fundador del Opus Dei tenía y que yo conocí y que callo por caridad cristiana, la humildad no era precisamente una de ellas".

"José María Escriba Albás, que no Balaguer, era un hombre poseído por el pecado de los ángeles, que no es otro que el de la soberbia, amén de la vanidad, que le hizo no sólo renunciar al apellido materno para diferenciarse de los modestos familiares de su misma especie y clase, sino reivindicar todo un marquesado como el de Peralta, sin importarle que su hermano - cuando se hacía llamar tal - lo consideraba una mierda así de alta". Así lo reconoce su sobrino Carlos Albás.

En un reciente libro de M. García Viño sobre Josemaría o la planificación de un santo escrito en forma novelada, se pregunta el por qué se firma Josemaría en una sola palabra Llegando a la conclusión de que "se firma así para distinguirse y para llegar a ser el primer San Josemaría de la Historia". Era un mitómano de su propio mito. (224)

Mariano Sánchez Covisa ha dirigido una carta abierta a la atención de los españoles que pertenecen de buena fe al Opus Dei, fechada el 23 de febrero de 1992, sobre El caso Escrivá basándose en la cita de la encíclica del Papa León XIII Humanun genus que ordenaba "desenmascarar los engaños". Sánchez Covisa escribe que "el anuncio de la beatificación ha incrementado la controversia en la que no sale bien parado el presunto beato" ni el prelado del Opus Dei Alvaro del Portillo "antiguo amigo de correrías del Fundador". Entre otras muchas cosas reveladoras y poco conocidas de la personalidad de Escrivá y de su obra dice:

"Debe saberse que el Opus Dei, traducción esotérica del nombre de Teurgia, es una secreta rama masónica y judaica, con una enorme organización económico-financiera y poderosa influencia política tanto en España como en el extranjero, en lucha contra los valores tradicionales, y que chupa, como sanguijuela, los valores materiales y, en absoluto secreto, ha edificado un reino de inmensa riqueza que controla empresas, bancos, universidades, prensa, emisoras, editoriales, y un sin fin de actividades humanas, como sociedades culturales y partidos políticos de varias tendencias y dispone de un eficaz y barato servicio de información a través de las periódicas confidencias de sus miembros. El Opus Dei no es una masonería, es la Masonería".

Termina Sánchez Covisa su extensa carta añadiendo que "los miles de millones, la mayoría procedentes del contribuyente español, que el Opus ha aportado al Vaticano para tapar su agujero financiero, explica la influencia de la Obra en Roma y el audaz, escandaloso proyecto de beatificar al Fundador, en cuyo proceso prefabricado por miembros del Opus Dei, incluso el médico avalista del milagro, han impedido aportar opiniones contrarias, lo que ha hecho confesar a algún Cardenal - Enrique y Tarancón - que si se consumase la beatificación se apartaría de la Iglesia".

Se ha constatado que la beatificación de Escrivá puede servir para distanciar aún más a la jerarquía eclesiástica de los cristianos de a pie, y puede ser un detonante y un motivo de división, más que de armonía, en el colectivo episcopal. El cardenal Tarancón, que asegura que "el fundador del Opus Dei no fue nunca, no va a ser ahora santo -beato de momento - de la devoción del prestigioso cardenal". (225) Tampoco parecen tener apasionado cariño por la figura de Escrivá los obispos de Azagra, Ubeda, Setién, Algora, Echarren, Uriarte o Montero.

No ha sido del agrado de la Santa Sede, que desoyendo las peticiones de que Escrivá de Balaguer ascendiera sólo a los altares, fijó para el mismo día la beatificación de una monja sudanesa, la madre Josefina Bakita, que habiendo sido esclava fue rescatada de su condición por un Cónsul italiano e ingresó posteriormente como sierva de las Hijas de la Caridad. No ha gustado que la beatificación sea compartida y menos con una humilde monja, lo que podría sonrojar al nuevo beato si se mirara detrás del espejo, o a muchos de sus seguidores que fanáticamente han intentado y presionado para que la beatificación se hiciera en solitario.

Mientras se aproxima el día "D" la editorial del Opus, Rialp, ha publicado una nueva colección de testimonios, donde se pretende ensalzar calculadamente la figura de su futuro beato quien les redundará un buen interés a la inversión que están realizando, aunque alguno de los "testimonios" están siendo rectificados como es el caso del Agustino Eduardo Zaragüeta que ha rectificado en el siguiente tenor: "No me parece correcto que se publique un artículo mío del año 75, sin previa consulta. Soy agustino y no debo implicar en esta cuestión a la Orden a la que monseñor Escrivá agradecería favores". (226) Esa alusión hará referencia, entre otros favores, al que le hiciera a Escrivá el Presidente del Tribunal para la Represión de la Masonería y el Comunismo cuando archivó las diligencias abiertas contra el futuro beato. El Presidente de dicho Tribunal era hermano del también agustino José López Ortiz, amigo de Escrivá, por quien intercedió para que no se le juzgara por los cargos fundados que sobre él pensaban.

Por otra parte, están proliferando narraciones en la prensa escrita sobre la "doble vida del fundador del Opus Dei" tildándole de Menudo Santo donde se resaltan algunos de los perfiles de su engañosa personalidad: ambicionaba honores y riquezas, nuna habló bien de nadie, en política fue un hijo de su época, tenía un humor desigual y era autoritario, criticó a varios papas de los que llegaba a poner incluso en duda su salvación, era caprichoso y amanerado, presumía de origen y disfrutó un título artificial durante varios años, era elitista, su concepto de la mujer rozaba con la misoginia; como inteligente era del montón, por eso no llegó nunca a ser obispo, a pesar de que Franco le incluyera en las ternas...

Al final, el dinero del Opus venció toda posible resistencia. Hizo reverdecer, a finales del siglo XX, la nueva simonía santoral. El Vaticano vió así incrementar sus arcas y disimular sus escándalos financieros a costa del viejo ceremonial de la beatificación pública en la columnata de la Plaza de San Pedro en Roma. El 17 de mayo de 1992, se consumó la beatificación de la farsa viviente.



REFERENCIAS

219. Revista "Cambio 16" (16 marzo 1992), p 16.
220. Diario "El País" (20 marzo 1992).
221. Diario "El Mundo" (15 marzo 1992).
222. Ibid (21 marzo 1992).
223. "El Independiente" (04 agosto 1991), p 71.
224. García Viñó, M., "Josemaría o la planificación de un santo", Primera Edción (Madrid:
Editorial Libertarias Prodhufi S. A., (noviembre 1991).
225. Revista "Tiempo" (16 marzo 1996), p 50.
226. Zaragueta, Edmundo (marzo 1992).


Índice del Capítulo II

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo










OPUS JUDEI

ÍNDICE - CAPÍTULO III


CAPÍTULO III

CRIPTOJUDAÍSMO Y EL OPUS DEI


1.   El problema del criptojudaísmo en España
2.   Infiltración secular del criptojudaísmo en el clero
3.   Las raíces judaicas de Escrivá de Balaguer
4.   La simbología kabalística del Opus Dei
5.   Los ghettos judíos como modelo para el Opus
6.   El Opus Dei y la cuestión judía
7.   Las finanzas del Opus Dei y el judaismo internacional
8.   Identidad ente el "espíritu de la obra" y el "alma judía"
9.   Influencias jesuíticas en el Opus Dei
10. El gobierno mundial, el nuevo orden y el Opus Dei


Índice Completo








CAPÍTULO III


CRIPTOJUDAÍSMO Y EL OPUS DEI


1. El problema del Criptojudaísmo en España


El tema del criptojudaísmo en España ha sido consciente y voluntariamente soslayado, no teniéndose la menor idea de la existencia del problema converso, sin cuyo conocimiento no es posible comprender la historia de España, ni explicar los hechos que están acaeciendo en la actualidad (1). De ahí la imperiosa necesidad, si se permite, la urgencia, de sacar a la luz tan importante y transcendental cuestión, divulgarla, estudiarla serena y detenidamente, refrescar la memoria histórica, tan quebrada y olvidadiza del pueblo español, para que se conozca uno de los grandes enigmas ocultos de nuestro pasado que más inquina y rencor ha rezumado contra lo nacional y lo cristiano.

Desconocer donde se encuentra el enemigo es estar de antemano condenado a ser aniquilado por éste (2) por ello la ley y el esclarecimiento, el desenmascaramiento y la apuesta en escena será la primera etapa de la liberación.

No exagera el judío Roth cuando escribe que la "historia de los cristianos nuevos constituye una parte inseparable de las de Portugal y España en el período de su mayor brillo (3) siendo un fragmento esencial de la historia eclesiástica, con amplias conexiones con la política, la literatura y la economía. Tanto que continua el mismo autor que "el país clásico del criptojudaísmo es España. La tradición ha sido allí tan prolongada y general que es de sospechar la existencia de una predisposición marránica en la misma atmósfera del país" (4).

 Julio Caro Baroja (5) investiga que el examen de la voz griega "Kryptós" y de la latina "secretus" los diccionarios nos dan las siguientes acepciones: 1) cubierto o encubierto; 2) escondido, oscuro, ininteligible; 3) disimulado, engañoso. Por ello el judaísmo hispano adquiere carácter de cosa encubierta al quedar fuera de la ley y al hacerse encubierto presenta también los consabidos rasgos de mendacidad y disimulo.

A los judíos conversos que continuaban observando en secreto los ritos judaicos se les denomina "marranos" que, según Covarrubias, el origen de esta palabra hay que buscarla en el habla de los moros, que llamaban marrano al puerco de un año. Otros autores la hacen derivar del verbo marrar, del latín aberrare, desviarse de lo recto, por lo que este término se acuñó en España desde principios del siglo XV para designar a los cristianos nuevos que se desviaban "del buen camino iniciado con la conversión" guardando en forma solapada y oculta el ritual hebreo. Otros han querido derivar la palabra de la raíz árabe murain (6) que significa hipócrita, o bien de murar, apóstata. Así mismo se la quiere relacionar con otra palabra hebrea muranita que era la vara con la que se castigaba a los excomulgados, aunque en cualquier caso, marrano equivale al puerco o cerdo en castellano.

Criptojudíos son los judíos clandestinos que en público aparentan ser musulmanes, cristianos o de otra religión, pero que en secreto son judíos. Eran los falsos conversos. Es muy difícil, cuando no imposible, que un judío, hombre o mujer, se convierta sinceramente y realmente a otra religión; cuando lo hacen fingidamente, se convierten en espías o agentes de infiltración o control en la religión que falsamente adoptan (7).

 Según Heine "Las acciones y los gestos de los judíos, al igual que sus costumbres, son cosas ignoradas por todo el mundo. Creen conocerlos porque han visto sus barbas; pero no han visto nada más que eso y, como en la Edad Media, los judíos continúan siendo un misterio ambulante" (8). El poeta Heine, era judío y sabía a que atenerse. Pero el que no se conozca el problema no quiere decir que no exista, lo que sucede que al ser un problema desconocido es no entendido.

Ténganse en cuenta que el judaísmo es indeleble: no hay bautismo de agua ni de sangre que lo borre. Los apóstatas del judaísmo son raros aunque muchos sean los que fingen abandonarlo para servirlo mejor (9). No importa que se haya bautizado. Un judío bautizado no deja por eso de ser judío, pues le está permitido engañar a los "idólatras" haciéndoles creer que pertenecen a su culto, pues así lo prescribe su bendito Yore de áh. (10) Para los criptojudíos, el bautismo de agua no borra el bautismo de sangre de la Sinagoga.

 Así lo habla el Señor Dios, por boca del profeta Jeremías (111:10) cuando dice que "el pérfido Judá no ha vuelto a mí de todo corazón; lo ha hecho con falsía". Por eso, en cualquier nación que habite, y aunque detrás de él haya habido veinte generaciones nacidas en esa tierra, el judío se siente siempre cautivo, como sus antepasados en la orilla de los ríos de Babilonia. (11).

  La transhumancia ficticia de religión comienza en España a partir de 1391, fecha en la que son decenas de miles los nuevos cristianos que entran en apariencia a formar parte de la Iglesia, habiéndose hecho estimaciones y cálculos de la población judeoconversa en el siglo XV que oscilaban entre 250.000 y 300.000 personas (12). Y si el problema converso ya era grave, lo fue más a partir de 1492 con la avalancha de nuevas conversiones que se produjeron (13) que a nadie podían convencer de su sinceridad.

Ese aluvión de judíos conversos dió origen al nacimiento de una nueva clase, la de los conversos, que pronto y desde su nuevo status y situación comenzaron a trepar acaparando riquezas y honores. (14)

  Los conversos continuaban en su inmensa mayoría judaizando, teniendo de cristianos sólo el nombre, manteniendo intacta su relación con la ley mosaica en su intimidad , y entre los de su raza que la inspiraban confianza. Hacia 1460 fundaron entre sí una especie de secta que tuvo una cierta importancia y que su lema podía resumirse del siguiente tenor: "en este mundo no me verás padecer, en el otro no me verás ajusticiado". (15) Tenían dos caras, dos rostros, dos nombres, dos personalidades, un solo arraigo y una sola obediencia ciega.

 Los judíos a lo largo de la Edad Media, por ser responsables colectivamente del pecado de Deicidio, se hacían repelentes al pueblo que además les consideraba usureros, astutos, soberbios y de aspecto ingrato. (16) Cuando por diversas causas pidieron el bautismo se sospechaba que lo hacían sin fe alguna, lo que no impidió que como muchos de los falsos conversos eran de "familias pudientes y adineradas, pronto hubiera cantidad de personalidades de todas clases muy bien situadas dentro de la sociedad cristiana, salidas de entre los nuevamente convertidos". (17) Eran estos neófitos, por lo común, apóstatas e hipócritas.

Los criptojudíos dichos se mantuvieron fieles a su ritualismo casero, conservando un más o menos limitado número de creencias y prescripciones, dentro de la tradición talmúdica, ajustándose a una estructura social que les permitiría vivir con un mínimo de garantías, practicando incluso la endogamia y contrayendo nupcias entre parientes para mantener la cohesión y el secreto, por lo que, para Julio Caro Baroja, desde fines del siglo XV hasta comienzos del XVIII, las grandes ciudades de España se vieron repletas de estos criptojudíos que daban al problema judío en sí un aire más misterioso y equívoco.(18) En el siglo XIX Pérez Galdós recogía la tradición de que gran parte de las familias de comerciantes asentados alrededor de la Plaza Mayor de Madrid, descendían de judíos, subsistiendo en España, en todo momento, una sociedad criptojudía que decidió "con frecuencia los destinos económicos de grandes y chicos" (19).
 
 Una cosa es el bautismo -ceremonia formal para muchos judíos- y otra la verdadera conversión en sí. Los judíos bautizados seguían siendo judíos aunque de otro modo. Se bautizaban sin convertirse. Se daba una mezcla de cristianismo formal, incluso exagerado para afuera, y la práctica clandestina de los ritos judaicos, ocultando la fe secreta a los propios hijos, para revelársela más tarde, cuando se les creía capaces de guardar el secreto. (20) Los conversos resistieron obstinadamente en su ambigüedad religiosa.
  
Para un prestigioso historiador (21) los criptojudíos no tenía sino un afán: el de hacerse ricos cuanto antes, emigrar sus caudales y huir de España; su ansia consistía en escapar a las juderías de Amsterdam o de Bayona y volver a vivir en paz con su conciencia como judíos públicos, por lo que "aquella máquina criptojudía que gobernaba la economía española trabajaba del revés. Era un motor no menos potente que en otros tiempos, pero su eficacia se expresaba en efectos negativos, desde el punto de vista de los intereses nacionales".
  
La perversión del grupo criptojudío interior era innegable como grupo de presión y controlador de los intereses económicos españoles. Para Fernández Suárez (22) los criptojudíos españoles estaban en comunicación con centros exteriores resueltamente consagrados a destruir el imperio español por medio de la política y la guerra y a sorberle -era también un modo de destruirlo- sus recursos financieros. De este modo el peligro para la nación, que se había tratado de evitar con la unidad religiosa, se hizo mucho más agudo y actuante pues se creó un aparato que trabajaba contra los intereses del país, dentro y fuera, eficazmente organizado, y cuyo dinamismo destructor se alimentaba en la perduración del conflicto secularmente mantenido y estimulado por las reacciones que el propio conflicto suscitaba de una parte y de otra". Un recurso más del criptojudaísmo fue su mimetismo para incrustarse, metido en sus repliegues genuinos y secretos, en la sociedad tradicional española, en la que los conversos ricos - y con mayor motivo si eran criptojudíos- se buscaban el respaldo de una estirpe hidalga, comprándola a veces, pura y simplemente.
  
Para Sombart la súbita multiplicación de falsos cristianos constituye un fenómeno tan extraordinario, tan único en la historia de la humanidad, que uno queda asombrado y estupefacto cada vez que tiene ocasión de profundizar en el tema, por esa lucha inaudita y singular donde el disimulo más congénito y la perseverancia más tenaz eran sus mejores recursos. Los criptojudíos no se apartaron del judaísmo más que en apariencia, como combatientes que adoptan el camuflaje del uniforme de sus enemigos y enarbolan su bandera con la intención de atacarle con mayor seguridad y para aniquilar con más vigor.
  
El cristiano asimilado podría abstenerse de pensar en hebreo o de leer libros judíos, pero en el carácter esencial de todas sus pasiones y de todos sus actos seguía siendo íntima e intrínsecamente judío, porque el judío no puede cambiar "aunque lo desee" y haga lo que haga, según nos confirma L. Lewisohn.
  
Los procesos del Santo Oficio contra los criptojudíos desde el siglo XV al XIX se elevan a 30.847 procesos conocidos y a 37.862 el número total estimativo de procesos según el siguiente desglose: (23)


TRIBUNAL
No PROCESOS % AUMENTO
RECONCILIADOS
RELAJADOS
RELAJADOS
TOTAL

CONOCIDOS


ESTATUA
PERSONA
ESTIM
BARCELONA
1294
-
595
655
44
1294
CANARIAS
27
-
16
11
-
27
CÓRDOBA
1295
82%
2532
194
620
3166
CORTE
359
-
301
35
23
358
CUENCA
2758
20%
2670
469
161
3300
GRANADA
1677
-
1509
106
62
1877
LOGROÑO
166
300%
464
24?
12?
500
LLERENA
1088
200%
2029
61?
86?
2176
MAYORCA
1072
-
475
477
120
1072
MURCIA
866
80%
1209
70?
221
1500
SANTIAGO
483
-
420
44
19
483
SEVILLA
8117
20%
8540
159?
1041
9740
TOLEDO
7798
-
6689
748
361
7798
VALENCIA
2261
-
1043
143
7152
261
VALLADOLID
975
100%
1717
43?
140
1900
ZARAGOZA
609
-
416
70
123
609
TOTAL
30847
-
30805
3309?
3748?
37862


 Para los criptojudíos "los sacerdotes cristianos eran viles perseguidores del pueblo elegido y conservaban su odio a todo lo cristiano", por lo que se valía de la máscara de la religión cristiana para seguir materializando sus negocios tratando de pasar desapercibidos externamente y continuando tejiendo una red interna clandestina.
  
El problema del criptojudaísmo no ha sido un tema circunstancial de un momento determinado de la historia, ni se puede concretar a los aledaños del 31 de marzo de 1492 cuando se estampaba la firma en el decreto de expulsión o alternativamente la elección del bautismo para permanecer residiendo en los reinos. Hubo judío conversos anteriores al Decreto de Expulsión pues ya en el año 1480 "dos rabinos visitaron Guadalupe para cerciorarse si los conversos de allí observaban adecuadamente el judaísmo" (24) En pleno siglo XVII el problema del judaísmo seguía en pie. (25) El converso español se refleja en nuestra literatura adoptando vestimentas y ropajes de mil caracterizaciones. En Rinconete y Cotadillo, Cervantes narra las andanzas de un judío sevillano que vestido de clérigo se dedicaba a cometer todo tipo de estafas, falsedades y engaños, personaje que "parece arrancado de la realidad"(26).
  
Quevedo nos narra vicisitudes y fechorías, dobleces y tipología de los falsos cristianos en muchas de sus obras, pues eran muy numerosos y abundantes los judíos embozados y ocultos que llevaban con gran disimulo su falta de sinceridad.
  
En la época de Felipe V rebrotan y se repiten los procesos contra los judaizantes españoles y como ejemplo vemos cómo en un auto de fe celebrado en Toledo el 19 de marzo de 1721 salieron varios judaizantes de la tierra y en ese mismo año, el 18 de mayo, en Madrid afloraban en auto de fe judaizantes de esos contornos.
  
George Borrow, viajero inglés que recorría España en 1836, en su obra The bible of Spain nos refleja su impresión al ver por primera vez a Mendizábal pensando para sus adentros "I have seen a glance very similar to that amongst the Beni Israel". Y no se equivocaba en absoluto. Borrow nos da en sus obras una síntesis del criptojudaísmo español que Caro Baroja establece en los puntos siguientes:

    1. El criptojudío tiene dos nombres: uno para cuando anda entre los cristianos, y otro, el de su linaje y su familia hebrea.
    2. El criptojudío sabe dos lenguas.
    3. El criptojudío tiene dos familias, con dos mujeres. Una es aquella con la que está casado legalmente; otra es la "amiga". Pero para él en realidad son ambas esposas. Este sistema de bigamia es corriente entre los judíos del Norte de África.
    4. El criptojudío está mal considerado, es sospechoso para el pueblo. Pero está en buenas relaciones con la gente influyente y rica porque sus negocios usurarios le dan fuerza económica. También tiene comprados a los agentes inferiores de la justicia como alguaciles y corchetes.
    5. El criptojudío conoce a los que son de su misma condición y tiene conciencia de la categoría religiosa de ciertos linajes.
    6. Hay criptojudíos en todas las escalas sociales desde humildes criados hasta arzobispos de la Iglesia católica (27).

Realmente el marrano era la metamorfosis del judaísmo público en el secreto, lo que hacía más peligroso y difícil de detectar, transmitiendo su fe subterránea de "padres a hijos". (28) Pérez Galdós en su obra también nos da múltiples ejemplos de la pervivencia del criptojudaísmo en los túneles de la sociedad española del XIX, como lo hizo notar agudamente Mercedes Formica (29) al detectar que sus personajes críticos que nos desvela la enigmática "Fortunata y Jacinta" donde Santa Cruz es apellido judío, como Santa María, como Aguado...descubriéndonos que el cuidado que pone en la cesta de la compra de hoy la madre de Santa Cruz y su fiel escudero procede de la preocupación de la familia por comprar comida Kasher, es decir comida, sacrificada ritualmente y por matarifes judíos, subrayando también la boda de Juanillo con la borrosa y bondadosa Jacinta como unión entre seres de una misma raza y donde aparece el racismo judío. La devoción de Jacinta no significa nada, por muy cristiana que sea. El fondo hebreo queda... Galdós representa en su Obra al judaísmo secreto hispano.
  
El criptojudaísmo ha perdurado hasta nuestros días. Un testimonio irrefutable lo encontramos en el diario ABC del 23 de marzo de 1969 donde con el título de Los problemas de nuestras minorias sefarditas se transcribe una carta de fecha 2 de febrero de ese mismo año de la Señorita Judith que escribe desde Madrid la que dirigiéndose a la escritora Mercedes Formica y "teniendo en cuenta su amplitud de espíritu, le suplicó unas líneas en las páginas ABC que sirvan para disipar mis dudas y las de no pocas personas que tienen el mismo problema acerca de la posición que debemos adoptar en esta nueva época de libertad religiosa los españoles que, por una razón u otra, podemos considerarnos criptojudíos por razones de herencia o tradición familiares... Soy burgalesa - continúa la misiva. Quedé huérfana muy niña y me educó mi bisabuela. Ella que era de familia noble, practicaba el judaísmo en forma inocente, lírica, pura, sintiéndose ligada a sus antepasados, algunos de los cuales fueron victimados, según afirmaba, por la Inquisición. Su influencia hizo que yo siguiera a escondidas, naturalmente, su misma religión mosaica. Como los grupos criptojudíos están desde hace siglos muy relacionados, puedo decir que fue natural que, andando el tiempo, me casara con un caballero andaluz, judío también, de gran influencia en los cerrados círculos hebreos de Granada y Málaga. Por el contrario un hermano de mi marido, el más joven, es sacerdote católico... a partir del Concilio, aceptó que practicáramos la religión que de acuerdo con nuestra conciencia era la verdadera... No diré que somos millones los españoles que, desde hace cinco siglos practicamos disimuladamente la religión hebrea, pero sí somos más numerosos de lo que la gente -y el Estado- supone". El relato en primera persona es definitivo. El núcleo de criptojudíos ya desde el principio fue muy numeroso, por eso no nos extraña la conclusión final de la Sra. Judith.
  
El rabí Abraham ben Salomón de Tourrutiel escribía en su Libro de la Traición que en el año de 5172 (1412-1413 según el calendario cristiano) se habían bautizado más de 200.000 judíos con motivo de las predicaciones de San Vicente Ferrer, aunque, naturalmente, "siempre hay que desconfiar de las conversiones en masa y mucho más tratándose de judíos".
  
Mariano Sículo dice: "comenzaron a vivir como cristianos. Mas después, andando el tiempo, por persuasión diabólica o por la conversación que tenían con los judíos que habían quedado en su ley, o porque es cosa difícil dejar las cosas acostumbradas- porque la  naturaleza de los hombres, que no se sabe mudar, cuando conociendo sus delitos reconocen la virtud y se vuelven a mejor, luego después, como inconstantes y sin firmeza- difícilmente se tornan a sus costumbres siniestras y acostumbradas. Así que, pensando los nuevos cristianos que Cristo no había sido el que Dios había de enviar, y el que ellos esperaban, arrepentidos de su conversión menospreciaban la religión cristiana y celebraban en lugares secretos de sus casas los sábados las ceremonias judaicas, entrando de noche en sus sinagogas y honrando sus fiestas pascuales (30).
  
