CAPÍTULO
III
CRIPTOJUDAÍSMO Y EL OPUS
DEI
4. La simbología
kabalística del Opus Dei
Si Escrivá era de tronco
judío sus signos y símbolos tenían que ser, como
representación gráfica e interpretativa de su
subconsciente, acordes con su condición. El Opus, su Obra, su
Pompa, su instrumento, su gran engaño, tenía que estar
cincelado de emblemas y alegorías conexas con la Kábala
hebrea. Sobre este presupuesto comenzamos nuestras indagaciones y los
resultados han sido sorprendentes.
El biógrafo oficial y laudatorio de la figura de Escrivá
nos puso en la pista al escribir que "corrió la voz por Madrid
de que su oratorio estaba lleno de signos kabalísticos..."(93) También se
habló del oratorio elíptico en la casa de la calle de
Diego de León. El P. Severino Alvarez, dominico, Decano de
la Facultad de Derecho Canónico del Angelicum de Roma contaba ya
en 1950 que también se habían recibido en el Santo Oficio
de Roma denuncias contra el Opus en las que entre otras cosas se
hacía alusión a la heterodoxia del Opus,
indicándose la forma
elíptica del oratorio y las señales externas, las
manifestaciones poco convencionales utilizadas, por lo que el Maestro
General de los Dominicos, aprovechando que el Padre Severino
realizó por aquel entonces un viaje a España, le
encargó encarecidamente que visitara y le informara de lo que
viera en el oratorio en cuestión.
Comenzaban los indicios, los atisbos, los comentarios sobre la criptografía empleada. Fue
a fines de 1939 cuando el Opus Dei había abierto un oratorio
anexo a la residencia de la calle de Jenner, en Madrid, en torno al
cual y ya desde aquellas prematuras fechas comenzaron a producir la
alarma y el desconcierto entre los creyentes que comenzaron a circular
por medio de boca a oído que la capilla "estaba adornada con
signos Kabalísticos y
masónicos y
se afirma que gracias a sabios juegos de luz Escrivá de
Balaguer simulaba fenómenos de levitación". (94)
Además, la Sociedad de Cooperación
Intelectual -SOCOIN-, una iniciativa vinculada a la Obra, fue
señalada como una derivación masónica de una
organización judía internacional. En la época en
que sucedían estos hechos -en los albores de la fundación
del Opus -un profesor de derecho internacional afirmó que
había encontrado en un diccionario hebreo el verdadero
significado de las siglas SOCOIN que correspondía al nombre de
una secta hebraica de asesinos." (95)
En 1940 el Tribunal Especial para la represión de la
masonería y del comunismo y que tenía entre otras
misiones la de tutelar la seguridad del Estado, abrió expediente
informativo contra José María Escrivá de Balaguer
acusándole de que "bajo el nombre de Opus Dei se escondía
una rama judaica de la masonería". (96) Una acusación tan
grave e inusual debía tener algún fundamento, estar
respaldada, tener motivos y argumentos, que vamos a tratar de alumbrar.
El primer símbolo que nos llama la atención es la
adopción de la rosa como figura emblemática, como
símbolo diferenciador e identificativo, que se arroga y atribuye
al Opus Dei. En este contexto no se puede olvidar que el asunto de la rosa no es un capricho o algo
casual, sino que revela una profunda coherencia, pues según el
Zohar la rosa designa "La Comunidad de Israel" (véase Zoar, I
1a) Quizá el padre Escrivá quería avisar con esta
leyenda a unos pocos iniciados que no se olvidaran de sus
raíces... y de sus obligaciones.
Ediciones Rialp, la editorial
propiedad del Opus Dei, donde se editan los libros y textos oficiales
de la Obra, el vehículo difusor de la bibliografía
más
apologética y exultante del Opus, tiene como anagrama editor la
imagen y el diseño de una rosa. Son las señas de
identidad de su labor bibliográfica. Es la imagen de marca. Es
la señal de la rosa...
El origen para la introducción del signo kabalístico de
la rosa se remonta a los años del período de la Guerra
Española, cuando Escrivá, que había estado sin
demasiados problemas en "zona roja" teniendo la información
previa sobre el desenlace de la contienda con la victoria de las
fuerzas nacionales leales a Franco, se pasa de zona en conflicto a
través del Pirineo, por la frontera francesa, donde el grupo se
refugió en pleno invierno en una cabaña para pernoctar.
