CAPÍTULO
I
LAS SECTAS Y EL OPUS DEI
2. ¿Qué es una secta?
Julián García Hernando, en un artículo publicado
en la revista del Instituto de Sociología Aplicada, apunta hacia
dos vertientes a la hora de buscar la raíz etimológica de
la palabra secta que puede derivarse del latín "sequi" -seguir-.
En este sentido secta sería el movimiento de aquellos que siguen
a un líder religioso y que aceptan su mensaje. O bien que
pudiera tener su entroncamiento radical en el término "secare" o
"secedere" -cortar, separar-. En este caso significaría un grupo
que se ha separado de una iglesia o de otra secta, con una manifiesta
tendencia a cerrarse sobre sí mismo. (15)
Desde un punto de vista sociológico y en un concepto amplio
secta podría llamarse a un grupo convencional de gente que
participa de las mismas experiencias religiosas. (16) Una secta, en un
sentido global, no es más que un grupo de personas aglutinadas
por el hecho de seguir una determinada doctrina y/o líder. (17) En cualquier contexto
una secta es un grupo de personas unidas por una doctrina particular,
siendo la palabra secta incompleta, por eso se las denomina como
"cultos o sectas destructivas", "sectas jóvenes" o bien
"movimientos pseudo-religiosos totalitarios" (18).
Secta sería el "agrupamiento voluntario de convertidos, limitado
solamente a adultos, con exclusión de pecadores, es decir,
reservado solamente a los que se comprometen con la ley de Dios
después de haber tenido una experiencia de conversión si
nos atenemos a la definición dada por Benoit- Lavaud. En ella,
por tanto, los fieles se adhieren a las revelaciones hechas a un
fundador. La secta se distingue de la Iglesia (en sentido no
teológico) en que reconoce otra revelación nueva,
distinta a la testimoniada en la Sagrada Escritura y que afirma ser
necesaria para comprender ésta. Por lo demás la secta
limita la salvación a los propios miembros.
Según el P. Caballero los elementos que caracterizan a las
sectas modernas son los siguientes:
Factor
de seguridad y de certeza. Los miembros de la secta tienen
conciencia de pertenecer a un grupo que acapara la verdad y la
salvación.
Factor afectivo: El grupo se
considera autosuficiente. No tiene contactos con otros grupos si no es
para convertirlos e integrarlos en el propio grupo. No hay lugar para
el diálogo ecuménico, sólo para el proselitismo.
No se puede ejercer la caridad nada más que en el interior del
grupo, el cual es muy movido y fuertemente caliente, llegando a
convertirse en un auténtico "ghetto".
Factor de rigorismo doctrinal,
disciplinar y moral. Se concede una primacía total a los
principios, a la doctrina y a la interpretación de la misma por
encima de los derechos de las personas. Lo que prima es la "secta" que
se identifica con la voluntad de Dios. (19)
El pleno del Congreso de los Diputados en el que se decidió
investigar a los grupos considerados sectas en España,
registró una aproximación a las características
que permitían definir el carácter negativo o "antisocial"
de estos grupos. Según el diputado socialista Carlos Navarrete,
podrían considerarse las siguientes características: (20)
- La cohesión doctrinal,
religiosa o socio-religiosa, demagógica, como armazón de
esas organizaciones.
- La presencia de un líder carismático que se considera
encarnación de la divinidad o nuncio de ella.
- La existencia de una estructura teocrática, vertical y
totalitaria.
- Establecer un límite a la razón en virtud del
apriorismo de determinadas creencias.
- Constituirse en comunidades cerradas o con una gran dependencia del
grupo.
- La supresión de las libertades individuales, íntimas,
de las comunicaciones, etc.
- El recurso a determinadas manifestaciones neurofisiológicas de
meditación, renacimiento espiritual, "accesit", etc.
- El rechazo total de las sociedades y de las instituciones seculares.
- El proselitismo y la colecta de dinero y el despojo económico
de sus miembros.
A las anteriores características el periodista especializado en
el tema de las sectas, Pepe Rodríguez, en su libro
últimamente publicado sobre la cuestión con el
título El poder de las sectas,
corrige y aumenta las que ya había señalado en sus
anteriores obras Las sectas hoy
aquí y Esclavos de un
Mesías. Añade entre otras:
- Exigir una adhesión total al
grupo y obligar (bajo presión psicológica) a romper con
todos los lazos sociales anteriores a la entrada al culto: padres,
pareja, amigos, trabajo, estudios, etc.
- Controlar la información que llega hasta sus adeptos,
manipulándola a su conveniencia.
- Utilizar sofisticadas técnicas psicológicas o
neurofisiológicas (enmascaradas bajo la "meditación") que
sirven para anular la voluntad y el razonamiento de los adeptos
causándoles en muchos casos, alteraciones psíquicas
graves.
- Propugnar un rechazo total de la sociedad y de sus instituciones.
Fuera del grupo todos son enemigos (polarización entre el
bien/secta y el mal/sociedad). La sociedad es basura y las personas que
viven en ella sólo interesan en la medida en que pueden servir
al grupo.
- Tener como actividades primordiales el proselitismo -conseguir nuevos
adeptos -realizándolo de forma encubierta e ilegítima y
la recaudación de dinero -cuestaciones por las calles, cursos,
actividades claramente delictivas -. En el caso de las sectas
multinacionales el dinero recaudado es enviado, en buena parte, a las
centrales de cada grupo.