Los conversos suponían para el pueblo algo más que un teórico cristianismo fingido. Suponían un equívoco tremendamente práctico en lo tocante al problema social y económico que les asfixiaba, pues el pueblo consideraba a estos judíos bautizados como "adúlteros fingidos de incredulidad e infidelidad, padres de toda codicia, sembradores de toda cizaña y división, abundantes en toda la malicia y perversidad, ingratos siempre a su Dios, contrarios a sus mandamientos, apartados de sus caminos y carreras, según de esto da testimonio el salmista Moisés en el Deuteronomio..." (31) (la cita está tomada de la respuesta a la introducción del relato hecho por el bachiller Marquitos, en los sucesos de la Ciudad de Toledo contra los conversos desde el año 1449, que fue el robo que llamaron de Pedro Sarmiento, hasta el año 1467, en el cual se removió la clerecía contra los mismos, cuyo manuscrito se encuentra en la Biblioteca Nacional de Madrid, manuscrito 2041, al folio 18 r-v)
  
El escritor judío Cecil Roth no obstante su fobia anticristiana, deja en algunos párrafos traslucir la realidad al escribir que "el populacho que se inflamaba cada vez más, no podía apreciar las sutilezas teológicas y en los marranos veía tan solo a los judíos hipócritas, que no habían prescindido de ninguna de sus características y trataban de hacerse camino hacia las más altas posiciones del Estado" (32) El pueblo con ello perdía la paciencia y exigía por la fuerza, ya que con los medios pacíficos fracasaba, el apartamiento de la vida pública de los conversos. Como decía Fray Alonso de la Espina en su Centinela contra los judíos la única división era la de "judíos públicos y judíos ocultos: para los efectos, todos los judíos" (33) Y con ello no estaba exento de razón al unificar una separación artificial.
  
Los conversos forman un núcleo de población importantísimo, mucho más de lo que buenamente pudiera creerse. No hay que olvidar que la Inquisición española nace, precisamente contra los falsos conversos, contra la quinta columna en la Iglesia, contra los infiltrados, que al principio de su actuación salvo raras y contadas ocasiones, los encausados son todos "Marranos". Es preciso constatar que en muchos autos de fe suenan nombres importantes y familias semitas "distinguidas" y rabiosamente anticristianos, formando los marranos" un verdadero quiste social". (34)
  
Entre las costumbres de los judaizantes se podían citar las siguientes:

    1. Adoptar nodrizas judías para alimentar a los niños de pecho
    2. Cambiarse y adoptar varios nombres
    3. Lavar a los recién bautizados, nada más regresar de recibir el bautismo para "desinfectarles"
    4. Celebrar una doble boda. La endogamia era lo habitual
    5. Manifestar un odio infinito a Cristo
    6. Negación de la virginidad de la Madre de Dios
    7. Cerrar sus ventanas y escupir al paso de la Cruz en Semana Santa
    8. Flagelar el crucifijo
    9. Comisión de ciertos crímenes rituales (Sto. Niño de la Guardia, Sto. Dominguito del Val, etc)
    10. Profanar sagradas formas
    11. Insultar a los cristianos
    12. Prácticas secretas de ritos hebreos. No santiguarse. Rezar el Semá
    13. Beatería externa, alejada de la verdadera religiosidad.
    14. Despreciar las labores de labranza
    15. Sentimiento de "grupo social"
    16. Practicar la circuncisión.
    17. Abstenerse de comer "carnes prohibidas", derivadas del porcino. No utilizar la manteca para los guisos. Abstenerse de conejo.
    18. Guardar el sábado. Ayuno de guardar
    19. Lavar a los muertos y afeitarlos. Amortajarlos con ropa limpia. Ponerles una moneda en la boca. Colocar una cabecera de tierra.
    20. Dedicarse al comercio y actividades lucrativas y financieras.
    21. Acaparar cargos y dignidades eclesiásticas.
    22. Acumular riquezas
    23. Pretender y comprar títulos.
    24. Practicar el denominado "juego de Jesús".
    25. Ser enterrados en tierra virgen.
    26. Guardar el ayuno de Yom Kippur, de Judith, de Ester y de las lunas del 14 de marzo, 9 de junio, 9 de julio, 10 de septiembre, 11 de diciembre y 11 de febrero.
    27. Cambiar la sábana y mudarse los viernes de ropa interior.
    28. Cortarse las uñas y guardarlas bajo tierra.
    etc, etc...
  
Desde el punto de vista político encontramos en los conversos allá donde surge una conspiración o una intriga. Como ejemplo citemos la participación del estamento marrano en el movimiento comunero. Entre otros cabecillas podríamos enumerar a Juan Padilla, casado con María Pacheco, descendiente de judíos, Juan Bravo, casado, así mismo, con la judía conversa María López Coronel, nieta de Abraham Senior, Alfonso de Saravia, Pedro de Acuña - cuñado de Padilla- Iñigo López Coronel, el financiero suegro de Bravo...
  
La fuerza de los conversos fue la de saber callar, conjurarse en el secreto, tapar sus manejos de miradas extrañas y continuar subrepticiamente profesando su fanatismo judaico, formando parte de las comunidades secretas hebreas de cada país y obedeciendo ciegamente a sus dirigentes de Cahal para adueñarse sin que sea percibida su intención, del país donde viven y actuando sólo en beneficio de los de su raza y de lo que Israel representa.
   
El problema de las conversiones ha traído una dificultad añadida y no menos desdeñable desde el punto de vista de la influencia ejercida en España que ha sido, no la presencia de un número mayor o menor de israelitas a lo largo de la historia en la Península Ibérica, sino precisamente su conversión, pues si los judíos no se hubieran convertido, se hubieran mezclado menos y su influencia y posición hubiera sido más detectada y quizá menor, pues al convertirse los judíos tuvieron la vía expedita para acceder a las altas jerarquías eclesiásticas desde donde ejercieron su influencia y arribaron a puestos preeminentes de la nobleza, con lo que modificaron la sociedad española desde dentro e inocularon de "alma judía", de "espíritu judío", al no poder eliminar el converso al judío que llevaba dentro.
  
La influencia israelita, que hubiera sido externa y accesoria de no haber existido el problema converso, pasó a ser "existencial". La penetración fue sutil e íntima, pues no se olvide que el judío que penetró en el espíritu español era, precisamente, el converso y en la peculiar psicología del converso no espontáneo, sino forzado en su intimidad por la presión exterior, el miedo o la conveniencia.
  
No hay duda que la España previa al fenómeno converso era más sencilla en sus expresiones emocionales, más alegre, más desenfadada que la España posterior que fue adoptando un aire más sombrío y cetrino por la inmersión soterrada de los conversos en sus fibras y entrañas.
  
La venganza del judío violado y falso converso fue terrible: (35) "su espíritu, atormentado y deformado, tomó posesión del alma española y no ha abandonado aún su presa".
  
El criptojudío guardaba con celo en el fondo de su alma cuatro sentimientos: una ambición desmesurada, una avidez insaciable, un rencor eterno y un odio inextinguible, (36) que son los cuatro sentimientos del alma judía: la ambición de dominar al mundo; la avidez de poseer todas las riquezas; el rencor contra los goyimlos no judíos y en especial los cristianos-; el odio a Cristo.
  
Erasmo consideraba que España estaba profundamente semitizada (37) cuando escribía que "En España apenas hay cristianos" o" estaís  atestados de judíos. Es un rasgo que os es común, según parece, con Italia y Alemania  en general, pero sobre todo en España". Ese alud de conversos que se aloja en la sociedad cristiana hace necesaria la actuación de la Inquisición que contrariamente a lo que se cree no tenía jurisdicción alguna sobre los judíos, puesto que estos no eran ni herejes ni apóstatas, sino solo contra los conversos falsos, contra los criptojudíos, para hacerles cumplir las promesas formuladas.
  
El converso es el contrapunto del hidalgo. El criptojudío busca la especulación y se desenvuelve bien en ambientes y medios financieros. Es mentiroso, vanidoso, soberbio; practica la doblez frente a los valores de nobleza, fidelidad, sinceridad y humildad.


REFERENCIAS

1. Rivanera Carlés, Federico, "Los judíos conversos, obra inédita", p 1
2. Ibid
3. Roth, Cecil, "A History of the Marranos", Buenos Aires, 1946, Prólogo
4. Ibid, p 15.
5. Baroja, Julio Caro, "Razas, pueblos y linajes" (Universidad de Murcia, 1990), p 115.
6. Blázquez, Miguel Juan, "Inquisición y criptojudaísmo" (Kaydeda, 1988), p 21.
7. Boyer, Jean, "Los peores enemigos de nuestros pueblos" (Colombia: Editorial Libertad, 1979), p 23.
8. Wast, Hugo, "El Kahal" (Burgos: Editorial Aldecoa, 1946), p 43.
9. Wast, Hugo, "Oro", p 87.
10. Ibid, p 160.
11. Ibid, p 28.
12. Ibid, p 40.
13. Ibid, p 46.
14. Ibid, p 45.
15. Ibid, p 50.
16. Caro Baroja, Julio, "Destino del judío hispano" (Madrid, 1963), p 408.
17. Ibid
18. Ibid, p 415.
19. Ibid, p 417.
20. Fernández Suárez, Alvaro, "Los judíos en la España moderna y contemporánea," Indice (September 1966), p 7.
21. Ibid, p 15.
22. Ibid, pp 18-19.
23. Blánquez. Miguel, p 316.
24. Rivanera Carlés, p 2.
25. Caro Baroja, p 121.
26. Ibid, p 125.
27. Ibid, pp 149-150.
28. Roth, p 13.
29. Serrano, Eugenia, "Literatura y guerra santa," Diario El Alcázar (05 September 1972).
30. Marineo Siculo, L., "Vida y hechos de los Reyes Católicos" (Madrid, 1943), pp 68-70.
31. Biblioteca Nacional, "Manuscrito 2041", Folio 18v-v.
32. Roth, p 36.
33. López Martínez, Nicolás,  "Los judaizantes castellanos y la inquisición en tiempos de Isabel la Católica" (Burgos, 1954), p 78.
34. Ibid, p 261.
35. Ibid, p 335.
36. Wast, "Oro", p 46.
37. Blánquez, Miguel, p 129.


Índice del Capítulo III

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO III


CRIPTOJUDAÍSMO Y EL OPUS DEI


2. Infiltración secular del Criptojudaísmo en el clero


Los criptojudíos no se limitaban a someterse con ardor a las leyes de la Iglesia. Iban mucho más lejos. Llevaban el disimulo hasta límites extremos, hasta el punto que muchos de ellos no vacilaban en  ingresar y engrosar las órdenes religiosas. En el estamento eclesiástico había sacerdotes y obispos oriundos del judaísmo que practicaban ostensiblemente las prácticas religiosas católicas y seguían, simultáneamente y en sigilo, profundamente apegados a la ley mosaica.

Bajo los hábitos talares, bajo las sotanas y casullas, bajo las mitras, mantenían en su corazón, con celoso cuidado, "la llama de la religión paterna y minaron los cimientos de la poderosa monarquía católica" según la opinión del famoso historiador judío Graetz.

No hay que olvidar que los judíos conversos consideraban una vía de integración, de escala y de influencia en la comunidad cristiana, la carrera eclesiástica. De hecho, (38) la iglesia española recibió un copioso aporte judío y ya, en tiempo de Felipe II, cuando el Cardenal Siliceo tomó posesión de la sede primada, se halló que "casi todos los presbíteros de la archidiócesis toledana eran descendientes de judíos y, en una sóla villa, de catorce clérigos, sólo uno era cristiano viejo". Lo mismo sucedía en las órdenes religiosas. Algunos de esos clérigos y religiosos acabaron en la hoguera, como el sonado caso de Fray García Zapata, prior del convento de los jerónimos de Sisla que celebraba incluso las fiestas judías en el interior del propio convento.

Es evidente que la Iglesia española estuvo llena durante todo el siglo XVI de personalidades de origen hebreo que judaizaban de modo claro y rotundo. Nos cuenta Caro Baroja (39) que un prelado famoso por la rigidez y dureza, don Diego de Simancas, narra en su biografía que en el año 1568 "se descubrió en Murcia una gran sinagoga, en la cual de noche predicaba la ley de Moisés un guardián de San Francisco, judío de nacimiento que se llamaba Fray Luis de Valdecañas". Don Diego de Simancas veía a los conversos amenazando la unidad católica.

Por las autoridades de la época se descubrió con asombro y estupor una carta firmada por Usuff, considerado el jefe de la jerarquía máxima de los judíos de Constantinopla, en respuesta a una consulta que la formulara el rabino español Chamorro, sobre el plan a seguir, la forma de actuar y de comportarse de los judíos y conversos españoles, las indicaciones sobre sus manifestaciones externas, sus pautas de conducta en la Península Ibérica. El texto del documento remitido por conducto secreto, seguro y confidencial a Chamorro fue hallado y revelado a la opinión pública. El antropólogo don Julio Caro Baroja (40) ha sintetizado en cinco puntos los extremos que se contenían en la carta-orden y que resumimos sinópticamente:

    1. Convertirse en apariencia al cristianismo
    2. Dedicarse con más insistencia al comercio, para arruinar a los cristianos
    3. Practicar también la medicina y la farmacia, para matar impunemente, si fuere menester a los cristianos.
    4. Hacerse sacerdotes católicos para profanar y destruir la religión y los templos cristianos
    5. Introducirse en los cargos de gobierno para subyugar a los opresores y obtener venganzas variadas.

Las consignas se cumplieron. El documento es coetáneo. Un análisis histórico nos revela la identidad entre las indicaciones dadas y el grado de cumplimiento de la orden recibida en un ajuste perfecto, en una ósmosis total.

Gran número de confesores y predicadores eran de raza semita. Los judíos utilizaban el sacramento de la confesión como fuente privilegiada de información para beneficio propio y de los de su raza. La predicación les servía para tomar notoriedad y obtener canongías y prebendas, rentas y honores, darse a conocer y proferir anatemas.

Por eso no anda descarriado Bataillón al asegurar (41) que fueron hombres de raza judía los que abonaron el terreno para las nuevas tendencias morales y místicas de tan honda resonancia en la espiritualidad española del siglo XVI.

Los conversos eclesiásticos introdujeron por vía intravenosa en el clero su ideología si nos atenemos a la situación privilegiada del clero por aquel entonces, lo que les hacía atrayente y sugestiva su opción y adopción del estado religioso. Se ha escrito que (42) "la tendencia de los conversos a ingresar en el clero era sólo un aspecto de la aspiración general de estas gentes a los empleos cómodos, bien retribuidos y de suficiente categoría social para acallar el complejo de inferioridad que les atormentaba".

El libro de Alborique los acusa de estar "robando las iglesias, comprando los obispados, canongías y las otras dignidades de la Santa Madre Iglesia, tomando órdenes de clérigos, y no creen en la santa fe católica, ni en la misa que dicen". (43)

Aunque numéricamente eran más abundantes en el clero bajo, no era raro, extraño ni singular encontrar numerosos casos de judíos y conversos amparados y protegidos de prelados, miembros del alto clero, que compartían afinidades de raza y religión anterior. La alarma de la presencia de estos altos magistrados eclesiales llegó al propio Vaticano que dictó disposiciones pontificias en las que, para evitar una posible parcialidad en los juicios, se prohibía a los prelados conversos ser jueces en causas de fe. (44)

Las altas dignidades también fueron sorprendidas judaizando, poniéndose en evidencia su condición de falsos conversos, como, por citar un ejemplo, el obispo de Calahorra, don Pedro Aranda, que acabó siendo degradado el 16 de noviembre de 1498 y encarcelado en el Castillo de Sant-Angelo por llevar una doble vida religiosa, con un cinismo y una hipocresía digna de escándalo.

Merece especial atención el caso de los frailes jerónimos, (45) los más ricos e influyentes por este tiempo en Castilla; aunque los conversos pululaban por todas las órdenes, en ninguna alcanzaron un número y unos caracteres de escándalo como entre los jerónimos. Es sintomático que prefieran acogerse a los frailes más ricos y mejor vistos, a aquellos que, valga la frase, estaban de moda en Castilla. El espíritu práctico de los hebreos no falla jamás. "Acordaron retirarse a ella (la Orden Jerónima), muchos conversos y como son tan astutos y les vienen tan de atrás la hipocresía y ceremonia exterior, sin respeto a las veras de adentro, pusiéronse a disimular y conservar aquí mucho tiempo y aún ganar nombre" si nos atenemos al testimonio que queda reflejado por Fray J. de Sigüenza en su Historia de la Orden de San Jerónimo publicada en Madrid en 1605.

Se cuenta en el monasterio de Nuestra Señora de Sisla, en las cercanías de Toledo, que las cosas no debían andar muy bien ya que aumentaba de día en día el número de conversos en la Orden, donde sucedían casos como el de Fr Alonso de Toledo que en su contradicción e infierno espiritual, con ansias ardientes de judaizar, se escapó dos veces no encontrando ni viendo manera de desentenderse de aquel estado permanente de disimulo e incertidumbre; o el de Fr. Juan de Madrid (el cual "no se había metido fraile salvo por guardar mejor la ley de los judíos"). El prior era fray García Zapata, auténtico judaizante que junto a la mayoría de la comunidad, entre los que estaban igualmente Fray Juan de Madrid y Fr. Jerónimo de Vilagarcía, celebraban, todos los años en septiembre, la fiesta judía de las Cabañuelas en el mismo Monasterio. (46) Cuando decía misa el prior no consagraba y en lugar de las palabras de la consagración decía: "Sus, periquete, que te mira la gente". Junto con él varios frailes serían relajados por sus burlas y mofas.

Un hermano de García Zapata, llamado Francisco Álvarez Zapata, era canónigo de la catedral primada y un serio oponente a la implantación en la diócesis del Estatuto de Limpieza, por la cuenta que le tenía.

Siguiendo con los Jerónimos, la Inquisición de Guadalupe había encontrado "de aquesta lepra no solamente en el pueblo, más aun dentro del Monasterio, en Fr. Diego de Marchena, de lo cual se causó mucho escándalo e sospecha". (47) Hasta tal punto llegaron las cosas que en 1486 tiene lugar el famoso capítulo que niega la entrada en la Orden a los conversos y se determina hacer inquisición dentro de la Orden para castigar a los numerosos culpables.

Otro convento de la Orden, el de San Bartolomé de Lupiana, fundado en 1456 por Fray Alonso de Oropesa, desde el primer momento fue sospechoso de albergar judaizantes, lo que se confirmó cuando fueron descubiertos Fray Diego de Burgos y Fray Diego de Zamora entre muchos otros.

En Aragón, Pedro de Almería, judío al servicio de la Corte, se convirtió al cristianismo ingresando como canónigo en la Catedral de Huesca entre 1100 y 1104, recibiendo del Obispo Esteban la almunia-monasterio de San Pedro de Séptimo que había poseído el judío Zavaxorda, pasando después como canónigo a la Catedral de Jaca y de ésta a prior del monasterio de San Adrián de Sasau. Después emigró y retornó al judaísmo. (48)

Otro converso fue Martín García, hijo del médico rabí Azach Xuen que el 17 de marzo de 1507 fue promovido a la primera clerical tonsura en Huesca, ingresando en la misma fecha en el estado eclesiástico Juan de Baraiz, hijo del "magistri Abraham Sustoris quodam civitatis Osce, noviter ad fidem Christi conversus". (49) La familia Fajol, fachol, faxol o faiol, que con las cuatro grafías aparece en los documentos conocidos entre los años 1468 y 1491 (50) también dió clérigos en la zona del alto Aragón y las condenas que contra ellos se vertieron por judaizantes en 1489 parecen demostrar la poca sinceridad de sus conversiones al cristianismo, que no pasarían de ser aparentes. Conversos eran los canónigos Vicente Gómez y Martín de Santángel, este último vicegerente de deán en la catedral de Huesca, en el primer cuarto del siglo XVI, quien costeó la capilla de Santa Ana, en la misma Seo, donde se conserva la imagen orante del prebendado en alabastro policromado.

Los conversos podían ocupar todos los cargos públicos gozando de idénticas prerrogativas que los cristianos, tanto en la Corte como entre las jerarquías eclesiásticas; así encontramos conversos en la Corte de Isabel la Católica; Pedro Arias Dávila, contador mayor y consejero real, al consejero Pedro de Cartagena o de los secretarios de la reina, Fernando Alvarez, Alfonso de Acila y Fernando Pulgar, siendo el confesor de Su Majestad el criptojudío Hernando de Talavera, desde 1478 y encontrando a linajes marranos en Juan de Macuenda, Obispo de Coria; Alfonso de Valladolid, Obispo de Valladolid; Alonso de Palenzuela, Obispo de Ciudad Rodrigo, Pedro de Aranda, Obispo de Calahorra, Juan Arias Dávila, Obispo de Segovia...influencia judaica que se revela hasta en el propio matrimonio de la Reina que fue concertado por un judío público, Alfonso de la Cavallería, y un converso Abraham Señior.

El dominio del clan judío-converso se incrementó al enviudar su esposo el rey Fernando y siguió imperando con Carlos I, donde  incluso el Obispo de Badajoz, titular de la Capilla real, Pedro Ruiz de la Mota, era marrano y la hegemonía no decreció en tiempos de Felipe II donde hasta su propio secretario, Antonio Pérez, eran de estirpe judía y donde la nobleza, la jerarquía y los cabildos estaban bastante controlados por no cristianos,  baste citar como ejemplo al influyente Cardenal Mendoza y Bovadilla o al mismísimo Diego Deza, a la sazón Inquisidor General.

Para protegerse de la "lepra" como se decía se implantaron los estatutos de limpieza de sangre desde 1515 en la Iglesia de Sevilla y Badajoz, en 1530 en la Iglesia de Córdoba -ciudad minada por los conversos- en 1566 en León... y en las Ordenes ocurrió otro tanto aceptándose como salvaguarda del estatuto de limpieza desde 1486 en la Orden de los Jerónimos, desde 1489 en los Dominicos, desde 1525 en los Franciscanos donde se decía "que los cristianos nuevos atropellaban a los viejos pretendiendo el dominio total de la Orden, para volver en bloque al judaísmo", o desde 1593 en la Compañía de Jesús , donde el número de marranos era muy elevado. (51)

Para un mejor acceso al estamento eclesial los judíos recurrían a la trampa de las trampas, o sea SIMULAR que abandonaban la religión judía, para transformarse falsamente en miembros del pueblo invadido, convirtiéndose fingidamente a la religión de dicho pueblo y cambiando sus nombres (52) por los usuales del pueblo invadido y al que querían conquistar, infiltrándose en él y en su Iglesia como el caballo de Troya.

La Santa inquisición llegó a encontrar archivos secretos entre paredes, en sótanos bien camuflados y hasta en subterráneos de Iglesias cristianas y conventos controlados por los judíos y judías infiltrados en el clero o incluso en casas de obispos que gozaban de fama de muy buenos cristianos.

Algunos autores (53) consideran que estos judíos con sotana es la peor catástrofe que ha sufrido el cristianismo en toda su historia.

En el siglo XVII por judaizante fue procesado el bachiller Juan López de Vilareal, cura presbítero de La Redonda, diócesis de Ciudad Rodrigo y cura propio de Riofrío, de la diócesis de Astorga, o Jacinto Vázquez Araujo, capellán de la Catedral de Orense, detenido en 1687, o el famoso Felipe Godínez, cura de Sevilla que hacía ostensible manifestación de criptojudaísmo y llego a escribir dos obritas literarias La reina Esther y El Arpa de David, donde disimuladamente vertía proposiciones judaicas. (54)

El clero criptojudío, bajo "el barniz de un catolicismo real escondía en su corazón sus verdaderas convicciones religiosas". (55) Socabada desde dentro la estructura de la Iglesia Católica, alcanzando desde sus posiciones de privilegio empleos cómodos, bien remunerados y de indudable categoría social.

También en la Orden de San Agustín, en su convento de Sevilla se descubrió un círculo judaizante y cuando el prior quiso corregirles fue asesinado en 1536. (56)

Por citar enumeraremos los más escandalosos y significados judaizantes de diferentes diócesis, como el canónigo de Córdoba Pedro Fernández de Alcaudete que era sacrílego, y su compañero de Catedral, Gómez Fernández Solano; el prior de la iglesia de Santiago, Bartolomé Pordel; Miguel Baeza, clérigo beneficiado de la Iglesia de Baeza; el canónigo de la Seo Leridana, Dalmay de Tortosa, que practicaba la superchería, que siempre llevaba consigo una nómina judía escrita en hebreo y que celebraba la pascua judía; compartía también la superstición el clérigo de Calahorra, Diego Sánchez, nigromante y criptojudío; el clérigo García de Alava, detenido en Burbáguena por predicar públicamente la Ley de Moisés, o el cura Pedro López de la Iglesia de San Salvador de Cuenca, que tenía más de sinagoga que de templo cristiano, pues también Francisco de la Barrera, sacerdote de la misma Iglesia, era matarife que sacrificaba animales siguiendo el rito judaico.

La inquisición, con independencia de su benemérita actuación, fue blanco de la infiltración de criptojudíos. Anteriormente hemos hecho alusión a uno de los Inquisidores Generales, el cardenal Deza, de origen sefardita, pero no fue el único de tal condición, otros encumbramientos eclesiásticos en el Tribunal del Santo Oficio los encontramos en Juan de Torquemada, cardenal de San Sixto y de inmediata ascendencia judía, siendo en muchos casos los propios judíos los que llevaron sus instituciones de la judería, el Tribunal del Din; a la Inquisición cristiana, (57) protegiendo a los falsos conversos en unos casos y castigando sin piedad al grupo de conversos que se habían apartado en exceso de la fe mosaica. A veces el exceso de celo ocultaba o disimulaba la condición que se quería tapar, por parte del que lo imponía.

Los Jesuitas no quedaron exentos del problema criptojudío y por las venas de muchos sacerdotes de la Compañía corría sangre de Israel, como por ejemplo el Segundo General de la Compañía, fundada por San Ignacio, el Padre Lainez, era descendiente de judíos, como también lo fueron muchos jesuitas famosos de todas las épocas.

Los judíos y jesuitas, nos dice Caro Baroja, (58) pese a que en la Historia se han visto a veces en campos opuestos, han mantenido unos vínculos muy sutiles, que pueden decirse arrancan de los puntos de vista del mismo fundador de la Compañía. San Ignacio mantuvo una postura hostil a los estatutos de limpieza... repetidas veces dijo que hubiera considerado una gracia especial el venir del linaje de judíos. Por lo que no ha de chocar, pues, que entre los primeros y más eficaces colaboradores estuvieran varios conversos; de este linaje fue, como ya hemos apuntado, el segundo general de la Compañía Diego Lainez.

Y junto al converso de Almazán descuella Polanco, el hijo de la adinerada familia, también conversa de Burgos, que no llegó a ser el cuarto general de la Compañía a causa de las fuertes presiones. Hasta 1593 no se implantó el estatuto de Limpieza de Sangre en la Compañía y su incorporación supuso más un trámite formal que real, pues es sabido, por otra parte, (59) que en pleno siglo XVII los hijos de conversos y aún judaizantes estudiaron a menudo con los jesuitas, como es el caso de Isaac Cardoso, llamado "el apologista de Israel".