Por la mañana cuando iban a reemprender la marcha se
solicitó a Escrivá que oficiara una misa, a lo que se
negó, inexplicablemente, saliendo del refugio de montaña
en solitario y caminando hasta que se perdió entre la nieve y el
hielo de las montañas, regresando poco después al punto
de partida alborozado, eufórico, según los testigos
presenciales, con el rostro iluminado y con una rosa de madera en las
manos que según dijo "le había dado la Virgen, que se le
acababa de aparecer" (97)
en todas las apariciones reconocidas oficialmente por la Iglesia
Católica, hay pruebas. De la aparición que
difundió Escrivá, ninguna, a pesar de su testimonio en
vivo y en directo, que como se tratara de una burda mentira, no
insistió con posterioridad, ni ha sido jamás reconocida
tal aparición por la Iglesia.
Después de aquella situación inventaría toda una
leyenda. Dijo que la rosa estaba semi enterrada entre la nieve y para
él "era la señal evidente de que se acercaba otra
época en la vida del Opus Dei y que se acabaría pronto el
período de las plantas cubiertas por la nieve", (98) en clara alusión
metafórica a su cirptojudaísmo secular, con dos
interpretaciones evidentes, la rosa y su significado y su escondite y
salida a la superficie.
El símbolo de la rosa forma parte importantísima de la tradición kabalística
hebrea. (99)
Ya en los salmos y en los poemas
proféticos judíos, la rosa roja y la rosa blanca
personifican los cuerpos castigados y purificados de Israel. Pero en la
Kábala se va aún más allá en el
camino de
significaciones. El Árbol, sefirótico, dividido en tres
columnas verticales, tiene la central precisamente bajo la
advocación de la rosa, que de este modo restaura y equilibra la
parte rigurosa y severa de la creación -izquierda - con su lado
clemente y misericordioso -el derecho-.
La rosa no sólo está impresa en todas las publicaciones
que salen de la Editorial del Opus Dei, Rialp, que curiosamente lleva
el nombre de la aldea donde supuestamente en 1937, en su ermita y a
él solo, sin testigos incómodos, se le apareció la
Virgen y que desde entonces ha pasado a ser el auténtico
símbolo para el Opus. Tampoco podía faltar por doquier en
Torreciudad, el templo suntuoso construido con el óbolo de los
escándalos financieros. En torreciudad encontramos rosas
esculpidas en la capilla, en la ermita, en el interior y en el exterior
del templo, en muchos edificios del complejo arquitectónico, en
todas partes, para que no se olvide que estamos en un lugar con mensaje
kabalístico.
Parece que también cuando besan el suelo, en ese amor a lo
material, mascullan la divisa
templaria "Non nobis, Domine,
non nobis, sed nomine tuo da gloriam" (100) También se ha
querido asimilar la rosa a la importancia que tenía en la Orden
Templaria. Para el Temple, la rosa y la espina fueron un
símbolo de capital importancia.
Aparte de la rosa y su claro mensaje Kabalístico, otro signo
caro al fundador del Opus Dei fue la representación
gráfica de palmípedos,
el signo hermético de la oca, la pata de ganso. Existen
dibujos de patos realizados por la mano de Escrivá en el
cristal, madera, porcelana, papel. En una casa de ejercicios en Molino
Viejo, en la provincia de Segovia, se conserva pintado en una pared un
pato atribuido al propio fundador. La obsesión por los graffitti
de los gansos tiene otra cara y sibilina vertiente kabalística,
de un enigmático y profundo significado.
Otra de las peculiaridades más llamativas es la
eliminación de la imagen de
Cristo de los crucifijos. Tampoco aparece el INRI típico
de la cruz ni la faja negra con el mors
mortem superavit. (101)
Para el Opus según el diseño de su fundador,
el crucifijo es la cruz sin cuerpo,
luego reverencian y adoran no a la figura de Cristo, sino alaban al
cadalso, a su último patíbulo, veneran al instrumento de
suplicio y del tormento.
Los miembros del Opus Dei son portadores, en sus bolsillos, de cruces
sin el cuerpo de Cristo. Del Hijo de Dios crucificado, la Obra
sólo acepta y reconoce como suya una cruz de madera
vacía. Las razones camufladas que da Escrivá son que los
cuerpos desnudos de Jesucristo suelen estar malísimamente hechos
y son repugnantes. El crucifijo es el símbolo de la fe. El
madero, el calvario donde los judíos ejercieron su deicidio.
Es costumbre y norma obligatoria que en cada centro o casa del Opus
"exista una cruz negra sin Cristo, que será adornada dos veces
por año." (102)
Estas prácticas heterodoxas han sido censuradas igual que su
secretismo, que su dedo pulgar puesto sobre sus labios.
