CAPÍTULO
III
CRIPTOJUDAÍSMO Y EL OPUS
DEI
10. El Gobierno Mundial, el Nuevo
Orden y el Opus Dei
Un periodista del
cotidiano francés Le Monde se
preguntaba ya en 1972 si se podía hablar de una
"conspiración del Opus Dei" (190) pues las maniobras
teológicas pueden enmascarar el lado oculto, la umbría
del aparato ultrasecreto del proyecto judaico de conquista mundial,
siendo, en este caso, el Opus Dei un arma estratégica de esa
Gran Conspiración.
Una cosa es cierta y es que "todos los miembros del Opus Dei
están convencidos de pertenecer a la Orden que va a conquistar
el siglo con la ayuda de armas modernas, "materia gris" y dinero que
garantice el control de la opinión". (191) La noticia se
anticipaba en la publicación francesa Le espectacle du monde.
El mito, la leyenda y la constatación de la existencia de
gobiernos ocultos, super poderes y grandes potencias que actúan
en silencio y a cubierto, no es una nueva, estando generalmente
asociadas estas tramas al poder mundial, sobre todo en lo
económico y sus derivados: los judíos, como invisibles
regidores de la Historia. Para Serge Hutin (192) el destino de las
naciones depende a menudo de hombres que no poseen cargos oficiales. Se
trata de sociedades secretas, auténticos gobiernos ocultos que
deciden nuestro destino sin nuestro conocimiento.
Se entiende vulgarmente por "sociedad secreta" un grupo más o
menos numeroso de personas, el cual se caracteriza por mantener
reuniones estrictamente limitadas a sus adeptos y también por
mantener el más absoluto silencio respecto a las ceremonias y
rituales en los que se manifiestan los símbolos y se imparten
las instrucciones que esta sociedad se atribuye. Los fines de estas
sociedades secretas pueden ser de lo más variado:
políticos, RELIGIOSOS, ESPIRITUALES, filosóficos o,
incluso, criminales. El Opus Dei estaría relacionado con este
tipo de sociedades. No hay duda alguna acerca del importante papel
político, económico, religioso, de tráfico de
influencia y de control de medios de comunicación en varios
países e instituciones, por lo que no se pueden excluir las
posibilidades de esos contactos secretos entre esta organización
y sociedades que pugnan por el imperio mundial.
El escritor Vázquez
Montalván aseguraba (193) que "Escrivá de
Balaguer, López Bravo, Calvo Serer, López Rodó...
eran la punta del iceberg, pero la fortaleza terrenal del Opus se
debía sobre todo a la parte oculta del iceberg 'matizando que'
la ley de verdad se establece en el subsuelo de las ciudades, la
Historia de verdad la escriben los servicios de información
secretísimos y el poder espiritual lo tienen las sectas
más
secretas... La desaparición de constructores de pirámides
no implica la desaparición de constructores de galerías
secretas. El mundo entero es hoy un gruyere excavado por los secretos
de atletas plutónicos del Opus Dei y uno de los más
anchos y mejor construidos de los túneles conduce al
corazón mismo del Vaticano. El Opus Dei ha recuperado el sentido
del ocultismo y nadie está hoy en condiciones de responder a la
pregunta: ¿Quiénes son? ¿Dónde
están?".
Por eso el medio más leal y eficaz de combatir a los enemigos es
vulgarizando sus doctrinas, desvelando la verdad que, por más
que intenten oprimirla, al final sale siempre a la luz. Como dice San
Juan "solo la verdad nos hará libres". (194)
Para dominar la tierra, es necesaria la coordinación
y compaginación de un gobierno mundial. El filósofo
Joseph de Maistre ya anunciaba el peligro que se cernía sobre
Roma por la acción de sectas conjuradas para tal fin. Para
llevar a cabo misiones de esta envergadura, los "verdaderos
detentadores del poder, los que mueven los hilos, viven en la sombra,
detrás del telón". (195)
El Papa S. Pío X declaraba que "el peligro está hoy casi
en las entrañas y en las venas de la Iglesia; sus golpes son por
tanto más seguros puesto que saben dónde golpear mejor". (196)
No en vano, uno de los jefes del judaísmo, Alfred Nossing,
escribió en Integrales
Judentum (197)
que "la comunidad
judía es más que un pueblo en el sentido político
moderno de la palabra. Es depositaria de una misión
histórica mundial, yo diría incluso cósmica, que
le han confiado sus fundadores, Noe y Abraham, Jacob y Moisés...
La concepción primordial de nuestros antepasados ha sido fundar
no una tribu, sino un Orden Mundial destinado a guiar a la humanidad en
su desarrollo. He ahí el verdadero y único sentido de
escoger a los hebreos como pueblo elegido. Gesta naturae per judeos, he
ahí la fórmula de nuestra Historia. Orden espiritual
destinado a guiar el desarrollo de la Humanidad".
Partimos de la base que el Opus no puede confesar sus verdaderos fines
ni siquiera a la mayor parte de sus adeptos que desconocen el trabajo
judaico que opera a través y en consonancia de su prensa, por
medio de su influencia en la Iglesia, con su peso específico en
los círculos económicos nacionales, en los circuitos de
información de los servicios secretos con los que colabora, en
especial con el Mossad, con el control ejercido sobre sus devotos y a
veces incautos contribuyentes. La emboscada, sin embargo, tiene una
explicación más recóndita y es que el Opus es un
cooperador necesario para la última fase del judaísmo en
su cierre serpentino.
Porcentualmente, tanto los judíos como sus cooperantes del Opus
Dei, forman un porcentaje exiguo de la población del mundo
entero, pero sin embargo controlan y deciden sobre la mayor parte de
las riquezas existentes en el planeta. Unos pocos, por la vía de
sus medios privativos, mueven las palancas que afectan a todo el mundo.