La infiltración judía en el clero era una técnica de conquista del mundo cristiano que el imperialismo judaico consideró indispensable para dominar a su principal baluarte, la Iglesia de Cristo (60) empleando para ello diversas tácticas, que variaron desde los ataques frontales hasta las infiltraciones. El arma favorita de la quinta columna consistió en introducir en las filas del clero a los jóvenes cristianos descendientes de judíos que practicaban en secreto el judaísmo, para que una vez ordenados sacerdotes trataran de ir escalando en la jerarquía de la Santa Iglesia, ya fuera en el clero secular o en las órdenes religiosas, con el fin de que usaran luego las posiciones adquiridas dentro de la clerecía en perjuicio de la Iglesia y en beneficio del judaísmo, de sus planes de conquista y de sus movimientos heréticos o revolucionarios.

El clérigo falso cristiano criptojudío está realizando, según el criterio rabínico, una empresa santa para sus intereses inconfesables. La quinta columna en el clero ha sido y es uno de los pilares básicos del judaísmo internacional.

Los fines que persigue la infiltración de los criptojudíos en el clero, se explica claramente en un interesante documento que dió a la publicidad el abate Chabauty y que cita el Arzobispo de Port Louis, Monseñor Meurin. Se trata de una carta del jefe secreto de los judíos internacionales, radicados a finales del siglo XV en Constantinopla, dirigida a los hebreos de Francia, dándoles instrucciones, en contestación a una carta anterior que Chamor, Rabino de Arlés, le había dirigido solicitándolas. La carta dice textualmente: (61)

"Bienamados hermanos de Moisés, hemos recibido vuestra carta, en la que nos hacéis conocer las ansiedades e infortunios que os veis obligados a soportar, y nos hallamos penetrados de un dolor tan grande como el vuestro. El consejo de los más grandes rabinos y sátrapas de nuestra Ley es el siguiente:

"Decís que el Rey de Francia os obliga a haceros cristianos; pues bien, hacedlo, pero guardar la Ley de Moisés en vuestros corazones.
"Decís que os quieren arrebatar vuestros bienes; haced a vuestros hijos mercaderes, para que ellos despojen de los suyos a los cristianos por medio del tráfico.
"Decís que se atenta contra vuestras vidas; haced a vuestros hijos médicos y boticarios, a fin de que ellos priven de las suyas a los cristianos sin temor al castigo.
"Decís que se destruyen vuestras sinagogas; haced a vuestros hijos curas y canónigos, a fin de que ellos destruyan la Iglesia Cristiana.
"Decís que atentan contra vuestras vidas; haced a vuestros hijos abogados, notarios o miembros de otras profesiones que están corrientemente a cargo de los   asuntos públicos; por este medio dominaréis a los cristianos, os apropiaréis de sus tierras y os vengaréis de ellos.
"Seguid esta orden que os damos y veréis por experiencia que, por abatidos que estéis, llegaréis a la cúspide del poderío.
"Firmado V. S. S. V. E. F. Príncipe de los judíos de Constantinopla al de Casleo de 1489".

Los réprobos fueron despreciados por su cínica adhesión a las prácticas católicas. Se denunciaba su deslealtad y su falta de sinceridad. Decenas de miles de nuevos cristianos se sometían exteriormente, iban mecánicamente a la Iglesia, mascullaban oraciones, ejecutaban ritos y observaban las costumbres, pero el espíritu no había sido convertido. (62) Seguían guardando clandestinamente las fiestas judías, comían sus propios alimentos, conservaban restringidos sus círculos de amistades hebreas y estudiaban su antigua ciencia y costumbres. Amador de los Rios, autor apologético del judaísmo y del marranismo, resalta cómo en Zaragoza "los conversos se conceptuaron depositarios de la antigua cultura de sus mayores y pusieron la mira no solamente en los cargos menores de la república, sino también en las dignidades eclesiásticas". (63)

Todos los historiadores judíos admiten y reconocen que los conversos alcanzaron "exaltadas posiciones en la organización del clero" - Joseph Kastein- para, según la Enciclopedia Judaica Castellana que como "Daniel Israel Bonafoy, Miguel Cardoso, José Querido, Mardoqueo Mojiaj y otros, defendían el marranismo como un método de socavar los cimientos del enemigo y como un medio que contribuía a hacer más elástica la lucha contra él... a los que la reina Esther, que no confesó  ni su raza ni su nacimiento, les parecía su propio prototipo"- Enciclopedia Judaica Castellana, Tomo IV, vocablo España.-

Pero no se piense que estamos hablando sólo en pretérito de algo que aconteció en el pasado, en una etapa histórica o un capítulo ya cerrado. En la Iglesia actual el criptojudaísmo tiene una gran presencia y potencia.

El cardenal Bea, de origen israelí (Bea Ohim) y uno de los grandes artífices del Concilio Vaticano II, antes de cada sesión conciliar iba a recibir instrucciones de los Jefes del Poder Oculto por mediación de los B`nai-B`rith, para hacerlas aplicar en el Concilio. (64) El mismo Pío XII tenía como confesor al judío Bea.

El actual cardenal arzobispo de París Jean-Marie Lustiger nació judío, se educó en la sinagoga y mantiene una postura religiosa ambivalente, siendo un claro favorito de la sucesión en el papado a Juan Pablo II. Es un judioconverso contemporáneo, un criptojudío que alardea de ser "un judío francés" como su primera evidencia (65) y que tiene "conciencia de su origen judío, aunque sólo fuera por mi nombre Aarón. (66)

También  en el clero femenino y en el siglo XX se sigue dando el fenómeno del criptojudaísmo como la hija de Israel  Edith Stein, la hebrea convertida al catolicismo, discípula predilecta del filósofo Edmundo Husserl y célebre en Alemania antes de hacerse carmelita. (67)

En España el criptojudío más famoso de los últimos tiempos es Jose María Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, a pesar de que como confirma el padre Basilio Méramo (68)  "el judaísmo está contra la Iglesia y siempre ha sido su enemigo".


REFERENCIAS

38. Fernández Suárez, p 19.
39. Caro Baroja, p 118.
40. Ibid
41. López Martínez, p 49.
42. Ortiz, Dominguez, "Los cristianos nuevos", p 254.
43. López Martínez, p 113.
44. Ibid, p 114.
45. Sigüenza, Fray J., "Historia de la Orden de San Jerónimo", Vol. III, (Madrid 1605) p 33.
46. Blánquez Miguel, p 191.
47. López Martínez, p 118.
48. Gudiol, Antonio Durán, "La judería de Huesca" (Zaragoza, 1984), p 31.
49. Ibid, p 88.
50. Ibid, p 91.
51. Rivanera Carlés, op cit.
52. Boyer, p 30.
53. Ibid, p 41.
54. Blánquez Miguel, p 236.
55. Ibid, p 190.
56. Ibid, p 192.
57. Formica, Mercedes, Diario ABC (23 de marzo 1969).
58. Wast, Oscar Hugo, "Jesuitas, Opus Dei y Cursillos de Cristiandad", op cit, p 18.
59. Ibid, p 19.
60. Pinay, Maurice, "Complot contra la Iglesia"  (pp 137-138, Spanish Edition).
61. Ibid, pp 138-139.
62. Ibid, p 141.
63. Ibid, p 150.
64. La acción judeo masónica dentro del Concilio (1964).
65. Lustiger, Jean-Marie, "La elección de Dios" (Madrid, 1989), p 16.
66. Ibid, p 17.
67. Lelotte, F., S. J., "Convertidos del siglo XX" (Madrid: Studium, 1956), p 39.
68. Revista "Interviú", No. 780 (22-28 April, 1991), p 28.


Índice del Capítulo III

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO III


CRIPTOJUDAÍSMO Y EL OPUS DEI


3. Las raíces judaicas de Escrivá de Balaguer


Llegamos al secreto secretorum, a la clave más sigilosa de las guardadas en el silencio impenetrable de la Obra, a lo inefable y también a la verdad más absoluta que se debe esclarecer, descubrir, revelar. Son las raíces mosaicas del fundador del Opus Dei y su obra al servicio de Israel y sus finanzas.
   
No conviene olvidar el nombre exacto y en extenso de su propia creación y que por lo general queda, a pesar de ser el nombre oficial y registrado, en el ostracismo de la intencionada omisión. La denominación del Opus Dei es la de "Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz y el Opus Dei" y ya en su propio nombre se cierra la llave de un misterio, cuyo enigma nos viene descifrado por el historiador judío Cecil Roth que escribe en su conocida y divulgada obra Historia de los marranos lo siguiente: "en Barcelona, donde si un marrano decía "Vamos hoy a la Iglesia de la Santa Cruz" referíase a la sinagoga secreta llamada de ese modo. (69) Es una coincidencia sospechosa que el nombre escogido por Escrivá de Balaguer para su organización coincida exacta y crípticamente con el de la "sinagoga secreta" en el lenguaje a la usanza de los judíos.

Se puede ser consciente que hablar del tema judío, y sobre todo si alude a él sin alabanza, es tema tabú. Hay que comenzar a llamar a las cosas por su nombre, decir que en la mente de Escrivá de Balaguer bullía un cerebro judío, que Escriba - que era su verdadero nombre de pila- era un criptojudío y que no es posible entender su obra ni interpretar la misma si no se relaciona con el fenómeno esencial de su judaísmo interior y exterior.

Escrivá lleva el disimulo en la sangre, igual que sus consanguíneos los judíos, es un fariseo y un hipócrita que cree en el Talmud y sus enseñanzas más que en el Evangelio y su Buena Nueva.

Escrivá va a utilizar a la Iglesia como instrumento para formar grupitos donde los cristianos no advertidos van a ser las víctimas de la maquinación.

En las biografías de Escrivá de Balaguer echamos en falta tres elementos esenciales de su nefasta personalidad; se disfrazan tres hechos básicos para entender al hombre y su Obra: que son que Escrivá es judío, que era un homosexual prácticamente y que creó el Opus Dei para servir a los fines del poder judaico oculto y siniestro, nunca para mayor Gloria de Dios y de su Iglesia. Escrivá se sirve de la Iglesia y no viceversa.

Ya desde el principio puede resultarnos sospechoso que Escrivá durante su vida cambie tantas veces de nombre, práctica usual entre judíos. El documento indubitado y veraz de su apellido es el de Escriba, y así figura inscrito en el Registro. El apellido Escriba, si nos atenemos a su sentido etimológico, se deriva de la voz latina scriba, y que significa "doctor e intérprete de la ley entre los hebreos" según la primera y principal aceptación del Diccionario de la Lengua Española. (70)

En la ley mosaica "sofer", la arcaica raíz hebrea que significa escribir, se usa para designar al escriba, varón -las mujeres están vedadas de ser estudiosas e intérpretes de la Ley -consagrado a la estricta observancia de la ley judía. A Esdrás se le llamaba "Escriba o doctor muy diestro en la ley de Moisés" (Esdras VII, 6) que son instruidos en la palabra y las prescripciones impuestas por el Señor que pacta y se alía vincularmente con el pueblo de Israel. El escriba era, pues, el sacerdote.

Los escribas fueron muy influyentes en las cortes de Judá y de Israel, sobre todo durante el reinado de David y Salomón. En el Eclesiástico, capítulo XXXIX, se pondera su relevancia como depositarios de la sabiduría y de las profecías. En la época salomónica existen, incluso, escuelas que preparan para estos menesteres. En el Deuteronomio XVI, se asigna a los escribas también, funciones judiciales.

Los escribas, desde su cautiverio en Babilonia, serán los doctores de la Ley. Eran los sacerdotes-escribas. Su influencia les lleva a dominar bajo su tutela al pueblo que consideraban la profesión de escriba como "la más noble", como celadores y hermeneutas de la Ley mosaica... Los escribas se agrupan y organizan en las sinagogas, dividiéndose en tendencias tales como los saduceos, los fariseos o los esenios.

Al principio los escribas de Israel seguían para su labor la tradición oral. Posteriormente recopilaron las máximas que difundían y hacían acatar en el Mischna. El primer y principal deber de los escribas era recoger celosamente la Ley judía. Así, el Talmud prescribe que "el que olvida el precepto, enseñado por el escriba, echa a perder su vida".

Antes de llegar a ser escribas, pasaban por un aprendizaje. Eran Talmid, es decir, alumnos que en contacto con su maestro recepcionaban sus enseñanzas y a partir de los 40 años, si habían asimilado la materia, eran ordenados doctores (hakam). El escriba era la autoridad para dirimir cuestiones legislativas, religiosas y rituales. Ocupaban los puestos claves en el derecho, la administración y la enseñanza.

Sólo a los escribas les estaba permitido acceder al sanedrim. El partido fariseo del sanedrim estaba compuesto totalmente por escribas. Los escribas eran por antonomasia los portadores de una ciencia secreta: "la tradición esotérica". La cábala era la ciencia hermética de los escribas que reservaban sus conocimientos. En Jerusalén, donde explicaban sus enseñanzas, el pueblo se sentaba a sus pies, en señal de sometimiento. Esta reseña o clave interpretativa es la carga patronímica que lleva en su sangre y en sus genes José María Escriba.

El gentilicio de su apellido original Escriba equivale a rabino. Su procedencia la lleva en su propio nombre de familia. Si se llama escriba es porque sus antepasados, más o menos lejanos, próximos o remotos, eran "doctores e intérpretes de la ley entre los hebreos", es decir rabinos. Cristo, en su Evangelio, habla del cariz y del talante, en muchos de sus pasajes, de los "escribas y fariseos", quiénes eran, cómo se comportaban, cuáles eran sus sentimientos y cuán grande su doblez.

Escrivá de Balaguer era judío de sangre y de espíritu.

Su obra, la secta de la que es líder carismático, está hecha a imagen y semejanza de las pequeñas e impenetrables comunidades judaicas. El Opus no deja de ser un ghetto, sus leyes y estatutos oscuros no traducidos y ocultos, su falta de sinceridad con respecto a sus demás hermanos, los cristianos, a los que les niegan su pertenencia al clan, su ayuda mutua, pero sólo entre ellos, su afán por el lucro y el dinero, el sentido monetarista que imprimen a sus vidas, la adoración al Becerro de Oro, las palabras y contraseñas que usan, los testamentos a los que obligan y toda su parafernalia son la extrapolación de las leyes del Kahal incrustadas en la Iglesia.

Escrivá se puede manifestar con apariencia cristiana, pero su transfondo es judío. Tan judío como el oficio de su padre, mercader de telas, típico de las comunidades hebreas y marranas. La historia de la judería de Huesca nos ilustra de innumerables ejemplos al respecto. Entre las tiendas de la judería en 1238 había una famosa, la del sedero Abraim Aborrave. También se sabe que un tal Xalema Xuri era sedero y proveedor de la casa real. (71) Ya en 1290 se tenía concedido a los miembros de la aljama de Huesca la facultad de tener tintorerías operatorias de trapos de Francia. También se tienen noticias del comercio judío en tejidos, habiendo destacado por su significación, aparte de los ya señalados, el trapero oscense Abrahim Alamaca, o los judíos Salomón Ablatorell y Mosse Abulbaca, traperos de Huesca como el padre de Escrivá, que en el año 1311 fueron sancionados y condenados al pago de 1500 sueldos e indemnizaciones por la compra de tejidos a sabiendas de que eran robados en la localidad de Sariñena por el también judío Caredin.

Tan arraigada y extendida estaba la vinculación de los judíos en Huesca y su territorio -lugar de donde procede y es oriundo Escrivá de Balaguer - al negocio y comercio de las telas, que en la capital existía hasta un barrio de los sederos dentro de la judería. (72) Entre las actividades de los judíos en Huesca encontramos las de médicos, especieros, alabarderos, pelliceros, sederos, plateros, tintoreros, sastres, traperos, mercaderes y prestamistas. (73) La familia de Escrivá se dedicaba a uno de los oficios habituales de los de su tribu, es decir, al negocio y comercio de las telas, y como queda indicado en el capítulo II de esta obra, el padre, tras cometer una estafa colectiva en Barbastro a sus convecinos, no se quedó en el pueblo para hacer frente a sus obligaciones y responsabilidades, sino que huyó por la noche para consumar la estafa y no tener que pagar a sus acreedores.

Escriba es un descendiente de los rabinos de Huesca y su demarcación. En 1480 había en Huesca 9 rabinos que ejercían en la aljama, que es la voz preferida de los escribas para designar a la comunidad judía. Las aljamas se concentraban y ubicaban en el call o caller, término que deriva del hebreo kahal, comunidad o barrio donde se agrupaban los semitas.

En Barbastro existió un influyente núcleo judaico y tanto el rabinado como el degüelle eran oficios provistos por mandamiento real. (74) Existió sinagoga y nos narra la historia que los judíos de Barbastro derribaron la antigua sinagoga de la localidad y construyeron una nueva por lo grande de la comunidad mayor. El propio rey Alfonso III al tener noticia del levantamiento y construcción de la nueva sinagoga para albergar a más judios en Barbastro, mandó, estando el rey en Ejea el 3 de octubre de 1287, reconocer la obra y ordenó que caso que fuera mayor que la sinagoga precedente, se procediera contra la aljama.

Un documento interesante y curioso en relación con los criptojudíos de Barbastro lo hallamos en Konrad Eubaer que nos informa en su obra documentalmente cómo el papa Benedicto XIII, el 27 de abril de 1415, ordena el trueque de la sinagoga de Barbastro en una iglesia por haberse convertido al cristianismo los judíos de su aljama. (75) Barbastro era la quinta judería de Aragón en importancia y la aljama se situaba en los aledaños del castillo de la Zuda de la ciudad, junto a la muralla, donde Jaime I les concedió en abril de 1271 la autorización a la potente comunidad judía para abrir una puerta en la muralla, para que entraran por el acceso directamente desde el camino de Huesca, con una amplitud que pudieran transitar hombres y bestias cargadas. La aljama de Barbastro fue una de las denunciadas por usura, lo que dio motivo a abrir una investigación que acabó con la imposición del pago de 1000 sueldos en abril de 1298.

El fenómeno de las falsas conversiones de los judíos al cristianismo en la zona de Huesca comenzó ya desde el momento mismo de la conquista de Huesca por los aragoneses del rey Pedro I en 1096. Son célebres los casos del rabí Moisés Safardó, que recibió el bautismo en la catedral de Huesca en 1106 y tomó el nombre de Pedro Alfonso, que entró a formar parte del clero y escribió dos obras: La Disciplina clericalis y Diálogos contra los judíos. Convertido lo fue también el canónigo de la catedral, Pedro de Almería. El Obispo Vidal de Canellas nos da una pista de sus inclinaciones al legar en su testamento 300 sueldos a una tal Urraca, de raza judía. Notoria y sintomática fue la conversión en masa de la familia de Azach abin Longo o Abelongo. También lo eran los Santvicent o San Vicente igual que los Santángel, algunos de los cuales eran familias de Barbastro, los Alborit - Albás -, Azacha, Avin, Salomón, Argelet...

Fueron 35 las juderías en el reino de Aragón, unas de realengo y otras sometidas al señorío eclesiástico o nobiliario.

Escrivá parece volver constantemente sus ojos hacia su pasado; su memoria histórica inmersa en el concepto judío le lleva a escribir su principal obra, Camino, como proverbios morales, como máximas, como sentencias cortas, adagios de contenido moral y muchas veces recriminatorio. Estas enseñanzas morales venidas en esas greguerías a veces ambiguas, a veces con dobles sentidos, a veces con diferencias interpretativas, eran muy usuales en la producción literaria de los conversos y criptojudíos y bien analizadas demuestran un transfondo de espíritu hispano-hebreo. Con sus aforismos morales recrea la tradición conversa de los siglos XVI y XVII españoles, sobre todo de la literatura ascética redactada por conversos.

Si tuviéramos que buscar las fuentes o los precedentes de su obra Camino tendríamos que hacer alusión y obligada referencia a obras tales como La certeza del Camino - aquí incluso está reflejada la palabra camino - de Abraham Pereira, que también escribiera su Espejo de las vanidades del mundo; o las obras del converso Luis de Granada Guía de Pecadores e Introducción al símbolo de la Fe; o el libro de Diego Estella Descripción de las vanidades del mundo, al polémico tratado del criptojudío Miguel de Molinos publicado con el título de Guía Espiritual. Todos ellos son modelos, estereotipos que de una u otra manera, han sido consultados, utilizados; algunas máximas copiadas y los pensamientos han sido plagiados cuando allá por 1934, en Cuenca, Escrivá redactaba sus Consideraciones Espirituales, que así se denominó en primera instancia el boceto y borrador, la edición Príncipe de lo que luego se popularizaría como el catecismo del "pueblo elegido" como se jactan los miembros del Opus Dei, bajo el nombre de Camino. Por supuesto, la inspiración y las consignas tenían un contraste de autenticidad y buena línea en el Talmud, la fuente originaria y total de la inspiración de Escrivá

Son los libros escritos a base de proverbios morales, de anatemas, de obras con un tamiz de instrucción y con una orientación didáctica, donde las reglas y preceptos, las normas, eran la pista para saber que se trataba de un moralizante converso, un autor marrano, que utilizaba trucos semánticos consistentes en transcribir conceptos con sentimientos, ideas y creencias judaicas mediante el cambio del sentido y de intención de los términos, la significación de las palabras y empleando un lenguaje mezcla de piedad y caricatura, que en los dos mundos son idénticos como si de un fraude semántico se tratara.

En esa misma línea de pensamiento y de acción se encuentra la tan reiterada frase que tanto gustaba repetir a Escrivá: "somos el resto del pueblo de Israel. Somos lo que queda del pueblo de DIOS..."la cita era tan de su gusto que ha sido recogida incluso en la obra novelada de Vicente García: "En nombre del padre" (76) cuando nos narra una pose de Escrivá relatándonos que "emerge el Padre, quien enderezándose levanta los brazos por encima de su cabeza y atronando con la voz exclama '¡Somos el pueblo de Israel, hijas mías! ¡Somos el pueblo de Israel!...' Son una y otra vez las que recrea con el mismo contexto: 'somos los vestigios del pueblo de Israel' (77)

Su aparente humildad era tan falsa como él mismo. Una vez mientras oraba, decía en voz alta "aquí tienes a tu burrito sarnoso" a lo que de inmediato y desde lo alto recibió la respuesta del mismo Dios: "un borrico fue mi trono en Jerusalén". (78)

Tal era el perfil semítico de Escrivá que un sacerdote de Madrid, amigo del escritor Luis Carandell en una conversación sobre el Opus "aprovechó la oportunidad para hacer el chiste de que el Opus Dei estaba constituido 'por un escriba y setenta mil fariseos' y añadió la españolísima pregunta de si monseñor no sería de origen judío". (79) Sobre este particular se pronunció el antropólogo Julio Caro Baroja no afirmando ni negando su procedencia, aunque sí apuntillaba que cuál no era el mejor apellido para pasar camuflado.

Por ello no es de extrañar que en su informe al sínodo diocesano de 1985, el rector del seminario de la Diócesis de La Rioja acusó al clero del Opus de "ir a la caza de las herejías" y proseguía diciendo: "... creen pertenecer a la raza de Melquisedec" (80) alusión directa en sentido metafórico.

Su carácter de filiación divina, de alianza y pacto con el mismísimo Dios, la experimentó el Fundador personalmente "...esta realidad un día de verano de 1931, en un tranvía de Madrid. Mientras se preguntaba cómo podría llevar a cabo la misión que Dios le había encomendado tres años antes, el 2 de octubre de 1928, tuvo una respuesta nítida -que quedó grabada a fuego en su alma- a través de unas palabras del Salmo II: "Tú eres mi hijo; hoy te he engendrado yo". Con el alma inundada de gozo, empezó a repetir en voz alta, como un niño; "Abba, Pater, Abba, Pater! Abba! Abba!" (81)

Con razón Escrivá había sido denunciado ante el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería, por considerarse que en una España de efervescencia católica y profundo sentimiento cristiano "el Opus Dei era la rama judaica de la francmasonería" (82) También el Santo Oficio, en el Vaticano, recibiría comunicaciones en tal sentido.

Una anécdota que inocentemente se cuenta en la biografía de Escrivá escrita por su principal alabardero (83) nos refiere que "cerca de Caracas, el 14 de febrero de 1975, se levantó un hombre joven, de barba poblada y amplia, que realzaba su jovialidad.
- Padre yo soy hebreo...

El fundador del Opus le interrumpió: "Yo amo mucho a los hebreos, porque amo mucho a Jesucristo -¡con locura! - que es hebreo. No diga era, sino es: Iesus Christus, hier et odie, ipse et in secula. Jesucristo sigue viviendo, y es hebreo como tú. El segundo amor de mi vida es una hebrea, María Santísima, Madre de Jesucristo. De modo que te miro con cariño, sigue..." Le brotaba su instinto judío que a veces no sabía o no podía refrenar, aunque adornaba su impronta con alusiones a Dios y su Santa Madre, para dejar la cosa más atenuada, que se comprendiera el mensaje sin descubrirse por entero.

Una de las personas que conoció la realidad íntima de Escrivá era su amigo el profesor Viktor E. Frankl, judío, especialista de psicología que ha dejado varios testimonios de sus encuentros con el fundador del Opus Dei, donde nos ha dejado constancia de su capacidad de adaptación y simulación, su metamorfosis, propia de los de su raza, remarcando "su asombrosa capacidad para sintonizar inmediatamente con su interlocutor. Vivía totalmente en el momento presente y se entregaba a él por completo". (84)

Tan rematadamente judío era Escrivá que no quiso, siguiendo la costumbre judía, que sus padres reposaran en cristiana sepultura en un cementerio católico, siguiendo así la tradición de los hebreos que se llevaban consigo los huesos de sus mayores si eran desenterrados. Escrivá no quiso que los restos mortales de sus progenitores yacieran en tierra bendita y por eso les enterró en la cripta de la casa del Opus en la madrileña calle de Diego de León, exhumación de dudosa legitimidad si nos atenemos a las normas y ordenanzas municipales sobre enterramientos que regían cuando los mismos fueran sepultados extramuros de los cementerios en una calle y en un lugar no aptos.

Otra tendencia que resalta como tradicional en muchos judíos es la de "buscar entronque con linajes aristocráticos". (85) Y la adquisición y el fraude del título de "Marqués de Peralta", para el que Escrivá carecía en absoluto de legitimidad tanto de origen como de ejercicio, y sólo su instinto judaico, le arrastró a la feria de las vanidades terrestres, con la búsqueda, la pesquisa y la adjudicación de un título nobiliario para cuyo expediente debió acudir no sólo al engaño a sabiendas de que no tenía derecho alguno, sino hasta a la falsificación documental y a la prevaricación de cargos públicos en el Ministerio de Justicia Español afectos al Opus Dei.