Si a la cruz pelada le juntamos la rosa tenemos la rosa-cruz. La
alquimia kabalística no puede ser más explícita y
perfecta.
Siguiendo en la búsqueda y en el hallazgo de elementos
kabalísticos, la numerología ha sido una ciencia
tradicional donde se inspira la kábala hebrea y cuya
representación no podía faltar en el Opus Dei. El libro
de Escrivá, Camino,
tiene exactamente 999 máximas o puntos, a los que en ninguna
reedición ha sido variada su cifra, que invertida se convierte
en el 666 apocalíptico, el número de la "Bestia" lo que
nos
sitúa en el carácter escatológico de la Obra. Su
misión histórica parece señalada en clave clara,
siendo como es el judaísmo un factor principal en toda
época apocalíptica. Como nos dice el Apocalipsis, el
nombre de la Bestia está escrito en cifras cuyo valor es 666.
Indudablemente el número no es mero azar. (103) Dante
utilizó profusamente el número 9 y otros múltiplos
de 3 en la Divina Comedia. En dimensiones de vida (máxima 279),
tres veces tres, 999, 666...
El número 9 tiene una importancia esotérica de primera
magnitud en cuanto que representa al signo del noveno sefirá
kabalístico y tal como explica el profesor Gershom Scholem, de
la Universidad Hebrea de Jerusalén, conocer el significado de
las razones profundas de los números en tanto que son magnitudes
cósmicas -era, para los kabalistas y para quienes seguían
la esencia universal de su teosofía- "un sistema de pensamiento
que se plantea conocer y describir las operaciones de la Divinidad". (104) Para la kábala
la constante ininterrumpida del número 9- yesod,
fundación- tiene su justificación plena en el Opus
como módulo de construcción. Tres veces tres hacen nueve
y tres veces nueve forman el 999 al que hay que invertir, dar la
vuelta, para que veamos reflejado el enigmático y significativo
nombre bestial.
Otros signos que utiliza el Opus Dei en sus manifestaciones son el olivo y el árbol; según las
explicaciones que nos da la Haggadah en el Talmud, Israel se parece al
olivo porque el aceite que de él se extrae no se mezcla con los
otros líquidos y así Israel conserva su individualidad;
porque el aceite sobrenada, lo cual dicen los judíos
-está escrito en la ley "Dios te colocará arriba de todas
las naciones" (Deuteronomio XXVI, 19) y porque el olivo necesita ser
aplastado para producir y así Israel sacará provecho de
las desgracias y persecuciones, unas fingidas y otras provocadas. (105)
Como marca comercial también han utilizado en grandes
holdings cercanos al Opus Dei,
tal es el caso de Rumasa, otro
símbolo kabalístico; la abeja
encerrada en un exágono,
que es la representación
gráfica del hebreo "Débora" con todas sus connotaciones
intrínsecas.
Por último hay que resaltar que entre los miembros del Opus
existen, como en la masonería judaica, ciertas palabras de pase
y reconocimiento. Se saludan con la palabra "Pax" y la respuesta es "In
aeternum". Son palabras de identificación y filiación,
argot interior usado para resaltar su pertenencia, una especie de
consigna o de santo y señal particular. Utilizan el latín
en las palabras escogidas como pase o palabras sagradas para utilizar
entre sí y no con los demás hermanos supuestos, los
cristianos.
Otro exorcismo que se detecta es el de rociar la cama con algunas gotas
de agua bendecida antes de acostarse, flagelarse,
llevar cilicios o dormir en el suelo una vez por semana en
señal de penitencia y para acercarse en la distancia y en el
lugar donde se encuentran al simbólico muro de las lamentaciones
hebraico.
REFERENCIAS
93. Bernal, p 246.
94. Ricci, Marina, "Opus Dei,"Revista 30 Días, No. 5 (May 1990),
p 16.
95. Ibid, p 17.
96. Ibid, p 17.
97. Magaña, p 1576.
98. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", p 19.
99. García, Atienza, Juan "La Kabala, Revista Mundo
desconocido", No. 31 (Enero 1979).
100 .Cristóbal, Ramiro, "Los templarios, un antecedente del Opus
Dei," en Historia, No. 6 (Septiembre 1975), p 62.
101. Ynfante, Jesus, "El silencio de las termitas", p 15.
102. Le Vaillant, p 213.
103. Ynfante, "La prodigiosa aventura del Opus Dei", p 386.
104. García Atienza, p 45.
105. Wast, Oro, p 160.
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