Imbuídos de su predestinación de dominio, su mesianismo
engendra la idea del advenimiento de Israel como centro del mundo, en el omphalos terrae, como el eje y el
quicio de todo lo que se mueve. Su plenitud y su gloria será
cuando se concentre bajo su nuevo orden todo el peso del poder, toda la
carga de la riqueza. El nuevo orden judío figura inscrito en
todos los billetes de banco americanos, en todos los puñados de
dólares que circulan por el mundo, donde se puede leer, en
letras mayúsculas la frase "Nuevo
Orden del Siglo" en latín, es decir su palabra de Orden
se basa en el dinero y esa elección la tiene muy bien asumida el
Opus Dei. Para que Israel reine, hace falta abolir a Cristo, volver a
crucificar sin posibilidad de resurrección.
El Opus forma parte del Apocalipsis. Es un paso más y un paso al
frente para que la serpiente simbólica cierre y complete su
círculo. Y cuando la culebra se muerda la cola, abrace y
estrangule a las naciones, estén todas asidas en su interior,
las cadenas que se establezcan serán irredimibles y se
habrá consumado el estrangulamiento de la libertad.
Comenzará la era de la sumisión al nuevo orden mundial.
Será el mundialismo al poder. Será el pontificado del
buey áureo. La victoria y el triunfo del Opus Dei.
Pero para llegar a esa situación irreversible todavía es
necesaria "la inteligencia oculta que dirige los destinos de los
hombres, puesto que los dirigentes políticos y económicos
visibles son sólo, en realidad títeres movidos por
sabios". (198)
Por eso es necesario el empleo de los métodos
masónicos, incluso dentro de la propia Iglesia católica,
como son los que ejerce el Opus, para en su caso destruirla desde
dentro y de cerca. Es sintomático que gráficamente se
represente a la Obra de Escrivá como una "tela de araña"
tupida, prensil, tentacular.
Todo para llegar al estado del
spiritus mundi, del Nuevo Orden mundial,
del alma del mundo, grado en el que la piedra filosofal, que
previamente se ha transmutado en oro y se ha sublimizado, conduce a los
hombres al comercio y al mercado con lo espiritual y con lo más
sagrado del hombre que es la defraudación de su fe.
El mundo está gobernado o bien por las ideas del judío
Marx o bien por los principios del capitalismo salvaje y egoísta
propulsado por las mentes judías. El judío sigue
soñando con el reino terrestre, donde impondrá sus
postulados y sus valores, porque así lo previno Isaías y
lo vislumbró en su famosa profecía del imperio del mundo.
El hombre dejará de ser tal, para pasar a la condición de
material humano, de elemento productivo o de consumo según
convenga.
Hay que pensar que el mesianismo judío, que se llama a sí
mismo universalista, mundialista, no es en realidad más que un
imperialismo disfrazado pero absoluto. Nuevo Orden es igual a
pan-israelismo o si se prefiere pan-judaísmo, donde se
fragüe la unificación del mundo por medio de la Ley
judía, bajo la dirección y la dominación del
pueblo sacerdotal.
Se avecina una devastadora fraternidad. La gran fraternidad que se
anuncia será la de los cofrades y consanguíneos, los que
se consideran a sí mismos hermanos; los demás,
sólo tendrán la consideración de esclavos.
El Opus Dei se encargará, en el papel que se le asigna en el
Nuevo Orden Mundial, de las labores de sabotaje de centros religiosos y
espirituales, bastión inaccesible por otros medios a los amos
del mundo.
El Nuevo Orden es el plan maestro judío trazado de antaño
y proseguido generación tras generación con tenacidad
perseverante. Es el mismo que los judíos de Arlés
anunciaron a los de Constantinopla en 1489, el mismo que confirmara el
rabino Reichhorn en 1869 sobre la tumba del gran rabino Simeon Ben
Ihuda, el mismo que se deja traslucir por Bernard Lazare o el que
consta en sus famosos Protocolos
de 1897 consensuados en Basilea.
Para eso necesitan un Papa que se adecúe a sus necesidades, que
esté comprometido en el complot. Escrito está en los
Protocolos de los Sabios de Sión que está proyectado por
los judíos "penetrar hasta el mismo corazón de la corte
pontificia, de donde nada en el mundo podrá echarnos, hasta que
hayamos destruido el poder del papado".
Orden Nuevo Mundial significa religión nueva, dogma nuevo,
ritual nuevo, sacerdocio nuevo. El nuevo redentor religioso,
político y social "reinará sobre la humanidad por
instituciones impersonales", abrigado en la propaganda de esta nueva
arma de nuestros días. La novedad será que en la
contienda por la dominación mundial, el mundo judío
apuesta a ganador.
Las espadas están en alto, de nuevo enarboladas por los cruzados
de la fe, bajo el signo sacrosanto de la victoria.
REFERENCIAS
190. Le Torneau, p 53.
191. Berghe, L. van den, "L’ Opus Dei au pouvoir en Espagne," Le
Spectacle du Monde (Enero 1970), p 58 (citado por Artigues, El Opus en
España, (Ruedo Ibérico, 1971) p 11.
192. Pistone, Aliana Marina, "Los gobiernos ocultos," en Mundo
Desconocido, No. 38 (Agosto, 1979), p 23.
193. Vázquez Montalbán, op cit, pp 113-114.
194. San Juan, 8:32.
195. Le Caron, H. "Le Plan de domination mondiale de la Contra-Eglise,"
Fideliter (1985), p 30.
196. Ibid, p 35.
197. Ibid, p 66.
198. Cristóbal, p 59.
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