También un claro indicio de poca fiabilidad, a la sazón muy utilizado por los judíos de todas las épocas, es el constante cambio de nombres para no ser reconocidos. Recordemos aquí que Mendizábal, el autor de la más famosa desamortización eclesiástica, ministro liberal discutido, que en realidad se llamaba Alvarez y Méndez y que, como recalca Caro Baroja" siguiendo la costumbre muy común entre los de su linaje, modificó su apellido". (86) El sistema de cambiarse de nombres y de localidad lo subraya al hablar del criptojudaísmo Blázquez Miguel, como una técnica usual y homologada entre los judíos.

Y hablando de tácticas y técnicas, de pautas de comportamiento, es significativa la conducta de Escrivá el 28 de marzo de 1975 cuando celebró sus bodas de oro sacerdotales en la intimidad, según su norma de conducta habitual "ocultarse y desaparecer es lo mío" (87) inmersión y ocultamiento arquetípico del criptojudío.

Según el historiador Pulgar los conversos de Aragón "eran muchos" (88) y según el historiador judío Baer "habría unas seis mil familias judías en el reino de Aragón, lo que proporcionalmente suponía muchísimo" (89) El famoso Libro Verde de Aragón es un alegato documental y escalofriante sobre la contaminación y la falta de limpieza de sangre en una gran cantidad de familias de la nobleza aragonesa donde una gran parte de las clases privilegiadas tenían verdaderamente origen judío. Bernáldez, en su Historia de los Reyes Católicos nos informa que "en cuanto podían adquirir honra, oficios reales, favores de reyes y señores, algunos se mezclaron con los hijos e hijas de caballeros cristianos viejos con sobra de riquezas" (90) para luego llevar una vida doble y aprovechada.

Para los criptojudíos, como para Escrivá de Balaguer la ética se reducía, en definitiva, a hacer lo útil en término final en la jerarquía de valores.

Para Cobo Martínez, Josemaría Escrivá de Balaguer es uno de los más cualificados y eficientes criados del judaísmo". (91) Sus servicios a la causa judía y los perjuicios que de su actuación se derivan en la Iglesia Católica le confieren el gran título de hijo predilecto de Israel.

De ahí su inclinación a la vida oculta y las llamadas constantes a la imitación, no a la doctrina explicada por Cristo, no al amor y a la caridad cristiana, sino "a los treinta años de vida oculta del Señor" con una obsesión por el acatamiento y la obediencia como corresponde a las exigencias de una religión, la hebrea, que se basa no en la fe, sino en las prescripciones de una ley sin concesiones donde, como decía Escrivá, "Obedecer siempre es ser mártir sin morir". La obediencia ciega, sobre el amor y la verdad. Esa es la gran diferencia.

Como nos advierte D. Julio Caro Baroja "hay que tener mucho cuidado con los lobos sangrientos que pasan entre nosotros disimulados con las pieles de mentidas ovejas". (92)



REFERENCIAS

69. Roth, p 27.
70. "Escriba," Diccionario de la Lengua Española, Edition 19 (Real Academia de la Lengua, 1970).
71. Duran Gudiol, p 34.
72. Ibid, pp 34-35.
73. Ibid, p 42.
74. Ibid, p 56.
75. Cantera, Francisco, "Sinagogas españolas" (Madrid: CSIC, 1984), p 170.
76. Gracia Vicente, p 63.
77. Walsh, p 196.
78. Ibid, p 211.
79. Carandell, p 80.
80. Walsh, p 131.
81. "Le Tourneau", p 132.
82. Ibid, p 46.
83. Bernal, p 263.
84. West, p 54.
85. Caro Baroja, "Razas, pueblos y linajes", op cit, p 128.
86. Caro Baroja, "Destino del judío hispánico", op cit, p 416.
87. Le Tourneau, p 19.
88. López Martínez, p 103.
89. Baer, Die Juden, Vol I, p 813.
90. Bernáldez, "Historía de los Reyes Católicos", p 600.
91. Cobo Martínez, "Faro inconfundible", No. 23 (June, 1988), p 10.
92. Caro Baroja, "Razas, pueblos y linajes", p 133.


Índice del Capítulo III

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO III


CRIPTOJUDAÍSMO Y EL OPUS DEI


4. La simbología kabalística del Opus Dei


Si Escrivá era de tronco judío sus signos y símbolos tenían que ser, como representación gráfica e interpretativa de su subconsciente, acordes con su condición. El Opus, su Obra, su Pompa, su instrumento, su gran engaño, tenía que estar cincelado de emblemas y alegorías conexas con la Kábala hebrea. Sobre este presupuesto comenzamos nuestras indagaciones y los resultados han sido sorprendentes.

El biógrafo oficial y laudatorio de la figura de Escrivá nos puso en la pista al escribir que "corrió la voz por Madrid de que su oratorio estaba lleno de signos kabalísticos..."(93) También se habló del oratorio elíptico en la casa de la calle de Diego de León. El P.  Severino Alvarez, dominico, Decano de la Facultad de Derecho Canónico del Angelicum de Roma contaba ya en 1950 que también se habían recibido en el Santo Oficio de Roma denuncias contra el Opus en las que entre otras cosas se hacía alusión a la heterodoxia del Opus, indicándose la forma elíptica del oratorio y las señales externas, las manifestaciones poco convencionales utilizadas, por lo que el Maestro General de los Dominicos, aprovechando que el Padre Severino realizó por aquel entonces un viaje a España, le encargó encarecidamente que visitara y le informara de lo que viera en el oratorio en cuestión.

Comenzaban los indicios, los atisbos, los comentarios sobre la criptografía empleada. Fue a fines de 1939 cuando el Opus Dei había abierto un oratorio anexo a la residencia de la calle de Jenner, en Madrid, en torno al cual y ya desde aquellas prematuras fechas comenzaron a producir la alarma y el desconcierto entre los creyentes que comenzaron a circular por medio de boca a oído que la capilla "estaba adornada con signos Kabalísticos y masónicos y se afirma que gracias a sabios juegos de luz Escrivá de Balaguer simulaba fenómenos de levitación". (94)

Además, la Sociedad de Cooperación Intelectual -SOCOIN-, una iniciativa vinculada a la Obra, fue señalada como una derivación masónica de una organización judía internacional. En la época en que sucedían estos hechos -en los albores de la fundación del Opus -un profesor de derecho internacional afirmó que había encontrado en un diccionario hebreo el verdadero significado de las siglas SOCOIN que correspondía al nombre de una secta hebraica de asesinos." (95)

En 1940 el Tribunal Especial para la represión de la masonería y del comunismo y que tenía entre otras misiones la de tutelar la seguridad del Estado, abrió expediente informativo contra José María Escrivá de Balaguer acusándole de que "bajo el nombre de Opus Dei se escondía una rama judaica de la masonería". (96) Una acusación tan grave e inusual debía tener algún fundamento, estar respaldada, tener motivos y argumentos, que vamos a tratar de alumbrar.

El primer símbolo que nos llama la atención es la adopción de la rosa como figura emblemática, como símbolo diferenciador e identificativo, que se arroga y atribuye al Opus Dei. En este contexto no se puede olvidar que el asunto de la rosa no es un capricho o algo casual, sino que revela una profunda coherencia, pues según el Zohar la rosa designa "La Comunidad de Israel" (véase Zoar, I 1a) Quizá el padre Escrivá quería avisar con esta leyenda a unos pocos iniciados que no se olvidaran de sus raíces... y de sus obligaciones.

Ediciones Rialp, la editorial propiedad del Opus Dei, donde se editan los libros y textos oficiales de la Obra, el vehículo difusor de la bibliografía más apologética y exultante del Opus, tiene como anagrama editor la imagen y el diseño de una rosa. Son las señas de identidad de su labor bibliográfica. Es la imagen de marca. Es la señal de la rosa...

El origen para la introducción del signo kabalístico de la rosa se remonta a los años del período de la Guerra Española, cuando Escrivá, que había estado sin demasiados problemas en "zona roja" teniendo la información previa sobre el desenlace de la contienda con la victoria de las fuerzas nacionales leales a Franco, se pasa de zona en conflicto a través del Pirineo, por la frontera francesa, donde el grupo se refugió en pleno invierno en una cabaña para pernoctar. Por la mañana cuando iban a reemprender la marcha se solicitó a Escrivá que oficiara una misa, a lo que se negó, inexplicablemente, saliendo del refugio de montaña en solitario y caminando hasta que se perdió entre la nieve y el hielo de las montañas, regresando poco después al punto de partida alborozado, eufórico, según los testigos presenciales, con el rostro iluminado y con una rosa de madera en las manos que según dijo "le había dado la Virgen, que se le acababa de aparecer" (97) en todas las apariciones reconocidas oficialmente por la Iglesia Católica, hay pruebas. De la aparición que difundió Escrivá, ninguna, a pesar de su testimonio en vivo y en directo, que como se tratara de una burda mentira, no insistió con posterioridad, ni ha sido jamás reconocida tal aparición por la Iglesia.

Después de aquella situación inventaría toda una leyenda. Dijo que la rosa estaba semi enterrada entre la nieve y para él "era la señal evidente de que se acercaba otra época en la vida del Opus Dei y que se acabaría pronto el período de las plantas cubiertas por la nieve", (98) en clara alusión metafórica a su cirptojudaísmo secular, con dos interpretaciones evidentes, la rosa y su significado y su escondite y salida a la superficie.

El símbolo de la rosa forma parte importantísima de la tradición kabalística hebrea. (99)  Ya en los salmos y en los poemas proféticos judíos, la rosa roja y la rosa blanca personifican los cuerpos castigados y purificados de Israel. Pero en la Kábala se va aún más allá en el camino de significaciones. El Árbol, sefirótico, dividido en tres columnas verticales, tiene la central precisamente bajo la advocación de la rosa, que de este modo restaura y equilibra la parte rigurosa y severa de la creación -izquierda - con su lado clemente y misericordioso -el derecho-.

La rosa no sólo está impresa en todas las publicaciones que salen de la Editorial del Opus Dei, Rialp, que curiosamente lleva el nombre de la aldea donde supuestamente en 1937, en su ermita y a él solo, sin testigos incómodos, se le apareció la Virgen y que desde entonces ha pasado a ser el auténtico símbolo para el Opus. Tampoco podía faltar por doquier en Torreciudad, el templo suntuoso construido con el óbolo de los escándalos financieros. En torreciudad encontramos rosas esculpidas en la capilla, en la ermita, en el interior y en el exterior del templo, en muchos edificios del complejo arquitectónico, en todas partes, para que no se olvide que estamos en un lugar con mensaje kabalístico.

Parece que también cuando besan el suelo, en ese amor a lo material, mascullan la divisa templaria "Non nobis, Domine, non nobis, sed nomine tuo da gloriam" (100) También se ha querido asimilar la rosa a la importancia que tenía en la Orden Templaria. Para el Temple, la rosa y la espina fueron un símbolo de capital importancia.

Aparte de la rosa y su claro mensaje Kabalístico, otro signo caro al fundador del Opus Dei fue la representación gráfica de palmípedos, el signo hermético de la oca, la pata de ganso. Existen dibujos de patos realizados por la mano de Escrivá en el cristal, madera, porcelana, papel. En una casa de ejercicios en Molino Viejo, en la provincia de Segovia, se conserva pintado en una pared un pato atribuido al propio fundador. La obsesión por los graffitti de los gansos tiene otra cara y sibilina vertiente kabalística, de un enigmático y profundo significado.

Otra de las peculiaridades más llamativas es la eliminación de la imagen de Cristo de los crucifijos. Tampoco aparece el INRI típico de la cruz ni la faja negra con el mors mortem superavit. (101)
Para el Opus según el diseño de su fundador, el crucifijo es la cruz sin cuerpo, luego reverencian y adoran no a la figura de Cristo, sino alaban al cadalso, a su último patíbulo, veneran al instrumento de suplicio y del tormento.

Los miembros del Opus Dei son portadores, en sus bolsillos, de cruces sin el cuerpo de Cristo. Del Hijo de Dios crucificado, la Obra sólo acepta y reconoce como suya una cruz de madera vacía. Las razones camufladas que da Escrivá son que los cuerpos desnudos de Jesucristo suelen estar malísimamente hechos y son repugnantes. El crucifijo es el símbolo de la fe. El madero, el calvario donde los judíos ejercieron su deicidio.

Es costumbre y norma obligatoria que en cada centro o casa del Opus "exista una cruz negra sin Cristo, que será adornada dos veces por año." (102) Estas prácticas heterodoxas han sido censuradas igual que su secretismo, que su dedo pulgar puesto sobre sus labios.

Si a la cruz pelada le juntamos la rosa tenemos la rosa-cruz. La alquimia kabalística no puede ser más explícita y perfecta.

Siguiendo en la búsqueda y en el hallazgo de elementos kabalísticos, la numerología ha sido una ciencia tradicional donde se inspira la kábala hebrea y cuya representación no podía faltar en el Opus Dei. El libro de Escrivá, Camino, tiene exactamente 999 máximas o puntos, a los que en ninguna reedición ha sido variada su cifra, que invertida se convierte en el 666 apocalíptico, el número de la "Bestia" lo que nos sitúa en el carácter escatológico de la Obra. Su misión histórica parece señalada en clave clara, siendo como es el judaísmo un factor principal en toda época apocalíptica. Como nos dice el Apocalipsis, el nombre de la Bestia está escrito en cifras cuyo valor es 666.

Indudablemente el número no es mero azar. (103) Dante utilizó profusamente el número 9 y otros múltiplos de 3 en la Divina Comedia. En dimensiones de vida (máxima 279), tres veces tres, 999, 666...

El número 9 tiene una importancia esotérica de primera magnitud en cuanto que representa al signo del noveno sefirá kabalístico y tal como explica el profesor Gershom Scholem, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, conocer el significado de las razones profundas de los números en tanto que son magnitudes cósmicas -era, para los kabalistas y para quienes seguían la esencia universal de su teosofía- "un sistema de pensamiento que se plantea conocer y describir las operaciones de la Divinidad". (104) Para la kábala la constante ininterrumpida del número 9- yesod, fundación- tiene su justificación  plena en el Opus como módulo de construcción. Tres veces tres hacen nueve y tres veces nueve forman el 999 al que hay que invertir, dar la vuelta, para que veamos reflejado el enigmático y significativo nombre bestial.

Otros signos que utiliza el Opus Dei en sus manifestaciones son el olivo y el árbol; según las explicaciones que nos da la Haggadah en el Talmud, Israel se parece al olivo porque el aceite que de él se extrae no se mezcla con los otros líquidos y así Israel conserva su individualidad; porque el aceite sobrenada, lo cual dicen los judíos -está escrito en la ley "Dios te colocará arriba de todas las naciones" (Deuteronomio XXVI, 19) y porque el olivo necesita ser aplastado para producir y así Israel sacará provecho de las desgracias y persecuciones, unas fingidas y otras provocadas. (105)

Como marca comercial también han utilizado en grandes holdings cercanos al Opus Dei, tal es el caso de Rumasa, otro símbolo kabalístico; la abeja encerrada en un exágono, que es la representación gráfica del hebreo "Débora" con todas sus connotaciones intrínsecas.

Por último hay que resaltar que entre los miembros del Opus existen, como en la masonería judaica, ciertas palabras de pase y reconocimiento. Se saludan con la palabra "Pax" y la respuesta es "In aeternum". Son palabras de identificación y filiación, argot interior usado para resaltar su pertenencia, una especie de consigna o de santo y señal particular. Utilizan el latín en las palabras escogidas como pase o palabras sagradas para utilizar entre sí y no con los demás hermanos supuestos, los cristianos.

Otro exorcismo que se detecta es el de rociar la cama con algunas gotas de agua bendecida antes de acostarse, flagelarse, llevar cilicios o dormir en el suelo una vez por semana en señal de penitencia y para acercarse en la distancia y en el lugar donde se encuentran al simbólico muro de las lamentaciones hebraico.



REFERENCIAS

93. Bernal, p 246.
94. Ricci, Marina, "Opus Dei,"Revista 30 Días, No. 5 (May 1990), p 16.
95. Ibid, p 17.
96. Ibid, p 17.
97. Magaña, p 1576.
98. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", p 19.
99. García, Atienza, Juan  "La Kabala, Revista Mundo desconocido", No. 31 (Enero 1979).
100 .Cristóbal, Ramiro, "Los templarios, un antecedente del Opus Dei," en Historia, No. 6 (Septiembre 1975), p 62.
101. Ynfante, Jesus, "El silencio de las termitas", p 15.
102. Le Vaillant, p 213.
103. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", p 386.
104. García Atienza, p 45.
105. Wast, Oro, p 160.


Índice del Capítulo III

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO III


CRIPTOJUDAÍSMO Y EL OPUS DEI


5. Los ghetos judíos como modelo para el Opus


El modelo y el patrón de la estructura interna del Opus Dei no es la comunidad cristiana basada en la caridad y en el amor de todos sus semejantes. El esquema interno de la Obra, su organigrama interior y sus leyes y normas de funcionamiento son un plagio, una transposición de la vida religiosa, social y jurídica de las comunidades del ghetto judío, reguladas por el Talmud y las leyes rebínicas del Kahal.

Escrivá de Balaguer crea el Opus a imagen y semejanza del ghetto judío, reglamentando su vida en común bajo los mismos principios y dando una cohesión intrínseca basada en las experiencias y en las regulaciones normativas, en las prescripciones, en las que se basaba la Ley del Kahal. Podemos afirmar sin ambigüedades que Escrivá colma las antiguas normas de vida espiritual judía con alegorías y lenguaje cristiano. Son los viejos odres rabínicos y el agua bautismal. Habla en cristiano y piensa y siente en hebreo.

Todos los niveles de comportamiento y de intransigencia férrea sobre el grupo son manifestaciones resultantes del espíritu del Talmud. El Opus Dei es la institución del rabinato en el seno de la Iglesia Católica.

Escrivá en su juventud conoce y aplica el espíritu del ghetto que se refleja en el libro de Jacob Brafmann El libro del Kahal donde se detalla la vida, la norma y la administración de los ghettos judíos que Escrivá quiere asimilar para su futura Obra, copiándolo al pie de la letra.

Generalmente se piensa que ser judío es simplemente profesar la religión judaica, pero en realidad es otra cosa bien diferente, es nada menos que pertenecer a un pueblo diferente y distinto elegido según ellos -a aquel en que se ha nacido o se vive. Erróneamente se tiene la consideración de que la sinagoga no es más que el lugar de culto de los israelitas, cuando se ignora que además es su centro de gobierno, su legislatura, su foro, su tribunal, su escuela, su bolsa y su club. (106) La sinagoga es el alma del judaísmo y su alma a la vez no es la Biblia, sino el Talmud que se materializa en el kahal, en el que desde que el judío llama a los umbrales de la vida, hasta que sus despojos, lavados con agua hervida con rosas secas, vive secretamente sometido.

El Kahal, como el Opus para sus miembros, rige sus existencias, los subordina y avasalla, los reduce y los maneja infaliblemente. El Kahal existe dondequiera que hay un núcleo judío, que si es pequeño el número se le llama Kehillah y si son muchos y cuentan con rabino y sinagoga, ya es un kahal, que tiene jurisdicción sobre los Kehillahs de las inmediaciones y de los aledaños. Si el número de la comunidad hebrea es considerable, donde se concentran en una misma ciudad millares de hebreos como la ciudad de Nueva York, por ejemplo, donde se dan cita millones de judíos - se instala un Gran Kahal, que tiene ámbito jurisdiccional sobre los kahales de todo el territorio. El Kahal actúa como un soberano invisible y absoluto al que deben doblegarse voluntades personales e intereses individuales, igual que en el Opus Dei, réplica de su sistema y funcionamiento. El Kahal también juzga a modo de tribunal y persigue como implacable exterminador. El Opus juzga permanentemente a sus miembros vigilados entre sí y los corrige y enmienda. Kahal y Opus son dos realidades de la misma identidad.

Comercio, política, economía, religión, vida privada hasta en sus detalles más íntimos y minuciosos -relaciones entre padres e hijos, entre marido y mujer, entre amos y criados -todo está regido por el Talmud y controlado por el Kahal -el Opus- que es su expresión concreta. (107) Existe una estrecha inteligencia entre el Rabino que elabora la doctrina y el Kahal que la aplica y que el público en general ignora, se licencia, se guarda y se confunde.

El Kahal y el Opus, legislan su régimen interior a su albedrío y antojo, según las máximas y los dogmas talmúdicos. Más recóndito está y actúa el Beth Din, tribunal secreto que juzga al margen de la justicia convencional, siendo sus códigos no los textos legales, sino su propio espíritu judaico. El engaño ha consistido en hacer parecer a las comunidades judías o al Opus Dei como simple asociaciones de carácter religioso, ocultando con esta apariencia su verdadera naturaleza. Su presentación es como núcleos inofensivos, cuando son en realidad sociedades secretas que controlan de forma totalitaria a los individuos que forman parte de ellas. (108)

Los judíos, como el miembro adepto al Opus Dei, son individuos sujetos totalitariamente a la comunidad israelita o a la Obra en lo político, lo económico, lo religioso, lo militar, lo cultural y hasta en lo privado. Son los hombres más carentes y privados de libertad de la tierra. Son esclavos de un deseo y de una promesa. Se les obliga al secreto, se les reduce al silencio y a la obediencia ciega e irreflexiva a la comunidad judía, a la Obra y a sus órganos de gobierno, que para la mayoría, incluso para los que están dentro, siguen siendo ocultos y secretos.

Su única libertad es la de obedecer a sus jefes y directores espirituales. Obediencia debida, conjurada y juramentada en todo, en el trabajo y en la ideología, en lo religioso y en lo cultural. Nada deberá hacerse sin el beneplácito inapelable de los jefes y directores espirituales que son los que marcan de forma indeleble la personalidad desprovista de sus seguidores. Pedir permiso para todo. No tener iniciativas propias. Cualquier sugerencia a emprender, debe contar con la aquiescencia y el conocimiento previo y preliminar del "superior",

El Opus, igual que el judaísmo, es la actualización del fariseísmo de antaño, que otorga a los rabinos no sólo el papel de sacerdotes y sumos sacerdotes, sino también el de líderes políticos, el de gobernantes totalitarios y omnímodos de las comunidades judías o del Opus Dei dispersas en el mundo. Tanto los rabinos, como los dirigentes del Opus dirigen sin contemplaciones en todos los planos de la vida humana a sus seguidores, en lo político, económico, religioso, social, en sus inquietudes particulares, porque de su influencia hacen un instrumento totalitario, valiéndose de un intrincado sistema de presiones y control, de espionaje y de infiltración en todos los órdenes de la vida personal y moral de sus seguidores, para imponer su voluntad y dominio.

La palabra "sinagoga" como el término Opus, tiene tres significados: como asamblea o célula básica organizativa, como templo o edificio, bien inmueble donde se reúnen, que puede ser un templo o en casas particulares que dependen de otras casas de ámbito regional o de una demarcación mayor según la entidad territorial o el núcleo de los adscritos y por último también es sinónimo de totalitarismo judío cristiano, donde sus dirigentes se erigen en foros de obediencia suprema.

Entre los judíos los "Parnasim" o miembros del Kahal regional o local y en el Opus Dei los directores espirituales - que pueden ser o no sacerdotes de la Obra -dirigen la comunidad local, planifican la infiltración de sus miembros en todos los estamentos, partidos y grupos políticos, económicos, laborales, etc., sin importarles la ideología, por ello nos encontramos judíos y miembros del Opus Dei en las huestes de los partidos y organizaciones de izquierdas y entre los partidos de derechas o de centro. Su fijación es la obediencia servil.

Dice el israelita Jacob Alejandrovich Brafman, que el control de cada individuo judío es muy minucioso en todas las actividades de su vida pública y en la privada y que el dominio totalitario de la comunidad judía sobre el individuo judío es absoluto y hasta penetra en la intimidad del hogar israelita. (109) Igual que en el Opus Dei.

El secreto para conseguir la obediencia ciega y totalitaria es la coacción, las leyes represivas, la intimidación con el castigo de la eterna condenación sin atenuantes si se desobedece a los superiores inmediatos, las mortificaciones, las evidencias, las represalias como reos del crimen de esa colectividad. Desobedecer a los superiores en estos núcleos es semejante a ofender a Dios, a apartarse de la senda del "bien" y entrar en el camino de la "perdición" eterna. Es el mayor de los pecados. El desacato no se tolera y su corrección más que fraterna es terrible.

Entre las medidas que se toman contra los judíos disidentes que desobedecen, equiparadas a las que adopta el Opus Dei, se encuentran las siguientes:

Todo judío al ingresar en la "Santa Hermandad Sinagogal" tiene que firmar documentos comprometedores que una vez suscritos no vuelve a ver pero que sabe de su existencia. Cada cierto tiempo tiene que renovar sus juramentos de fidelidad de forma pública y solemne ante los demás, para que no exista la más mínima duda y se evite cualquier tentación de arrepentimiento del paso dado. Se debe prestar subordinación a ultranza al Kahal o a la Obra, por encima de cualquier valor o institución exterior, porque sólo en el círculo interno se encuentra la verdad, debiendo informar a los rabinos o en su caso a los directores espirituales en la Obra, de todos los pormenores y secretos a los que el judío o miembro del Opus Dei tenga acceso, ya sean militares, políticos y los miembros del Opus Dei viven permanentemente hipotecados para toda su vida.

Las leyes internas de la secta judaica o de la mafia católica obligan a ventilar las diferencias en el interior. Los trapos sucios se lavan en casa. Las controversias las debe conocer y resolver el rabino o los superiores de la Obra. El escándalo no debe jamás trascender a la opinión pública, que debe vivir en la ignorancia de las interioridades del ghetto y de la Obra.

-Al judío, como al numerario que desobedece, se le priva de la relación carnal con su cónyuge, para lo que se insta a la esposa que también suele ser de la Obra -endogamia judía y del Opus o espiritual- que niegue toda relación sexual hasta que el marido vuelva al redil de la obediencia a las órdenes de sus jefes, para que pueda regresar al lecho matrimonial.

-Como santa coacción también están permitidas las sanciones pecuniarias, siendo tanto el Opus como el judaísmo los grupos totalitarios mejor financiados del mundo.

-El fanatismo y la intransigencia son tan exacerbados que en casos de desobediencia grave y pública puede llegarse a la eliminación física del "desertor" o el malsín. En el Opus hay un sin fin de "muertes providenciales" y "misteriosas" de hombres que sabían demasiado y que no interesaban en un momento dado. En el judaísmo sucede otro tanto. Los intereses en juego son tan enormes que no se detienen ante nada.