- Obtener, bajo coacción psicológica, la entrega del
patrimonio personal de los nuevos adeptos a la secta o de grandes sumas
de dinero en concepto de cursillos o auditorías. Los miembros
que trabajan en el exterior del grupo tienen que entregar todo o gran
parte de su salario a la secta. Y los que trabajan en empresas
pertenecientes al grupo, no cobran salarios (las nóminas de esas
empresas de la secta sólo son una cobertura legal ya que nunca
se llegan a hacer efectivas -o devuelven luego el dinero para sus
miembros/mano de obra). (21)
Hay dos aspectos en los que Pepe Rodríguez insiste y pone
especial énfasis al referirse a las características de
las sectas. Por una parte el aislamiento del mundo exterior, para poder
despersonalizar mejor al neófito, manipulando el ambiente,
cortándole los lazos afectivos, controlándole de una
forma minuciosa sus actividades sociales y relaciones, anulando y
suprimiendo la información ajena a la que le suministra la
propia secta mediante orientaciones, consejos y censuras estrictas en
cuanto a información y comunicación se refiere, creando
un lenguaje estereotipado y convencional propio de la secta, dando a
las palabras un significado diferente del uso vulgar o "profano",
creando unas peculiares señas de identidad, imbuyendo en el
adepto un sentimiento de hostilidad y rechazo hacia lo foráneo y
suprimiendo las propiedades y medios de supervivencia de los iniciados,
bajo el pretexto de su propia "evolución espiritual", que le
hace tener una dependencia sumisa y vejatoria de la secta.
El segundo aspecto que remarca y subraya Pepe Rodríguez es el
que se refiere a la supresión y anulación de la
personalidad, la destrucción de la individualidad mediante
estudiados métodos y técnicas que perfectamente
experimentadas con el adepto llegan a crearle la paradoja de que "el
hombre -tomado como individuo aislado -cree ser un ente frágil y
débil. Por ello, busca amparo en el seno del grupo y de una
masa. Allí se siente fuerte y poderoso cuando, en realidad -y
esa es la cruel paradoja -ha pasado a un estadio en el que es
totalmente vulnerable y manipulable. Mientras que el individuo aislado
actúa bajo pautas racionales, la masa lo hace bajo imperativos
emocionales e irracionales". (22)
Es un camino sin retorno pues "cuando se ingresa en la comunidad
sectaria ya jamás se vuelve a tener intimidad". (23)
Cuando se le formuló la pregunta de "¿Por qué no
es Ud. del Opus Dei?" al político y abogado madrileño
Manuel Cantanero del Castillo su respuesta fue breve y concisa, pero
esclarecedora "Porque no estoy dispuesto a sectarizarme" (24), en otras palabras, a
no venderse.
Hace ya algunos años, en febrero de 1984, el periodista Luis
Reyes ponía negro sobre blanco un dato en el semanario Tiempo que, a pesar de su gravedad,
pasó inadvertido. Escribía: "El Opus en Alemania
está incluido entre las sectas perniciosas, también
conocido allí por la policía como "El Camino".
Como testimonio elocuente reproduciremos la carta abierta que un padre
dirigía a su hijo miembro del Opus Dei, como grito que saliendo
de sus entrañas más íntimas se agudiza como
desgarrador: "Hijo Pedro: me gustaría que un día llegaras
a la luz de la verdad, que descubrieras los bajos fondos de la "secta"
en la que ahora estás atrapado, como una impotente mosca
enredada en las finas mallas de una tela de araña. Esa
gigantesca araña es el Marqués de Peralta, la malla su
Obra, el agujero cavernícola donde lleva sus presas para
devorarlas, es la Iglesia del Anticristo. Una inmensa alegría me
darás el día que logres escapar de las tupidas redes en
las que ahora estás atenazado poderosamente. Mientras
seguiré rezando por ti. Un abrazo de tu padre que sufre y
espera..." (25)
Son las lágrimas de un progenitor que lucha contra una secta
destructiva que, como tal, propicia la destrucción
(desestructuración) de la personalidad previa del adepto y le
daña severamente, destruyendo sus lazos afectivos.
REFERENCIAS
15. García Hernando, p 28.
16. Ibid, p 28.
17. Rodríguez, Pepe, "El poder de las sectas", p 31 (Barcelona:
Editorial B Grupo 2, 1989).
18. Rodríguez, Pepe, "Sectas y lavado de cerebro," en Esclavos
de un Mesías , p 25 (Barcelona: Elfos, 1984).
19. García Hernando, p 29
20. Diario "El Independiente", p 32 (03 Junio1988).
21. Rodríguez, Pepe, "El poder de las sectas", p 33; "Las sectas
hoy y aquí", pp 59-60; "Esclavos de un Mesías", p 26.
22. Rodríguez, Pepe, "Esclavos de un Mesías", op. cit., p
76.
23. Ibid, p 78.
24. Jardiel Poncela, Eva en "¿Por qué no es Ud. del
(1) Opus Dei?", p 58.
25. Cobo Martínez, Nicolás, "Faro inconfundible", No. 31,
p 6 (Febrero 1989).
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