Cada miembro de la comunidad es un espía para sus hermanos y están obligados a denunciar cualquier signo o síntoma de desafección a las órdenes emanadas o a la comunidad. Por ello en una comunidad basada en la delación no puede haber ni sincera amistad, ni confianza, ni hermandad. Denunciar al descarriado es un timbre de gloria. Ser confidente de las intenciones heterodoxas, un tanto a favor del denunciante. La disciplina mediante este sencillo método está siempre garantizada, por funcionar integrados los sistemas más minuciosos de información, espionaje y traición. Así vemos a hijos denunciar a sus padres, esposas contra esposos, amigos entre sí en todo el mundo judío y del Opus.

-La pena en casos de contumacia en el "error" de la desobediencia y de la liberación del yugo del grupo o comunidad, es el herem o excomunión, lo que conlleva una especie de muerte civil y donde antes era ficticia hermandad, ayuda recíproca y socorros mutuos, de pronto, como por un resorte se convierte en animadversión y muerte civil, negando el pan y la sal, haciendo al que se marcha de la espiral de obediencia el boicot más espantoso en todos los dominios, en el económico, en el social, en el político y en el personal. Hay que arruinarlo, eliminarlo socialmente, desacreditarlo, infamarlo, anularlo y neutralizarlo.

-La obediencia se da hasta en la censura previa a las lecturas, los juegos, las diversiones, los espectáculos e incluso los amigos. El no judío en un goim, un extraño; el que no es miembro del Opus Dei, aunque también sea católico, o cristiano, deja de ser un hermano.

Toda la información que recaben los judíos o los miembros del Opus Dei sólo debe servir para beneficio del judaísmo o de la Obra, teniendo de esta forma unos controles de información, unas centrales de datos, impresionantes y gratuitas. Conocer es imperar.

"Todos los judíos, sin excepción, están obligados por lo menos semanalmente a entregar a su rabino un informe de todo lo que vean, oigan, lean, etc. en la oficina militar, política, comercial, de prensa y de toda índole donde trabajen, así como de todo lo que vean y oigan por la calle, en el mercado, en la tienda, en la escuela, en el club, en la instrucción pública, militar, periodística universitaria, religiosa, económica, sindical o de cualquier otra índole donde se encuentren o donde "ocasionalmente tengan acceso". (110) En el Opus el paralelismo es idéntico pues todos sus miembros están obligados a una entrevista semanal con su director espiritual a la que se denomina "confidencia" para informarle de las actividades y comunicarle de todo lo que haya tenido conocimiento, visto, oído, leído en cualquier medio en que se haya desenvuelto. El director confecciona con todos los datos que semanalmente le transmiten los miembros un informe que a su vez lo eleva a los superiores y según su importancia y tras la valoración e interés de las informaciones, las mismas se transmiten hasta la cúspide de la Casa Central del Opus en Roma.

En el Opus Dei también existen las criadas - la Obra tiene centros donde enseña y adoctrina a las jóvenes para el servicio doméstico en casas de la aristocracia y de la burguesía; son adiestradas para comportarse como agentes del espionaje. En su "confidencia semanal" deben relatar las amistades que frecuentan la casa de donde están prestando servicio, las llamadas telefónicas que reciben sus señores, la correspondencia e incluso las conversaciones que escuchan en el hogar.

Existe en el Opus, igual que entre los judíos, la obligación de denunciar todo lo que pasa en el interior de la comunidad o del ghetto, en lo que se refiere al cumplimiento de sus costumbres y normas que en la Obra se denomina la "corrección fraterna". Esta obligación está dirigida tanto al culpable, a quien hay que tachar y censurar sus faltas con el fin de que se corrija y al director espiritual a quien hay que pedir permiso para desempeñar esta acusación o actuación frente al culpable, lo que significa que también el director espiritual está previamente informado del contenido de la denuncia pública ante los demás miembros del clan.

Estas prácticas ejercen un control y una continua vigilancia mutua, creando un ambiente de mutua desconfianza, recelo y sospecha que imposibilita una normal convivencia pero que van configurando el estilo del judaísmo o el espíritu de la Obra.

La obligación de la denuncia, con sus continuas sospechas y vigilancia en el Opus es una copia de las vivencias usuales y comunes de los ghettos hebreos, en los que se exigía a sus miembros comunicar al rabino todos los pormenores. Los efectos son idénticos en el ghetto que en la Obra en tales prácticas. De esta forma se obliga a todos los miembros a actividades de espionaje y de investigación, tan útiles para mantener la cohesión interna y los vínculos de las respectivas comunidades.

Las "confidencias" semanalmente y la "corrección fraterna" son piedras angulares en el fundamento de la Obra según la concepción de Escrivá, siendo, en gran parte, la razón de sus éxitos y de su expansión en el mundo entero. Si se suprimieran en el Opus estas técnicas o mecanismos de control, el edificio comenzaría a resquebrajarse, derrumbándose y terminando por carecer de fuerza vital.

La información recibida, clasificada, procesada, transmitida a niveles o escalones superiores según su contenido o su importancia son una clave del dominio, la hegemonía, la preponderancia y la falta de escrúpulos y de moral que desarrolla.

En el Opus diversos países están a la cabeza de la región. El que sus nombres no sean, por lo general, conocidos, no se debe únicamente a la casualidad. (111) También en cada región, ciertos hombres del sistema están secretamente y en confianza encargados de funciones y cometidos particulares, bien sea del sector finanzas, del comercio, de la enseñanza, etc, sin que sus nombres ni sus misiones sean revelados a los miembros de base y naturalmente totalmente tapados al conocimiento del resto de los mortales.

La vida del ghetto en los judíos y del Opus entre los cristianos repercute en su personalidad y en el interior de sus almas, creando una "estirpe" secreta y "diferenciada" de los demás de sus semejantes, a los que ignoran, pues para el judío y para el Opus, sólo son semejantes los iguales, es decir ellos mismos. Ellos y sólo ellos son los elegidos, los que han hecho un pacto con Dios, la Obra de Dios, el pueblo de la Alianza, los hijos de Israel. Los demás son la basura y la escoria de la humanidad. Por ello la vida y el ordenamiento jurídico de sus leyes del ghetto o de sus constituciones interiores prevalecen sobre la legislación civil o política de cualquier Estado en el que se asienten.

Si el judaísmo ha sobrevivido a la dispersión, a la diáspora, o a las contingencias coyunturales ha sido por su espíritu de ghetto que ha generado entre los hebreos un fanatismo despiadado y una fuerza de voluntad fortificada por la educación, la necesidad y su propia miseria, lo que les ha hecho concebir una sed insaciable de oro, poder y dominio. Oro, poder y dominio que son las premisas del Opus Dei, que al igual que en los ghettos, desde el primer momento se inculcan y estimulan los sentimientos de odio, intolerancia y orgullo, sentimientos que experimenta el seleccionado, el "elegido" contra sus adversarios, es decir, contra todos los que no sean judíos o miembros de la Obra. Sus pasiones y voluntades se tensan al máximo.

Sus organizaciones, las del Opus y las del ghetto son cerradas; los judíos forman, como dirían Schiller o Fichte, un Estado dentro del Estado.

Ghetto y Opus se aprovechan conscientemente de los vicios de sus miembros, de sus pasiones. Como afirma Brafmann en su libro sobre el Kahal, "el mantenimiento del judaísmo sólo fue posible gracias a la implantación del ghetto. La separación era y debía ser la solución, separación por el idioma, la vestimenta, la religión. La religión se conformó consistentemente como una religión de culto. Todo judío - lo mismo se puede aplicar a los miembros de la Obra -se ve obligado intencionadamente a prestar atención a su religión y a sus prohibiciones casi en cada momento de su vida, en cualquier pensamiento debido a las innumerables prescripciones, donde uno es moralmente responsable incluso del comportamiento vecino. Así, la disciplina del ghetto era la principal arma defensiva en la lucha por el mantenimiento del pueblo judío y sus pequeñas colonias" que garantiza la pervivencia.

En el ghetto, como en el Opus, la desobediencia se reprime sin contemplaciones y la traición no tiene perdón. Se utiliza el anatema como arma terrible. En el ghetto y en el Opus el ambiente es de soberbia, orgullo e intolerancia, como corresponde al "pueblo elegido" sobre una base religiosa. Para esto sirven sobre todo y fundamentalmente las festividades, los ritos, las celebraciones, las prácticas, los retiros, los ejercicios, las lamentaciones y los rezos... Los cuatro pilares básicos del dogma judío eran la fe en el pacto con Yavé,- el Opus Dei u Obra de Dios también se considera a sí mismo la élite, los selectos, los puros y los elegidos; la pureza de la raza, en el Opus ellos son los inmaculados frente a la contaminación exterior; la fe en ser el pueblo elegido y en el Mesías; para la Obra el Mesías redivivo está representado por el propio Escrivá, cuya figura es objeto de veneración interior.

Ghetto y Opus tienen rasgos defensivos. De ahí por una parte su odio al "alter" y a la vez su mimetismo, su desarrollo en paralelo con el secreto de su organización y su fanatismo propio de cerebros alineados y talmúdicos, su odio y su disimulo, su agresividad o su servilismo según las circunstancias, y todo ello en aras de una apariencia de espiritualidad inocua.

En el judaísmo, en la celebración de las fiestas del Pesaj, los rabinos recalcan que un solo israelita agazapado, como nos narra la Biblia, pudo apoderarse del gobierno y de las riquezas de Egipto, con mayor razón puede conseguirlo toda una comunidad judía, infiltrada en una nación. La lección silenciosa la aplica el Opus Dei y fue transmitida en secreto por Escrivá a sus hombres de confianza y a sus más próximos.

Otra máxima del Talmud que siguen al pie de la letra los seguidores de Escrivá es aquella que reza: "dondequiera que se establezcan los judíos, es preciso que lleguen a ser los amos y mientras no posean el absoluto dominio, deben considerarse como desterrados y prisioneros, aunque lleguen a dominar algunas naciones, hasta que no las dominen todas, no deben cesar de clamar: ¡Qué tormento! ¡Qué indignidad!". (112)

De forma inconsciente, en el silencio de la termita, Jesús Ynfante nos dice del Opus que "lejos de buscar la transparencia, se entroncan en la oscuridad de los ghettos y de las mafias". (113)



REFERENCIAS

106. Ibid, p 14.
107. Ibid, p 16.
108. Boyer, p 43.
109. Ibid, p 44.
110. Ibid, p 71.
111. Le Vaillant, p 60.
112. Talmud de Babilonia, Tratado Sanedrín, folio 104, column 1.
113. Ynfante, "El silencio de las termitas", p 15.


Índice del Capítulo III

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO III


CRIPTOJUDAÍSMO Y EL OPUS DEI


6. El Opus Dei y la cuestión judía


El escritor y ensayista Alfredo Marquerie, conocido en el mundo de las letras españolas por su elegante crítica teatral, hacía la siguiente valoración de los miembros de la Obra: "Creo que los del Opus son nuevos cristianos". (114) El término de cristiano nuevo se acuñó para designar a los marranos y conversos, a los criptojudíos, a los cristianos. Aunque quizá fue más una intuición que una reflexión, no estaba exenta de razón.

Hay que revelar una noticia que ha pasado desapercibida para la mayoría pero que demuestra hasta qué punto el Opus Dei es una organización judía que opera como quinta columna infiltrada en las fibras más profundas de la Iglesia Católica. El día 10 de mayo de 1968 la Agencia de Noticias EFE difundía, fechada en Nueva York, la noticia de la que al día siguiente algunos periódicos del mundo se harían eco e insertarían en sus ediciones y que textualmente decía:

"Con la asistencia del arzobispo católico de N.Y, Terence Cooke, y un grupo de familiares y amigos, se celebraron en la sinagoga "Emmanuel" de esta capital las honras fúnebres de Sol A. Rosenblatt, fallecido en Biarritz (Francia) el 4 de mayo a los 67 años de edad, como consecuencia de un ataque al corazón.

El Sr. Rosenblatt fue un famoso abogado neoyorquino y asesor jurídico del fallecido cardenal Spellman en la archidiócesis de N.Y.

"Recordamos con afecto su generosa vida, su talento, su lealtad y su disposición de espíritu para todos aquellos que necesitaban su ayuda" dijo el arzobispo de Nueva York en unas palabras de recordatorio para la figura de Sol A. Rosenblatt, al término de los servicios religiosos celebrados en la citada sinagoga.

"Esta ha sido la primera vez que un arzobispo católico asiste a los servicios religiosos judíos en una sinagoga. A monseñor Terence Cooke le unía una gran amistad con el difunto.

"Sol A. Rosenblatt, amigo personal y colaborador legal en tiempos del presidente norteamericano Franklin D. Rooselvet, fue también un gran amigo de España. Recientemente el gobierno le concedió la Cruz de Isabel la Católica por su promoción de la comprensión internacional.

"El conocido abogado neoyorquino también mantenía una oficina jurídica en Madrid, siendo amigo personal de numerosas autoridades y abogados españoles, entre los que se encuentran el Ministro de Educación y Ciencia Sr. Villar Palasi -miembro del Opus Dei-.

"Entre los familiares asistentes al funeral se encontraba su esposa, Estrella Carrol Boissevain que llegó anoche procedente de Madrid y sus dos hijos, Richard y Robert, abogado y banquero respectivamente.

"Sol. A. Rosenblatt, nacido en Omaha (Nebraska) estudió en la Universidad de Harvard, donde se graduó en Leyes en 1924". (115)

Conviene agregar a esta noticia de los funerales y oficios religiosos del judío Sol A. Rosenblatt que en 1964 circulaba en los medios y entre las notas y ecos de sociedad que era un asiduo de la Costa Azul y era el hombre fuerte de las finanzas, el tesorero del Opus Dei. (116) ¿Cómo es posible que una supuesta corriente cristiana, tan adicta al dinero como el Opus Dei, tuviera como responsable de las finanzas a un afamado judío practicante? A veces los hechos son mucho más expresivos y elocuentes que las propias palabras.

La primera vez que una revista católica ensambla al Opus con los judíos fue en el número correspondiente al mes de enero de 1990 de la publicación mensual "Tradición Católica" en la que apareció un titular destacado, en letras de molde de varios ciceros cuyo texto era el siguiente: "Opus y Judaísmo. Táctica del sabotaje" (117) La revista empezaba a vislumbrar la clave del enigma y del fenómeno Opus.

Ya es significativo y sintomático que al Opus -que se presenta como ultracatólico sospechosamente, con la fe del converso -puedan pertenecer personas "no cristianas" y "donde hay una gran representación judía, lo que puede explicar el rápido auge financiero y la influencia de la Obra en la alta economía". (118) Y lo que es más insólito aún, al Opus pueden pertenecer incluso los no creyentes. Según el periodista judío del N.Y. Times Herbert L. Matthews, gran conocedor del Opus, "nunca se tiene seguridad respecto a los miembros de este organismo, que trabaja en gran secreto en cuanto a nombres, número, actividad..." (119) Cuando todo se quiere ocultar, cuando la verdad misma se disimula, alguna razón poderosa deberá existir para enmascarar la Obra de Dios con tanto misterio.

Escrivá recibía, según varios autores, a numerosas personas: católicos, cristianos de distintas confesiones, judíos, agnósticos, etc. "que deseaban conocerle y pedirle consejo". (120) Los judíos no se sabe si iban o venían, si se acercaban a recibir consejos o a dárselos.

Tuvo exquisitos cuidado Escrivá en abrir las compuertas para que desde dentro de la Iglesia, a través del Opus Dei, operaran gentes no sólo no católicas, sino incluso anticristianas. Esta posibilidad se la brindó por medios de los "socios cooperadores" aunque resulta difícil comprender cómo una persona que no cree, que no siente, que no profesa unas creencias religiosas, pueda ayudarla, a no ser que la ayuden a destruirla como caballos de Troya. Las cuatro categorías de los miembros opusdeístas pueden ser: numerarios, supernumerarios, oblatos y "cooperadores" y es en este cuarto poder dentro de la Obra por donde penetra un tufillo de insinceridad y donde se sitúa, para no levantar sospechas, el estamento judío puro.

Entre las conexiones destacadas del Opus Dei con el judaísmo, citemos por ejemplo al cardenal de origen judío Agustín Bea- confesor del pontífice reinante entonces, S. S. Pío XII- que fue una de las jerarquías eclesiásticas que más apoyó tanto económicamente como a través de su tráfico de influencias en los corredores y pasillos Vaticanos al Opus y a Escrivá, con quien le unían lazos de sangre y de amistad. El judío Cardenal Bea fue el impulsor y creador de controvertidos documentos del Concilio Vaticano II, tales como los referentes al liberalismo religioso, al pueblo judío -al cual pertenecía -, a las relaciones de la Iglesia con las sectas o catapultando con toda clase de ayudas y recomendaciones al Opus Dei.

Los contactos de Escrivá de Balaguer con el cardenal Agustín Bea, permitieron más tarde que el fundador del Opus Dei respondiera a la pregunta 21 del folleto 24 preguntas a José María Escrivá de Balaguer, en los siguientes términos: (121) "Padre Santo - se refería a Juan XXIII -, en nuestra Obra siempre han encontrado todos los hombres, católicos o no, un lugar amable: no he aprendido el ecumenismo de vuestra Santidad - en clara alusión a Bea -El se rió emocionado porque sabía que ya, desde 1950, la Santa Sede -por intermediación de Bea -había autorizado al Opus Dei a recibir como asociados cooperadores a los no católicos y aún a los no cristianos". Era un reconocimiento explícito y personal de la penetración del elemento judío en cuña en la Iglesia Católica.

A sus hombres posicionados en esferas políticas se les comenzó a llamar tecnócratas, influidos por las ideas económicas del judío estadounidense Trostein Veblen que en 1919 publicó su libro The Engineers and the Price System de donde partiera la tecnocracia fomentada por el también judío Howard Scott, y entre los más ardientes defensores de la teoría económica tecnocrática adoptada por el Opus se encuentran la plantilla de Walter Rastentrauch, Basset Jones, Del Hitchoc, Ackermann, todos de la misma antropología física que basan su sistema en provechos inmediatos y rentabilidad.

El Opus dejó su estigma judaico en la basílica mejicana de "Arena Tepeyac", para acoger a la Virgen de Guadalupe, cuya construcción levantó polémica como el artículo de Gloria Fuentes denominado La Virgen en una Carpa de Circo, aunque unas personas opinan que es semejante a un canódromo y otras a un platillo volante, como signo de total irreverencia, pero donde "la estructura del altar principal es exactamente la misma que la del presidium de las sinagogas. (122) La Iglesia fue un proyecto del Opus Dei entre bastidores.
 
El judaísmo estaba en las "Obras" y en el espíritu. En la homilía que pronunciaba Escrivá de Balaguer en 1967 en el campus universitario de Navarra, el centro de estudios superiores patrocinado y al servicio de la Obra, se expresaba de esta guisa, traicionándole el subconsciente: "yo solía decir a aquellos universitarios y a aquellos obreros que venían junto a mi por los años treinta que tenían que saber MATERIALIZAR LA VIDA ESPIRITUAL". (123) No se puede ser ni más explícito, ni más judío.

El judío Mikel Gotzón Santameria Garai, de Bilbao, publicaba en el diario "ABC" el dos de febrero de 1992 la siguiente confesión: "Yo aprendí el orgullo de ser judío del fundador del Opus Dei. Siempre había estado orgulloso de esa parte importante de mi herencia paterna, pero de sus labios aprendía cuales eran los motivos más importantes que tiene un cristiano para estar orgulloso de su ascendencia judía. De él aprendí que los primeros amores de un cristiano son judíos... Por no tener más que una parte de judío, envidiaba a los que podían decirle en una tertulia: "Padre soy judío" porque sabíamos que el fundador del Opus Dei no te dejaba terminar. Te cortaba con cariño y empezaba a enumerar los motivos que tenía para quererte de un modo especial".

Entre los numerosos judíos que frecuentaron a Escrivá están el médico Josef Ganglberger, profesor de la Universidad de Viena para el que es un gran descubrimiento la redención y santificación por el trabajo, o el célebre judío austríaco Victor E. Frankl, psiquiatra, también profesor de la Universidad de Viena, que visitó con cierta asiduidad a Escrivá, que para magnificar a un hombre tan socarrón y cateto como era Escrivá, lleno de ripios y de gramática parda, le encomiaba, como si de una campaña de imagen se tratara, con la siguiente presentación propia de marketing "me fascinó el ritmo inaudito con que su pensamiento fluye, y finalmente, su asombrosa capacidad de contacto inmediato con sus interlocutores". (124) El psiquiatra hebreo, adulando a su consanguíneo, el también judío suizo Edwin Zobel, visitaba en Roma en 1960 a Escrivá, a quien dedicó piropos y frases galantes, desde su judaísmo militante...

Escrivá quería a todo trance preservar a la Obra del contagio cristiano. "Somos ese resto de Israel, elegido por Dios para iniciar la conversión". Solía decir (125) para poco a poco abrirse en su mente, al hilo de su creciente aislamiento y endiosamiento, la idea de que la Obra constituía el resto de Israel.

Uno de los primeros seguidores, de aquellos míticos iniciales, Raimundo Panikkar, dice: "si sólo nos empeñamos en mantener vivo el recuerdo del Holocausto de los judíos, únicamente conseguiremos facilitar su repetición. (Uno acaba por volverse como lo que se odia)", para proseguir "pero en general, los buenos han sido hasta ahora poco inteligentes: nosotros tenemos el deber y la vocación de ser buenos e inteligentes: "¡el minúsculo resto de Israel! De ahí la discreción y aun el secreto, la "disciplina arcani, si es necesario para no caer en asechanzas del "espíritu del mal ¡ingenuos no!". (126) Cabalísticas y enigmáticas palabras que termina por confesar en lenguaje ambiguo: "el motivo" por el cual me resistía a entrar en todo este negocio estriba en la distracción que para mí supone preocuparme por la menta, el comino y el anís, cuando lo importante de la vida, la "Torah" como dice el texto, es la justicia, la misericordia y la fe (el discernimiento, la compasión y la lealtad)". Las palabras son textuales para el buen y el mal entendedor.

Así se explican las reticencias y las normas impartidas desde Roma por Escrivá en circulares reservadas a las que algunos de los importantes como Antonio Pérez, secretario particular, no encontraba explicación al recordar en sus vestigios del pasado que "una vez le vino una numeraria pidiéndole una explicación porque había recibido una norma de Roma indicando que en nuestras casas no debía entrar nunca carne picada". (127) Prevención y abstinencia de comer sin proponérselo carne de cerdo.

Para justificar la opulencia daban citas de que Cristo vive y convive mezclado con los judíos de más dinero, (128) con Mateo que era el recaudador, con Judas Iscariote que era intelectual y rabino, con los novios de Canaan, con el rico Zaqueo. Incluso su túnica era de tal categoría que a la hora de repartir sus vestiduras junto a la cruz, no quisieron partirla y se la sortearon. Se entierra en un sepulcro rico y sin estrenar, excavado en la roca viva y es que según el Opus todos los sitios son buenos en todas las situaciones de la vida.

Los engarces del Opus Dei con el judaísmo salen a la superficie incluso en las obras y libros que su editorial imprime y divulga. Entre el fondo editorial de Rialp encontramos entre otros muchos que no citamos para evitar reiteraciones, los siguientes títulos y autores: Judíos españoles en la Edad Media editado como volumen número 2 de la colección cuyo autor, Luis Suárez Fernández, catedrático de Historia en la Universidad de Alcalá, es un activista y propagandista de la cuestión judía en España, siendo un "agente" de la embajada de Israel, habiendo sido el promotor de ciclos de conferencias sobre el sionismo, el mentor del recuerdo al 850 aniversario del nacimiento del judío Maimónides o el que selecciona y acompaña a los profesores españoles que hacen intercambio de jornadas culturales en Israel con fines proselitistas; otro libro editado por Rialp es el escrito por el propio embajador de Israel en España, Shlomo Ben Ami-Zvi Medin, con el título de Historia del Estado de Israel que figura en su colección con el número 7; o el libro de Joseph Lecuyer Nuestro Padre Abrahán o las obras completas de algunos místicos españoles de notoria ascendencia judaica.

El Opus, igual que el judaísmo, siempre ha sentido una atracción especial por controlar los medios y la información general. Aparte de la Editorial Rialp, su labor de divulgación la efectúa a través de varias revistas y semanarios, así como a través de las ondas, como es el caso de la emisora SER, Sociedad Española de Radiofusión, una de las más potentes y de cobertura nacional radicada en España, que ha sido controlada por la familia Fontán, Eugenio y Antonio, este último uno de los hombres más influyentes del Opus Dei, antiguo ex-presidente de las Cortes españolas y actualmente "preceptor" del líder de la oposición José María Aznar. Un paquete importante de las acciones de la empresa está en poder del Opus por intermedio de los Fontán, magnates de los medios de comunicación y "el otro paquete importante de acciones en la SER lo detenta la familia Garrigues, testaferros del Chase Manhattan Bank en España". (129)

El imperio anudado y detentado por el Opus Dei en torno al cuarto poder es inmenso y se ahonda con espíritu investigativo y crítico el origen del dinero en muchas publicaciones del Opus tendríamos más de una sorpresa, como por ejemplo la Prensa Mejicana, S.A de C.V. que edita la revista Gente, cuyo capital en gran parte fue aportado y puesto a disposición del Opus por los judíos Carlos Epstein y Pedro Moreno Epstein, (130) o como sucedió en la inauguración del club "Mundo" donde el judío francés Hubert Beuve-Mery, fundador y director del diario francés Le Monde, dió una conferencia con tal motivo, después de visitar la Universidad de Navarra, propiedad del Opus Dei. (131)

A pesar de sus 53 años de existencia oficial, todavía para muchos surge el interrogante, salta la pregunta, sobreviene la duda de ¿Qué es el Opus Dei? porque no es entendido y ello es así porque para poder comprenderlo hay que partir de la premisa y tomar en consideración sus estrechos y anudados vínculos con el judaísmo, tanto en sus formas como en su esencia y pensamiento y para muchos el Opus Dei sigue siendo incomprensible porque no pueden o no quieren ver su concomitancia con el criptojudaísmo, como manera de pensar y sentir y herencia cultural de la sinagoga y por otro lado por su herencia sanguínea. Lo mismo como el judaísmo, tampoco es entendido.

Para conocer a fondo y entender bien al Opus hace falta, es imprescindible, considerarlo desde esta doble perspectiva, su fondo judaico y su origen criptojudío, aunque ambos aspectos han sido sistemáticamente y con mucha habilidad ocultados. Ambos son temas tabús, y por lo tanto anatematizados. Judaísmo y criptojudaísmo en el Opus son sus vigas maestras, su esencia más recóndita, su naturaleza y su fundamento, aunque para muchos el tratamiento de estos temas, su debate de palabra o por escrito, lancen el perjuicio de que sólo el desenmascarar su existencia sea una manifestación de antisemitismo.

Y de la misma manera que la cuestión judía no es una cuestión religiosa, tampoco lo es el Opus Dei, aunque, ciertamente el Opus utilice un lenguaje y una terminología cristiana, como ropaje externo para tapar y cubrir su verdadera intención, para lo que es preciso despojarlo de su costra formada con arte y técnica divulgada y expandida con un gran aparato propagandístico. Por ello hay que desvelar su secretismo y su mimetismo religioso.

¿Qué es el Opus Dei? Sociológicamente dicho es una técnica de control, un instrumento totalitario para conseguir hombres dóciles y obedientes con total disponibilidad, aunque sustancialmente haya que encuadrarlo como pseudorreligión pues se enquista en el cristianismo, de donde toma fundamento su materia prima, su nutrición y sus elementos, aunque les prive de su auténtico y genuino significado. Por ello la preocupación esencial del Opus como organización es captar y formar a sus socios y miembros con métodos extremos y rigurosos, eliminando brutalmente cualquier movimiento perturbador, para hacer de sus integrantes instrumentos despersonalizados y condescendientes al máximo, programados y provistos de juicio y pensamiento crítico y sumidos en una ciega y fanática ignorancia.

El Opus Dei hace lo que siempre hizo el judaísmo en todos los tiempos a lo largo de su historia: monopolizar o intentarlo al menos, la dirección de la cultura, la vida religiosa, la política y la economía, siendo su principal medio para lograrlo la infiltración en todas las áreas y los estratos de la vida social.

La ética del Opus es la ética judaica, es la ética de la sumisión, la obediencia y el cumplimiento. Para "santificarse" basta con cumplir estricta y escrupulosamente las múltiples normas y reglas establecidas por Escrivá en sus miles de prescripciones como los rabinos en relación al Talmud. Quien "cumple" es "santo" según Escrivá "santo". Es la ética del cumplimiento o del Deuteronomio judaico, frente a la ética del amor o agapística que nos enseña la religión cristiana.

Es de constar que el Opus no tiene teología propia, sino que es la teología judaica en vestimentas cristianas. Tienen una doble semántica, un doble sentido sus conceptos y nociones que con argumentos y términos cristianos envuelven  sentidos y vivencias judaicas con un significado opuesto, con un arte del disimulo y del secreto.

Por todo ello y como ya se ha indicado la acusación contra el Opus desde su inicio fue muy específica, la de ser una "secta judía vinculada a los masones". (132)

El Opus en palabras de Escrivá de Balaguer "era los vestigios del Pueblo de Israel". (133) Por ello cuando Raimundo Panikkar -uno de los primitivos seguidores de Escrivá -se aleja del centro de poder de la Obra de la que le separan ciertas diferencias, cuando atravesaba por una crisis personal y de conciencia, se estableció en un instituto intereclesiástico en Tantur, en Israel, del que fue nombrado por Pablo VI como miembro fundador Israel, siempre Israel.

En Japón la mayoría de los miembros del Opus Dei eran conversos. (134) En USA también tenemos a este respecto ejemplos significativos, como el director de fotografía judío Eric Srreiff, socio del Opus Dei y supuestamente "converso", propietario de unos grandes almacenes en Nueva York junto a su mujer hebrea, Jolene, diseñadora de moda, (135) igual que el médico judío de Australia Dr. Ben Hanemann, miembro de la sinagoga local, de EDA y presidente de la Warrane Association, de cuya carta publicada en el Sydney Morning Herald, con motivo de salir en defensa del Colege, propiedad del Opus Dei, decía: "para empezar, quiero dejar claro que soy judío y no católico, que soy socialista... Mi esposa es protestante, pero yo siempre he pensado que la gente del Opus Dei estaba haciendo un buen trabajo. Y también desde un punto de vista más amplio, que Australia necesita la contribución del Opus Dei a su pensamiento" (136) o como el testimonio de la Sra. Límbers -judía que tanto ella como su esposo Paul "están convencidos de que pueden confiar a sus hijos a los centros del Opus Dei en los que tenemos una confianza total" (137)...

Entre los simpatizantes más notables de la Obra en los Estados Unidos se señala a los judíos David M. Kennedy, presidente del Continental Illinois Bank y antiguo secretario del tesoro bajo la administración Nixon; o a M. Erikson uno de los "reyes" de la publicidad en los Estados Unidos. (138) Desde su implantación los socios del Opus Dei compraron una casa editorial, la Scepter Press, domiciliada en Chicago.

También en Francia, en 1955, el Opus Dei fundó la Asociación de Cultura Universitaria y Técnica, apareciendo en el alto comité del patronato los nombres de los judíos René David, profesor de derecho y ciencias económicas de París y Maurice Schumann ex-ministro y presidente de la comisión de Asuntos Exteriores de la Asamblea Nacional Francesa. (139)

En España, un organismo público, el Consejo Superior de investigaciones Científicas CSIC, va a ser un coto privado del Opus Dei, desde los tiempos de Albareda. El Consejo les va a servir para detentar el monopolio de la cultura y para disponer de ingentes sumas y caudales aportadas con cargo a los presupuestos generales del Estado. Ya desde su fundación se detectan conexiones singulares, pues la transacción de los terrenos donde se ubican las instalaciones y edificios del CSIC se hacen a través de la Fundación Rockefeller. (140)

La influencia intelectual judaica llega a tal extremo en el Opus que el libro de López Amo, quien fuera preceptor del entonces Príncipe de España Juan Carlos de Borbón, titulado La monarquía de la reforma social está fuertemente influido por las teorías del judío Leonardo von Stein. (141) López Amo asume lo esencial de la doctrina Stein.

Nada debe sorprender nuestra capacidad de asombro al indagar sobre las ataduras del Opus a Sión pues entre las traducciones del libro del fundador Escrivá Camino está su versión en hebreo, (142) o constar cómo en Estados Unidos se advierte la incorporación como miembros de la Obra de muchos afiliados a logías masónicas. (143) También han sido varios los autores, entre los que citamos a Ramiro Cristóbal, los que han asimilado Opus Dei parcialmente a la masonería.

El padre de un miembro del Opus, Nicolás Cobo Martínez, que comenzó a sospechar de las verdaderas intenciones de dicha organización, llegó a la conclusión que el Opus era la "comedia de la hipocresía" y la gran Mentira del Siglo XX, intuyendo sus interrelaciones con el judaísmo más grosero. Hombre profundamente católico, en una visita que giró a la residencia del Opus donde estaba su hijo, escribe que (144) "pude comprobar, y me espanté que en el lujoso y espacioso comedor (San Bernardo le llamaría "comedero") no había un solo signo que denotara que allí comían personas dotadas de alma: ni crucifijo, ni pintura de la Santa Cena, ni de la Santísima Virgen, ni de cualquier otro símbolo o recuerdo religioso".

El mundialismo ha sido otra de las características típicas del judaísmo. Tampoco esta nota tan definidora y definitiva le falta al Opus. El ex-ministro de Obras Públicas de España, Gonzalo Fernández de la Mora, nos aclara e ilustra esta circunstancia al escribir (145) que "el Opus Dei no está vinculado a ningún país, a ningún régimen, a ninguna tendencia política, a ninguna ideología" para concluir que "aunque nació geográficamente en España, pero desde el principio su fin era universal."

El Opus y judíos se funden y confunden: Rafael Calvo, hombre de influencia en el Opus que protagonizó el "affaire" del diario Madrid mantuvo siempre más que una estrecha amistad con el corresponsal judío del N.Y. Times en España; Escrivá solía pernoctar en la casa del Rabino de Londres en sus desplazamientos a Inglaterra (testigo Mr. Cantero); los miembros del Opus solían tener estrechas conexiones y circuitos abiertos con los servicios de información israelí, el Mossad, e incluso un hijo homosexual del escritor Thomas Mann vivía en una residencia del Opus en Madrid.

Por su parte, el periodista judío M. Sulzberger, simpatizante de la Obra, escribía en el N.Y. Times un artículo bien informado en el que presentaba al Opus como el "instigador de las relaciones comerciales entre España y la Unión Soviética" (146) En los gobiernos siempre han buscado los puestos de relevancia económica, financiera o comercial, tanto "el judío clandestino como el falso tecnócrata del Opus Dei" (147)

Por ello nos parece oportuno reproducir el toque de alarma lanzado por Jean Boyer cuando escribe (148) del peligro de caer "bajo la influencia espiritual del Opus Dei que, diciendo salvar a las almas del infierno y garantizarles su entrada en el cielo, lo que consiguen, su pretexto de convertirlos en santos, es convertirlos, después de sucesivos lavados cerebrales en incondicionales adeptos", enganchados a la "esencia del judaísmo".



REFERENCIAS

114. Jardiel Poncela, op cit, p 133.
115. "El Sol de Méjico" (11 de Mayo de 1968).
116. Wast, "Jesuitas, Opus Dei y Cursillos de Cristiandad", p 93.
117. "Tradición Católica" (Revista de la Fraternidad San Pio  X), No. 54 (Enero1990), p 23.
118. Sánchez Covisa, Mariano , "Las relaciones Guevara Opus", p 2.
119. Ibid, p 4.
120. "Le Tourneau", p 18.
121. "Magaña", pp 20-21.
122. Ibid, p 222.
123. Bernal, p 125.
124. Ibid, p 147.
125. Moncada, "Historia oral del Opus Dei", p 29.
126. Ibid, pp 133, 136-137.
127. Ibid, p 147.
128. Moreno, "El Opus Dei, anexo a una historia", Editorial Planeta p 214.
129. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", p 201.
130. Wast, O. H., "Jesuitas, Opus Dei y Cursillos de Cristiandad", p 93.
131. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", p 290.
132. Walsh, p 49 y Bernal, p 249.
133. Ibid, p 196.
134. West, W. J., p 29.
135. Ibid, p 137.
136. Ibid, p 169.
137. Ibid, p 177.
138. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", p 350.
139. Le Vaillant, p 136.
140. Artigues, p 46.
141. Ibid, p 157.
142. Thierry, p 32.
143. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", p 115.
144. Cobo Martínez, Nicolás, "Faro inconfundible", No. 31 (Febrero 1989).
145. Fernández de la Mora, Gonzalo, "Pensamiento español" 1968 (Barcelona: Rialp, 1969), p 98.
146. Thierry, p 32.
147. Boyer, p 79.
148. Ibid, p 80.


Índice del Capítulo III

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO III


CRIPTOJUDAÍSMO Y EL OPUS DEI


7. Las finanzas del Opus Dei y el Judaísmo internacional


Al Opus Dei y al judaísmo la experiencia les había enseñado que sólo gracias a la honestidad hay negocios para los pillos. Ya desde los tiempos de la Biblia el mejor negocio es no hacer ninguno. Prestar plata, denarios, a los que hacen negocios para que al cabo de los años, cuando sobrevenga la crisis, al que pide prestado le ahorque el prestamista. (149) Judíos y opusdeístas, tan aferrados al dinero, hacen negocios con los ajenos, es una lección aprendida antaño y compartida, para que si el asunto marcha bien, ganan el financista y su cliente y si sale mal, sólo pierde el cliente.

Los judíos sienten pasión, igual que el Opus Dei, por la Banca y la Finanza. Es la fiebre del oro. Es una atracción hierofántica e irresistible. El goce de la posesión de las riquezas, su búsqueda, el acaparar dinero sin reparar en los medios y sin prestar atención a los escrúpulos o a la moral. La única ética es la de que el fin justifica los procedimientos.

Judíos y opusdeístas se quieren erigir en los banqueros del mundo, para que gobiernos y particulares sean sus eternos deudores. Con la riqueza en sus manos hacen fluctuar los vaivenes de las economías a su antojo. Provocan crisis y momentos de tensión y crean expectativas de estabilidad según sus intereses. Pueden crear pánicos ficticios y salidas de las crisis como un ejercicio de acordeón.

Los vemos atesorar sin límite ni medida, sin contingencia. Estimulan y fomentan la superproducción en ciertos mercados y cuando las operaciones son abundantes sobreviene la crisis no prevista, la crisis de la opulencia, en la que los stocks y los excesos de existencias se liquidan a precios de saldo en beneficio de los financieros y los prestamistas que conocen las leyes mecánicas de su actuación.

La fuerza la cifran en magnitudes de riqueza y oro. Si a los judíos y al Opus Dei se les privara de sus caudales quedarían inermes, vulnerables, peleles.

Para los judíos y criptojudíos sirve el presente razonamiento: "mejor que la espada, el fusil; mejor que el fusíl, el cañón; mejor que el cañón el oro..." (150) Pero de la misma manera que no todos los hombres, no todos los pueblos, ni todas las razas, han sido capaces a lo largo de la historia de manejar la espada, tampoco todos son capaces de manejar los resortes y las palancas del dinero, los hilos de la economía.

El deseo, expresado en forma de premonición o de profecía está próximo a su cumplimiento. Nos referimos al famoso manifiesto de Adolfo Crémieux, fundador de la Alianza Israelita Universal, que redactara en 1860 y que dirigía el magnate Moisés Montefiore cuando le vaticinaba que "no está lejano el día en que todas las riquezas de la tierra pertenezcan a los hebreos". (151) El Opus ha sido creado para sumar al patrimonio judaico los activos de los cristianos, para colmar de bendiciones a sus hermanos los judíos que según su libro sagrado, el Zohar, la "bendición en la tierra consiste en la riqueza", máxima o aforismo del que se impregnan Opus Dei y judaísmo.

En el semanario Cambio 16 del 16 de marzo del 92 podemos leer lo que escribe Luis Carandell significativamente: "En las fiestas del día de Reyes, sus hijos le mandaban poner el roscón, en lugar de las clásicas figuritas de la suerte, monedas de oro de Carlos III, las llamadas "peluconas", sabedores de la enorme satisfacción que les proporcionaba encontrarlas".

No es una norma, sino una inclinación y una tendencia atávica la de atesorar bienes y riquezas. De siempre los prestamistas y financieros predominan entre los judíos y así, durante la Edad Media fueron los judíos los banqueros de Europa pues según el padre Mariana "sabían todas las veredas de llegar dinero". (152) Si a los judíos, como a los responsables del Opus Dei, se les podía aplicar la célebre sentencia de Pedro Sarmiento de que "por grandes astucias y engaños han tomado e robado grandes e innumerables cuantías de maravedís e plata". (153) Y es curioso ver cómo se emponzoñan en toda clase de usuras a las que ha dado un sentido casi religioso. La usura siempre ha sido denunciada y prohibida por la Iglesia para sus fieles y ejercitada hasta la saciedad por los judíos y sus organizaciones afines.

La coincidencia esencial entre judíos y Opus Dei está en que ambos son una sola y misma cosa, eternos servidores del becerro de oro al que orientan todas sus actividades, incluidas las religiosas, cuyas prácticas se asientan en motivaciones económicas, lo que les hace por lo general y cuando se descubren sus intenciones reales, ser hombres repugnantes, sin entrañas y sin Dios, con mayúscula.

Para el Opus Dei, el cristiano es objeto de expolio, de saqueo económico, de materia prima para la explotación y la extracción.

 En el mundo de las finanzas forman un recinto impenetrable para los profanos, dentro de las economías tanto nacionales como internacionales y el Opus Dei ha llegado con su simulación a alcanzar incluso el control de las propias Finanzas Vaticanas, que hasta la fecha le eran de difícil acceso y penetración a los judíos. El Opus en la Iglesia es un poder que en gran parte la atenaza, pero un poder que busca no la perfección por la caridad y el amor, por la ayuda a los pobres y a los necesitados, sino a través de la labor del trabajo en pos de todo lo que signifique expansión de poder y de riqueza.

Para el Opus, la religión tiene una dimensión utilitarista y es un buen caldo de cultivo para el proselitismo interior para la infiltración en todas las esferas de influencia. Así se explica la clandestinidad con la que actúan y la hipocresía de la que hacen gala. Vida doble. Vida de conversos. Vida más judía que cristiana, aunque parezca y digan otra cosa.

Que los criptojudíos intenten el asalto a las riquezas no es una novedad ni una originalidad del Opus Dei. Ya en el siglo XVI, tanto en Portugal como en España, los falsos cristianos eran los elementos más vitales del mundo comercial, de la banca y de las finanzas. Financieros conversos en España eran los Santángel, o el tesorero general de Aragón, Luis Sánchez, o el banquero de la Corte, Alfonso Gutiérrez, de Madrid. En Sevilla, ya en 1480 poseían veinticuatrías Pedro Fernández Cansino, Gabriel de Zamora, Pedro de Jaén, Pedro del Alcázar de Sevilla, Francisco Almazán, y entre las familias de poderosos banqueros conversos estaban los Espinosa, oriundos de Medina de Rioseco, como también lo eran los prestamistas al por mayor, la familia García Sevilla y Pedro de Jerez... Encontramos a los clanes criptojudíos como asentistas, comerciantes, mercaderes, banqueros y prestamistas aventajados.

En el siglo XVII, bajo Felipe IV, los conversos portugueses se desplazan a España para tomar en parte las riendas de la Economía, entre los que están los Cardoso, Luis Correa Monsanto, Marcos Fernández Monsanto, Felipe Maetín Dorta, Simón Suárez o Rui Díaz Angel. El propio Conde Duque de Olivares era marrano y sus dos principales colaboradores eran los corraciales Manuel López Pereira y Jacob Cansino. (154)

Manuel Cortizo era receptor del Consejo de Hacienda y asesor, de S. M. en la Contaduría Mayor de Cuentas. Sebastián Ferro o Hierro de Castro, primo de los Cortizo, fue pagador de Felipe IV en Flandes y comisario de millones. La banca Cortizo, a través de José Cortizo, hijo de Sebastián, apoyó y financió al archiduque Carlos contra Felipe V en 1717 y cuando fue derrotado se marchó a Inglaterra donde volvió a abrazar públicamente el judaísmo muriendo en 1742 como miembro de la sinagoga sefardita.

La situación del poder financiero criptojudío se refleja también en la propia literatura. Quevedo, en su obra La Isla de los Monopatos pone en boca de un rabino las siguientes palabras: "En Ruan somos la bolsa de Francia contra España y, juntamente de España contra Francia; y en España, con traje que sirve de máscara a la circuncisión, socorremos a aquel monarca con el caudal que tenemos en Amsterdam en poder de sus propios enemigos, a quienes importa más el mandar que le difiramos las letras, que a los españoles cobrarlas". (155)

Escrivá de Balaguer parece que leía con deleite y pausadamente, memorizando, los versículos XXIII, 20 del Deuteronomio, en el que se ordena a los hebreos exigir y prestar con interés a los no judíos, pero no a sus consanguíneos "para que Yavé, tu Dios, te bendiga en todas tus empresas, en la tierra en que vas a entrar para poseerla".

La vida terrena para Cristo sólo era una fase de transición, por lo que resulta natural que Jesús no atribuyese ningún valor a los bienes materiales de este mundo y que llegará a expulsar física y violentamente a los mercaderes del Templo. El mismo provenía de una familia pobre, y eligió a todos sus apóstoles entre la gente humilde. No se limitó sólo a arrojar a los cambistas del interior de los recintos sagrados, sino que proclama que "más fácil es que un camello pase por el ojo de una aguja que el que un rico entre en el Reino de Dios" (Lucas, XVIII, 25). La actitud mental de Jesús estaba en contra del dinero, de la riqueza, del ahorro. Interrogado un día acerca de la posesión de bienes terrenos, instruyó así a sus discípulos: "No toméis nada para el camino, ni báculo, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni llevéis dos túnicas" (Lucas IX, 3). (156)

Pero entre el Opus Dei y el mundo de las altas finanzas internacionales encontramos muchos vínculos con los Rothschild, la Banca Hambroos de Londres o la Morgan de N.Y, aunque sus transacciones e interrelaciones se llevan con el más rígido secreto.

Ernesto Giménez Caballero, el filósofo e ideólogo judío español, vanguardista de nuestras letras, imaginativo, idealista, poeta y quijote, que fuera embajador de España en Paraguay decía que "El Opus Dei era el órgano que ahora Roma necesita para afrontar no sólo el demonio de la técnica, sino su financiador, el gran capitalismo, en manos fundamentalmente, de judíos y protestantes". (157)

Por eso Escrivá de Balaguer quería captar desde "campesinos que cultivasen la tierra en pueblos apartados de la sierra andina, hasta banqueros de Wall Street", (158) amos y esclavos del siglo XX.

Lo que perseguía Escrivá de Balaguer por mediación de su Opus Dei, su vocación genuina y original más o menos explícita, era obtener el poder temporal a través del poder económico.

La prueba de admisión en el Opus, por lo menos en ciertas instancias de la Obra, es dura. La escena, en forma ficción, podría desarrollarse suavizando sutilmente las expresiones, de esta guisa:

-¿Tienes dinero?
- No
- ¿Tienes posesiones; casas, fincas, acciones bancarias?
- No
- ¿Tienes influencias políticas o títulos nobiliarios?
- No
- Pues entonces no nos vales. El Opus Dei no es una oficina de colocación; busca por otro sitio...(159)

Escrivá de Balaguer llegó a escribir sobre la "pobreza espiritual" pero es público y notorio que vivió rodeado de opulencia corporal, con criados, siervas, detalles refinados, delicadezas, suntuosidades...(160)

Para Oscar H. Wast la osadía financiera sin límites que los miembros de la Obra han tenido en España sobrepasa en nivel imaginable a la Orden Jesuita, lo que permite que muchos se interroguen: ¿por medio de qué vías están conectados algunos miembros conspicuos del Opus Dei a la más alta banca internacional? (161)

Por poner algunos ejemplos que den respuesta al interrogante, citaremos el caso del Banco Europeo de Negocios, vinculado al Opus Dei, en el que el capital fundamental fue suscrito por trece entidades bancarias, diez extranjeras y tres españolas. (162) El banco madre y nodriza del Opus, el Banco Popular Español, se reservaba casi la mitad del capital; también suscribieron la Caja provincial de Ahorros de Guipúzcoa y el Banco Zaragozano, controlado por miembros de la Obra y hoy bajo el predominio de la familia judía Koplowitz. El capital financiero internacional estuvo presente en el Eurobanco del Opus con la Banque de l`Indochine, Credit Comercial del France, R. de Lubersac et Cie., la Société Générale, la Bayerische Vereinsbank, la Bankhaus F. Simon, Mediobanca Italiana, Lombard et Cie., Odier et Cie., Hambros Bank Ltd. y el First National Bank de Boston. Todo un selecto grupo de bancos gerenciados por judíos.

En 1962 el opusino Banco Popular Español compraba un fuerte paquete de acciones, concretamente 34.900 de la Banque de l´Intérêts Français perteneciente a los Giscard D´Estaing, del que Rafael Termes, que es antiguo miembro, fue consejero. El miembro del Opus Rafael Termes presidiría durante muchos años la patronal bancaria española. En Suiza el Opus adquiriría inicialmente la casi totalidad de la Banque d´Investiments Mobilier et de Financement, domiciliada en Ginebra. En Alemania, en 1964, el Popular se hizo con el control de la Banca Hardy and Co. de Frankfurt. En Méjico los tentáculos se alargaron en un principio por medio del Banco del País y de la Financiera y Fiduciaria Mexicana, S.A. (163) También la vinculación del Opus en el capital americano era múltiple, siendo, según E. Zujar, (164) "el Opus el grupo financiero más ligado al capital yanki".

No faltaron también inversiones en el sector de la construcción y en el mundo inmobiliario por el Opus Dei, y entre las numerosas empresas que controlan algunas con el sugestivo nombre de Urbanizadora Hebrón o Babel, S.A., evocadores y nostálgicas denominaciones sociales.

La orientación de la Obra en la vida terrenal es nítida hacia el dinero, correspondiendo con su estilo judaico de vida en la concesión de títulos universitarios o la aspiración a los nobiliarios, el amor al dinero, sobre todo al ajeno más que al propio que se convierte en codicia, la colocación de sus hombres en cargos políticos y administrativos, el lujo en la decoración, el comer bien, -"en el Opus se come y se bebe con refinada elegancia y superabundancia" según Angustias Moreno -y el atildamiento en el vestir son cuestiones que tienen una atención primaria para Escrivá y su Obra que repetía sin cesar: "Ricos, inteligentes, bien parecidos y de buena familia quiere su fundador para esta humilde Obra".

Es curioso resaltar que el santo más venerado en la Obra después de San José, sea Nicolás de Bari, que como es bien sabido la Iglesia le considera el patrón de los banqueros. Una clave más para una interpretación elocuente.

Las relaciones económicas con los organismos financieros internacionales como el Banco Mundial o el Fomento Monetario Internacional, se canaliza en España a través del que los hombres del Opus denominaron "Plan de Desarrollo" que se puso en marcha el 26 de enero de 1962 y a cuyo frente estaba el ministro y numerario Laureano López Rodó. Otro de los hombres destacados del Opus con ligazones financieras internacionales fue Antonio Garrigues, testaferro del Chase Manhattan Bank y emparentado con los influyentísimos Nelson y David Rockefeller. (165)

De forma novelada, que es la forma muchas veces de revelar secretos y decir cosas importantes como si carecieran de importancia, Vicente García en su libro En el nombre del Padre, relata las escenas y situaciones siguientes: (166)

"A la primera hora de la mañana ha despachado telefónicamente con la Comisión de Finanzas, en Madrid y con los altos ejecutivos bancarios de Roma y Londres. Mientras espera que monseñor ya lo haya hecho con Luis Valls, uno de sus banqueros en España y con míster George Dulles, del Chase Manhattan Bank de N.Y., uno de los hombres que más influyen del clan Rockefeller.

"Pero Padre, ¡Rockefeller es judío!., exclama don Benito.

"¿Y qué? ¿Qué tienen de malo los judíos? replica el Padre con energía. Mira, la persona que yo más quiero en este mundo es Jesús, y fue judío. Y la segunda persona que más quiero es María su madre, y también fue judía... por lo demás no es ninguna novedad para nadie que la Obra acoge desde hace años a simpatizantes y protectores de cualquier creencia, fe o ideología siempre que se acerquen de buena voluntad pues... hijos míos, en el Vaticano es la única razón que entienden: el dinero.

"...¡Tenemos que salvar al mundo y esto cuesta dinero! Dinero, dinero, siempre dinero..."

Esa apetencia de dinero, esa ansia de Dios que tenía Escrivá y que confundía con monedas, pues su dios era el propio dinero, le hace erigir holdings bancarios y grupos financieros vinculados a lo más rancio y avaro del sector internacional. Banco Popular Español, Banco Atlántico, entre cuyos consejeros el Opus designará al judío José Salama o más tarde, cuando pasó a integrarse en el "holding de la Abeja de Rumasa" al propio Jesús Aguirre, duque consorte de Alba que ha presidido asociaciones judías que firmará en 1966 un convenio de cooperación e intercambio de acciones con el Continental Illinois Bank and Trust Company de Chicago y cuyo presidente entonces era David M. Kennedy, judío que llegaría a ser en la administración Nixon Secretario del Tesoro y gran cooperador del Opus, los holdings controlados por el Opus fijaban sus sedes además de España, en Luxemburgo - International Holding and Investment Company o la Société Holande Suisse de Participations - o en Suiza- el Norfinanz Bank de Zurich o la Société Anonime de Trust et d´Operations Financieres de Ginebra, o en España, a través de la división bancaria del holding Rumasa... El Opus Dei es el primer grupo oligárquico de las finanzas españolas y el más potente de su Banca privada, ostentando incluso sus miembros la presidencia de algunas de las mayores entidades financieras o de crédito como son el caso del Popular - Luis Valls-, el Banco Bilbao - Vizcaya- Ybarra -, etc.etc...

Entre sus asociados y cooperaciones influyentes en América, el Opus contaba también con el judío M. Erickson, uno de los "reyes de la publicidad" americana. (167) Viceversa pero idéntico hemos visto a hombres del Opus (Enrich Vals, Llopis Guiloche) representado en España los intereses hebreos de Coca Cola Internacional.

Oro, oro, siempre oro. Alfredo Sánchez Bella, ex-ministro del Opus en España que había sido previamente Embajador en Roma, jefe de ciertos servicios de información y "colaborador del FBI" estaba muy introducido en las empresas de compra-venta de oro (168)

Un caso típico de la evolución de la interconexión del Opus en las finanzas internacionales judías nos la da, como botón de muestra, la empresa Ex-intrade que se crea en 1958 con un mínimo capital social y la dirigen dos jóvenes miembros del Opus Dei, un ingeniero y un abogado que son profanos en cualquier asunto relacionado con el comercio exterior y el marketing internacional, lo que no obsta para que antes de transcurrir un año desde la fundación de esta empresa y sin haber realizado prácticamente actividad alguna de lo que constituía su objeto social, el poderoso grupo internacional judío Goldschmit (169) se asociaba con ellos.

Y es que el Opus sin el dinero no vale nada, de la misma manera que el Kahal sin la fuerza del oro es más débil que Sansón afrentado por las tijeras de Dalila. La serpiente judía repta por el mundo católico a través del Opus Dei.

Encontrar el engarce incógnito, el eslabón perdido, es el cierre que sirve de broche a la cadena. Cuando no aflora a la luz se busca con denuedo para que la concatenación vea cerrado su círculo. El Opus Dei también tenía sus lapsus no emergente, ignorado para sus miembros y sus instituciones a excepción de Escrivá y de Alvaro del Portillo que, con el hombre oculto, formaban el triángulo enigmático y elocuente.

El "tercer hombre" era un judío que se convirtió al catolicismo por mera conveniencia, de nombre Bernardino Nogara. Su profesión, banquero. Había nacido en Bellano, en las proximidades del Lago Como, al norte de Italia. Hombre hábil, viscoso, insinuante. Trabajó en su juventud en Turquía como gemólogo. Más tarde se le encomendarían misiones diplomáticas, como su participación en octubre de 1912 en la firma del Tratado de Paz de Ouchy entre Italia y Turquía o su participación en 1919 en la comisión que negoció el Tratado de Paz entre Italia, Francia, Gran Bretaña y Alemania, como corolario de la primera conflagración mundial.

Como banquero fue el representante de la Banca Commerciale italiana en Estambul, pasando posteriormente a hacerse cargo de las finanzas vaticanas por designación del Papa Pío XI, a quien apuntó su nombre el amigo y confidente del Pontífice, monseñor Nogara, hermano del banquero.

Nada más tomar posesión de sus responsabilidades al frente de la economía santa, comenzó a colocar el dinero en actividades y sectores impensables hasta su nombramiento, tales como la Bolsa, las industrias armamentísticas e incluso los profilácticos. Anudó y trabó íntimas conexiones con sus hermanos de raza de las Bancas Rothschild y Morgan de París y Londres, el Credit Suisse, Hambros, J.P. Morgan, The Bankers Trust Company de N.Y., la Banca Continental de Illinois o The Chase Manhattan Bank.

El 23 de junio de 1946 Escrivá aterrizaba en Roma con el firme propósito de quedarse a la sombra de la cúpula de San Pedro. Ese mismo año sería recibido en dos ocasiones por el Papa S. S. Pío XII, los días 16 de julio y 8 de diciembre. La primera audiencia va a tener un significado relevante. Al término de su estancia el Santo Padre le presentó al judío converso y encargado de las finanzas vaticanas, Bernardino Nogara. A partir de ese mismo instante se convertiría ya en el epicentro de la economía del Opus, haciendo las veces de consejero, asesor, mago y corruptor de una larga serie de tropelías financieras que con el visto bueno y la aquiescencia de Escrivá y Portillo, hicieron posible el "milagro".

De este personaje capital nunca se habló en la Obra, ni su nombre es siquiera conocido para personas que se piensan en atalayas de responsabilidad. Es el nombre enigma y misterio, pero también el judío clave para quien se puso a trabajar la maquinaria económica de la Obra.

Tal fue su influencia que en 1956, en agosto de aquel año, el Segundo Congreso General del Opus Dei se celebró en la ciudad suiza de Einsiedeln a instancias de Nogara. En aquel Congreso se debatieron, junto con temas de carácter espiritual a modo de cobertura, otros más profanos como el asalto de la Obra a los Estados Unidos e Hispanoamérica o asuntos de indudable matiz crematístico. La reunión general se prolongó durante tres semanas, acudiendo a la convocatoria casi un centenar de miembros. Cuando se dieron por finalizados los trabajos, Escrivá, Del Portillo y Nogara permanecieron algunos días más para enraizar las redes financieras de la Banca Suiza, haciendo escalas en Zurich, Berna y Ginebra, donde establecieron contactos sólidos e impenetrables entre otros con Mr. G. Drollaert de la Unión de los Bancos Suizos, con Mr. Wintermaier, agente judío que gozó de la confianza de Escrivá, o Zs. Freeman, que estuvo en el secreto silencioso de los hilos invisibles del gran aparato que el Opus Dei instaló en Suiza, donde consolidó el gran centro de su sede económica internacional.

Se trafica con dinero, se evaden divisas, se cobran comisiones fraudulentas, se fuerzan quiebras, se pasa el cepillo de la Obra para instituir un óbolo cuyo destino será Suiza. El Opus trabaja en connivencia directa y subordinada con el capitalismo financiero judaico. EL diseñador de la estrategia y de las tramas operativas fiduciarias, artífice y canalizador máximo de las operaciones hacendísticas y financieras fue el judío Nogara, que en maridaje con Escrivá y con Alvaro del Portillo como testimonio desencadenaron la multinacional del dinero al servicio de los especuladores hebreos, bajo el patrocinio del Opus Dei.


REFERENCIAS

149. Wast, Oro, p 61.
150. Ibid, p 12.
151. Wast, "El Kahal", p 49.
152. López Martínez, Nicolás,  "Los judaizantes castellanos y la inquisición en tiempos de Isabel la Católica", op cit, p 127.
153. Ibid, p 127.
154. Rivanera Carlés, op cit., p 127
155. Caro Baroja, "Razas, pueblos y linajes", op cit, p 127.
156. Corrado, Pallenberg, "Las finanzas del Vaticano" (Barcelona: Ayma ediciones, 1970).
157. Jardiel Poncela, p 104.
158. Fernández de la Mora, op cit, p 169.
159. Cobo Martínez, Nicolás, "Faro inconfundible", No. 31 (febrero 1989), p 11.
160. Ibid, p11
161. Wast, Jesuitas, Opus Dei, "Cursillos de Cristiandad", op cit, p 62.
162. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", p 239.
163. Ibid p, 2 39
164. Zujar, E., "Revolución Española", No. 1 (1966).
165. Magaña, p 70.
166. Gracia Vicente, pp 51 y 54.
167. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", p 349.
168. "El Opus de Franco," Revista Area Crítica, No. 2 (Julio 1983).
169. "Le Vaillant", p 267.


Índice del Capítulo III

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO III


CRIPTOJUDAÍSMO Y EL OPUS DEI


8. Identidad entre el "Espíritu de la Obra" y el "Alma Judía"


Lo que se denomina "Espíritu de la Obra" y lo que se entiende por "alma judía" son conceptos sinónimos. Ambos están inspirados en la moral talmúdica, severa, rígida, prescriptiva, de militancia y obediencia ciega, de estricto cumplimiento. Sólo se puede llegar a entender la mentalidad que preside los actos del Opus Dei, si antes se ha entendido la noción de lo judaico como estilo de vida y comportamiento.

Cuando Menéndez Pelayo se refiere a Fray Luis de León le llama "alma hebrea" porque en sus teorías observa reminiscencias de sus antecedentes. De igual forma y por los mismos e idénticos motivos, el alma del Opus, su espíritu, tiene el marchamo de lo hebreo.

Sus indicios, sus insinuaciones, su disimulo, la ocultación como principio y la mentira como práctica no dejan lugar a dudas. Personas que por norma mienten, niegan su condición de pertenencia a la Obra, delatan ante sus superiores a sus hermanos si observan que se apartan de la ortodoxia y les hacen correcciones públicas y vejatorias, sólo cabe dentro de una mente judía, alejada de la luz y de la afirmación cristianas, de la caridad y del amor al prójimo, de la comprensión y la transparencia que deben presidir la vida simple y natural del cristiano.

En el Opus no hay libertad, sino sumisión. Ni la correspondencia, ni las amistades, ni las lecturas, ni las relaciones más íntimas y personales se escapan del control de la organización. Las confidencias, el vacío psicológico semanal de los miembros, se pasa a máquina por triplicado. Es vivir vacío, sin contenido, sumido en la desconfianza y el recelo de sus semejantes que es la antípoda del verdadero amor a los hombres.

Vivir en el Opus es reencarnar el espíritu judaico en su más exagerada manifestación. La ambición, la avidez, el rencor, el odio. Escrivá resume los rasgos ideales, los perfiles señeros de sus miembros como "audaces, sagaces, despiertos y pillos" bajo los auspicios de la "santa eficacia, santa desvergüenza, santa intransigencia o santa coacción", lo cual no es, como modelo, un dechado de virtudes, por mucho que Escrivá se empecine en santificarlas.

Los miembros del Opus, al igual que los judíos, deben de tener una alta concepción de sí mismos. Deben considerarse los elegidos, los selectos, los protuberantes.

También están unidos judíos y miembros de la Obra por su sentido reverencial ante el dinero. No son nada idealistas y su sentido es eminentemente práctico respecto de los bienes materiales.

Entre ellos la asistencia y la ayuda mutua es sólo para sí. Barren siempre hacia adentro. Están siempre dispuestos a recibir sin dar nada a cambio. No comparten ni sus bienes, ni sus riquezas con otros que no sean de su misma condición. Su divisa, en este aspecto, recuerda a la leyenda del repostero que se exhibe en la sala de estar de la residencia del Opus, Nethernhall, en Londres que dice "el hermano, ayudado por el hermano, es como una ciudad amurallada". (170) Pero claro, los hermanos son ellos, sólo ellos y nada más que ellos.

El mito del "pueblo elegido" está agudizando en ambas comunidades. Los judíos no hacen más que repetirlo machaconamente, que son el pueblo elegido por Dios. Los miembros del Opus Dei se jactan entre sí de su "elección divina". Es una idea que se les repite con insistencia para que se imbuyan de ella y la compartan. Con todo empeño se les hace creer que ellos, por eso del Opus, son los elegidos de entre los llamados. Incluso cuando se les admite y penetran, en su recepción, cuando "pitan", se les felicita por ese inestimable "regalo de Dios", por haber fijado Dios su atenta mirada en el neófito cuando abandonaba y renunciaba a todo para confiarse al Opus, que ya durante su vida y en su morada lo tendrá a buen recaudo como corresponde a un "privilegiado".

Entre las enseñanzas que se imparten a los judíos se les educa con argumentos como estos:

"- ¿Sabes, hijo mío, que solamente las almas de los judíos descienden del primer hombre?
 - ¿Quién dice eso, papá?
 - El Talmud... Y ¿sabes que el mundo ha sido creado sólo a causa de Israel?
 - Y eso, ¿quién lo dice?
 - También el Talmud. Está en el Tratado Bereschich Rebba, sección 1. Los bienes, por tanto, que poseen los otros hombres, en realidad pertenecen a los judíos". (171)

El Talmud dispone minuciosamente cómo deben vivir los judíos. Prescribe hasta los detalles más nimios e insignificantes. Su vida está reglada, coartada. De ahí el elogio a la mansedumbre, la discreción o la sagacidad vulpina, tan cara a los judíos y a los miembros del Opus.

Se dice que la fuerza de los judíos, como la del Opus es la de callar y que la pervivencia reside en el secreto. Ellos se sienten orgullosos de ser judíos o del Opus, aunque no lo digan, no lo manifiesten, lo oculten. Es preferible que nunca lo digan, que no lo exterioricen, porque en el silencio de su condición reside su mejor y más resguardada protección, porque así pueden impunemente realizar sus planes ocultos, entre la ignorancia de los demás, porque actúan siguiendo planes según tramas invisibles e inexplicables para los que les rodean.

No olvidan y celebran el pasaje del Exodo, cuando Aarón, sumo sacerdote hermano de Moisés, ante el pueblo en su derredor, con gran alborozo, mostrándole el becerro de oro les insta: "Israel, he aquí a tu Dios" y no cabe duda que el Opus es un reflejo del pueblo de Israel.

Se presentan como místicos y religiosos aunque su esperanza se cifra sólo en los bienes de este mundo, pues ignoran lo que hay más allá y por eso quieren establecer su paraíso en la tierra. Piensan que Dios les ha creado no para ganar el cielo, sino para dominar y someter la tierra. Esa es su fe. (172)

Para los judíos, igual que para el Opus "el libertador saldrá de Sión" según el apóstol Pablo cuando repite la promesa de Isaías.

Su espíritu es calculador. Por eso se infiltran tan hondo entre los bautizados. No les importa el desprecio del pueblo si saben ganarse la confianza de los gobernantes. Saben bien que los cargos públicos son el mejor medio de allegar riquezas.

Sobre la condición social de los conversos en general, nos habla del asunto el cura de los Palacios cuando escribe "y comúnmente por la mayor parte eran gentes logreras, e de muchas artes y engaños, porque todos vivían de oficios holgados, y en comprar y vender no tenían conciencia para los cristianos. Nunca quisieron tomar oficios de arar ni cavar, ni andar por los campos criando ganado, ni lo enseñaron a sus fijos salvo oficios de poblados y de estar sentados ganando de comer con poco trabajo", (173) El retrato psicológico del espíritu que anidan sería extrapolable al día de hoy.

Buscan los oficios más lucrativos. Su instinto de ganancia nunca falla y se aprovechan siempre de cualquier situación. Tienen una habilidad innata - dice Baer - para los negocios financieros, que es una de las clásicas características de la raza judía y del clan opusino.

Los miembros del Opus hacen "sus rezos" y este es un punto de unión, tienen su repertorio de oraciones peculiar. Recitan los Salmos que les prescriben.

Otra de las características del espíritu de la Obra es el positivismo, la doblez, la esperanza a corto plazo, la tenacidad, cierto espíritu religioso o semisupersticioso por un escaso número de verdades de simple expresión - más bien sentidas o practicadas que creídas con fe teórica - solidaridad instintiva entre sus correligionarios, sobre todo cuando se trata de problemas prácticos, de escándalos que puedan trascender.

Podrán ser formalmente cristianos. Gesticulan en cristiano. Adoptan exteriormente los modos y maneras de los cristianos. Pero se comportan en todo como judíos. Eso se descubre conociendo su confuso lenguaje, adivinando lo que quieren y lo que no expresan.

Para el judío, como para los del Opus, su vida es una permanente contradicción porque carecen de dirección fija y consecuente. Son hombres prácticos ante todo, con ideales de apego a este mundo al que se subordina el otro, entes materializados más que materialistas incluso, anclados en la falsa creencia de haber sido elegidos; su dialéctica es el argumento de la prescripción, la verdad que les interesa, sus afanes, la ambición y el vivir la vida en el reino de este mundo. La salvación hecha a su medida, por eso se aferran tenazmente a su pensamiento, a su afán. Su salvación es por ley, por eso creen en un Dios personal y lejano que sólo se acerca mediante su poder a requerimiento de prácticas meramente materiales.

Sus expresiones pueden sonar a cristianas, pero no lo son.

Judíos y miembros del Opus tienen una gran afición a la oración conjunta, los unos en sus sinagogas, los otros en sus oratorios y retiros. Los del Opus no frecuentan cualquier templo, ni siquiera eligen cualquier Iglesia. Tienen que ir a los oficios y a los recintos que se les indica, confesarse con sacerdotes del Opus y evitar el contacto espiritual y de relación en otros centros religiosos. No acuden a su parroquia a los oficios. Sólo van a ciertos templos, donde casi disimuladamente y en secreto, saben que también van los únicos a los que consideran hermanos y correligionarios.

Suelen ser muy hipócritas. Insinceros. La falta de honradez para con los demás que no sean los suyos es algo habitual. Dentro, no se fían de él ni él de nadie. Es la moral del condenado por desconfiado.

El rito es para el judío y para los miembros del Opus vehículo de salvación. Subordina lo religioso a lo material y no viceversa. Esa es la gran revelación tanto del espíritu de la Obra como del alma judía.

La salvación y la santidad se les certifica y garantiza mediante el trabajo. (174) Cuanto más trabajen, eso si, para la Obra, más santos. La docilidad y la servidumbre es una valoración positiva del trabajo. Cuanto más trabajen, mayores serán las ganancias de la Obra y por supuesto ésta les dirá que son santos. Escrivá ha dicho que "el mensaje del Opus Dei es que se puede santificar cualquier clase de trabajo" sin importar demasiado las circunstancias en que se desarrolle. Una de las palabras que más se repite en los Estatutos internos de la Obra es "disponibilidad" que la encontramos en numerosas ocasiones. Sus pretensiones son la consecución de una disponibilidad absoluta y de sus miembros por medio de las técnicas de lavado de cerebro.

De los judíos se suele decir que tienen lengua suave, sangre fría y piel dura. Los del Opus tienen el mismo caparazón, la misma consanguinidad y por supuesto el propio verbo.

Ni siquiera la comunicación de su mensaje o de cualquier transmisión de conocimiento la regalan. Dice el biógrafo oficial de Escrivá, Salvador Bernal, que el fundador del Opus "nunca aceptó que la enseñanza fuese gratuita en las obras apostólicas promovidas por el Opus Dei en el terreno docente". (175) Dar es pecado, aunque sea enseñar al que no sabe, recibir una exigencia. Por eso, "en la obra se pide, se exprimen a las familias de los socios, a los amigos, a todo el que se acerca". (176)

El Opus tiene alma judía: a) porque da a sus palabras un significado distinto al que se le atribuye en el lenguaje corriente y ordinario, no correspondiendo su sentido al corriente de la palabra; b) porque enmascaran la realidad de las cosas utilizando argumentos ambiguos, lo que les permite infiltrarse y ocupar posiciones dominantes; c) porque no quieren que se debata y se discuta abiertamente la cuestión del Opus a la luz del día; d) porque el secreto y el disimulo se han convertido en su segunda naturaleza y han configurado su personalidad; e) porque en el Opus hay muchos conceptos: económico, religioso, financiero, comercial, servicio de inteligencia...; f) porque pretenden el monopolio de Dios y obtener el máximo beneficio como corresponde a su posición de monopolio en las leyes de mercado; g) porque manipulan su organización mediante una organización oligárquica y totalitaria, con ilimitada fuerza de coacción psíquica, lo que les lleva al dominio absoluto de sus miembros aunque ellos lo denominan "ayuda espiritual y religiosa"; h) porque la recaudación prima sobre la teología.

Quizá nada mejor que una frase de Alvaro del Portillo y otra de Escrivá, recogida por Salvador Bernal, para definir el espíritu judaico de la Obra. Decía el sucesor de Escrivá en la presidencia del Opus, Alvaro del Portillo: "¿por qué se ha de enfadar el enfermo con el bisturí, y más si el bisturí es de platino?" (177)  La frase de Escrivá pronunciada en Buenos Aires no es menos ilustrativa: "Tú y yo hemos de tocar todo lo que no sea intrínsecamente malo, pero con todo lo que es bueno o indiferente, sin inconveniente alguno hay que hacer lo del rey Midas: convertirlo en oro. ¿Está claro?" (178) Aunque cínicamente diría en 1972 en Barcelona que "el hecho de manejar dinero o de tenerlo, no quiere decir que se esté apegando a la riqueza".
(179) Esta última parecía una frase de remordimiento.

Al esconderse y agazaparse es prácticamente imposible saber quiénes son y qué cosa son en realidad los miembros del Opus Dei y sus colaboradores que son todos aquellos que sin serlo se convierten en "cómplices de las tinieblas". (180) Para algunos autores el Opus Dei ha venido a ocupar en la Iglesia Católica el papel que la masonería ocupó entre los liberales.

El espíritu de la Obra tiene una moral muy suya. No retroceden, en su fanatismo, en la eliminación de quienes molesten, estorben o impidan la realización de sus planes. Cuando alguien, de dentro o de fuera de la obra, resulte incómodo porque sabe demasiado, puede tener una muerte natural o un accidente que para el caso es lo mismo, si con ello se salvaguarda la Obra de Dios; eliminar al adversario o al miembro que convenga o sea peligroso. Ruiz Mateos, el empresario presidente del holding Rumasa, supernumerario del Opus, que conocía bien las cañerías de la Obra, ha llegado a decir a este respecto: "El gobierno y el Opus son capaces de matarme" (181) aunque después, por obediencia, se pueda extender una declaración oficial de defunción. Los judíos utilizan los mismos métodos. En el libro de Los Protocolos de los Sabios de Sión, durante la sesión XV se levantó el siguiente testimonio que obra al párrafo 145: "Todo hombre debe terminar por muerte. Conviene, pues, apresurar el fin de aquellos que estorban al progreso de nuestra Causa"

La apología del exterminio de las personas inconvenientes está respaldada por el propio Talmud que autoriza que "los traidores sean precipitados al pozo y no retirados". Con respecto al Opus se murmura que son ya decenas las muertes providenciales y extrañas, de personas que han fallecido en percances no aclarados y que su coincidencia o su convergencia eran sus vínculos de aversión o de confrontación interna o externa con respecto al Opus Dei. Incluso varios de los miembros, de los que por la labor que desempeñaban en el Opus, podrían saber demasiado, han sido hallados muertos en "accidentes que pudieron ser crímenes" (182) Albareda, López Bravo, Ruiz de Alda, los responsables de la contabilidad de Rumasa, López Amo... antes de que pudieran ser gargantas profundas.

Judíos y responsables que están en el secreto del Opus pueden llegar a ser pérfidos.

Si la simulación es su arma más eficaz, y una nota definitiva de su carácter, recordemos el caso de Maimónides, rabino perfectísimo por su ciencia, por su intolerancia y por su astucia, autor del libro que se considera un segundo Talmud, la Mishná Thora, de una ortodoxia que los escribas consideran audaz y rígida, incluso poniendo en tela de juicio a cualquier israelita que no acatara en su integridad su doctrina; pues bien, Maimónides, el rabino por excelencia, el prototipo de judío ortodoxo, el mayor doctor de la sinagoga, a quien se le ha llamado la antorcha de Israel, la luz del Oriente y del Occidente y a quien un adagio presentaba como el nuevo Moisés, "durante dieciséis o diecisiete años profesó exteriormente la doctrina musulmana". (183) Los elogios y la sublimación con la que los judíos tratan la figura de Maimónides, nos recuerda la consideración que le dispensan los miembros del Opus a Escrivá, que superó al propio Maimónides en la profesión exterior de la religión católica.

El Padre exhortaba y exigía que "todo se pasara por su cabeza y por su corazón", con lo que se aseguraba la judaización de todos los actos de la Obra.

La moral del Opus es talmúdica. Recurre cuando le conviene al engaño, la calumnia, el descrédito personal, la mentira constante, el fraude, la estafa, la coacción o el escándalo. Para el Opus no existen conceptos cristianos tales como dignidad, sentimientos nobles, valor personal, honorabilidad o fidelidad de palabra.

Cuenta una mujer que durante muchos años vinculó su vida al Opus que las circulares que se le impartían eran a veces del siguiente tenor: "nosotros llegaremos a tener parroquias propias, porque dan mucho y con muchos cepillos de todas las advocaciones y muchos confesionarios. Nadie se imagina lo que dan esas parroquias, cepillos y confesionarios. Los confesionarios son una lluvia constante de limosnas y donaciones y hasta de herencias insospechadas. La mejor penitencia es la limosna en esos cepillos para con esos medios hacer el apostolado..." (184)

A pesar de su estricta intolerancia, para ser del Opus no se precisa siquiera ser creyente, aunque su base jurídica sea la prelatura personal, base religiosa por antonomasia. Son exclusivistas religiosos, exclusivistas económicos y exclusivistas políticos... Son posesivos, pero carentes de generosidad. No comparten con los demás ni siquiera la figura de Dios, la Obra de Dios son sólo ellos. Es el rabino instalado en el interior de la Santa Madre Iglesia.

Su misión está claramente definida: serán un factor imprescindible en la época apocalíptica -puede ser la que estamos viviendo -. Entonces es cuando aparecen movimientos mesiánicos - como el Opus Dei - que se ofrecen para destruir el viejo edificio y para señalar el terreno y los materiales donde debe reemplazarse. Muestran gran dinamismo. Son el gusano que devora la manzana más sana.

En su aspecto de relación tanto los miembros del Opus, como los judíos son bastante insociables, por su carácter insolidario. Su exclusivismo les autoexcluye. Son intolerantes. Fastidian a todos sin querer que se les moleste. Son arrogantes en el éxito, serviles en la desgracia, cautelosos y acumuladores de dinero.

Por su forma de pensar y de actuar se puede llegar a la conclusión que recoge el libro de Abraham F. K. publicado en Israel bajo el título Un pueblo, una religión-misión donde se sostiene "que la religión de Cristo es la causa de los males que padece el mundo". (185)



REFERENCIAS

170. West, H. J., p 104.
171. Wast, "Oro", p 45.
172. Ibid, p 90.
173. Bernáldez, p 600.
174. Cristóbal, p 63.
175. Bernal, p 153.
176. Moreno, "El Opus Dei, anexo a una historia",  Planeta, 1976,  p 215.
177. Bernal, p 251.
178. Ibid, p 269.
179. Ibid, p 290.
180. Le Vaillant, op cit.
181. "Tiempo y Tribuna", Julio y Septiembre 1989.
182. Revista "Tiempo" (14 Agosto 1989).
183. Wast, "El Kahal", p 41.
184. Moreno, "La otra cara del Opus Dei", p 31.
185. Wast, Jesuitas etc., p 15.


Índice del Capítulo III

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO III


CRIPTOJUDAÍSMO Y EL OPUS DEI


9. Influencias jesuísticas en el Opus Dei


Escrivá recibió una influencia jesuítica por un doble vínculo. Su confesor inicial del que recibiera "el primer estímulo para la construcción de la Obra se lo dio a José María un miembro de la Compañía de Jesús", (186) el padre Valentín Sánchez. La relación entre el Escrivá joven y su consejero espiritual, el jesuita padre Sánchez, fue al principio íntima, cordial, fluída, en plena compenetración. Del padre Sánchez recibiría unos consejos y una enseñanza que jamás olvidaría. La amistad entre confesante y confesor perduró hasta 1940, año en que tuvo lugar "un borrascoso encuentro, después de que el Padre Sánchez leyera la documentación que Escrivá pensaba someter al estudio del obispo, criticó duramente algunos artículos de los Estatutos y despidió poco amigablemente a Escrivá".  (187) Aquel año Escrivá cambió de confesor, de Sánchez a Portillo.

El segundo vínculo de inspiración para Escrivá que recibió de los jesuitas fue el descubrimiento de un texto publicado por primera vez en Paderbon, en Westfalia en 1661, conocido como Monita Secreta, donde se recogen las instrucciones secretas de los jesuitas. Era uno de sus textos predilectos, lo conocía muy bien, lo estudió, lo devoró, le inspiró. Cabría pensar que los dos libros que más decisivamente conformaron la voluntad de Escrivá en los anales previos a la fundación del Opus Dei fueron El libro del Kahal de Jacob Brafmann y Monita Secreta de los jesuitas.

Sobre los jesuitas se han escrito muchos volúmenes, pero quizá todavía esté por escribir un estudio exhaustivo de las concomitancias judías dentro de la Compañía de Jesús; Julio Caro Baroja en el volumen segundo de su obra Los judíos en España, escribe: "es sabido que en pleno siglo XVII los hijos de los conversos y aun judaizantes, estudiaron a menudo con los jesuitas de las diversas ciudades, donde estos tenían colegios y que de ellos salieron hombres que de un lado poseían una sólida educación talmúdica y de otro, profundos conocimientos escolásticos, como Isaac Cardoso, el apologista de Israel. (188)

Nos sigue narrando el insigne antropólogo cómo "entre jesuitas y judíos había ocultas y estrechas relaciones y que en suma, la llamada moral jesuítica era una moral talmúdica". (189)

No hay que olvidar que según el padre Miguel Marcos - allá por los años 1593 - de los 27 jesuitas que habían firmado memoriales contra la organización vigente de la Compañía, no menos de 25 eran cristianos nuevos, incluido Acosta, como tampoco, a este respecto, tiene que pasar desapercibido, que el segundo "Papa Negro", el "General de la Compañía de Jesús" después de San Ignacio de Loyola, el Padre Laínez, era de raza judía.

De los jesuitas Escrivá tomó el patrón para su obra al querer a su semejanza crear un instrumento pasivo y obediente que se extendiera por el mundo entero para su dominio, que al igual que los jesuitas, en su futura organización todos sus miembros caminaran a la voz de su mando, como soldados disciplinados.

Para Escrivá fue una gran revelación conocer la cartilla, sólo conocida por los miembros superiores de la orden jesuita y esto después de asegurarse que no se comunicaría nada de su contenido a nadie y que se renegaría del mismo si ello conviniere a la Compañía, llamada Monita Secreta.

El manual de las instrucciones secretas no fue nunca impreso, era manuscrito y se encontró, por manos profanas, por primera vez en París, en el convento de los jesuitas, escrito por la mano del erudito Brothier, que era el bibliotecario de la Compañía. Su texto concuerda íntegramente con el que más tarde se encontraría en la casa Ruremonde, en Bélgica y que fue consignado en el Tribunal de Justicia de Bruselas cuando los jesuitas fueron expulsados del pais... La unidad del texto de estas instrucciones secretas, sólo conocidas por los principales miembros de la Compañía, eliminan cualquier duda sobre su autenticidad. Ch. Sauvestre publicaría en Francia, en 1861, una edición de la Monita Secreta con comentarios muy interesantes y curiosos.

En España vio la luz por primera vez como apéndice de la Historia resumida de la Compañía de Jesús que escribió Fernando Garrido y se publicó en 1880.

En la Biblioteca de Río de Janeiro se encuentra un ejemplar manuscrito que fuera hallado en el colegio de los padres de la Compañía de Jesús cuando fueron detenidos en 1720.

La redacción definitiva se atribuye al padre Claudio Aquaviva, cuarto General de los jesuitas y reformador de la Compañía basándose en las recomendaciones recibidas de sus predecesores.

Esas instrucciones posiblemente fueron una fuente de inspiración y una herramienta inestimable en manos de Escrivá. Vamos a seleccionar algunas de las disposiciones que se aplican y se enseñan en el Opus Dei:

Tratar de alcanzar la benevolencia, principalmente de los eclesiásticos y de los seglares que ejerzan autoridad, de la que algún día podrán necesitar.

- Que todos parezcan estar inspirados del mismo espíritu y que aprendan a tener los mismos modales.

- Cómprense las propiedades a nombres de amigos fieles que presten sólo el nombre y que guarden el secreto. Para que nuestra pobreza se vea mejor conviene que las tierras que se posean junto a cualquier colegio estén a nombre de otros alejados, lo que impedirá que los príncipes y magistrados sepan a cuánto ascienden las rentas de la sociedad.

- Que los nuestros sólo recorran las ciudades ricas con la intención de residir allí.

- A las viejas viudas hay que indicarles nuestra extrema pobreza para sacarles cuanto dinero se pueda.

- Que sólo el provincial sepa a cuanto ascienden nuestros ingresos; pero que la suma del tesoro de la Compañía, en Roma, sea un misterio sagrado.

- Es preciso consagrar nuestros esfuerzos a atraer el ánimo y la simpatía de los príncipes y personas más importantes a fin de que nadie se atreva contra nosotros.

- Se captará la simpatía de las princesas por medio de sus ayas y criadas; para eso es preciso conseguir la amistad de éstas, que es el medio de entrar en todas partes y llegar a saber los negocios más secretos de las familias.

- Que los nuestros consigan de los Obispos el gobierno de las iglesias y que los feligreses estén sometidos a la Sociedad, que sacará de ellos todo lo que se pueda.

- Se deberá influir en los prelados cuando se trate de la beatificación o canonización de los nuestros.

- Que los nuestros dirijan a los príncipes y hombres ilustres, de forma que parezca que sólo tienden a la mayor gloria de Dios y a la austeridad de conciencia.

- Hacer creer a los príncipes y a los que ejercen autoridad que nuestra Sociedad contiene la perfección de todas las demás órdenes, excepto el canto y la austeridad exterior, en la manera de vivir y de trabajar.

Formas de conquistar a las viudas ricas:

-Proporcionarles un confesor que las dirija a fin de que mantengan su estado de viudedad, afirmándoles que de esta forma tendrán el mérito eterno y un medio eficaz para evitar las penas del purgatorio.

-Apartarlas de las conversaciones y de las visitas de los que las busquen.

- Apartar a los criados que no estén en buenas relaciones con la Sociedad, recomendando que los sustituyan por individuos que dependan o quieran depender de los nuestros para que nos informen de lo que pasa en la familia.

- El confesor no debe tener a la vista otro objetivo que el de inducir a la viuda a seguirle en todos sus consejos, demostrándole, cuando tenga ocasión, que esta obediencia es la condición única para su perfección espiritual.

- Debe aconsejarle el uso frecuente de la penitencia en la que descubra sus más secretos pensamientos y sus tentaciones.

- Hay que inducir a la viuda a hacer donativos, aprovechando hábilmente la disposición espiritual.

- No se las debe tratar con demasiado rigor en la confesión para que no la aborrezcan, pues se puede perder su simpatía.

- Debe evitarse hábilmente que visiten otras iglesias o que asistan a otras fiestas religiosas, repitiéndolas con frecuencia que todas las indulgencias concedidas a otras órdenes están acumuladas en nuestra Sociedad.

- Hay que hacer que la viuda disponga de sus rentas a favor de nuestra Sociedad, para que de esta manera llegar a ser santa y hágasele concebir la esperanza de ser canonizada si persiste hasta el fin.

- Si no diera todos sus bienes en vida, debe procurarse ocasión, principalmente cuando esté enferma o corra peligro de muerte, para recordarle la pobreza de nuestros colegios y los muchos que están por fundarse, induciendo, con dulzura pero con fuerza, a contribuir a estos gastos si quiere entrar en la gloria eterna.

- Cuando se nos ofrezca alguna cosa, no se desperdiciará la ocasión de recibir.

- Lo que se dijo sobre las viudas sirve para los comerciantes, para los ricos casados y sin hijos, de los cuales la Sociedad quedará heredera si con prudencia se emplean los medios indicados.

- A las personas devotas que aspiran con ardor a la perfección hay que inducirlas a donar todos sus bienes a la Sociedad, para alcanzar la perfección suprema.

- Aunque con prudencia, hay que infundir miedo con el infierno, o por lo menos con el purgatorio, haciéndoles presente que, así como el agua apaga el fuego, la limosna apaga el pecado.

- Debe expulsarse de nuestra Sociedad a los que tengan escrúpulos de adquirir bienes y riquezas para la Sociedad.

Cómo se procederá con los expulsados de la Sociedad:

- Antes de expulsarlos obligarles a prometer por escrito y a jurar que no dirán ni escribirán cosa alguna en perjuicio de la Compañía. Los superiores conservarán, escritas por los propios expulsados, sus malas inclinaciones, sus defectos y vicios confesados en descargo de su conciencia según es la costumbre de la Sociedad, de los cuales, en caso de necesidad, los superiores se servirán, revelándolos a los grandes y a los prelados.

- Se deberá escribir a todos los colegios anunciándoles las expulsiones, exagerando las razones que las motivan, previniendo que no tengan relaciones con ellos, diciendo en todas partes que la Sociedad no expulsa a persona alguna sin razones poderosas, igual que al mar se arrojan los cadáveres.

- En las exhortaciones domésticas se tratará de convencer a todos los miembros que los expulsados son individuos inestables, exagerando los infortunios de los que perecerán miserablemente por salirse de la Sociedad.

- Cuando se descubra algún hecho indigno y censurable de su conducta se deberá divulgar... Tanto los expulsados y sobre todo los que voluntariamente dejan la Sociedad deben ser completamente anulados.

- Hay que trabajar con mucha cautela para escoger a los hombres de talento, guapos y nobles o que sobresalgan.

- Hay que hacerles comprender que sólo por gracia especial de la Providencia ellos son los escogidos entre tantos que frecuentan el colegio.

- En las exhortaciones hay que censurarles amenazándoles con la condenación eterna si no obedecen a la vocación divina.

- Hay que advertirles eficazmente que no revelen su vocación a ninguno de sus amigos, ni siquiera a sus padres, antes de ser admitidos...

En esta selección se constata como Escrivá plagió, copió literalmente, puso en vigor y consumó las Instrucciones que había aprendido en su manual de Monita Secreta. Sin este texto hubiera sido difícil para él iniciar la andadura del Opus Dei.



REFERENCIAS

186. Ricci, Marina, Revista "30 Días", No. 5 (Mayo 1990), p 16.
187. Ibid, p 17.
188. Caro Baroja, "Los judíos en España", Vol II, p 252.
189. Ibid, p 253.
        René Fulop Miller, "El poder y el secreto de los jesuitas", pp 216-221
        S. Pey Ordeix, "Jesuitas y judíos ante la República".


Índice del Capítulo III

Sección Anterior

Próxima Sección

Índice Completo








CAPÍTULO III


CRIPTOJUDAÍSMO Y EL OPUS DEI


10. El Gobierno Mundial, el Nuevo Orden y el Opus Dei


Un periodista del cotidiano francés Le Monde se preguntaba ya en 1972 si se podía hablar de una "conspiración del Opus Dei" (190) pues las maniobras teológicas pueden enmascarar el lado oculto, la umbría del aparato ultrasecreto del proyecto judaico de conquista mundial, siendo, en este caso, el Opus Dei un arma estratégica de esa Gran Conspiración.

Una cosa es cierta y es que "todos los miembros del Opus Dei están convencidos de pertenecer a la Orden que va a conquistar el siglo con la ayuda de armas modernas, "materia gris" y dinero que garantice el control de la opinión". (191) La noticia se anticipaba en la publicación francesa Le espectacle du monde.

El mito, la leyenda y la constatación de la existencia de gobiernos ocultos, super poderes y grandes potencias que actúan en silencio y a cubierto, no es una nueva, estando generalmente asociadas estas tramas al poder mundial, sobre todo en lo económico y sus derivados: los judíos, como invisibles regidores de la Historia. Para Serge Hutin (192) el destino de las naciones depende a menudo de hombres que no poseen cargos oficiales. Se trata de sociedades secretas, auténticos gobiernos ocultos que deciden nuestro destino sin nuestro conocimiento.

Se entiende vulgarmente por "sociedad secreta" un grupo más o menos numeroso de personas, el cual se caracteriza por mantener reuniones estrictamente limitadas a sus adeptos y también por mantener el más absoluto silencio respecto a las ceremonias y rituales en los que se manifiestan los símbolos y se imparten las instrucciones que esta sociedad se atribuye. Los fines de estas sociedades secretas pueden ser de lo más variado: políticos, RELIGIOSOS, ESPIRITUALES, filosóficos o, incluso, criminales. El Opus Dei estaría relacionado con este tipo de sociedades. No hay duda alguna acerca del importante papel político, económico, religioso, de tráfico de influencia y de control de medios de comunicación en varios países e instituciones, por lo que no se pueden excluir las posibilidades de esos contactos secretos entre esta organización y sociedades que pugnan por el imperio mundial.

El escritor Vázquez Montalván aseguraba (193) que "Escrivá de Balaguer, López Bravo, Calvo Serer, López Rodó... eran la punta del iceberg, pero la fortaleza terrenal del Opus se debía sobre todo a la parte oculta del iceberg 'matizando que' la ley de verdad se establece en el subsuelo de las ciudades, la Historia de verdad la escriben los servicios de información secretísimos y el poder espiritual lo tienen las sectas más secretas... La desaparición de constructores de pirámides no implica la desaparición de constructores de galerías secretas. El mundo entero es hoy un gruyere excavado por los secretos de atletas plutónicos del Opus Dei y uno de los más anchos y mejor construidos de los túneles conduce al corazón mismo del Vaticano. El Opus Dei ha recuperado el sentido del ocultismo y nadie está hoy en condiciones de responder a la pregunta: ¿Quiénes son? ¿Dónde están?".

Por eso el medio más leal y eficaz de combatir a los enemigos es vulgarizando sus doctrinas, desvelando la verdad que, por más que intenten oprimirla, al final sale siempre a la luz. Como dice San Juan "solo la verdad nos hará libres". (194)

Para dominar la tierra, es necesaria la coordinación y compaginación de un gobierno mundial. El filósofo Joseph de Maistre ya anunciaba el peligro que se cernía sobre Roma por la acción de sectas conjuradas para tal fin. Para llevar a cabo misiones de esta envergadura, los "verdaderos detentadores del poder, los que mueven los hilos, viven en la sombra, detrás del telón". (195)

El Papa S. Pío X declaraba que "el peligro está hoy casi en las entrañas y en las venas de la Iglesia; sus golpes son por tanto más seguros puesto que saben dónde golpear mejor". (196)

No en vano, uno de los jefes del judaísmo, Alfred Nossing, escribió en Integrales Judentum (197) que "la comunidad judía es más que un pueblo en el sentido político moderno de la palabra. Es depositaria de una misión histórica mundial, yo diría incluso cósmica, que le han confiado sus fundadores, Noe y Abraham, Jacob y Moisés... La concepción primordial de nuestros antepasados ha sido fundar no una tribu, sino un Orden Mundial destinado a guiar a la humanidad en su desarrollo. He ahí el verdadero y único sentido de escoger a los hebreos como pueblo elegido. Gesta naturae per judeos, he ahí la fórmula de nuestra Historia. Orden espiritual destinado a guiar el desarrollo de la Humanidad".

Partimos de la base que el Opus no puede confesar sus verdaderos fines ni siquiera a la mayor parte de sus adeptos que desconocen el trabajo judaico que opera a través y en consonancia de su prensa, por medio de su influencia en la Iglesia, con su peso específico en los círculos económicos nacionales, en los circuitos de información de los servicios secretos con los que colabora, en especial con el Mossad, con el control ejercido sobre sus devotos y a veces incautos contribuyentes. La emboscada, sin embargo, tiene una explicación más recóndita y es que el Opus es un cooperador necesario para la última fase del judaísmo en su cierre serpentino.

Porcentualmente, tanto los judíos como sus cooperantes del Opus Dei, forman un porcentaje exiguo de la población del mundo entero, pero sin embargo controlan y deciden sobre la mayor parte de las riquezas existentes en el planeta. Unos pocos, por la vía de sus medios privativos, mueven las palancas que afectan a todo el mundo. Imbuídos de su predestinación de dominio, su mesianismo engendra la idea del advenimiento de Israel como centro del mundo, en el omphalos terrae, como el eje y el quicio de todo lo que se mueve. Su plenitud y su gloria será cuando se concentre bajo su nuevo orden todo el peso del poder, toda la carga de la riqueza. El nuevo orden judío figura inscrito en todos los billetes de banco americanos, en todos los puñados de dólares que circulan por el mundo, donde se puede leer, en letras mayúsculas la frase "Nuevo Orden del Siglo" en latín, es decir su palabra de Orden se basa en el dinero y esa elección la tiene muy bien asumida el Opus Dei. Para que Israel reine, hace falta abolir a Cristo, volver a crucificar sin posibilidad de resurrección.

El Opus forma parte del Apocalipsis. Es un paso más y un paso al frente para que la serpiente simbólica cierre y complete su círculo. Y cuando la culebra se muerda la cola, abrace y estrangule a las naciones, estén todas asidas en su interior, las cadenas que se establezcan serán irredimibles y se habrá consumado el estrangulamiento de la libertad. Comenzará la era de la sumisión al nuevo orden mundial. Será el mundialismo al poder. Será el pontificado del buey áureo. La victoria y el triunfo del Opus Dei.

Pero para llegar a esa situación irreversible todavía es necesaria "la inteligencia oculta que dirige los destinos de los hombres, puesto que los dirigentes políticos y económicos visibles son sólo, en realidad títeres movidos por sabios". (198)

Por eso es necesario el empleo de los métodos masónicos, incluso dentro de la propia Iglesia católica, como son los que ejerce el Opus, para en su caso destruirla desde dentro y de cerca. Es sintomático que gráficamente se represente a la Obra de Escrivá como una "tela de araña" tupida, prensil, tentacular.

Todo para llegar al estado del spiritus mundi, del Nuevo Orden mundial, del alma del mundo, grado en el que la piedra filosofal, que previamente se ha transmutado en oro y se ha sublimizado, conduce a los hombres al comercio y al mercado con lo espiritual y con lo más sagrado del hombre que es la defraudación de su fe.

El mundo está gobernado o bien por las ideas del judío Marx o bien por los principios del capitalismo salvaje y egoísta propulsado por las mentes judías. El judío sigue soñando con el reino terrestre, donde impondrá sus postulados y sus valores, porque así lo previno Isaías y lo vislumbró en su famosa profecía del imperio del mundo. El hombre dejará de ser tal, para pasar a la condición de material humano, de elemento productivo o de consumo según convenga.

Hay que pensar que el mesianismo judío, que se llama a sí mismo universalista, mundialista, no es en realidad más que un imperialismo disfrazado pero absoluto. Nuevo Orden es igual a pan-israelismo o si se prefiere pan-judaísmo, donde se fragüe la unificación del mundo por medio de la Ley judía, bajo la dirección y la dominación del pueblo sacerdotal.

Se avecina una devastadora fraternidad. La gran fraternidad que se anuncia será la de los cofrades y consanguíneos, los que se consideran a sí mismos hermanos; los demás, sólo tendrán la consideración de esclavos.

El Opus Dei se encargará, en el papel que se le asigna en el Nuevo Orden Mundial, de las labores de sabotaje de centros religiosos y espirituales, bastión inaccesible por otros medios a los amos del mundo.

El Nuevo Orden es el plan maestro judío trazado de antaño y proseguido generación tras generación con tenacidad perseverante. Es el mismo que los judíos de Arlés anunciaron a los de Constantinopla en 1489, el mismo que confirmara el rabino Reichhorn en 1869 sobre la tumba del gran rabino Simeon Ben Ihuda, el mismo que se deja traslucir por Bernard Lazare o el que consta en sus famosos Protocolos de 1897 consensuados en Basilea.

Para eso necesitan un Papa que se adecúe a sus necesidades, que esté comprometido en el complot. Escrito está en los Protocolos de los Sabios de Sión que está proyectado por los judíos "penetrar hasta el mismo corazón de la corte pontificia, de donde nada en el mundo podrá echarnos, hasta que hayamos destruido el poder del papado".

Orden Nuevo Mundial significa religión nueva, dogma nuevo, ritual nuevo, sacerdocio nuevo. El nuevo redentor religioso, político y social "reinará sobre la humanidad por instituciones impersonales", abrigado en la propaganda de esta nueva arma de nuestros días. La novedad será que en la contienda por la dominación mundial, el mundo judío apuesta a ganador.

Las espadas están en alto, de nuevo enarboladas por los cruzados de la fe, bajo el signo sacrosanto de la victoria.



REFERENCIAS

190. Le Torneau, p 53.
191. Berghe, L. van den, "L’ Opus Dei au pouvoir en Espagne," Le Spectacle du Monde (Enero 1970), p 58 (citado por Artigues, El Opus en España, (Ruedo Ibérico, 1971) p 11.
192. Pistone, Aliana Marina, "Los gobiernos ocultos," en Mundo Desconocido, No. 38 (Agosto, 1979), p 23.
193. Vázquez Montalbán, op cit, pp 113-114.
194. San Juan, 8:32.
195. Le Caron, H. "Le Plan de domination mondiale de la Contra-Eglise," Fideliter (1985), p 30.
196. Ibid, p 35.
197. Ibid, p 66.
198. Cristóbal, p 59.


Índice del Capítulo III

Sección Anterior

Índice Completo









BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA


Anexo del libro OPUS JUDEI



1.   Artigues, Daniel (Jean Bécarud). El Opus Dei en España. Ruedo Ibérico. París, 1968
2.   Baeza L., Alvaro. La verdadera historia del Opus Dei. ABL Editor Madrid, 1994
3.   Bécarud, Jean. De la regenta al Opus Dei. Taurus. Madrid 1977
4.   Bowers, Fergal. The Work. An Investigation into the History of Opus Dei and How it Operates in Ireland Today. Poolbeg Press, Ltd. 1989.
5.   Boyer, Jean. Los peores enemigos de nuestros pueblos Ediciones Libertad. Colombia, 1979.
6.   Carandell, L Vida y milagros de monseñor Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei. Editorial Laia. Barcelona, 1975.
7.   Estruch, Joan. Santos y Pillos (El Opus Dei y sus paradojas). Editorial Herder. Barcelona 1994
8.   Felzmann, Vladimir. Why I left Opus Dei. The Tablet, 26 de marzo de 1983
9.   Gracia, Vicente. En el nombre del padre. Editorial Bruguera. Barcelona, 1980
10. García Viñó, M. Josemaria o la planificación de un santo. Ediciones libertarias. Prodhufi. Madrid, 1991
11. Jardiel Poncela, Eva ¿Por qué no es usted del Opus Dei? Madrid 1974
12. Le Vaillant, Yvon. La Santa Mafia. el expediente secreto del Opus Dei. Edamex. Méjico, 1985
13. MagañaC. Manuel. Revelaciones sobre la Santa Mafia edicion del autor. México, 1978.

14. Moncada, Alberto.
- El Opus Dei. Una interpretación Indice. Madrid, 1974.
- Los hijos del padre. Argos Vergara, Barcelona, 1977
- Historia oral del Opus Dei. Plaza & Janés. Barcelona 1987.
- Sectas católicas: El Opus Dei. XII Congreso de Sociología. Madrid, 1990. 26 páginas

15. Moreno, María Angustias.
- El Opus Dei, anexo a una historia. Ediciones Libertarias Prodhufi. Quinta edición. Madrid, marzo 1992.
- El Opus Dei, creencias y controversias sobre la canonización de Monseñor Escrivá. Ediciones Libertarias Prodhufi. Madrid, marzo 1992.
- La otra cara del Opus Dei. Planeta Barcelona, 1978

16. Pinay, Maurice. Complot contra la Iglesia. Ediciones Mundo Libre. México, 1985
17. Ropero, Javier. Hijos en el Opus Dei. Ediciones B. Series Reporter. Barcelona, 1993
18. Saunier, Jean. El Opus Dei. Ediciones Roca. México, D. F.1976
19. Tapía, María del Carmen. Tras el umbral. Una vida en el Opus Dei. Ediciones B. 1992.
20. Varios autores. Escrivá de Balaguer. ¿Mito o santo? Prodhufi, 1992
21. Von Balthasar Hans Urs. Friedliche Fragen an das Opus Dei. Der Christliche Sonntag. 1974.
22. Walsh Michael. El mundo secreto del Opus Dei. Plaza & Janés. Barcelona, 1990.

23.
Wast, Hugo.
- El Kahal.
- Oro. Editorial La Verdad. Lima, Perú.
- Juana Tabor.
- 666
- Sexto Sello

24. Wast, Oscar H, Jesuitas, Opus Dei, Cursillos de Cristiandad (origen y finalidad). México 1971.
25. Ynfante, Jesús.
- El silencio de las termitas.
- La prodigiosa aventura del Opus Dei (Génesis y desarrollo de la Santa Mafia). Edición del autor. México, 1978.


Índice del Capítulo I

Índice del Capítulo II

Índice del Capítulo III

Índice Completo